[Resuelto]FanFic Brittana: Storms (Adaptada) Epílogo

Capitulo 31

Después de haber pasado por el valle, Santana llevó a Tormenta en un trote rápido, por último, un paseo lento a medida que llegaban al camino que los llevaría al primer desfiladero.

Se inclinó, frotando cariñosamente su cuello.

—Te gusta correr ¿verdad, chico?

Tomó una respiración profunda, el aire aquí arriba era más frio de lo que había estado en el valle.

No pensó en llevar una chaqueta, pero tenía una vieja sudadera atada en la parte posterior de la silla de montar. Pronto estaría montando bajo las sombras y la temperatura caería.

Frenó a Tormenta de nuevo, tomándose el tiempo para mirar por encima del hombro hacia el valle abajo.

Era de un verde vibrante, estaba bañado por la luz del sol, las sombras de las montañas comenzaban a deslizarse a través de él. El lago parecía pequeño desde esta altura, la barraca y las cuadras solo parecían puntos en el paisaje.

No podía ver la casa del rancho ya que estaba oculta por los árboles. Su mirada se dirigió de nuevo a la barraca, preguntándose si Brittany la había visto cabalgar mientras se iba.

Sabía que Brittany estaba nerviosa, pero no sabía qué hacer para aliviar su ansiedad.

Le dio una patada suave a Tormenta y subió más alto, el bosque estaba volviéndose grueso con abetos y abetos. Había estado en este camino antes cuando era niña, montando horas después de que el rebaño había pasado, fingiendo que era parte del proceso.

Era curioso cómo ahora esos mismos sentimientos volvieron a ella, años más tarde. Su mamá sabía que ella lo hacía, sus únicas palabras de advertencia era que volviera antes de que oscureciera.

Un sábado, se fue antes del amanecer, haciendo todo el camino hacia el primer desfiladero.

Ella tenía trece años, unos años antes de que llegara Tormenta, pero el joven castrado que había montado en ese entonces estaba lleno de energía y habían regresado a los establos con la puesta de sol detrás de las montañas.

Había sido un día de aventura para ella, su primer día completo en solitario.

Esa noche en la cena, solamente Santana y su mamá habían hablado sin parar sobre su viaje y su mamá había escuchado cada palabra. Ambas sabían que una vez que su papá y sus hermanos regresaran, no habría más mención de ello.

Después de cabalgar más de una hora, estuvo a punto de dar la vuelta, pensando que la tormenta de la otra noche debió haberlos retrasado un día después de todo.

Pero las orejas de Tormenta se animaron y dio un relincho bajo.

—¿Qué es lo que oyes, muchacho?

Él sacudió la cabeza y el cuello, su larga melena blanca se abanicó y Santana la alisó, su mirada se dirigió más arriba del sendero. Escuchó los pasos entrecortados de los caballos mucho antes de que los viera, sus hermanos, Figgins, los dos vaqueros a tiempo completo, Sam y Mike y los tres vaqueros de temporada que habían contratado para este año.

Las mulas que venían detrás llevaban una carga más ligera que cuando salieron.

Todos se detuvieron cuando la vieron.

Finn y los ojos de Jake se ampliaron. Blaine estaba riendo deliciosamente, pero fue Noah quien la sorprendió.

—Mierda, Santana ¿estás sobre Tormenta? ¿Estás loca?

Santana se echó a reír.

—¿Qué? Es sólo un bebé grande. No puedo creer que estén todos asustados de él.

—Ese caballo casi me rompió la espalda cuando traté de montarlo—dijo Figgins—Casi tomé mi pistola tras de él.

Santana sabía que estaba bromeando, pero no obstante se ofendió.

—Si pones una mano sobre él, yo voy a tomar una pistola tras de ti.

Blaine le dio con el talón a su caballo acercándolo, su sonrisa seguía siendo amplia.

—Presumida—murmuró.

—Él es manso como un cordero—dijo Santana.

—Es una bestia. Bajo en la escala del temperamento ¿recuerdas?—le dio un codazo—Pero te ves bien en él. Como en los viejos tiempos.

—¿Qué estás haciendo aquí arriba?—preguntó Finn.

—¿Sí? ¿Brittany está bien?—añadió Jake.

Santana miró fugazmente los ojos de Blaine, apenas evitando el giro dramático de sus ojos.

—Sí, Brittany está muy bien. Pero...el anciano falleció—dijo sin rodeos.

—¿Cuándo?

—El jueves por la mañana.

—¿Llamaste a Ken Tanaka?—preguntó Finn.

—No, Finn. Lo dejé ahí. Todavía está en su cuarto—dijo sarcásticamente—Por supuesto que llamé a Ken.

Finn miró a los hermanos, luego a Figgins quien tenía uno de los perros de ganado en su regazo.

Algunos rostros solemnes, algunos.

Le sorprendió que no hubiera manifestaciones externas de dolor. Al parecer, había juzgado mal su relación con él.

—Bueno, no era como si no lo estuviéramos esperando—dijo Finn como si tratara de explicar su falta de emoción ante la noticia.

—Él tenía mucho dolor—añadió Jake.

Una vez más, Noah fue quien la sorprendió.

—¿Vamos a fingir que tenemos el corazón roto por esto?—preguntó—Él no ha sido el mismo desde que...bueno, desde que mamá murió—dijo mirando a Santana—Él siempre te trató mal, pero no a nosotros. No hasta que ella murió. Entonces él era frío y duro, incluso con nosotros. Perdió los pocos amigos que aún tenía después de eso—le dio una patada a su caballo, marchando de nuevo por el sendero—Yo, por mi parte, estoy contento de que haya acabado.

Santana espera que Finn refutara a eso, por lo menos, pero nunca llegó. Él también, dio ligeramente a su caballo una patada y siguió a Noah, los otros se le unieron.

—Maldición ¿de dónde vino eso?—preguntó Santana mientras ella y Blaine se quedaban atrás.

—Es lo que todos estamos pensando, supongo. Pero demonios, nunca hablamos. No tenía ni idea que Noah sentía de esa manera.

Empezaron a bajar por la montaña, a buen paso uno detrás de los otros.

Todos los chicos lucían barbas desaliñadas excepto Blaine. Él estaba bien afeitado.

Santana señaló hacia su rostro.

—¿Tomaste una rasuradora todo el tiempo? Eso está mal.

—No voy a tener aspecto de vaquero rudo—dijo frotándose la cara—Así que Tormenta te permitió montarlo ¿eh?

—Al igual que en los viejos tiempos. Lloré cuando lo vi—admitió—Se acordó de mí. Se fue detrás de mí como lo hacía antes, en busca de una zanahoria.

—Oh, sí. Acostumbrabas ocultarlas en tu bolsillo trasero.

—La primera vez que me subí en él, lo dejé correr. Hombre, eso fue genial. Prácticamente podía verlo sonreír.

—Sé que él ha perdido eso. Todos probamos montarlo después de que te fuiste. No toleraba a nadie. La mitad del tiempo ni siquiera conseguíamos ponerle una silla de montar. Finalmente nos dimos por vencidos.

Santana se inclinó hacia delante, frotando cariñosamente su cuello.

—No sé por qué estamos conectados, pero es tan gentil como un cordero conmigo.

—Él siempre lo fue.

Santana llegó hasta la botella de agua que había atado en la silla de montar.

—Entonces ¿cómo estuvo la tormenta?

—Bastante mala. Incluso tan abajo como estábamos, los rayos estuvieron cerca. Tuvimos un tiempo infernal manteniendo a la manada junta—levantó una ceja—¿Está todo bien aquí?

—Por supuesto ¿Por qué no lo estaría?

Blaine se rió.

—Vamos, hermanita. Hicimos nuestra pequeña charla. Estás ocultando algo. ¿Vas a hacerme adivinar?

Sintió un rubor cruzar su rostro.

—¿Es obvio?

—¿Qué? ¿Sólo porque estás resplandeciente no debería asumir que has tenido relaciones sexuales?

—No estoy resplandeciente—dijo Santana débilmente sabiendo que era verdad.

Blaine se rió de nuevo.

—Oh, sí, lo estás ¿Vas a decirle a Jake?

—Demonios no.

—Car, él lo va a descubrir. Va a ser feo.

—Y va a ser tan feo así se lo digamos francamente.

—Es cierto—la miró y sonrió—¿Y? ¿Cómo ocurrió? Quiero detalles.

—No vas a obtener más información. Pero acaba de pasar—dijo Santana—No sé cómo explicarlo, Blaine. Ella abrió puertas que pensé que había cerrado fuertemente ¿sabes? La atracción era demasiado fuerte como para luchar—lo miró—Para las dos—añadió.

—¿Cómo se siente ella al respecto? Quiero decir ¿con Jake y todo eso?

—Ella está asustada. Tiene miedo de lo él que va a hacerme.

—Sí. Como dispararte—Blaine bromeó.

—Creo que estoy enamorada de ella—Santana soltó—Es una locura, ¿verdad? Quiero decir…

—¿Tomando en cuenta que no te enamoras?

—Sí. Eso.

Ellos permanecieron en silencio mientras seguían a los demás, entonces Blaine rió en voz baja.

—Entonces ¿no se ha mudado a tu habitación todavía?

—Me alegro de que lo encuentres divertido—dijo Santana, su sonrisa imitando la suya.

En realidad, estaba contenta de ser capaz de decirle a alguien cómo se sentía.

Alguien además de Holly.

—Estoy tratando de averiguar cómo vamos a sacar esto adelante.

—¿Crees que Jake va a colarse por las escaleras en la noche y hacer una revisión de tu cama?

—No me sorprendería. Especialmente si sospecha. Pero…

—Por qué él cree que tiene poder sobre ella? ¿Por qué él cree que tiene algo que decir sobre esto?

—Sabes, creo que de todos nosotros, Jake es el único que quiere el matrimonio y la familia tradicional. Solíamos pensar que sería Finn quien se casaría con Alison y vivirían aquí y empezarían una familia. No sé por qué terminó, por supuesto, pero creo que tal vez él no lo quería. Luego está Noah. Él no tiene citas. En realidad nunca las tuvo—sonrió—Y sabes mis preferencias. Así es que eso deja a Jake para mantener el apellido de la familia.

—¿Y él piensa que Brittany es la indicada para hacerlo? Dios ¿será una sorpresa para él?

—Creo que sería más una decepción que un shock. Quiero decir, vamos, no es ciego. Seguramente se dio cuenta de que había una atracción entre tú y Brittany ¿Por qué si no estaría tan demandante en que te mantuvieras alejada de ella?

—Sí, se podría decir. Pero creo que él solo asumió que estaba jugando con ella, jugando con él. Al igual que en la secundaria. Y ella se presentó como hetero—agregó Santana.

—¿Pero no lo es?—Blaine preguntó con cautela.

Santana negó con la cabeza.

—El hecho de que nunca hubiera estado con una mujer no significa que sea hetero. Blaine, esto no se trata sólo de sexo. Conmigo, eso era todo lo que era antes. Pero no esta vez. Es mucho más profundo que eso. Tenemos esta increíble conexión entre nosotras. Es como si fuéramos amantes de antes, en otra vida.

Blaine se rió.

—Buen Dios, San, estás haciendo que me dé náuseas ¿Otra vida?

Santana sonrió.

—¿Qué? ¿Muy romántico?

—Oh, diablos, tal vez sólo estoy celoso—dijo Blaine—Me gustaría conocer a alguien, enamorarme, construir una vida, tener un hogar. Esto…—dijo agitando las manos hacia el valle por debajo de ellos—…Ya no es suficiente. Alejarse un par de veces al año no es suficiente.

—Entonces vete, Blaine. El viejo se ha ido. Diles a los chicos que deseas seguir adelante, comenzar tu propio lugar.

—Lo sé. Es que esto es todo lo que he conocido. Da miedo pensar en salir y empezar de nuevo.

—Nada de miedo. Emocionante—dijo Santana—Desafiante. Algo fresco y nuevo. Nada de miedo.

—¿Y qué hay de ti? ¿Qué quieres?

—Sé lo que no quiero—dijo Santana—No quiero volver a Manhattan. No quiero volver a esa vida. Creo que pertenezco aquí—lo miró—No quiero decir aquí, en el rancho, pero aquí con los espacios abiertos, las montañas y el valle. Esto se siente bien para mí.

—¿Pero?

—Si me quedo aquí en alguna parte, me gustaría que Brittany se quedara conmigo. Y eso es algo que no hemos hablado. Acaba de iniciar su propio negocio. No sé cómo manejaremos eso. Aún no sé si ella siquiera lo quiere.

¿Eran esas palabras una excusa en caso de que Brittany no sintiera lo mismo?

No, ella lo sabía.

Brittany se había enamorado también.

Y Dios, se sentía bien saber eso.

No, se sentía bien creer eso.

No tenía ninguna duda.

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Capitulo 32

Brittany sabía que él iría a verla.

Lo sabía.

Y pensaba que estaba preparada.

Carl Howell y su equipo ya se habían ido y estaba haciendo un recorrido en la barraca.

Ella había mirado varias veces por la ventana, en busca de ellos...en busca de Santana.

Pero cuando Jake irrumpió en la barraca, con una gran sonrisa en su rostro sin afeitar, supo que no estaba preparada.

No estaba preparada para el abrazo de oso que le dio.

No estaba preparada para sus palabras.

—Te extrañé.

No debió haberse sentido tan molesta por su exuberancia, pero lo estaba.

Estaba molesta consigo misma por haberle dejado llegar tan lejos en primer lugar.

Dio un paso lejos de Jake mientras él intentaba besarla, sus labios rozaron su mejilla en lugar de su boca.

—¿Has vuelto?—preguntó Brittany, su voz sonaba extraña para ella misma.

Ella hizo un espectáculo mirando detrás de él.

—¿Dónde está todo el mundo?

—Todavía en los establos—Jake miró a su alrededor, tratando de ocultar su vergüenza por el beso fallido—Ellos han hecho progresos—dijo dando un breve paseo por el nuevo pasillo.

—Sí. La fontanería está terminada. Tomará una semana más para acabar con la electricidad. Entonces van a comenzar con el revestimiento y finalmente vamos a tener las habitaciones.

—Estás haciendo un buen trabajo.

Brittany sonrió.

—Bueno, Carl está haciendo un buen trabajo. Tiendo a estar bajo sus pies por lo que siempre está feliz cuando Santana viene a ocupar mi tiempo.

Las palabras salieron con honestidad, pero vio el cambio en su expresión inmediata.

Al principio se asustó, con ganas de tomar las palabras de nuevo.

—¿Ocupar tu tiempo?

Brittany se sorprendió por la repentina cólera en sus ojos y debió haberlo estado esperando.

—Sí. Hemos estado cabalgando. Ella me ha mostrado el rancho ¿recuerdas?

—Te dije que te mantuvieras alejada de ella—dijo Jake—Ella es un problema.

Brittany igualó su ira mientras se acercaba a él.

—¿Me dijiste que me mantuviera alejada de ella? Jake ¿por qué piensas que tienes la autoridad para decirme con quien puedo, o no, pasar el tiempo? Me gusta tu hermana. Nos llevamos muy bien. Obviamente tienes problemas con ella, pero eso es tu problema.

—¿Problemas?

—O como quieras llamarlo. Disfruto de su compañía.

Jake la agarró del brazo, sus ojos acusadores ahora.

—¿Qué ha hecho ella?

Brittany se apartó de él, asustada por sus acciones.

—¿De qué estás hablando?

Jake la señaló con el dedo.

—Aléjate de ella.

Brittany escuchó voces afuera y supo que los otros vendrían adentro para inspeccionar el progreso.

Ella lo miró, deseando sólo poder decirle la verdad.

Pero no pudo.

Tenía miedo de su ira.

Antes de que pudiera responder a su orden, Noah y Finn entraron y ella se alejó de él.

—Wow, mira esto—dijo Noah, su sonrisa casi contagiosa—Ellos hicieron mucho en una semana.

—Sí. Tumbarán las paredes en dos días.

Sólo entonces se dio cuenta de que no había ofrecido sus condolencias a ninguno de ellos por la pérdida de su papá.

A juzgar por la expresión de sus rostros, casi podía pensar que Santana no les había dicho.

Ella miró a Jake, pero fue hacia Finn primero tocando ligeramente su brazo.

—Siento lo de tu papá—dijo en voz baja.

Finn asintió con la cabeza.

—Gracias. Pero había llegado el momento.

—Sí—dijo Noah—Él aguardó seis semanas para morir. Me alegro de que haya terminado.

—Me gustaría que dejaras de decir eso—dijo Jake—Es como si quisieras que muriera.

—¿Y tú no?

—Él era nuestro papá—dijo Jake en voz alta—No un desconocido.

—No quise decirlo de esa manera—dijo Noah—Sólo quise decir que ha estado muy enfermo, en dolor, que quería morir. Nos lo dijo cuándo lo trajeron a casa desde el hospital. Demonios, ninguno de nosotros pensó que tomaría seis semanas.

—No discutamos—dijo Finn—Voy a llamar a Ken. Vamos a tener el servicio mañana.

Noah asintió con la cabeza y la miró nuevamente.

—Luce muy bien, Brittany. Pero estoy listo para una ducha y una afeitada—dijo.

—Yo también—agregó Finn—Y estoy deseando la comida de Sue.

—Creo que ella tiene un gran asado en el horno—dijo Brittany.

Noah y Finn se fueron y Brittany esperó que Jake se uniera a ellos, pero él se quedó, presumiblemente para continuar su discusión.

Antes de que él pudiera decir algo, Santana y Blaine estaban de pie en la puerta. Brittany esperaba que su alivio no se mostrara en su rostro mientras les sonreía.

—Bienvenido.

—Es bueno estar de vuelta—Blaine también inspeccionó el trabajo en la barraca—No parece el mismo lugar—dijo.

—Ellos han estado ocupados—dijo Brittany dándole un rápido vistazo a Santana.

A Jake no le pasó eso de largo así que se interpuso entre ellas.

—Ahora que estoy de vuelta Santana, puedo hacerme cargo de la tarea de mostrarle el rancho a Brittany—dijo Jake.

Santana levantó una ceja.

—Ciertamente no ha sido ninguna tarea, Jake—dijo—Nos hemos divertido. O al menos yo lo he hecho.

Brittany vio la rabia en el rostro de Jake, pero no supo qué decir para templar las palabras de Santana.

Fue Blaine quien intentó aligerar el ambiente.

—Creo que te has divertido—dijo—Tormenta probablemente recuperó el tiempo perdido.

—Hemos estado en todas partes—dijo Santana y Brittany estuvo agradecido de que no siguiera provocando a Jake—Encontramos el viejo camino al Rancho de Abrams.

—¿Todavía está ahí? No he ido por ese camino en todo el año—dijo Blaine y miró a Brittany—¿San te encontró una buena yegua para montar?

—Ginger—dijo Brittany—Y es muy gentil.

—Bueno, puedo sacarte la próxima vez—dijo Jake de nuevo y Santana se encogió de hombros.

Brittany no discutió, pero no tenía intención de ir a ninguna parte con Jake.

De nuevo, fue Blaine quien intervino y Brittany sospechó que Santana debió haberle dicho acerca de ellas.

—Vamos, hermano. Necesitamos una ducha. Olemos mal—dijo—Estoy seguro de que estas damas lo agradecerían.

Brittany pensó que Jake se negaría pero después de enviar a Santana una mirada amenazante, siguió a Blaine.

—Supongo que te veré en la casa entonces—dijo mientras se giraba para irse.

Brittany sintió los ojos de Santana sobre ella y se volvió hacia ella una vez que los chicos estuvieron por el camino y lejos de ellas.

—¿Estás bien?

Brittany negó con la cabeza.

—Él está tan...tan enojado—dijo.

Las cejas de Santana se elevaron.

—¿Se lo dijiste?

—No. De eso se trata. Está enojado con la posibilidad de eso, supongo. Como si pudiera sentir algo.

Santana la alcanzó atrayéndola hacia sí.

—Ven aquí—murmuró sosteniendo a Brittany apretada contra ella.

Brittany se hundió en su cuerpo, sus brazos se deslizaron alrededor de la cintura delgada de Santana.

Deseaba que todavía estuvieran solas, deseaba que no tuvieran que ocultarse.

Una parte de ella sólo quería huir con Santana y decir al diablo con el rancho, la transformación y el maldito contrato. Pero no era exactamente lo más práctico por hacer al iniciar su propio negocio.

Pero no había contado con que se enamoraría, ciertamente no de una mujer.

—Quiero decirle, Sanny—dijo Brittany—Quiero decirles a todos ellos—movió la cabeza—Si ellos anulan el contrato, entonces que lo hagan, pero no puedo seguir haciendo esto.

—¿Qué ha hecho?

—Él trató de besarme.

La mandíbula de Santana se apretó y Brittany sonrió ante la evidente molestia de Santana con su hermano.

—Me las arreglé para evitarlo, pero sólo va en aumento. Dudo que mi excusa de no me siento atraída por ti vaya a funcionar.

—¿Él trató de besarte?

Esta vez Brittany rió al ver el fuego de los celos en los ojos de Santana.

—Sanny, incluso si esto entre nosotras no hubiera sucedido, todavía no estaría interesada en Jake.

Santana se relajó y sonrió.

—No. Eso se debe a que es un hombre.

Brittany dejó que sus dedos se entrelazan con los de Santana sosteniéndola con fuerza.

—¿Eso te molesta?—preguntó—Que no he estado con una mujer antes—aclaró.

—No. Sólo quiero que estés segura. Y sé que es mucho pedir—dijo Santana—¿Cómo puedes estar tan segura? Siempre has salido con hombres.

—Sí. Pero pase lo que pase entre tú y yo, al menos me he dado cuenta de que he estado saliendo con el sexo equivocado—dijo Brittany.

Soltó la mano de Santana, sus dedos se deslizaron por su brazo hasta su hombro y luego a través de su pecho, justo rozando sus pechos. Oyó el jadeo de sorpresa de Santana y fue suficiente para despertar su deseo.

Brittany se empujó dentro de ella, sosteniéndola contra la pared, moviendo sus labios por su cuello, sintiendo el pulso acelerado de Santana. Ella gimió cuando sus dientes mordieron su piel, sintiendo el poder que tenía sobre Santana en ese momento.

Sus manos estaban enloqueciendo a Santana, sus labios y su boca haciendo que Santana se retorciera.

Y a Brittany le encantaba.

—Britt, deberíamos tal vez…

—Shhh.

Brittany la hizo callar con su boca besándola con firmeza, haciéndole saber que no tenía intención de detenerse.

Debía parar, por supuesto.

No deberían estar haciendo esto, no aquí.

Pero la necesidad y el deseo de Brittany ganó y que no le importó decir las palabras en voz alta.

—Te quiero.

Una vez más el gemido de Santana y luego sus manos atrajeron a Brittany más cerca, no la apartó.

Brittany tomó las manos de Santana sosteniéndolas con firmeza a su lado, mirándola a los ojos, viendo su deseo reflejado ahí. Sus pechos estaban palpitantes, tratando de recuperar el aliento.

—Te quiero, San—Brittany susurró de nuevo.

No esperó una respuesta.

Su boca encontró la de Santana, sus manos sacaron la camisa de Santana de los vaqueros, tocando su piel, sus dedos se movieron a través de su piel suave, luego empujó con impaciencia su sujetador hacia un lado, poseyendo sus pechos.

—Britt—murmuró Santana, su cuerpo arqueándose contra Brittany.

Brittany bajó la cabeza, levantando la camisa y el sujetador hasta que sus labios se cerraron alrededor de un pezón de Santana. Ella chupó suavemente, luego tiró de él, sus dientes raspando contra él.

Oyó el gruñido de Santana y se dejó atraer con rudeza contra Santana hasta que sus cuerpos quedaron apretados.

Su respiración era laboriosa, el sonido fuerte en la barraca vacía. Regresó a la boca de Santana mientras sus manos fueron a los vaqueros de Santana, sus dedos lo desabrocharon rápidamente.

No dudó mientras deslizó su mano dentro.

Ella la quería.

La quería así, con fuerza y rapidez.

Santana estaba húmeda y lista para ella.

Empujó dos dedos dentro de ella, sintiendo como Santana se cerraba alrededor de ellos. Se retiró, adicionando un tercer dedo, saboreando los gemidos fuertes procedentes de Santana.

Usó sus caderas para introducir sus dedos profundamente en Santana, con la boca apoyada en el cuello de Santana mientras luchaba por respirar.

Todo estaba todavía tan fresco y nuevo, esta necesidad.

Sabía que todo lo que necesitaba, Santana se lo daría.

Santana no diría que no.

Lo quería tan intensamente.

Sus gemidos, el agarre desesperado que tenía sobre Brittany, le dijo lo mismo.

—Dios, Britt-Britt—jadeó Santana.

—Sí—murmuró Brittany, diciendo la palabra que respondería cualquier pregunta no expresada, la palabra que le diría a Santana que ella estaría de acuerdo con todo en ese momento.

Los dedos de Santana se clavaron casi dolorosamente en sus hombros y Brittany introdujo sus dedos más profundamente, con más fuerza, dentro de ella.

Usó su pulgar para rozar su clítoris, acariciándolo con cada embestida. Santana estaba cerca, sus caderas moviéndose violentamente con Brittany. Brittany hizo caso omiso al dolor palpitante entre sus propias piernas mientras ella llevaba a Santana cerca del orgasmo.

—Déjate ir—murmuró Brittany, moviendo los labios sobre el oído de Santana, su lengua serpenteando dentro—Déjate ir, San—dijo de nuevo, sus dedos se cerraron deliciosamente en su interior, sintiendo como Santana escuchaba su orden cuando su orgasmo la reclamó.

—Dios—Santana gimió, su cuerpo temblando contra el de Brittany, la humedad inundando su mano.

Los dedos de Brittany se deslizaron fuera de ella y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Santana, apoyada en ella, tratando de recuperar el aliento.

Pero Santana no la dejó descansar.

En un solo movimiento, desabrochó sus vaqueros y los puso abajo, deslizando sus bragas con ellos. Santana cayó de rodillas delante de Brittany y Brittany se quedó sin aliento cuando sintió el aliento de Santana en sus muslos húmedos.

Santana tomó sus caderas, llevándola hacia adelante a la boca que la esperaba.

—Jesús... San.

Brittany se apoyó contra la pared cuando Santana separó aún más sus piernas.

—San—gimió cuando sintió la lengua de Santana acariciándola.

Sus caderas se sacudieron contra la cara de Santana, aumentando la fricción entre ellas. Entonces los labios de Santana se cerraron sobre su clítoris, chupando con su boca como si fuera su pezón.

Brittany gruñó en voz alta, el sonido de la succión de la humedad la llevó al límite rápidamente.

Se mordió los labios para no gritar.

Su mirada estaba desenfocada mientras miraba a Santana, todavía de rodillas, con la boca todavía enterrada en ella. Brittany tocó su cabello, atrayendo a Santana hacia arriba. Ella le dio un beso, más lento ahora, su necesidad saciado por el momento.

Se inclinaron juntas, su piel húmeda por el sudor debido al esfuerzo, la respiración regresando lentamente a la normalidad.

—Gracias—susurró—Yo…

—Lo sé—murmuró Santana—Yo quería eso también.

Brittany escondió la cara en el cuello de Santana, sintiendo como su pulso finalmente se desaceleraba.

Acarició ese punto con su lengua, luego suspiró.

—¿Podemos quedarnos así para siempre?

Sintió la sonrisa de Santana, sintió que sus labios besaban su cabello, sintió que sus brazos la apretaban contra ella.

—Sí. Me gustaría mucho.

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Capitulo 33

Las nubes estaban formándose al oeste y Brittany asumió que el pronóstico de Sue acerca de la tormenta se estaba haciendo realidad.

Su mirada se volvió de nuevo a la carretera, ya no era capaz de ver sus camiones.

Se habían ido para el servicio de su padre y el entierro.

Nunca había conocido al hombre y no sentía que tuviera un lugar en el servicio, a pesar de la oferta de Jake de que podía acompañarlos. Eso por sí solo le hizo declinar, además Santana ya le había dicho que no debía sentir ninguna obligación de asistir.

Dejó escapar un profundo suspiro mientras se apoyaba en la barandilla, con los ojos una vez más yendo a las densas nubes que hacían su camino a través del valle.

La cena la noche anterior había sido un asunto tedioso y no estaba segura de cuántas más podría soportar.

Jake se sentó a su lado, por supuesto, pero Santana había estado al otro lado de la mesa y sus ojos se habían encontrado a menudo.

Blaine había tratado de mantener la conversación ligera e impersonal y Brittany estaba agradecida.

Incluso Noah parecía sentir la tensión e hizo un esfuerzo por mantener la conversación amistosa, llevándolos a hacer memoria mientras relataba cuentos de sus años más jóvenes.

Inevitablemente, la conversación giró en torno a Santana y sus hazañas y en poco tiempo, el nombre de Elaine Bonner fue mencionado, haciendo a los hermanos reír a carcajadas mientras Noah contaba la historia cuando Jake capturó a Santana en el pajar con su novia.

Brittany logró contener la risa, después de haber oído la historia de Santana en un contexto muy diferente.

Jake no encontró ninguna gracia en ella, con la cara roja de ira y quizás de vergüenza.

Fue entonces cuando Brittany deseó poder correr y esconderse.



Flashback


—Eso es de lo que estoy hablando—dijo Jake—Ella usa a la gente para sus propósitos. Es por eso que necesitas mantenerte lejos de ella. No se puede confiar en ella.

—Vamos, Jake. Eso fue hace mucho tiempo—razonó Blaine.

—¿Y crees que ha cambiado?—Jake miró a través de la mesa hacia Santana—¿Fue divertido para ti? ¿Seducir a Elaine? Probablemente la marcaste de por vida.

—¿Crees que yo la seduje? Tenía dieciséis años ¿Qué sabía yo de eso?

—Es obvio que sabías lo suficiente—dijo Jake en voz alta—No puedo creer que la hayas forzado de esa manera.

Santana se echó a reír y Brittany supo que ya había soportado todo lo que iba a soportar.

La mirada de Brittany se centró en Blaine, no en Santana, mientras en silencio le pedía que interviniera.

—Yo no la forcé, Jake. Ella me rogó. La primera vez fue sólo un polvo rápido detrás de los establos, pero fue suficiente para que ella supiera que yo podía darle lo que, obviamente, tu no podías—dijo Santana.

Brittany se apartó de Jake mientras literalmente podía sentir el calor de su cólera.

—¿La primera vez?—preguntó Jake con voz tensa.

Se hizo el silencio alrededor de la mesa mientras todos los ojos fueron hacia Santana.

Brittany se dio cuenta de que Santana estaba completamente imperturbable mientras sus labios se torcían en una sonrisa.

—¿Qué? ¿Crees que el día que nos atrapaste en el pajar fue la única vez?

Jake se levantó tan rápidamente, que tumbó la silla hacia el suelo.

—Eres una perra maldita—expresó Jake—Yo debí…

—Siéntate—Finn gritó mientras se ponía de pie—Siéntate y cállate. Nuestro papá acaba de morir ¿y esto es lo que hacemos? ¿Tener una discusión familiar? Eso fue hace años, Jake. Supéralo.

Pero Jake no se sentó.

Él miró rápidamente a Brittany y luego se volvió y salió de la habitación dejando sólo el silencio.

Noah fue el que finalmente lo rompió.

—Eso fue incómodo.

—Algo divertido, sin embargo—dijo Blaine con una breve carcajada.

—Deja de provocarlo—dijo Finn a Santana.

—¿Yo? Yo no toqué el tema.

Entonces Finn se volvió a Brittany.

—Siento que hayas tenido que presenciar todo esto—dijo disculpándose sinceramente.



Fin Flashback



Después de la cena, Brittany había escapado a la cocina para ayudar a Sue a limpiar a pesar de sus protestas.

Simplemente había demasiada tensión y no quería unirse a ellos en el estudio de su papá para las bebidas.

Ella había ido a la cama antes que los demás, sin ver a Jake nuevamente. Se fue a dormir con la esperanza de que Santana la despertara cuando llegara.

Era de madrugada cuando Brittany se movió y fue una grata sorpresa encontrar un cuerpo caliente envuelto alrededor de ella.

Santana estaba durmiendo profundamente y Brittany sólo se acurrucó más cerca de su calor.

Cuando se despertó más tarde, estaba sola y se preguntó si había soñado todo. Pero se dio la vuelta, apretando la almohada contra ella, oliendo el aroma único de Santana y supo que no había sido un sueño.

El sol del mediodía estaba ahora encima, el cielo azul seguía dominando, al menos por unas horas más.

El sr. Tanaka había llamado temprano, informándole a los hermanos que iba en camino con el cuerpo de su papá.

El servicio sería corto, había dicho Santana, nadie asistiría, salvo ellos y tal vez Figgins. Lo enterrarían cerca de su mamá en un lugar que su papá había elegido hace años.

Sería la primera visita de Santana al terreno de la familia desde el día del funeral de su mamá.

Esa era otra razón por la que se había negado a asistir.

No sabía cómo Santana lo manejaría, y Brittany sabía que si Santana se emocionaba, si lloraba, entonces Brittany querría consolarla y la familiaridad con la que Santana se deslizaría entre sus brazos, sin duda, revelaría su secreto.

Sólo podía imaginar otra escena como la de anoche.

—¿Estás bien señorita Brittany?

Brittany se volvió, encontrando a Sue observándola. Ella asintió y aceptó el vaso de té helado que Sue le ofrecía.

—Gracias. Y sí, estoy bien.

—¿No has hablado con Jake todavía?

—No. Y después del episodio de anoche en la cena, no creo que lo haga—dijo.

Tomó un sorbo de té, mirando los ojos interrogantes de Sue.

—Esta cosa entre Santana y yo, no parece preocuparte—dijo Brittany—Estoy sorprendida.

—¿Por qué? ¿Porque soy una mujer sencilla de una pequeña ciudad en medio de la nada?

Brittany sonrió.

—Algo así, sí.

—Comprobé de la manera más difícil, lo corta que puede ser la vida—dijo Sue—Perdí a mi marido y a mi única hija una noche en una tormenta. Chocaron contra un árbol. Murieron en el acto. Nunca busqué el amor de nuevo después de eso—se encogió de hombros—He estado viviendo aquí, cuidando de los niños desde que perdieron a su propia mamá. Los primeros años, sólo trabajé para tratar de olvidar—dijo—Nunca pensé que haría de esto mi hogar. Y creo que tenías razón cuando sospechabas que ellos no eran cercanos. Creo que sólo pretendían algunas veces. No ha habido amor aquí. En realidad no. No hasta hace poco—dijo con una sonrisa—Espero no estar fuera de lugar al decir esto pero…cuando usted y la señorita Santana se miran, veo tanto amor. Simplemente llenan la habitación alrededor de ustedes.

Brittany se acercó y apretó su brazo.

—Gracias. Y no, no está fuera de lugar—dijo en voz baja.

—Como le dije antes, esto es nuevo para mí. No sólo el hecho de que Santana sea una mujer, pero...bueno…

—¿Estar enamorada?—supuso Sue.

Brittany sintió el rubor cubrir su rostro mientras miraba hacia otro lado.

—Sí. Estar enamorada es nuevo también.

—Cariño, no escapes de eso. Agárralo y aférrate a eso. Te lo pueden quitar tan rápidamente a veces.

Brittany apretó su brazo nuevamente.

—Lamento lo de tu familia.

—Fue una tormenta al final de la primavera, llena de viento y relámpagos y lluvia helada—dijo Sue—Probablemente, muy parecida a la que tendremos esta noche. Cada vez que una tormenta cae, pienso en el accidente. Pienso en lo que pudo haber sido. Mi Becky sólo tenía dieciséis años. Tenía toda la vida por delante—suspiró—Pero los accidentes ocurren ¿no es así?

Brittany observó los ojos de Sue inundados de tristeza, pero la mujer mayor forzó una sonrisa en su rostro de todos modos. Brittany se la devolvió con una leve inclinación de cabeza cuando Sue se volvió y la dejó.

Brittany dejó que su mirada se deslizara nuevamente al valle y luego hacia el cielo, donde las nubes seguían formándose.

A lo lejos, oyó el primer rumor tenue de un trueno.



***********************************************************************************************************



Santana miró a través de los rostros sombríos de sus hermanos.

Sombríos, sí, pero no lleno de dolor.

No como cuando su mamá murió.

Se preguntaba qué pensaría el señor Tanaka de todo el asunto. Ahí estaban, cinco hermanos y Figgins, el amigo más viejo de su papá y su conserje, parados frente a un ataúd que les había costado una pequeña fortuna, esperando que alguien dijera unas pocas palabras.

Finn finalmente se aclaró la garganta, retorciendo con las manos nerviosamente su sombrero de vaquero.

—Nuestro papá murió justo donde nació, aquí en el rancho. Creo que todos lamentamos verlo partir, pero agradecidos de que su lucha haya terminado—levantó la mirada, fijándola en Santana—Tenía remordimientos, estoy seguro—dijo—Era un hombre orgulloso, nunca admitiría sus errores.

Santana asintió, sorprendida al sentir como sus ojos se humedecían. No a causa de su papá, pero por el hecho de que Finn hubiera reconocido la brecha entre ellos.

—Se une a nuestra querida mamá—continuó Finn.

Santana miró a su tumba por primera vez, viendo la hermosa lápida, pero no pudo leer las palabras grabadas ahí. Ella cerró los ojos, deseando que Brittany estuviese ahí a su lado.

Brittany tomaría de su mano con fuerza, manteniéndola centrada.

En cambio, ella entrelazó sus propias manos, apretando sus dedos hasta que le dolieron.

—Se une a sus padres y su hermano y sus abuelos. Todos ellos trabajaron esta tierra, en su tiempo, la trabajaron justo como la trabajamos hoy—dijo Finn—Gracias a ellos, esto es nuestro—miró hacia arriba y Santana se sorprendió por el amago de sonrisa en su rostro—Para bien o para mal—terminó en un murmullo.

Noah se unió a él en una risa silenciosa.

Blaine, también, parecía divertido.

Jake, sin embargo, se mantuvo para sí mismo, con el rostro inexpresivo.

Finn se puso el sombrero nuevamente, insinuando el final.

—Que todos ellos descansen en paz—miró a los trabajadores de pie discretamente alejado de ellos—Gracias, señor Tanaka—dijo con una pequeña inclinación.

Se dirigió a su camioneta y Noah y Jake le siguieron. Figgins demoró un segundo más, entonces también se volvió para irse.

Santana sintió a Blaine acercándose y tomándole la mano.

—Vamos. Vamos a verla.

Santana asintió con la cabeza, dejando que Blaine le guiara por la corta distancia a la tumba de su mamá.

Se dio cuenta entonces cómo estaba dispuesto al azar el cementerio de la familia.

—¿Por qué no está enterrado cerca de ella?

—Él tuvo que haber cortado las raíces de ese árbol de abeto. El viejo lo plantó después de que mamá murió. Ya sabes lo mucho que a ella le gustaba el abeto.

—Sí. Recuerdo. Ella plantó suficiente de ellos alrededor de la casa.

—Escogió este lugar para sí mismo—dijo Blaine—Es espeluznante.

—¿Qué?

—La selección de un lugar para ser enterrado.

Santana sonrió.

—Sí ¿Dónde está tu lugar?

Blaine rió.

—No aquí. He estado atascado en este rancho por mucho tiempo. Cuando encuentre mi pedacito de cielo, creo que quiero ser cremado y ya sabes, disperso.

Santana se acercó y apoyó la cabeza en su hombro.

—No hubo lágrimas, Blaine. Ni una. ¿Qué pasa con eso?

—Hay cosas que simplemente no puedes fingir.

Ella suspiró sabiendo que era verdad.

—¿Vienes mucho aquí a verla?

—Un par de veces al año. El anciano venía por lo menos una vez a la semana. Se sentaba ahí…—dijo señalando la lápida donde se sentaba—…Y hablaba con ella.

—Es divertido—dijo—Cuando estaba lejos de aquí, la extrañaba tanto. No podía soportar el pensar en ella. Estaba abrumada por la pena. Ahora que estoy de vuelta aquí, no la extraño tanto. Es como si…como si pudiera sentirla todavía, ya sabes.

—Estar de vuelta entre cosas y lugares familiares—dijo en voz baja—Tal vez no lo echas de menos porque te has permitido pensar en ella, hablar de ella. Has dejado que tus recuerdos regresen.

Ella asintió con la cabeza.

—Sí. Cerré mis recuerdos para siempre. No quería recordar. Eso solo traía dolor.

—¿Y ahora?

—Ahora los recuerdos traen una sonrisa, felicidad. Tengo muy buenos recuerdos de mi infancia. La mayoría—dijo Santana.

—¿Así que regresar fue bueno?

—Sí. Fue lo mejor. Gracias por hacer que lo hiciera.

—De nada, Tana.

Ella se acercó y le besó en la mejilla.

—Gracias por buscarme. Si no lo hubieras hecho, todavía sería esa persona amargada y solitaria en la que me había convertido. Es como si me hubieras liberado de eso, Blaine.

—¿Y Brittany?

Santana sonrió.

—Y Brittany. Dios, no la hubiera conocido. No hubiera sabido lo que es ser tocada por ella, ser amado por ella. Es increíble las vueltas que da la vida ¿no?

—Sí, lo es—tiró de su mano llevándola de nuevo a su camioneta.

Ambos asintieron al señor Tanaka y Santana asumió que querían terminar.

—No me gusta hablar de esto otra vez, pero ¿qué pasa con Jake? Tienes que decirle.

—¿Decirle? Viste lo loco que se puso anoche ¿Puedes imaginar lo que hará cuando se entere de que Brittany y yo estamos durmiendo juntas?

—Brittany tiene que decirle. Él podría tomarlo mejor viniendo de ella. A ti, te dispararía.

Santana cerró la puerta y volvió a mirar el cementerio, viendo como el ataúd de su papá era bajado bruscamente en el suelo.

Lo definitivo de eso la golpeó y se dio cuenta de que nunca tendría la oportunidad de reconciliarse con él.

Santana suspiró.

¿Lo necesitaba?

Él dijo que lo sentía.

Dijo que estaba equivocado.

¿Era eso suficiente?

—¿Estás bien?

—Sí—dijo ella rápidamente—Estoy bien. Es sólo que...ya se acabó.

—Tal vez sea hora, Tana. Es hora de dejar todo de lado.

—Creo que tal vez ya lo he hecho. 

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Capitulo 34

Brittany saltó visiblemente cuando el fuerte trueno hizo temblar las ventanas.

Las nubes oscuras habían ocultado el sol hacía mucho tiempo, haciendo que el final de la tarde pareciera el anochecer.

Encontró a Sue mirando por la ventana de la cocina, mirando las nubes y la lluvia a su alrededor. Se puso de pie junto a ella, finalmente frotando suavemente el brazo de la mujer mayor.

—Venían a casa de una obra de la escuela—dijo Sue—A Becky le encantaba cantar y bailar, actuar. Él se fue solo con ella. Yo tenía una gripe fuerte. Estaba en la cama con fiebre—se volvió hacia Brittany con los ojos tristes—La tormenta salió de la nada realmente. Al igual que esta. Soleado un minuto y al siguiente truenos y relámpagos—suspiró—La casa estaba a oscuras y yo estaba en la cama, mirando el espectáculo, pensando en lo hermoso que era. No tenía idea de que iba a perder a mi familia esa noche con la misma tormenta.

Brittany no ofreció palabras de condolencias o dolor.

Sabía que no era necesario y que no era realmente apropiado. Sue estaba recordando algo que muy probablemente siempre hacía en silencio. Tener a Brittany a su lado le permitió dar voz a sus recuerdos. Así que le apretó el brazo cariñosamente mientras permanecía en silencio.

Finalmente Sue se movió con una sonrisa triste en su rostro.

—Gracias—susurró.

El brillante destello de un relámpago y el estruendo del trueno la alejaron de la ventana. Los ojos de Brittany se fueron por el camino hacia los establos.

—Ellos aún no han regresado ¿no es así?

—No. Pero los chicos tendrán cuidado, no te preocupes. Ese rayo debe mantenerles atascados en el interior sin embargo.

Blaine, Noah y Santana se habían apresurado a los establos para proteger a los caballos. Pensaron que tendrían tiempo, pero en un instante, la tormenta estaba sobre ellos.

Brittany ahora deseó haber ido con ellos, pero los ojos recelosos de Jake le habían detenido. No quería hacer una escena por lo que se había quedado atrás, ofreciendo ayuda a Sue en la cocina para evitar estar a solas con Jake.

Él pareció sentir su vacilación y la dejó volviendo a su habitación, mientras Finn dijo que tenía unos papeles que atender.

Habían pasado al menos treinta minutos desde que habían salido y Brittany se estaba preocupando. Con rayos a su alrededor, esperaba que no estuviesen en el pasto tratando de acorralar a los caballos.

Esperaba que hubieran llegado a ellos con tiempo y que sólo estuvieran esperando que pasara la tormenta en los establos. Ese pensamiento no alivió su preocupación mientras se dirigía hacia la ventana, tratando de ver a través del cristal salpicado de lluvia.

Al principio, pensó que era sólo un rayo, pero este permanecía y crecía. Sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta de que era un incendio.

—¡Oh, Dios mío! Sue, venga a mirar.

—¿Qué pasa?

—Parece fuego.

—Oh, Señor, no es el granero ¿verdad?

El corazón de Brittany quedó atrapado en su garganta y sin pensarlo corrió hacia la puerta de la cocina, ignorando el llamado de Sue para que volviera adentro.

El viento y la lluvia la golpearon pero no le importó mientras corría a ciegas por el camino, su único pensamiento era la seguridad de Santana.

Cuando un relámpago crepitó su cabeza instintivamente se agachó y cerró los ojos mientras un trueno retumbaba a su alrededor. Tropezó y cayó vagamente consciente de las voces que la llamaban desde la casa.

La lluvia se sentía como hielo golpeando su rostro pero siguió corriendo, entrecerrando los ojos a través de la lluvia para evitar caerse. Al acercarse, vio que no era el granero el que estaba en llamas, sino la barraca. Su alivio duró poco al ver las figuras que corrían entre el granero y la barraca.

Corrió también, gritando cuando un relámpago golpeó uno de los pinos, el pino donde hacían picnic, dividiéndolo en dos

—¡San!—gritó quitándose la lluvia de la cara, tratando de encontrarla—¡ San!—gritó de nuevo, el viento se llevó el sonido de su voz inmediatamente.

La puerta del establo estaba abierta y ella corrió hacia la luz, sorprendida de que ellos todavía tuvieran energía.

—Jesucristo, Britt—dijo Santana mientras la agarraba—¿Qué demonios estás haciendo aquí afuera?

—El fuego, pensé que era el granero—dijo entre jadeos—Pensé que estabas herida…

—Un relámpago golpeó la barraca. No hubo nada que pudiéramos hacer.

—Lo siento. Dios, estaba tan preocupada por ti.

Se miraron la una a la otra, ambas empapadas. Entonces Santana tiró de Brittany en un fuerte abrazo y Brittany se aferró a ella, su cuerpo temblaba ahora mientras su adrenalina fluía.

—Nunca vuelvas a hacer eso, Britt-Britt—le dijo Santana en voz baja al oído—El rayo…pudiste haber muerto.

—No pensé en eso. Lo siento—dijo de nuevo.

Se alejó de sus brazos mirando las caras divertidas de Blaine y Noah. Brittany se sonrojó profusamente mientras estaba totalmente avergonzada, pero Santana no soltó su mano cuando trató de alejarse.

—¿Supongo que negar esto y decir que sólo somos amigas no va a funcionar?

Noah sacudió la cabeza y se echó a reír mientras miraba a Blaine.

—Como si no lo hubiéramos visto venir a un kilómetro de distancia.

Lo que ninguno de ellos vio venir fue a Jake, la lluvia que chorreaba por su rostro no fue suficiente para ocultar su rabia y sus ojos se clavaron en sus manos entrelazadas.

—Tu maldita perra—gritó empujando a Brittany fuera del camino con fuerza, mientras sus manos se posaron en Santana—Podría matarte ahora mismo.

Brittany se desplomó hacia atrás, cayendo lejos de Santana. Ella gritó cuando Jake golpeó a Santana haciéndola caer de rodillas.

Blaine saltó delante de su siguiente golpe, tomando el golpe de lleno en la nariz.

—Basta—Brittany gritó frenéticamente arrastrándose hacia donde yacía Santana.

La sangre corría por la comisura de su boca y estaba parpadeando como si estuviera tratando de aclarar su mente.

Brittany levantó la mano hacia Jake mientras él se inclinaba sobre ellas.

—¡Basta!

Entrando en el granero, Finn ayudó a Noah a sujetar los brazos agitados de Jake. Finn empujó a Jake contra la pared, con su rostro tan rojo como el de Jake.

—No seas un maldito estúpido—dijo en voz alta mientras Jake trataba de liberarse.

Los ojos de Jake ardieron en los de Santana.

—¿Estás contenta ahora? Me gustaba. Yo la quería ¡Quería casarme con ella! ¿Por qué es que cada vez que me gusta alguien, tienes que llevártelas lejos de mí? No es más que un maldito juego para ti. Eso es todo lo que siempre ha sido.

Santana se sentó, frotándose la mejilla.

—Te equivocas. Nunca ha sido un juego.

—¡Pendejadas!

Entonces Brittany se levantó interponiéndose entre ellos.

—¿Por qué crees que todo esto es culpa de Santana? ¿Por qué crees que no tengo un papel en esto? ¿Soy yo? No tiene nada que ver contigo, nada que ver con Santana. Soy yo—dijo tocando su pecho.

Jake negó con la cabeza.

—No, no lo creo.

—Lo siento, pero es la verdad.

—Bien—movió su brazo liberándolo del agarre de Noah—Entonces te quiero fuera del rancho. A primera hora de la mañana—señaló a Santana—Y tú, no quiero volver a ver tu culo de nuevo. A las dos, las quiero fuera de aquí a primera hora de la mañana.

—Así no es cómo tomamos las decisiones por aquí—dijo Finn.

—Bueno ya no tenemos una barraca—dijo Noah—Ahí va nuestra idea del rancho de huéspedes.

—El seguro cubrirá eso—dijo Finn—No vamos a…

—Puedes hablar todo lo que quieras, pero yo quiero que se vayan—dijo Jake.

Salió de nuevo hacia la tormenta y nadie intentó detenerlo.

Brittany ayudó a Santana a ponerse de pie y luego tendió la mano hacia Blaine. Él tenía un flujo constante de sangre que corría por su nariz.

—Lo siento. Lo siento mucho—dijo Britttany.

—Está bien. Una nariz rota me hará lucir más rudo ¿no te parece?

Brittany le sonrió y se volvió hacia los demás.

—Lo siento mucho. Esto es mi culpa. Nunca debí…

—No te disculpes—dijo Finn—No es tu culpa—miró a Santana y levantó una ceja—¿Estás bien?

—No es la primera vez que él me golpea—admitió Santana.

—Pero será la última.

—Sí, sí. Voy a salir de aquí. No tendrán que volver a verme—dijo Santana.

Brittany giró la cabeza con el ceño fruncido.

¿Seguramente Finn no estaría pateando a Santana fuera del rancho?

—Eso no es lo que quise decir. Jake siempre ha tenido problemas de ira. Demonios, el anciano debió haberle conseguido un poco de ayuda cuando te arrojó del pajar y te rompió el brazo.

Noah rió.

—Yo la hubiera tirado si ella hubiera estado follando a mi novia.

Santana hizo una mueca.

—¿Tienes que ser tan insensible?

Noah miró a Brittany.

—Lo siento. Eso fue grosero de mi parte.

—Bueno, cuando tienes dieciséis años, supongo que eso es todo lo que haces follar ¿no?—dijo Brittany con una sonrisa.

Santana se quejó.

—¿Podemos dejar ese tema, por favor? Tenemos un fuego afuera, ya saben.

—Un fuego que tendrá que extinguirse por sí mismo—dijo Finn.

Finn se acercó a la puerta del establo, ahora la tormenta se alejaba de ellos mientras el relámpago cruzaba el valle.

—La lluvia va a ayudar, pero dudo que podamos salvar algo—miró a Noah y le indicó que lo siguiera—Vamos a echar un vistazo.

Noah se puso el sombrero y se detuvo en su camino.

—Bienvenida a casa hermana—dijo con una sonrisa—Es como en los viejos tiempos, ¿no es así?

Brittany guio a Santana para que se sentarse en un fardo de heno.

—Noah parece haberse ablandado contigo—dijo Brittany—Aquí, tú también—dijo mientras sentaba a Blaine al lado de Santana—Mantén la cabeza hacia atrás.

—Sí ¿qué pasa con Noah?—preguntó Santana.

—Jake fue un culo todo el viaje. Nos tenía hartos a todos. Destruyéndote, planeando su propuesta de matrimonio para Brittany. Incluso…

—¿Matrimonio?—Brittany negó con la cabeza—¿En serio?

—En serio—dijo Blaine—Hay algunas toallas por ahí—dijo señalando un armario cerrado—No puedo dar fe de lo limpias que estén.

—Gracias por tomar el golpe por mí—dijo Santana—Te lo debo.

—Como dijo Finn, él no va a volver a pegarte nunca más.

Brittany encontró las toallas, tirando de una que aún estaba cuidadosamente doblada en la parte inferior de la pila. Se volvió el agua en el grifo para mojar la toalla y luego se la llevó a Blaine, sosteniéndola contra su nariz.

—Los caballos ¿estaban bien?—dijo mirando a Santana.

—Sí. Sólo tuvimos dos de los potrillos que trataron de emprender la huida, pero los detuvimos.

—Tengo que conseguir una toalla para ti también—dijo Brittany limpiando la sangre cerca de sus labios.

—Estoy bien, Britt. En serio. Él sólo me rozó.

Brittany tomó su mano y la apretó.

—¿Qué quisiste decir cuando dijiste que no era la primera vez que te golpeaba? ¿Hubo otras ocasiones además del pajar?

—Oh, Jake siempre ha tenido carácter. Al parecer era yo quien lo hacía aflorar.

—¿Pero él te golpeaba?

—El problema era que ella nunca se lo decía a nadie…—dijo Blaine—…Así que no lo sabíamos. La única vez que Finn lo vio golpearla, le hizo sangrar el labio a Jake.

—Sí. La única vez que Finn me defendió—dijo Santana—Pero Jake me dejó tranquila después de eso. Hasta el incidente pajar.

No era el momento para entrar en eso ahora, el hecho de que Jake la hubiera usado como un saco de boxeo le perturbaba enormemente y la aceptación de Santana aún más.

Por supuesto, la Santana que conocía ahora nunca lo toleraría. Tal vez como niños, había un cierto orden jerárquico y Santana había estado en el nivel inferior.

La confusión de Santana sobre su sexualidad y la insistencia de su papá en que no tenía parte en el rancho probablemente jugaron un papel en toda la situación.

La baja autoestima había causado que ella pensara que merecía la ira de Jake.

—Hey.

Brittany levantó la vista, mirando los ojos de Santana. Trató de ocultar sus pensamientos, pero, obviamente, no hizo un buen trabajo.

—Estás tratando de analizarlo ¿no es así?

Brittany asintió con la cabeza.

—No lo hagas, Britt. No trates de encontrar culpa o culpable. Eso fue hace mucho tiempo.

—Pero él es tu hermano. No golpeas a…

—No. Tu no—Santana se paró a continuación, señalando el fin de la conversación—Vamos a echar un vistazo a la barraca ¿Blaine? ¿Estás dispuesto?

—Sí. La hemorragia se detuvo.

—Probablemente deberías ver a un médico—dijo Brittany.

—Todo estará bien—dijo Blaine—Probablemente no esté realmente rota.

A juzgar por los moretones que ya eran evidentes, Brittany no estuvo convencida, pero no era su lugar discutir. Tomó la mano de Santana, permitiéndole dirigir el camino al exterior.

Finn y Noah estaban cerca mirando, las brasas. Afortunadamente, el fuego se había iniciado en el extremo remodelado. Como estaba hecho polvo, había poco para alimentar las llamas.

El revestimiento de roca impidió que el fuego se propagara. La estructura de madera original, construida hacía generaciones, sólo tuvieron daños mínimos, con excepción del techo.

Al parecer, la lluvia torrencial había ayudado a sofocar las llamas.

—¿Qué piensas?—Santana preguntó a Finn.

—Un milagro que esas maderas viejas no se consumieran—dijo Finn—Si están dispuestos, vamos a traer algunas mangueras y mojarlas aún más. Tal vez podamos salvar la parte principal, después de todo.




Pasaron lo que parecieron horas echando agua en los tablones de la barraca, el viento encendía las brasas más rápido de lo que podían apagarlas.

Brittany estaba exhausta, pero mantuvo el esfuerzo, pues no quería quedarse atrás.

Todos estaban empapados para el momento en que Finn señaló que se detuvieran.

—Creo que esto es lo mejor que podemos hacer. El viento ha amainado por fin.

—Parecemos ratas empapadas—dijo Brittany con una sonrisa.

—Y olemos como ellas—dijo Blaine—No que yo pueda oler mucho—añadió señalando su nariz.

—Creo que Britt tiene razón—dijo Santana—Probablemente deberías echarle un vistazo al médico.

—Oh, demonios, no le daré la satisfacción a Jake—dijo Blaine.

—No puedo creer que él no vino a ayudar con el fuego—dijo Brittany mientras enrollaba la manguera que estaba utilizando.

—Jake acaba de pasar la última semana diciéndonos que iba a casarse contigo—dijo Finn—Así que cuando vio que Santana y tú estaban...bueno, lo último que él quiere es vernos a cualquiera de nosotros en este momento.

—No puedo creer que él pensara que íbamos a casarnos. Quiero decir, no ha habido nada romántico entre nosotros—dijo Brittany.

—Jake no ha tenido mucha experiencia en esa área, por lo que en su mente, había algo entre ustedes dos.

Brittany miró a Santana.

—Debería ir a hablar con él.

—No. No sola. Acabas de ver lo que hizo—dijo Santana.

—No me hará daño—insistió Brittany—Se merece una explicación.

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Capitulo 35

Después de asegurarle a Sue que "nunca haría nada tan estúpido otra vez" y después de una larga ducha caliente, Brittany se dirigió a través de los pasillos de la planta baja hacia la suite de Jake.

Después de su primer golpe fue recibida con silencio, volvió a llamar.

—¿Jake? ¿Podemos hablar?

—Márchate. Te dije que no quiero volver a verte.

Ella suspiró e inclinó su cabeza hacia atrás, mirando al techo. Los hombres podían ser como chicas a veces.

Así que lo intentó de nuevo.

—Jake ¿por favor? Tengo que explicarte.

Su petición fue recibida con más silencio, luego escuchó movimiento en la habitación. Él abrió la puerta, con los ojos todavía endurecidos y enojados.

—No tienes que explicar—dijo Jake—Sé cómo es Santana.

—Pero tú no sabe cómo soy yo—dijo Brittany—¿Puedo pasar?

Él vaciló y ella pensó que iba a negarse, pero finalmente se hizo a un lado.

Nunca había estado en ninguna de las habitaciones de los hermanos y se sorprendió al ver lo grande que era. Entró en una habitación casi del tamaño completo de la sala de estar, un enorme televisor de pared ahora en silencio, pero la imagen clara.

A través de una puerta abierta echó un vistazo a su habitación, la cama sin hacer y los pantalones vaqueros desechados estaban en el suelo.

—¿Qué quieres, Brittany?

Se dio la vuelta y lo miró, sorprendida por la frialdad de su voz. Ella respiró profundamente, sin saber por dónde empezar.

—Creo que primero debo pedir disculpas por dejarte ir tan lejos como lo hice. Quería que me gustaras de esa manera, Jake. Realmente lo quería.

¿Era eso una mentira?

Sí, tal vez un poco.

—Pero tienes que saber que no hay nada aquí—dijo haciendo un gesto entre ellos—No puedo obligarme a sentir cosas que quieres que sienta.

—Pero eso no es cierto—dijo Jake—Hay algo entre nosotros.

Ella negó con la cabeza.

—No lo hay. Lo siento, pero no me siento atraída por ti.

—¿Y entonces qué? ¿Eres gay? ¿O simplemente eres otro juguete de Santana?

Está bien, así que eso dolió un poco, admitió. Santana ya le había dicho que había tenido una gran cantidad de amantes.

¿Cuántos de ellas eran amigas de Jake?

Pero esa era una conversación que tendrían ella y Santana, no Jake.

—Lo que hay entre Santana y yo no tiene nada que ver con esto, Jake. Incluso si no hubiera una Santana aun así no sentiría nada por ti. Lo siento.

—¿Pero lo sientes por ella?

Brittany lo miró a los ojos, pensando que realmente debería mentirle en este momento, pero no pudo.

No sobre esto.

—Sí, así es. Y no voy a pedir disculpas por eso.

Él rió amargamente.

—Vas a terminar igual que las demás. Santana no tiene sentimientos. Ella usa a la gente, eso es todo. Es egoísta.

—No la has visto desde que tenía dieciocho años—Brittany le recordó—Dudo que la conozcas en absoluto.

—¿Y piensas que tú sí?—se rió de nuevo—¿Qué crees que sucederá? Ella va a regresar a Nueva York o a cualquier lugar que llame hogar ¿Crees que va a invitarte a ir con ella?—negó con la cabeza—No. No eres más que un pequeño juguete para ella, mientras que está aquí.

Por primera vez, Brittany sintió la incertidumbre de su situación.

¿Qué harían?

¿A dónde irían?

¿Jake estaba en lo correcto?

¿Regresaría Santana a Nueva York?

Brittany se alejó de él, porque no quería que él viera la duda en sus ojos.







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—Realmente deberías ver a un médico—Santana dijo mientras le entregaba a Blaine la bolsa de hielo—No me gustaría ver tu perfecta nariz desfigurada.

—Fue una locura ¿no es así?

—Sí. Todo el día ha sido una locura.

—¿Acaso Brittany fue realmente a hablar con él?

—Sí.

—¿No te preocupa?

—¿Qué? ¿Se pondría violento con ella?

—No. No creo que la golpee. Pero nunca se sabe lo que vaya a decir.

—Él puede decirle lo que quiera. Britt ya lo sabe todo.

—De verdad te gusta ¿eh?

—Estoy enamorada de ella—Santana sonrió—Dios, se siente bien decir eso.

—No sabría decirlo—dijo Blaine—Tal vez algún día.

Santana sirvió whisky en sus vasos y le entregó uno a Blaine.

—Toma. Esto te hará sentir mejor.

Santana arrimó la silla de cuero cerca de la suya e imitó su posición, los pies apoyados en el escritorio de su papá.

—Esperemos que Finn no nos descubra—murmuró Blaine.

—¿Qué? ¿Con los pies en el escritorio?

—Eso y por beber nuestras bebidas después de la cena antes de la cena.

—Demasiadas reglas—dijo Santana—Y después del día que hemos tenido—lo miró, sonriendo mientras chocaban sus vasos—Sabes, he estado pensando—dijo—¿Por qué no compramos ese pedazo de tierra en el que tienes tus ojos puestos? Vamos a comprar juntos.

—¿Qué? ¿En serio?

—Sí. Podemos empezar de nuevo. Podemos tomar a Tormenta y a Ginger y las potrancas que te gustan. Y esa yegua que has estado criando. Podemos tener nuestro propio lugar.

—¿Dejar el rancho?

—Sí. Tú mismo dijiste que estabas listo.

—Decirlo y hacerlo son dos cosas diferentes—dijo Blaine.

—Sí. Pero no nos estamos haciendo más jóvenes ¿Por qué esperar?

—¿Crees que serías feliz viviendo aquí? Lejos de la ciudad.

—Yo pertenezco aquí—dijo Santana—Y creo que a Britt le encantaría también.

Blaine sonrió y tomó un sorbo de su bebida.

—Son dos mil acres, tiene un pequeño arroyo de truchas que lo atraviesa. Un valle, no tan grande como este, pero suficiente para el pastoreo. Está en las colinas—dijo Blaine—Se puede cabalgar a las montañas a partir de ahí y dentro de terrenos públicos. Es simplemente perfecto.

—¿Cuántas veces has estado por ahí?

—Sólo una vez oficialmente—dijo Blaine con una sonrisa—Pude haber entrado sin autorización una o dos veces.

—¿Y? ¿Quieres hacerlo?

—No lo sé. Es un montón de dinero, Tana.

—Tengo el dinero, Blaine. Realmente quiero hacer esto contigo.

—Está bien ¿Qué tal si lo llamamos y vamos a mirar? Podrías odiarlo.

—O me puede encantar—golpeó su vaso con el de él otra vez—Gracias.

Ella ya había decidido que si él decía que no, iba a encontrar un lugar propio.

Para ella y Brittany.

Siempre y cuando, claro está, Brittany estuviera dispuesta. Aun si Brittany no estaba preparada, ella todavía no quería regresar al Este.

No había nada en su apartamento de Manhattan que no pudiera dejar atrás. Incluso decir adiós a Holly no sería difícil.

Holly representa todo lo que odiaba de su vida.

Ella le daba crédito a Holly por su ayuda cuando más lo necesitaba, por aceptarla, por enseñarle sobre la vida. Pero había muchas cosas que había perdido por seguir el estilo de vida de Holly.

Holly estaba contenta con sus fiestas sexuales y sus compañeras de una noche.

Santana ya no lo estaba.

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Capitulo 36

Brittany se quedó inmóvil, mirando como Santana cerraba con llave la puerta de su dormitorio.

Lo último que quería era otra escena con Jake.

—¿Estás segura de que esto está bien?

—Sí. No hay nada que esconder—Santana le dedicó una sonrisa cansada—Y después de todo lo que ha pasado hoy, no me importa.

Brittany se movió entonces hacia ella y cayó entre sus brazos. Estaba agotada y se dio cuenta de que Santana lo estaba también.

Después de la escena emocional con Jake, luego el fuego, todos estaban exhaustos. La cena había sido breve y tranquila con todos ellos excusándose temprano.

Jake no se había molestado en unirse a ellos en absoluto, lo cual no fue una sorpresa.

—Ha sido un día de locos—dijo y besó a Santana ligeramente consciente de su labio partido—Finalmente logramos dormir juntas y ahora estás herida y las dos estamos cansadas y yo...y voy a comenzar mi periodo en cualquier momento.

Santana rió con cansancio.

—Sólo quiero abrazarte. No tengo la energía para nada más.

Se quitó la camisa y el sujetador dejando que Brittany la mirara. Sí, estaba cansada, emocionalmente y físicamente. Sin embargo, la visión de Santana envió un escalofrío a través de ella haciendo que su corazón latiera un poco más rápido.

Antes de que tuviera tiempo de pensar en todo esto, Santana le levantó la camisa y Brittany alzó sus brazos obedientemente, dejando que Santana se la quitarla. La mano de Santana se puso detrás de ella y desabrochó su sujetador.

Brittany gimió cuando la mano de Santana rozó su pezón.

—Eres tan hermosa, Britt—susurró Santana, bajando la boca hacia la de Brittany.

—Pensé que estabas cansada—dijo Brittany sobre sus labios.

—Estoy agotada.

Brittany buscó sus vaqueros desabrochándolos mientras la besaba.

—Deja que te ayude con esto, entonces.

Santana sonrió contra su boca.

—¿Estás tratando de seducirme?

—Por supuesto que no. Estamos agotadas, ¿recuerdas?

A pesar de sus juegos al desnudarse, estaban demasiado cansadas para llevarlo más lejos.

Brittany se acurrucó contra Santana, cubriendo con su brazo la cintura de Santana. Suspiró con satisfacción, contenta de que el día hubiera terminado.


—¿Britt?

—¿Hmm?

—Hablé con Blaine acerca de comprar un ranchito con él. Al norte de aquí, en la frontera de Idaho.

—¿En serio?

El corazón de Brittany latió nerviosamente mientras trataba de leer entre líneas, tratando de entender lo que estaba diciendo Santana.

—Sí. Y si lo hacemos, vamos a necesitar un consultor, ya sabes. Alguien que diseñe la casa, tal vez que haga lo del rancho de huéspedes ahí.

Brittany se sentó, tratando de leer en los ojos de Santana bajo la oscuridad.

—¿Qué estás diciendo, San?

—Digo que si no te sientes cómoda viniendo conmigo de esta manera, como amantes, entonces tal vez vendrías como consultora.

Brittany cerró los ojos y escondió su sonrisa.

Las inseguridades de Santana aparecían en los momentos más extraños. Como ahora, con las dos desnudas y en los brazos de la otra y cuestionando las intenciones de Brittany.

Bueno, sólo había una manera de aliviar sus temores.

—Sanny, sabes que estoy enamorada de ti ¿verdad? Iría a cualquier lugar contigo...de esta manera.

Sintió como la tensión abandonaba el cuerpo de Santana y se inclinó encontrando la boca de Santana tocándola suavemente.

—¿Crees que no lo haría?

—Tenía miedo de que fuera demasiado pronto. Esto es nuevo para ti y acabas de comenzar tu negocio. No sé si te arriesgarías conmigo...con nosotras.

—No sería un riesgo, San—sonrió—Tenía miedo de que te fueras. Dejándome.

—Oh, Dios...no, Britt—Santana tiró de ella colocándola a su lado, sus labios heridos moviéndose suavemente en su rostro—No podría irme. No dejaría a mi corazón detrás.

Brittany asintió aliviada.

—Dímelo, Sanny—le susurró—Por favor.

No tenía que explicarse.

Santana sabía lo que quería decir.

Santana tampoco tenía que decir las palabras para Brittany supiera, pero ella necesitaba oírlas.

Santana tocó su rostro, con el pulgar rozó suavemente sus labios.

—Te amo, Brittany. Quiero empezar de nuevo aquí, construir un hogar, una vida. Contigo—sus labios se movieron suavemente sobre Brittany—¿Quieres eso también?

—Sí. Sí, quiero eso—dijo abriendo su boca para Santana, olvidándose por completo lo de estar cansada cuando la lengua de Santana tocó la suya.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Pd: solo un cap más epílogo.