[Resuelto]FanFic Brittana: Storms (Adaptada) Epílogo

Capitulo 11

Santana estaba en la ventana, mirando hacia el valle, las palabras de Brittany seguían inundando su cabeza.

Su oferta de hablar, escuchar, tocando a Santana de una manera que no podía explicar. Con los años, ninguna de las mujeres que había conocido o con las que había estado ninguna había preguntado acerca de su pasado.

Tal vez simplemente no estaban interesadas.

Tenía dinero, eso era todo lo que les importaba.

Y Holly, sus preguntas eran en su mayoría por curiosidad, nada más. Sin embargo Brittany, prácticamente una desconocida para ella, le había ofrecido escucharla, le había ofrecido poder hablar.

Si Santana estaba dispuesta, sabía que la oferta era sincera.

Pero como siempre había ocurrido, no estaba dispuesta a hablar de su pasado.

Había demasiados recuerdos.

Los recuerdos que había guardado bajo llave y escondido todos estos años.

Tenía miedo de lo que pasaría si los dejaba salir.

Se apartó de la ventana con una leve sonrisa en su rostro al recordar el toque suave en su brazo.

Negó con la cabeza.

Una maldita lástima que Brittany Pierce prefería el género de su hermano sobre el de ella.

Una verdadera perdida.

Pero probablemente era lo mejor.

No estaba segura de tener la energía de buscar algo más. Además, ella le gustaba. Había pasado mucho tiempo desde que había agregado un nuevo amigo a su vida.

Suspiró otra vez sintiendo una inquietud en su interior.

Miró el reloj, todavía faltaba un par de horas antes de que los chicos volvieran para la cena.

Todos menos Finn.

Él y Figgins acamparían en el camino. El primer paso de la montaña estaba a un día de viaje. Y si la nieve había disminuido, trasladarían a la manada la siguiente semana.

Las reformas en la barraca también empezarían la siguiente semana. Las cosas estaban avanzando y ella no sabía cuánto tiempo más estaría aquí.

Después de que el viejo muriera ¿había alguna razón para permanecer aquí?

No era realmente bienvenida, eso era evidente.

Suspiró de nuevo, dirigiéndose hacia la puerta. Caminó resueltamente por el pasillo antes de que pudiera cambiar de opinión. Se puso de pie en la puerta de su papá, oyendo la tos incesante. Llamó rápidamente en el marco de la puerta y entró en la habitación, sin esperar que la enfermera le permitiera pasar.

Se encontró con una mirada fría.

—Está descansando.

—Él va a tener un montón de tiempo para descansar ¿no le parece?—dijo mientras se acercaba a la cama.

Su papá volvió la cabeza y por un momento sus ojos se iluminaron. Pero no por ella, se dio cuenta.

Ella siempre había tenido los ojos a de mamá y un parecido a ella.

Finn había heredado el color de su piel, sus ojos y el color de cabello.

Noah y Blaine habían heredado el color de su piel, pero ojos claros y su color de cabello de su papá.

Jake y ella habían heredado el color de piel y su cabello de su papá, pero los ojos de su mamá.

—Has vuelto—dijo con la voz ronca por la tos.

Ella asintió con la cabeza, observando lo pálido que parecía hoy.

El miró a la enfermera, señalándole que se alejara con un gesto débil de la mano.

—Mi tiempo es corto—dijo—Creo que ellos lo saben.

—¿Los chicos?

Él asintió con la cabeza.

—Ellos ya no vienen mucho. Creo que la muerte es trabajo para las mujeres. Los hombres no son lo suficientemente fuertes.

—No. Los hombres no son lo suficientemente fuertes para un montón de cosas—dijo Santana.

Ella se acercó a la ventana, mirando hacia el lago.

—¿Quién era esa mujer con la que estabas?

Se dio la vuelta, con una pregunta en sus ojos.

Ah.

Él las había visto en el lago.

Se aclaró la garganta.

—Brittany Pierce, la consultora que tus hijos contrataron.

—La cosa del rancho para huéspedes—dijo tosiendo de nuevo—Están tratando de salvar el rancho.

—¿Qué pasó? ¿Por qué están perdiendo dinero?

Tosió de nuevo, volviendo la cabeza en la almohada. Cuando se dio la vuelta, Santana vio la tristeza en sus ojos.

—Mi papá, y su papá antes que él, hicieron un exitoso y duro trabajo aquí. Ellos construyeron este rancho. Tenían buen juicio para los negocios. Lo mismo hizo mi hermano—dijo haciendo una pausa para toser de nuevo—Ojalá estuviera vivo. Él estaba destinado para dirigir este lugar, no yo. Los chicos, a pesar de todo su trabajo duro, heredaron mi cerebro para los negocios, no el de su abuelo—su respiración era superficial y se preguntó si tendría las fuerzas para continuar—Las malas decisiones de los últimos años. No se pueden cambiar.

—Bueno, esto podría funcionar. Traerá algo de dinero de todos modos.

Ella lo miró, sus ojos miraban a lo lejos. No había mucha vida en ellos, lo podía notar. Era como si estuviera a punto de morir, pero su cuerpo no se lo permitía.

Todavía no.

—¿Sabes por qué te eché—preguntó sorprendiéndola.

—¿Me odiabas?

—Cuando te miraba…la miraba a ella—dijo—Y deseaba que hubieras sido tú la que hubiera muerto ese día. No ella.

—¿No crees que yo deseaba lo mismo? Hubiera tomado con gusto su lugar.

—Tenía que culpar a alguien. Necesitaba respuestas. Me dolía demasiado—dijo con la voz quebrada—Morí ese día también.

—¿No creías que también estaba sufriendo?—preguntó Santana mientras se acercaba a su cama—Yo fui quien tuvo que traerla de vuelta aquí. Fui la que tuvo que ver como sucedía. Sin embargo, a nadie parecía importarle que también estaba sufriendo—dijo en voz alta tocando su pecho—Todo el mundo estaba tan malditamente preocupado por ti—estaba junto a él, mirándolo a los ojos—Estaba sufriendo también. Pero no tuve ningún consuelo. Fui acusada. Fui culpada. Fui aislada de la familia. Me echaron.

—No había nada más que pudiera hacer.

—Tonterías—dijo en voz alta—Podrías haber sido un hombre y aceptarlo. Yo tuve que hacerlo. Fue un accidente. Eso fue todo lo que fue. Un accidente. No fue mi culpa. No fue la culpa de nadie. Sin embargo, no pudiste manejar la situación. Culpaste a una niña de dieciocho años de edad. Culpaste a tu única hija—hizo una pausa, su voz llena de lágrimas—Y luego la echaste de su familia.

Mientras sus lágrimas se mantuvieron ocultas, las de él no. Corrían por su rostro y estuvo a punto de sentir lástima por él.

La enfermera rápidamente la empujó a un lado.

—Debería salir. Creo que ha hecho suficiente daño por un día—dijo mientras sostenía un trapo en el rostro de su padre mientras tosía.

Santana sintió una punzada de culpabilidad al ver a su padre llorar, pero se dio la vuelta sin decir nada más.

Mientras caminaba por el pasillo, Brittany estaba en la puerta de su habitación, con los ojos llenos de preocupación.

No había duda de que lo había escuchado todo.

Santana sacudió la cabeza ante la pregunta tácita de Brittany mientras se dirigía a su habitación, pero Brittany la siguió.

—¿Santana?

—Estoy bien—dijo—Sólo trabajando en el cierre que pensé necesitaba.

Se dirigió inmediatamente a la ventana, dándole la espalda a Brittany mientras las lágrimas amenazaban con salir.

Había llorado tanto después que su madre había muerto, después que había sido echada, que no creía que tendría lágrimas para derramar.

Y ciertamente no por él.

Pero había estado sola, y en soledad, por tanto tiempo que simplemente todo le golpeó a la vez.

Él no la amaba.

No en ese momento.

Ciertamente, no ahora.

Él la culpaba.

Él deseaba su muerte.

El suave toque tentativo sobre su espalda sólo agravó su soledad. Agachó la cabeza, deseando que sus lágrimas pararan.

No lo hicieron.

—Ven aquí—dijo Brittany rodeándola lentamente.

Era absurdo, era una desconocida quien le ofrecía consuelo, pero Santana lo tomó de todos modos.

Sus ojos se cerraron fuertemente mientras unos sorprendentes brazos fuertes la sujetaban.

—Dios, lo siento—susurró mientras enterraba su rostro en el hombro de Brittany.

Nunca antes se había derrumbado delante de nadie, ni siquiera ante Holly. Sin embargo, ahí estaba, prácticamente sollozando mientras se aferraba a Brittany.

—Shhh. No. Lo he escuchado todo. No tienes nada que lamentar.

Por primera vez en años, Santana no se sintió terriblemente sola.

Descargó su alma, dejando que los años se deslizaran junto con sus lágrimas.

Brittany la abrazó mientras lloraba, murmurando sonidos incoherentes mientras sus manos se movían dulcemente contra su espalda.

Santana, como si fuera lo más natural para ella, dejó que su cuerpo cediera contra el de Brittany, sin importarle que su abrazo fuera mucho más íntimo de lo que debiera ser.

Se sentía tan bien ser sostenida y reconfortada, que no tuvo ningún deseo de apartarse.

Pero los portazos del camión rompieron el momento.

Pronto, las voces masculinas llenaron el piso de abajo y ella se alejó de los brazos de Brittany, sintiéndose avergonzada por haberse aferrado de esa manera a ella.

Se aclaró la garganta y luego se dirigió al armario y cogió un puñado de pañuelos, soplando en silencio su nariz y tratando de secar sus ojos.

No quería que sus hermanos la vieran así.

—Gracias—dijo finalmente—No sé qué decir.

—No tienes nada que decir, Santana.

Santana señaló la mancha de humedad en su camisa.

—Yo…

—Está bien. No me importa—la miró a los ojos—Cuando estés dispuesta a hablar, voy a estar aquí.

Cuando, notó Santana.

No sí, sino cuándo.

Santana asintió con la cabeza, aceptando la invitación.

Ambas miraron a la puerta cerrada, cuando oyeron los pasos pesados en la escalera.

—No quieres que Jake te encuentre aquí—dijo Santana—No estaba bromeando cuando te mencioné anteriormente de que odia a las lesbianas—dijo tratando de aligerar el ambiente—El hecho de que yo sea su hermana, no le importa en lo más mínimo.

—Entonces mejor corro—dijo Brittany imitando la sonrisa de Santana—Nos vemos en la cena.

Santana se volvió hacia la ventana cuando Brittany abrió la puerta. Sabía que Jake estaría en el pasillo y no quería ver sus ojos acusadores en ella.

Ya había tenido suficientes acusaciones por un día.

—¿Qué estabas haciendo ahí?

Santana inclinó la cabeza al oír la voz de su hermano.

—Hablando—respondió Brittany.

—Tengo que decirte algo sobre mi hermana.

Oh, wow.

Ahora va a dejar caer el bombazo "ella es gay".

Santana puso los ojos en blanco.

—Demasiado tarde.

—Es necesario que te mantengas alejada de ella.

Brittany frunció el ceño.

—¿Por qué?

—Ella es...ella es gay—dijo mientras se retorcía las manos nerviosamente.

Brittany sonrió.

—Sé que es gay. No es una enfermedad contagiosa, Jake.

—No se puede confiar en ella, es todo lo que estoy diciendo. No le importa si no eres como ella. Te forzará si lo desea.

Brittany no podía creer que estaba oyendo esto.

O tal vez si podía.

Jake era obviamente inseguro, pero definitivamente no era su deber tranquilizarlo.

—Voy a tomar tu inquietud bajo consideración, pero no voy a evitarla—dijo Brittany.

Él la miró, sus ojos encontrando la mancha de humedad en su camisa.

—¿Por qué estás mojada?

—Yo... se me cayó el agua—dijo evasivamente.

—Mira, no quiero parecer tan paranoico, pero si te hace algo o te dice algo, házmelo saber.

—Jake, puedo cuidar de mí misma. No le tengo miedo a tu hermana—dijo señalando su computadora portátil—Ahora, si me disculpas, tengo que volver al trabajo. Creo que me están pagando para desarrollar un sitio web— dijo con una sonrisa, tratando de suavizar sus palabras.

Desafortunadamente, él no tomó su indirecta para irse.

—Ya sabes que vamos a estar fuera con la manada en una semana—dijo Jake.

—Sí. Estaremos empezando la barraca en ese momento.

—Bueno, antes de irnos, pensé que tal vez quisieras hacer un viaje a la ciudad. Podríamos, tal vez, ir a cenar...ver una película—dijo esperanzado.

—Jake, por mucho que me gustaría pasar tiempo contigo, realmente no puedo permitirme el lujo de salir—dijo escogiendo sus palabras con cuidado—Seis meses pueden parecer mucho tiempo, pero pasan muy rápido. Hay mucha preparación que hacer para estar listos para los huéspedes—se acercó a la puerta y la abrió—Ahora, quiero volver a trabajar. Nos vemos en la cena.

Brittany dejó escapar un suspiro de exasperación cuando él finalmente la dejó, desconcertada por la actitud posesiva que él parecía estar mostrando.

¿Por qué, oh por qué, había coqueteado con él en primer lugar?

Para obtener el contrato, ¿recuerdas?

—Oh, sí—murmuró—El contrato.

Se fue a la cama donde antes había tirado su portátil, cuando había escuchado la voz elevada de Santana.

Vio su reflejo en el espejo, su mirada se dirigió a su camisa, todavía húmeda por las lágrimas de Santana.

La tocó, pasando los dedos sobre ella.

Cuando Santana había salido de la habitación de su papá, tenía una mirada de pura agonía en su rostro.

A Brittany no le importaba que no se conocieran muy bien, simplemente no podía soportar ver el dolor en sus ojos.

No había conocido al papá y no sabía nada de las circunstancias de la muerte de la mamá, ni de la partida de Santana para el caso, pero nadie debería sufrir del abandono emocional que Santana sufría obviamente.

Emocional y físico.

Parecía la cosa más natural del mundo ofrecerle consuelo y un hombro sobre el cual llorar. Había tenido miedo de que Santana se resistiera pero no se apartó.

Todo lo contrario.

Se aferró a ella como si fueran...amantes.

Brittany miró sus ojos en el espejo, preguntándose por el débil zumbido de su cuerpo, preguntándose por su fascinación por Santana López.

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Capitulo 12

—Estuviste callada durante la cena, San—dijo Blaine, mientras caminaban.

Santana había omitido la copa de después de cenar, en el despacho de su papá y optó por un paseo en su lugar.

—Vi al viejo—dijo Santana—Después de decirme que deseó que me hubiera muerto en lugar de ella, se echó a llorar. Me sentí como un culo—admitió.

—Jesús ¿Lloró? No lo he visto llorar desde, bueno, desde que la enterramos.

—Sí. Gran cierre el que estoy obteniendo, eh—dijo Santana.

—¿Quieres hablar de eso?

Santana negó con la cabeza.

—No. Estoy cansada de pensar en eso.

—¿Por qué el paseo, entonces?

—Jake me estaba dando esa mirada durante toda la cena. Necesitaba salir de la casa.

—Pensé que estaba actuando raro ¿Qué está pasando?

Santana se echó a reír.

—Atrapó a Brittany en mi habitación.

—Whoa, hermanita. ¿Qué pasó con eso?—Blaine empujó juguetonamente su brazo—No estarás pensando…

—No. Ella me escuchó hablar con el viejo y yo estaba molesta. Así que ella solo estaba…

Santana miró a Blaine, decidiendo que no le contaría que se había echado a llorar en los brazos de Brittany.

—…Sólo estaba comprobando que estaba bien, eso es todo. Jake, por supuesto, subió corriendo las escaleras tan pronto como entró en la casa. No puedo creer la manera en que está actuando con ella.

Blaine rió.

—Tiene que ser un déjà vu para él. Cuando Elaine estuvo aquí en el rancho, lo único que hizo fue seguirte por todas partes, no a él. Probablemente tiene miedo de que Brittany haga lo mismo.

—No. Todo lo que Elaine quería hacer era desnudarse conmigo para que yo pudiera darle lo que Jake no podía. Un orgasmo.

—¿Así que ellos estaban durmiendo juntos? Pensé que estaba tan molesto porque ella estaba colgándose de ti y no de él.

—No. Estaba molesto porque él nos vio y notó cuan...apasionada era ella—Santana dijo con una sonrisa—Supo entonces que ella había estado fingiendo con él.

—Oh. Golpe bajo—dijo Blaine.

—Sí. Su hermana menor de dieciséis años pudo darle un orgasmo pero él no pudo.

—Está bien, está bien. Dejemos de hablar de la vida sexual de Jake—dijo Blaine.

—¿Tiene una vida sexual? ¿Alguno de ustedes?

—Como he dicho, no hay…

—Eso es una mierda, Blainy. No es normal que los cuatro permanezcan solteros. Joder, conozcan a alguien en línea, si no otra cosa—dijo Santana.

—No me digas así. Y creo que Noah ha tratado con eso.

—¿Y?

—Una chica de Billings. Una cita. Eso fue todo. Incluso en la secundaria, no tenía citas.

—¿Y tú?

—¿Y yo qué?

—Joder Blaine. Eres jodidamente lindo. Deberías tener a muchas mujeres sobre ti.

Blaine se detuvo y se volvió hacia ella, encontrando sus ojos mientras la oscuridad los rodeaba.

—¿Qué pasa si no las quiero?—preguntó en voz baja.

Ella lo miró fijamente.

—¿Qué significa eso?

Blaine sacudió la cabeza y se volvió para irse, pero ella se lo impidió tomándolo del brazo.

—¿Blaine?

—Yo no...Yo no salgo con mujeres, Tana.

—Está bien, hermanito, ¿qué estás diciendo?
—¿Tengo que explicártelo?

Santana lo miró, todavía con el ceño fruncido y luego sus ojos se abrieron.

—¡Oh, Dios mío!—Santana golpeó su muslo casi riéndose a carcajadas—¿Eres gay?

—¿Podrías bajar la voz?

Blaine tiró de su brazo, llevándola más lejos de la casa.

—¿Ellos no lo saben?

—Por supuesto que no. Después de lo que te hizo ¿crees que iba a salir del closet con él?

—Oh, Blainy ¿Desde cuándo?

Blaine entrecerró los ojos por como lo llamo, pero luego sonrió un poquito.

—Siempre.

—¿Siempre? Entonces ¿por qué no me lo dijiste? Yo te lo dije.

—Tenía miedo—se rió en voz baja—En realidad, esperaba que sólo desapareciera.

—Sí. Es divertido que no lo hiciera ¿eh?

—Sí.

Se miraron el uno al otro con una sonrisa jugando en sus rostros. Entonces ella le agarró, tirando de él en un fuerte abrazo.

—Dios, mi hermanito es una reina—bromeó y se echó hacia atrás, sonriendo—Eso sería mandarlo a la tumba con seguridad.

—Es divertido, sabes. Cuando vi lo bien que mamá manejó las cosas contigo, quería decirle también. Por fin había logrado el valor suficiente para hablar con ella. Pero... —dijo, su voz disminuyendo hasta desaparecer.

—Sí. Hubo un montón de cosas que no llegué a decirle tampoco—dijo Santana y negó con la cabeza—No puedo creer que nunca me lo dijeras.

—Todo sucedió tan rápido al final, que nunca hubo un buen momento. Y luego te fuiste, y yo me quedé aquí con mi secreto.

Santana dejó de caminar mientras la más completa oscuridad les cubría. Miró al cielo, viendo un millón de estrellas en el cielo.

Oh, cómo se había perdido del cielo nocturno.

Fresco y silencioso, nada más que estrellas.

—Entonces, ¿qué haces?—preguntó Santana—Quiero decir, para entretenerte.

—Cuando está lento aquí en el rancho, tomo vacaciones los fines de semana largos—dijo Blaine.

—No haces cruceros por los bares ¿verdad?

—Solía hacerlo. Pero he conocido a un puñado de chicos por Internet. Hace bastantes años que nos hemos convertido en amigos.

—¿Amigos con beneficios?

—Oh, sí—dijo Blaine.

—¿Pero nadie especial? ¿Nadie de quien estés enamorado?

Blaine negó con la cabeza.

—Yo sólo salgo del rancho cuatro o cinco veces al año. No puedes enamorarte así—dijo—Tal vez algún día—dijo con nostalgia—¿Qué hay de ti?

—No. No ha habido nadie.

—¿Por qué no? Tienes el aspecto y el dinero.

—Sí. Ese es el porqué. La mayoría de las personas con las que estoy solo les importa el dinero.

Por supuesto era su elección estar con ellas.

Holly le había enseñado bien.

Sexo, diversión...sin complicaciones

—Tal vez necesitas un nuevo grupo—sugirió Blaine.

—Oh, no lo sé. Es a lo que estoy acostumbrada, supongo. Nunca tuve la intención de establecerme. El amor duele.

—Sí. Pero eso es lo que lo hace real. No quiero huir del amor. Es solo que no lo he encontrado todavía.

Dieron la vuelta regresando a la casa del rancho, las luces de la planta baja le mostraron la cercanía.

—Entonces ¿qué hacen ustedes en la noche? ¿Solo se retiran a sus propias habitaciones?

—Más o menos. Nos separamos después de la cena y nos encontramos de nuevo en el desayuno.

—Extraño.

—En realidad no. Trabajamos juntos. Nos vemos todo el día. Espero por mi tiempo a solas—dijo Blaine.

—Y con esa vulgaridad de TV—golpeó su hombro cuando llegaron al porche—Así que ¿nunca vas a contarles?

—Tal vez cuando me vaya.

—¿Tienes planes? Pensé que te gustaba estar aquí—dijo Santana.

—Me gusta. En su mayor parte. Pero me siento estancado. He estado ahorrando. Sabes que el viejo nos da un sueldo ¿no? Dinero loco tomando en cuenta que vivimos gratuitamente, pero él siempre lo ha hecho.

—Tal vez es por eso que el rancho se está hundiendo.

—No. No es que estamos operando en números rojos—dijo Blaine—Por lo menos no de acuerdo a Finn. Pero he ahorrado bastante. Creo que me gustaría criar caballos a tiempo completo. Con lo de Tormenta y todo, he hecho un montón de contactos.

—¿Comprarte un ranchito en alguna parte?

Él asintió con la cabeza.

—Idaho, al otro lado de la frontera. Tengo el ojo puesto en un terreno ahí. Simplemente fantástico—sonrió—Puedo verme llamándolo hogar.

—¿Necesitas algo de dinero? Porque puedo…

—No, hermana. Tengo el dinero. Pero están pidiendo por encima de la tasa. Me encanta, pero no estoy dispuesto a pagar tanto. Él bajará con el tiempo.

—Creo que es genial. Me sorprende sin embargo. Nunca se me ocurrió que te gustaría salir de aquí.

—Oh, diablos, San. Has estado alrededor de una semana. No has visto que suceda mucha diversión por aquí. Y una vez que el anciano muera, bueno, no hay razón para mantenernos juntos en este lugar.

—Entonces ¿por qué hacen esta transformación?—preguntó Santana—¿Por qué no venden?

—Lo mencioné una vez y a Finn casi le da un infarto. Ha estado en la familia por ciento cincuenta años.

—Sí, pero ninguno de ustedes está casado. No hay hijos a quien legarlo ¿Para qué demonios están trabajando?

—Me imagino que uno de ellos se va a casar algún día.

—¿Así que te vas? ¿Qué? ¿Te van a comprar?

—Sí. Ese siempre ha sido el trato—se acercó al porche, la luz creando sombras a su alrededor—Pero no tengo ninguna prisa. Va a pasar cuando llegue el momento—se detuvo en la puerta—¿Quieres una copa?

—No. Voy a pasar. Creo que sólo quiero sentarme aquí y disfrutar de las estrellas—dijo Santana.

—Está bien. Nos vemos mañana, hermana.

—Buenas noches.

Fue al lado de la casa y se sentó en una de las mecedoras. Crujió bajo su peso mientras la ponía en marcha.

Fue el lugar favorito de su mamá para sentarse.

Después de la cena, venía aquí a hurtadillas, sola, para simplemente sentarse. Santana a menudo se preguntaba qué pensaba cuando estaba aquí.

Quizás nada.

Quizás sólo le gusta sentarse a mirar las estrellas.

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Capitulo 13

Brittany giró por una esquina de la barraca, anotando sus últimas medidas cuando se encontró de bruces con Santana. Sorprendida, dejó escapar un grito mientras se tambaleaba hacia atrás.

Santana agarró sus brazos, sosteniéndola.

—No quise sorprenderte. Lo siento.

Brittany tocó su pecho, como simulando un ataque al corazón.

—Me has dado un susto de muerte—dijo Brittany.

—Bueno, conociendo a mi hermano, ya te debe haber advertido sobre tener miedo de mí—dijo Santana con una leve sonrisa.

Brittany pudo notar como se le formaban unos tiernos hoyuelos.

Brittany le apretó la mano rápidamente.

—No tengo miedo de ti y lo sabes—dijo entrando en la enorme sala de estar—Pero sí, me advirtió—puso su block hacia abajo, sonriéndole a Santana—De hecho, fue bastante firme en que tenía que mantenerme alejada de ti.

—¿Y vas a prestar atención a su advertencia?

—¿Necesito hacerlo?

Por un segundo Brittany vio un atisbo de desafío en los ojos de Santana, luego desapareció.

—Estas, perfectamente segura. Creo que eres tú quién está en la transformación de las cosas, no yo.

Brittany rió.

—¿Así que no transformaste a la novia de Jake? Dijiste que tenías dieciséis años. ¿Qué edad tenía ella?

—Tenía dieciocho años. Una estudiante del último año.

—Jake tiene treinta años, mi edad—dijo Brittany—Entonces, dos años mayor que tú. Él debía tener dieciocho años—sacudió la cabeza—Me imagino que le asombraría que su hermana menor le estuviera robando su novia.

—No robar. Y no, no la transforme. Al menos, no lo creo—se encogió de hombros—Elaine prefería mis...habilidades orales, creo.

El rostro de Brittany se puso rojo cuando sintió que se ruborizaba profusamente lo que causó la risa de Santana.

—Lo siento ¿Te avergoncé?

—Sí—sonrió amablemente—Sí—dijo nuevamente Brittany.

—Entonces vamos a dejar de hablar de sexo.

Brittany la miró a los ojos.

—¿Estábamos hablando sobre sexo?

Santana arqueó una ceja.

—¿No lo estábamos?

Con Santana permaneciendo de pie cerca de ella, mirándola, Brittany sintió el zumbido en su cuerpo otra vez.

En algún nivel, sabía que debía tener miedo.

Mucho miedo.

Sorprendentemente, no lo estaba.

—De todos modos ¿Qué estás haciendo aquí?

—Buscándote—dijo Santana—Estaba aburrida.

—¿Y yo soy tu diversión?—preguntó Brittany.

Santana fue hacia la enorme chimenea, pasando la mano sobre la piedra lisa.

—Pensé que podrías necesitar ayuda con algo—se dio la vuelta—No he estado realmente fuera de casa todavía—dijo—El lago el otro día, eso fue todo.

—Me di cuenta de que tú y Blaine han hecho caminatas las dos últimas noches.

Se había dado cuenta, sí, sobre todo porque había sentido curiosidad.

Después de la cena, por lo general se retiraban al estudio de su papá para tomar una copa, algo que sabía irritaba a los otros hermanos. Lo que encontraba muy extraño de todo esto era que después de la cena, los cuatro hermanos iban por caminos separados, dirigiéndose a sus propias suites.

Oh, en un par de ocasiones, Jake permaneció alrededor, queriendo hablar, incluso compartiendo vino con ella, pero hasta él finalmente la dejaba sola para valerse por sí misma.

—Blaine y yo siempre fuimos cercanos—dijo Santana—Tenemos un montón de cosas para ponernos al día.

—¿Y los demás?

—Estoy segura de que has sido capaz de notar que no hay mucho cariño ahí.

—¿Por qué? ¿Porque le robaste sus novias?

—No. Comenzó antes de eso.

Santana se sentó en la chimenea, con las piernas estiradas hacia fuera delante de ella.

—Es difícil de explicar. Es como si me hubieran mantenido separada de ellos—dijo Santana—Ellos eran una parte del rancho. Yo no lo era. Para el momento en que llegué a la pubertad y me di cuenta de que prefería la compañía de las chicas, ya había una brecha entre nosotros.

—¿A quién estaba preparando para que te casaras?

—Al principio, pensé que era Artie Abrams. Tienen el rancho vecino. Artie, Blaine y yo éramos amigos mientras crecíamos. Estamos acostumbrados a montar a caballo cuando éramos más jóvenes, antes de que Blaine tuviera que trabajar. Y antes de que nuestro papá pusiera fin a eso—dijo Santana— Cuando él y Kenneth Abrams tuvieron un enfrentamiento, Artie quedó fuera del anzuelo—dijo con una risa.

Brittany estuvo a punto de preguntar por su mamá, pero se dio cuenta de que Santana no estaba de humor para hablar.

No acerca de eso.

La tristeza que había visto en sus ojos ese día se había ido y no quería traerla de vuelta.

Así que, volvió la conversación a la barraca.

—¿Qué piensas de los dormitorios? ¿Alfombras o baldosas?

—Alfombra.

—No se ve tan bien.

—Si tienes baldosas, tienes que tener alfombras.

—Las alfombras pueden ser lavadas.

Santana sonrió.

—Veo que has tomado una decisión.

—En realidad no. Estoy argumentando ambas partes. Realmente prefiero la alfombra. Estaba pensando en el mantenimiento.

—Así que ¿crees que las cosas van a estar en funcionamiento para el momento del transporte de otoño?

—¿En septiembre? No, no creo que ellos deberían empezar para ese entonces. Cualquier ayuda que necesiten, van a tener que contratar a los trabajadores de la época. No querrás traer a alguien por unas pocas semanas y luego despedirlos hasta la primavera.

—¿A quién tienen que contratar?

—Alguien para lavar la ropa, limpiar las habitaciones. Tal vez un cocinero para ayudar a Sue.

—¿Y dónde van a vivir?

—Ellos pensaron que podrían contratar a alguien a nivel local por lo que no tendría que proveer la vivienda.

—El rancho es bastante grande, sobre todo cuando el anciano muera—dijo Santana.

Brittany la miró, notando que la declaración se hizo sin ningún remordimiento o arrepentimiento.

—¿Cuánto tiempo le queda?

—Yo diría que cualquier día de estos, pero Blaine dijo que el doctor le ha estado diciendo eso durante un mes. Está muy frágil y débil.

—Pero no tan débil como para no tener una conversación en voz alta contigo—dijo gentilmente Brittany.

—¿Conversación? ¿Es así como le llamas?

—¿Lo verás otra vez?

Santana se puso de pie, moviéndose a una de las ventanas.

—No veo el punto. Quiero decir, no creo que logre ningún tipo de cierre visitándolo de nuevo. Y desde luego él no parece querer arreglar las cosas—se volvió lentamente, sus ojos mostrando signos de tristeza nuevamente—Él cree que yo soy ella. Cuando me ve, sus ojos se iluminan como si estuviera viéndola. Entonces se da cuenta de que soy yo y solo veo odio ahí.

—Lo siento.

Santana se encogió de hombros, su mirada volvió a la ventana.

—No importa.

—Pero lo hace. Aún te sigue lastimando—afirmó Brittany.

Santana se volvió hacia Brittany y se apoyó contra la pared, con las manos metidas en los bolsillos casualmente.

—Y probablemente siempre lo hará. Nada va a cambiar eso. Es por eso que te dije que no estaba segura de por qué volví.

—Pero a pesar de tu papá ¿no estás feliz de haberlo hecho?

—Sí. Blaine y yo hemos vuelto a conectar. Cuando me vaya de aquí, vamos a seguir teniendo una relación—se alejó de la pared, acercándose a Brittany—¿Entonces, en qué estás trabajando?—preguntó Santana, señalando a la cinta métrica en su mano.

—Sólo trato de tener una idea de la dimensión de las nuevas habitaciones. No está funcionando tan bien. Sólo tengo que esperar hasta que las paredes estén derribadas.

—¿Y comienzan el lunes?

—A primera hora—dijo y luego se echó a reír—Aunque su primera hora será probablemente, mucho antes que la tuya—bromeó Brittany.

Santana mantuvo la puerta abierta para Brittany mientras caminaban hacia el sol.

—Mi cuerpo realmente se ha ajustado un poco—dijo Santana—Siempre he sido como un ave nocturna. Vivir en Nueva York te hace eso. Pero he cambiado mi reloj por aquí, creo.

Brittany se detuvo y la miró, consciente de que tenía que entrar y trabajar en el sitio web, pero no estaba dispuesta a dejar la compañía de Santana todavía.

No se detuvo a pensar del porqué de eso.

Sabía que no tenía razón para la atracción que sentía.

—¿Qué es lo que tienes planeado para el resto de la tarde?—preguntó Brittany.

Santana la estudió, finalmente levantando una ceja.

—¿Qué es lo que tú tienes planeado?—le preguntó Santana en su lugar.

—Tengo que trabajar en la web, pero hoy está tan hermoso afuera. Podría ser persuadida para trabajar en eso esta noche—dijo.

—¿Y qué actividad podría lograr que fueras tentada?

Era una pregunta inocente, Brittany estaba segura, pero la voz baja de Santana provocó un escalofrío a través de ella.

Las palabras de advertencia de Jake hicieron eco en su oído, y se dio cuenta de que probablemente estaba jugando con fuego.

—¿Cabalgar?

Santana negó con la cabeza.

—Por un lado, no he cabalgado desde el día que me fui de aquí. Y por otro, no quieres ir a los establos, mientras que los chicos estén ahí—Santana se acercó a Brittany—Jake se volvería loco si nos presentamos juntas.

Brittany tragó con dificultad.

—¿Los establos están al lado del pajar?—preguntó Brittany.

La sonrisa y esos hoyuelos de Santana casi la derritieron en el acto.

—Sí. Adjunto. Tal vez cuando vayamos te mostraré mí… lugar favorito de la secundaria. Sin embargo, tendremos que esperar hasta que los chicos se hayan ido con el rebaño. Como he dicho, Jake probablemente pondría una escopeta detrás de mí.

Brittany volvió a sentir un rubor cruzando su rostro y estuvo agradecida cuando Santana se alejó de ella, sus ojos brillando con diversión.

—Sólo estoy bromeando—dijo Santana con una sonrisa—Por favor no vayas a decirle a Jake que estaba coqueteando contigo—dijo mientras juguetonamente golpeaba su brazo.

Una vez más, el cuerpo de Brittany simplemente cobró vida con la presencia de esta mujer.


Regresaron a la casa del rancho en un cómodo silencio.

—Jake me invitó a salir—dijo finalmente Brittany.

—¿Ah, sí? ¿Cómo una verdadera cita?

—Sí. Cena y cine.

—Ese es mi hermano. Pero para ser justos, no hay gran cantidad de opciones por aquí—Santana arqueó una ceja—¿Y? ¿Vas a ir?

Brittany negó con la cabeza.

—No. Quiero decir, por mi parte, no quiero animarle. Y realmente, me pagan para trabajar, no socializar.

No añadió que nunca consideró seriamente la oferta.

Jake López no provocaba absolutamente ningún interés en ella.

—¿Vas a defraudarlo fácilmente?

—No estoy segura. Él quería hacer algo antes de salir con la manada. Dijo que se irán en una semana.

—Sí. Y espero que el anciano no muera mientras estén lejos. No quiero ser la que tenga que lidiar con todo.

—Estoy segura de que se han hecho arreglos—dijo Brittany.

Sin duda, tan enfermo como ha estado, los hermanos no dejarían todo en el aire.

Como si hubiera leído sus pensamientos Santana sonrió.

—Son hombres—dijo Santana—Es probable que no se les haya ocurrido a ellos.

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Capitulo 14

Blaine vertió el líquido ámbar en el vaso de su hermana y luego lo deslizó a lo largo de la mesa.

Ella se recostó en el sillón de cuero, usando el borde de la mesa para apoyar sus pies.

—Estás muy callada esta noche—dijo Blaine—¿Has visto el viejo otra vez?

—No ¿Lo has hecho tú? Mencionó que ustedes ya no lo ven mucho.

—Por lo general paso por ahí por las mañanas antes de salir—dijo—Finn lo visita antes de la cena. Noah y Jake después.

—¿Todos los días?

—Creo que sí. Probablemente piensa que no lo hacemos porque ella lo tiene bajo mucha morfina.

—¿Crees que pasará la semana? Quiero decir, ustedes se van en dos días.

Blaine se echó a reír.

—¿Y no quieres quedarte aquí sola? No te preocupes, hermana. Finn tiene todo resuelto. Todo está arreglado.

—¿Tendrán servicio de celular cuando estén con el rebaño?

—No. Apenas tenemos aquí en el rancho. Estarás por tu cuenta.

—Porque no creo que vaya a durar mucho más tiempo—dijo Santana.

—No. Pero no podemos retrasarlo y esperar que él muera. Tenemos que conseguir que la manada se mueva y se establezca afuera—se recostó en la silla de su padre, haciendo crujir el cuero—Eso suena insensible e indiferente ¿no es así?

—Es lo que es—dijo Santana con un encogimiento de hombros.

Él se sentó apoyando los codos sobre el escritorio mientras la miraba.

—Entonces ¿qué te pasa, hermana?

—¿Qué quieres decir?

—Hay algo en tu mente—dijo—¿Qué pasa?

Blaine echó un vistazo por encima del hombro a la puerta vacía, asegurándose de que todavía estaban solos.

Ella le sonrió y movió las cejas.

—Oh, no—dijo Blaine sacudiendo la cabeza—No es en serio.

Ella sonrió.

—Me gusta.

—Vamos, San. Tu misma lo has dicho, ella es heterosexual.

—No. Te dije que ella era gay. Ella dijo que era hetero—le recordó—Pero hay algo que está pasando. Hay una vibra entre nosotras.

—¿Qué clase de vibra?

—Sólo...algo—dijo.

Y ahí estaba.

Sospechaba que Brittany lo sentía también.

Cuando estaban solas, había una intimidad subyacente, lo cual era loco, ya que no habían sido íntimas. Y el coqueteo no tan sutil de Santana había sido recibido con gusto, no con desprecio.

Disfrutaba de la compañía de Brittany, disfrutaba sus conversaciones. Se habían hecho amigas en un corto período de tiempo, algo que Santana nunca había hecho. Pero bajo la superficie se mantenía una atracción sexual que a Santana se le estaba haciendo difícil ignorar.

Porque, francamente, no estaba acostumbrada a ignorarlo.

—¿Ella sabe que hay un vibra?

Santana lo miró rápidamente.

—Probablemente no—ella mintió.

—Entonces tienes que dejarlo pasar—dijo—Jake te va a matar.

—La demanda de Jake sobre ella es imaginaria—dijo Santana.

—Él está…

—¿Podemos unirnos a ustedes?

Los dos se volvieron al oír el sonido de la voz de Jake.

Brittany estaba detrás de él, con una sonrisa en su cara cuando se encontró con los ojos de Santana.

—Por supuesto. Acerca una silla—dijo Blaine.

—Brittany estaba interesada en saber a dónde habían huido—dijo Jake y miró a Santana con un desafío tácito—Le dije que estaban probablemente aquí bebiéndose el costoso whisky de nuestro papá.

—No creo que él vaya a beberlo más—dijo sin pensar Santana.

—Ni siquiera está muerto ¿y ya estás exigiendo derechos?

Jake negó con la cabeza cuando Blaine le ofreció una copa.

—Solo estoy tomando una copa con mi hermano. No hay delito en eso.

Brittany asintió cuando Blaine levantó un vaso vacío hacia ella. Los ojos de Jake se estrecharon mientras Blaine lo llenaba.

Jesús, Blaine tenía razón.

Se habían convertido en un grupo de tensos abstemios. Bueno, eso era algo que no habían obtenido de su papá.

Al anciano le gustaba su whisky.

Al parecer, esa era la única cosa que ella y Blaine tenían de él, pensó Santana.

—¿Cómo va la web?—preguntó Santana.

Ella sabía que Brittany había pasado la tarde trabajando en ello.

—Probablemente no debería admitir esto delante de tus hermanos, pero el diseño web no es mi fuerte—sonrió a Jake—Sé lo que estoy haciendo—le aseguró—Sólo tengo que jugar con todas las opciones.

—No tengo dudas de que va a resultar muy bien—dijo Jake.

Santana y Blaine intercambiaron miradas divertidas, miradas que Brittany había visto y añadió su propia sonrisa rápidamente.

—¿Y? ¿La barraca comienza el lunes?

—Sí—dijo Brittany—Él prometió que estaría aquí a las ocho en punto.

—Creo que Finn quiere salir con el rebaño el domingo—dijo Jake dirigiendo su declaración de Blaine—Una tormenta se acerca el miércoles y él quiere estar en el siguiente valle para entonces—explicó.

—Tormentas eléctricas—Blaine informó cuando Brittany levantó una ceja interrogante.

—Las tormentas de primavera pueden ser brutales.

—Las tormentas de primavera también pueden mantenerte atrapado en el valle durante unos días—agregó Santana hostigando descaradamente a Jake—El viaje de una semana podría convertirse en uno de diez días o más—dijo.

—Dudo que eso vaya a pasar—dijo Jake—Pero realmente ¿por qué permaneces aquí? Pensé que estarías lista para regresar a la gran ciudad a estas alturas.

—Estoy disfrutando mucho mi tiempo aquí—dijo Santana con una sonrisa—Además, no podría perderme el gran evento.

Y Brittany no pudo dejar de notar sus hoyuelos.

—No creo que la lectura del testamento vaya a ser tan emocionante para ti—dijo Jake con una sonrisa—No creo que seas mencionada.

—¿El testamento?—Santana miró a Brittany sonriendo—En realidad, estaba hablando de proyecto de transformación de Brittany.

—Wow. ¿Planeas quedarte por aquí durante seis meses?

—Puede ser. El verano en las montañas suena bastante bien—dijo manteniendo su mirada en Brittany.

—Genial—dijo Brittany—Entonces tal vez podría conseguir que me enseñes los alrededores de la propiedad. Voy a tener que empezar a planificar la ruta para los paseos por los senderos.

—Por supuesto. Me encantaría—dijo con facilidad mientras esperaba la explosión de Jake.

La mandíbula de Jake se apretó mientras daba un paso protector hacia Brittany.

—Yo puedo hacer eso por ti. No hay necesidad de involucrar a Santana. No es necesario en absoluto.

—Me dijiste que estarías mucho tiempo fuera durante el verano—dijo Brittany—Sé que es un tiempo muy ocupado para todos ustedes.

—Entonces lo haré cuando regresemos, hay mucha claridad en los días de verano—dijo Jake—Tendré el tiempo.

Pero Brittany negó con la cabeza.

—Nos las arreglaremos. Les dije desde el principio que haría la mayor parte del trabajo de campo y que ustedes no tenían que preocuparse por ello.

Cuando Jake abrió la boca para protestar, Brittany levantó la mano, lo que indicó que la conversación había terminado.

—Ahora, si me disculpan, tengo un poco de trabajo que hacer esta noche—dejó el vaso vacío sobre la mesa—Gracias, Blaine. Eso fue excelente.

Blaine asintió con la cabeza.

—Buenas noches, Brittany.

—Buenas noches—Santana murmuró, mirando cómo se iba.

Jake se volvió hacia ella tan pronto como Brittany estuvo fuera del alcance del oído. Se inclinó más, señalando con el dedo.

—Mantente alejada de ella—dijo entre dientes—Ella no es así. Es una buena persona.

Santana simplemente no pudo evitarlo.

Sonrió con malicia.

—Oh, ella es muy buena.

—Te juro que si pones una mano sobre ella…

—¿Qué harás?

Jake cuadró sus hombros.

—Esto ya no es la secundaria, Santana—dijo—Ya no se aplican las mismas reglas.

—No era consciente de que había alguna regla—miró a Blaine, viendo la advertencia en sus ojos por lo que cedió—Relájate Jake. Estoy demasiado vieja para estar persiguiendo mujeres heterosexuales. Sólo estoy jugando contigo.

—Sí, claro—resopló—De repente tienes escrúpulos ¿o qué?

—Bueno, todos crecemos algún día—dijo—¿No puedo solo volver a visitar el viejo hogar?—preguntó.

—Sí. Solo que no agotes tu bienvenida.

Cuando él se fue, Santana sostuvo su vaso hacia Blaine.

—Dame más—dijo.

Blaine lo hizo, añadiendo más whisky a su vaso.

—¿Lo disfrutaste?—preguntó Blaine.

Ella sonrió.

—Si. ¿No lo hiciste tú?

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Capitulo 15

Brittany podía fingir que estaba afuera tomando un paseo, pero ella había hecho un hábito de no mentirse a sí misma.

Estaba afuera en busca de Santana y no intentó analizarlo, sabía por qué.

Por supuesto, podría excusarse.

Y si la encontraba, sin duda lo haría.

¿Pero mentirse a sí misma?

No.

Brittany sólo quería verla, quería estar con Santana.

La encontró en el mismo lugar en el que se habían encontrado la última vez en el lago, de pie cerca de la orilla, mirando a través del agua. Pero a diferencia de la vez anterior, cuando Brittany casi se había retirado con rapidez, esta vez caminó hacia ella acercándose.

Santana no se volvió y Brittany no dijo nada.

No quería perturbar el silencio.

—¿Cómo escapaste?—finalmente Santana preguntó en voz baja, volviéndose hacia Brittany.

—Están empacando sus cosas—dijo y sonrió a Santana, luego volvió su mirada hacia el lago—¿Disfrutaste hostigar a Jake anoche?

Santana se echó a reír.

—Lo siento. Fue demasiado fácil. No me pude resistir. Está tan tenso.

—Sí, lo está.

—Pero creo que hiciste tu parte en el hostigamiento.

Brittany asintió.

—Él me alcanzó en la escalera. Dijo que tenía que reconsiderar seriamente que fueras tú quien me mostrara el lugar.

—¿Y lo harás?

Brittany negó con la cabeza.

—¿Debería?

—No. Soy inofensiva.

Brittany inclinó la cabeza y sonrió.

—¿Lo eres realmente?

—Por supuesto. Como le dije a Jake, soy demasiado vieja para perseguir a las mujeres heterosexuales—se encogió de hombros—Además, somos amigas.

Brittany la miró perdiéndose en sus ojos.

—¿Lo somos?

Santana se movió, hundiendo las manos en los bolsillos.

—Creo que lo somos, y por eso puedo decirte Britt—dijo con voz suave—Ha pasado un largo tiempo desde que he añadido un nuevo amigo a mi vida. Además, se siente bien.

—Sí. Sí así es. Y yo puedo decirte San.

Santana sonrió y dio un paso lejos de Brittany.

—¿Viste lo fácil que era? Ahora somos amigas. No te preocupes.

—¿Crees que estoy preocupada?

—Creo que los constantes recordatorios de Jake de lo mala que soy han puesto dudas en tu mente, sí.

Sí, debería tenerlas, pensó Brittany.

Pero no, no había sido así.

Todo lo contrario.

Se sentía completamente a salvo en presencia de Santana.

¿Y por qué no iba a estarlo?

Había pasado mucho más tiempo con Santana que lo que había pasado con Jake.

Santana apenas se sentía como una mujer que sólo había conocido hace unas semanas.

—He oído de ellos, más de una vez, de que estás aquí sólo por la herencia ¿Es eso cierto?

Santana se echó a reír.

—Dios, no. No tengo ningún derecho sobre el rancho. Nuestro papá lo dejó bien claro. El rancho está destinado para los chicos. En cuanto al dinero, parece que está escaso de todas formas.

Santana comenzó a caminar de nuevo, como lo había hecho la primera vez. Y como antes, Brittany la siguió.

—Creo que se sienten amenazados. No he estado por aquí en diez años. De repente, el viejo está muriendo y yo aparezco.

—¿Así que no se hablan en absoluto? Quiero decir, sé que tú y Blaine lo hacen. ¿Pero los otros?

—No. Solo las conversaciones que tenemos en la cena. Y en realidad, siempre fue así. Finn es seis años mayor. Simplemente nunca fuimos unidos—se detuvo—¿Qué hay de ti? ¿Algún hermano?

Brittany negó con la cabeza.

—No. Mis padres querían una gran familia, pero hubo complicaciones en el embarazo. Ella se sometió a una cirugía, por lo que, solo soy yo.

—¿De dónde eres?

—Somos de Holanda, pero como a los cinco años nos vinimos a vivir a Lima, Ohio—dijo—Mis padres todavía viven ahí. En realidad, todavía tengo una habitación ahí. Viajé mucho con Schuester, así que no había realmente ninguna razón para tener un lugar propio.

—¿Schuester?

—Consultores Schuester—dijo—Mi empleador anterior.

—Oh, sí. Antes de vender tu alma y firmar un contrato con la familia López—dijo con una sonrisa.

—Sí. Gracias por recordármelo. Creo que debería volver con eso.

—Es sábado. ¿No tomas un descanso?

—No. Así fue como me liberé de tener una cita con Jake. Le dije que no podía pasar una noche fuera del trabajo. Por lo menos hice algo bueno con eso.

Brittany se volvió para irse, pero Santana la llamó.

—Te mostraré el rancho el lunes, si lo deseas.

Brittany asintió con la cabeza.

—Eso sería genial. Gracias, San.

A Santana le gustó mucho como sonaba ese “San” de los labios de la rubia.

—Por supuesto, podrías ser tú quien me enseñe a montar—dijo Santana—No he montado un caballo en diez años.
—Estoy segura que lo conseguiremos.

Dejó a Santana de pie cerca de la orilla mientras se dirigía de vuelta a la casa del rancho.

Deseaba tener una explicación por la forma en que se sentía.

Sus encuentros con Santana siempre le hacían sentir un poco renovada. Y contenta de alguna manera.

Se sentía completamente a gusto con ella.

Fue la sensación que tuvo la primera vez que la conoció. Esa familiaridad que sentía cada vez que estaba a su alrededor.

Se preguntó por qué no se sentía así con Jake, o con cualquier otra persona, para el caso.

Y hablando de Jake, él la saludó en la puerta trasera y se sorprendió al ver un poco de sospecha en sus ojos.

—¿Dónde has estado?

La pregunta, aunque no acusadora, tenía algo de dureza. Y a pesar de la regla de nunca mentirse a sí misma, no se aplicaba a los clientes.

Entonces ella sonrió amablemente mientras se detenía a su lado.

—Estaba haciendo los dibujos del lago y decidí comprobarlo de nuevo para ver dónde podemos poner los muelles. Sé que ustedes quieren dejar una parte privada por lo que tendrá que ser una decisión de grupo—dijo Brittany.

Sus ojos se deslizaron más allá de ella y se estrecharon.

Sin duda, él vio a Santana.

—¿Ella te siguió allá abajo?

Esta vez, la pregunta era acusadora.

Brittany se volvió, siguiendo su mirada, viendo a Santana mientras seguía su camino hacia el sendero.

Negó con la cabeza.

—No, ella ya estaba ahí.

—Te lo dije, es necesario que te mantengas alejada de ella. Ella es…

—Jake ¿por qué estás tan exigente con esto? Ella nunca ha hecho o dicho algo inapropiado. De hecho, me parece que es muy agradable—dijo con sinceridad.

—¿Agradable? No hay nada agradable en ella. Ella es egoísta y sólo se preocupa por lo que ella quiere.

—Bueno, es obvio que tienes una historia con ella. Yo no. Así que mi opinión sobre ella es sólo lo que veo hoy.

Él tomó una respiración profunda.

—Mira, no tengo ningún derecho a decir esto, pero tal vez deberías considerar irte mientras no estamos. No habrá nadie aquí, excepto Sue. Estarás más segura si…

—Tienes razón, Jake. No tienes derecho—dijo enérgicamente, interrumpiéndolo—Ahora tengo que volver al trabajo.

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Capitulo 16

Brittany estaba apoyada casualmente contra un poste, su cámara se mantenía lista y Santana estaba sentada en la barandilla superior del corral mientras veían como los chicos se preparan para salir.

El aire se llenó con los sonidos del bramido del ganado y de los cortos y rápidos ladridos de los dos perros de ganado que trataban de mantenerlos juntos.

Brittany había estado muy ocupada tratando de capturar la escena para la página web.

Era un espectáculo que Santana había visto hacía muchos, muchos años y que provocó una oleada de recuerdos. Especialmente viendo a Figgins, ahora diez años más viejo, sentado a horcajadas sobre la enorme, yegua negra, sus silbidos agudos tan familiares como lo fueron entonces.

Su saludo fue cálido, a pesar de que sabía que se había puesto del lado de su papá cuando se trató de ella.

—Hay muchos—dijo Brittany—¿Qué tan grande es el rebaño?

—No estoy segura. Blaine, dijo que han tenido que vender unos cuantos. Yo diría que cerca de unos mil—dijo Santana.

—¿Las mulas transportan los suministros?—preguntó Brittany.

—Sí. Alimentos, agua para cocinar, ollas y sartenes. Cada uno de ellos llevan sus propios sacos de dormir y tiendas de campaña, pero una mula lleva la tienda comedor—explicó Santana y Brittany observaron en silencio mientras se dirigían hacia afuera, moviendo lentamente la manada.

Ellos la extenderían hacia fuera, haciendo un camino a medida que se acercaran a las montañas.

Blaine dijo que los esperaran en seis días, a menos que la tormenta prevista el miércoles les retrasara.

Santana captó las miradas de celos de Jake mientras trabajaban el ganado. Se negó a entrar en una batalla con él y simplemente ignoró sus miradas.

Por mucho que había ignorado la última advertencia que le había dado esa mañana.



Flashback


—Te juro Santana, si le pones una mano encima, te voy a matar.

—¿Qué pasa contigo? ¿Estás enamorado de ella o algo así?

—Me gusta—dijo Jake.

—A mí también. Ella es muy agradable.

—Exactamente. Ella es agradable. No necesita que la manches.

—Jesús, Jake ¿posesivo o qué? No es como que estén saliendo o nada. Ella trabaja para ustedes.

—Tan pronto como regrese, voy a decirle lo que siento. Así que déjala en paz—su mirada era intensa—No estoy bromeando en este momento, Santana.


Fin Flashback




Santana se había alejado, no quería entrar en una competencia con él, pero no podía creer lo ingenuo que era.

Pero, de nuevo ¿por qué no iba a serlo?

No tenía experiencia en la vida.

Al igual que todos ellos, nunca habían dejado el rancho, nunca salieron del valle.

Su secundaria estaba a cuarenta kilómetros de distancia. Después de la graduación, regresaron al rancho a trabajar y nunca se habían ido. Por supuesto, sus habilidades sociales eran escasas.

Excepto Blaine.

Él había salido.

Se preguntaba si su participación en la reproducción de Tormenta, las reuniones con los criadores y el hacer contactos, le había ayudado a romper con la burbuja en la que vivían aquí.

—¿Por qué tan callada?—preguntó Brittany.

Santana la miró, fascinada por sus suaves rasgos, el sol de las horas tempranas de la mañana hacía brillar su rostro.

Era absolutamente encantadora.

Se dio cuenta de que estaba mirándola y sonrió rápidamente, mirando hacia atrás a la manada.

—Estaba pensando en mis hermanos—dijo—¿Sabías que nunca han salido de aquí?

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir que, aparte de Blaine, no han viajado fuera de este valle. Oh, tal vez un viaje a Billings para algo, pero aparte de eso, nada.

—¿En serio?

—Estaba pensando en Jake...y sus habilidades sociales—dijo—Quiero decir, después de su pequeña charla conmigo esta mañana, yo…

—¿Qué pequeña charla?

—La charla de te voy a matar si la tocas—dijo Santana—En realidad no es su culpa que él nunca aprendiera a interactuar con las mujeres. Su vida está aquí.

—Nunca he conocido a un hombre más posesivo—dijo Brittany—Especialmente uno con el que ni siquiera me he acostado.

—Oh, sólo está marcando su territorio—dijo Santana.

—Bueno, yo no soy ni su territorio ni su posesión. De hecho, estoy muy cansada de él. Pensé que iba a darme un beso esta mañana cuando me estaba diciendo adiós.

Santana fue sorprendida por la furia que escuchó en la voz de Brittany.

—Siento decirlo, pero probablemente deberías prepararte para una propuesta de matrimonio cuando regrese.

Brittany se echó a reír, pero se detuvo cuando Santana no se unió a ella.

—Estás hablando en serio—afirmó Brittany.

—Sí.

—Oh, Dios. ¿Cómo sucedió esto?

Ante esto, Santana rió.

—Creo que dijiste algo acerca de que necesitabas desesperadamente un contrato—dijo Santana.

Brittany suspiró.

—Esto se va a poner feo ¿no es así?

—Probablemente—Santana saltó la barandilla poniéndose de pie a su lado—Vamos. Vamos para que conozcas a Tormenta.

—¿Era tu caballo de la infancia?

—No. Estaba en la secundaria cuando lo obtuvimos—dijo Santana mientras se abrían camino a los establos—Por alguna razón le gusté. No deja que nadie se le acerque. No le han montado desde el día que me fui.

—Me sorprende que lo mantuvieran entonces—dijo Brittany.

—Yo también. Pero Blaine, dijo que le toman cría.

—¿Vas a montarlo?

Santana se echó a reír.

—¿Tratas de que me maten? No he estado en un caballo en diez años. Tormenta es enorme.

Los establos estaban tan bien cuidados como lo recordaba.

Los puestos estaban cerrados, abiertos hacia la amplia área cercada para que los caballos pudiesen tener espacio para correr.

Ella lo vio apartado y solo, lo mantenían separado de las yeguas y los potros.

—Dios, míralo ¿No es hermoso?

—Sí. Y tienes razón. Es enorme.

Santana se quedó mirando al hermoso animal, con el corazón acelerado.

No se había despedido de él.

Era como si la hubiera culpado de lo que había pasado, al igual que su papá la había culpado a ella.

Santana respiró profundamente, luego silbó, el tono salió tan claro como una campana. La cabeza del caballo se sacudió y se la quedó mirando.

Sorprendentemente, sintió que las lágrimas llenaron sus ojos.

Tormenta aparentemente recordó su llamado.

—Quédate aquí, Britt—dijo mientras se subía a la valla y saltaba en el pasto.

Santana se acercó, mirándolo en sus ojos grandes.

—Hey, chico—dijo en voz baja—¿Te acuerdas de mí?

Él resopló y pateó el suelo, sin apartar los ojos de ella. Santana se detuvo, pero no pudo evitar la sonrisa de su cara.

—Tormenta, ven aquí—dijo y volvió a silbar.

Para su sorpresa, él se acercó, aunque con cautela. Santana se detuvo, extendiendo una mano hacia él. Él se detuvo y luego estiró el cuello, oliendo su mano. Él resopló de nuevo y sacudió la cabeza, su larga melena blanca se movió a lo largo de su cuello.

—Vamos, muchacho. No te hagas de rogar—murmuró.

Se quedó completamente inmóvil mientras él caminaba a su alrededor. Santana se mantuvo de espaldas a él y luego dejó que sus lágrimas cayeran cuando lo sintió acariciar sus caderas, oliendo sus bolsillos traseros.

Oh Dios, él la recordaba.

Él estaba buscando una zanahoria. Ella siempre se las metía en los bolsillos traseros y él aprendió a robárselas.

Se volvió hacia Brittany, sin importarle que estuviera llorando. Tenía una gran sonrisa en su rostro.

—Él me recuerda—dijo Santana.

Luego dio un paso hacia el enorme caballo, sin sentir miedo en lo más mínimo mientras le abrazaba del cuello. Él se detuvo y permitió su afecto. Imaginó que lo sintió temblar y se preguntó si alguien se había molestado en tocarlo en absoluto.

La mayoría había tenido miedo de él.

Él había tirado una gran parte de los vaqueros sobre sus culos. Simplemente se negaba a ser montado. Ella, sin embargo, podía subir sobre su espalda sin silla y entonces él se volvía la criatura más dulce en el mundo.

—Entra—Santana llamó a Brittany—Ven a conocer a Tormenta, Britt.

Brittany estaba un poco indecisa mientras se acercaba. Se quedó mirando a Santana, viendo sus lágrimas, Santana lo sabía. Ella parecía saber que las lágrimas eran una liberación emocional y no hizo mención de ellas.

—Es hermoso—dijo en voz baja.

Brittany extendió una mano vacilante, frotando ligeramente su rostro. Tormenta se quedó quieto y permitió esta inspección de él.

Santana sospechaba que estaba disfrutando de la atención.

—Yo solía poner las zanahorias en mis bolsillos traseros—explicó Santana—Así que cuando caminaba detrás de mí en ese momento, eso era lo que estaba buscando.

Brittany sonrió.

—¿Tenías miedo de que no se acordara de ti?

—Sí. Eso habría roto mi corazón.

Santana le dio una última caricia y luego se volvió, guiando a Brittany de vuelta a los establos.

Tormenta, sin embargo, no había tenido suficiente y la seguía de cerca.

—Es tan grande, San—dijo Brittany.

—No tengas miedo de él, Britt. Es muy gentil—se dio la vuelta frotando su nariz nuevamente—¿No es así, muchacho?

—Nunca estuve muy cerca de los caballos—dijo Brittany—Principalmente vacaciones y ponis.

—¿Sí? ¿Pero montaste en el rancho de Dry Creek?

—Sí. En realidad esa fue la primera vez que cabalgue sin que fuera una vieja yegua tomando un tour guiado—dijo Brittany—Realmente lo disfruté. Es tan... liberador—dijo con una sonrisa.

—Saldremos mañana—dijo Santana de repente con ganas de cabalgar y ya sin temor...sin temor de los recuerdos que podría evocar.

—Eso sería divertido. Pero empezamos son la barraca mañana—Brittany le recordó.

—Y estarás en el camino. Carl estará feliz de que te lleve lejos.

Brittany movió sus ojos hacia Santana y sonrió.

—¿Crees que voy a ser la molesta mujer quisquillosa?

—¿No lo eres?

Brittany rió.

—Me gusta hacer las cosas a mi manera. No creo que eso sea quisquilloso.

Subieron de nuevo encima de la valla, Tormenta todavía detrás de sus talones. Santana se sintió mal por dejarlo y otra vez le rascó detrás de las orejas.

—Necesito traerle algo—dijo—Zanahorias o cubos de azúcar. Algo.

—Vamos a allanar la nevera de Sue— sugirió Brittany.

Santana alzó una ceja.

—Te mueres por meterte en problemas ¿no es así, Britt?

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Capitulo 17

—Sabes que no tienes que tomarte todas estas molestias—dijo Santana cuando Sue colocó un plato delante de ella.

Brittany sonrió, viendo como Sue ponía un plato idéntico frente a ella.

Estaba cargado con una pechuga de pollo, ensalada de brócoli y coliflor y papas gratinadas.

—Con tus hermanos fuera…—dijo Sue, dirigiéndose a Santana—…Tengo la oportunidad de cocinar el pollo. Ellos piensan que tienen que tener carne de res en cada comida. Ahora, tengo un montón de recetas de pollo. Voy a probarlas esta semana. Espero que no te importe.

Santana se echó a reír.

—Suena bien, Sue. Cualquier cosa que quieras.

—Prefiero el pollo—agregó Brittany mientras cortaba la tierna pechuga.

—Entonces nos llevaremos bien esta semana—dijo Sue—Disfruten—añadió mientras las dejaba a solas.

Brittany tomó un sorbo de agua y luego rotó los hombros, tratando de librarse de las torceduras.

Había pasado toda la tarde encerrado en su habitación con su ordenador portátil. Y mientras trabajaba en la nueva página web, tuvo que recordarse constantemente que estaba aquí por trabajo y no de vacaciones.

Su mente seguía vagando hacia Santana y en más de una ocasión, tuvo que convencerse a sí misma de no ir a buscarla. Era diferente, de alguna manera, con los hermanos fuera.

Con Jake fuera, se aclaró.

Estaban a solas.

No había barreras ni obstáculos.

Era como si las cosas hubieran cambiado entre ellas. Las miradas que ahora compartían eran indiscretas, abiertas.

Brittany no era tan ingenua como para no reconocer lo que estaba pasando entre ellas.

Ella lo hacía.

No obstante, no tenía la menor idea de cómo detenerlo. No estaba del todo segura de querer detenerlo, a pesar de que se dirigía hacia un territorio desconocido.

Sentirse atraída hacia las mujeres, disfrutando de su presencia era una cosa. Ser atraída sexualmente, atraída hacia una lesbiana era algo muy diferente.

—¿Terminaste tu gran cantidad de trabajo?—preguntó Santana, sacándola de sus cavilaciones.

—Lo hice. Aunque lo admito, me hubiera gustado más estar fuera disfrutando del buen tiempo—dijo mientras tomaba un bocado de pollo.

—Trae tu computadora portátil contigo—sugirió Santana.

—No trabajo de esa manera. Demasiadas cosas me van a distraer—la miró a los ojos por un momento y luego miró hacia otro lado—Como tú—agregó.

—¿Yo? temes que te rapte y te lleve a explorar o algo así.

Brittany sonrió.

—Eso es lo que quiero hacer, sí. Por eso me alegro de que me lleves a montar mañana—dijo—Todavía puedo llamarlo trabajo.

—Trabajo no. Sólo un tour—dijo Santana mientras probaba las patatas—Dios, éstas están buenas—murmuró.

—Sí, son excelentes—dijo Brittany—Entonces, ¿cuánto de eso recuerdas? Quiero decir, si vamos a ofrecer paseos por los senderos, necesitaremos una ruta ¿Ya hay senderos en las montañas, o vamos a tener que hacer alguno?

—Hay algunos, pero no sé si es lo que estás buscando. Sabes, cuando era niña, solía cabalgar todo el tiempo por ahí, hubiera camino o no. Pero hay un sendero que va por el valle hacia el siguiente rancho, el lugar de los Abrams—dijo—Mi novio—agregó con una sonrisa.

—¿El aspirante a novio?

Santana asintió.

—Estábamos en octavo grado, cuando nos besamos. Y fue tan romántico como si hubiera sido besar a mi hermano—dijo—Ya sabía que me gustaban las chicas, pero eso sólo lo confirmó.

—Debe haber sido duro—dijo Brittany—Estabas tan alejada de todo aquí. Era tan remoto. Me imagino que debe haber sido difícil.

—Lo fue ¿Por qué crees que tuve que recurrir a las novias de mis hermanos?

Brittany rió.

—Eso no es lo que quise decir. Quiero decir, que estabas sola. No debes haber tenido gran apoyo. No es como si estuvieras en una gran escuela de la ciudad—dijo Brittany.

—Mi mamá fue de apoyo. Por supuesto ya lo sabía en el momento en que le dije. Y las dos lo mantuvimos en secreto de mi papá—Santana sonrió—Es decir, hasta el día en que Jake me sorprendió con Elaine Bonner.

—¿Así es que él solo las encontró? ¿En el pajar?—preguntó Brittany.

Había tenido curiosidad por todo el incidente desde que Santana lo había mencionado por primera vez.

—No exactamente. Vio primero—dijo Santana.

—¿Estás bromeando? ¿Por qué miraría?—tan pronto como salieron las palabras, se sonrojó y añadió—No contestes a eso.

Santana se echó a reír.

—Jake tenía dieciocho o diecinueve años. Su novia, tenía la misma edad y era una estudiante del último año de la secundaria. Y yo era una joven flaca, de dieciséis años, y ella estaba suplicándome...bueno, ya sabes, que le hiciera algo que Jake nunca le haría.

Nuevamente Brittany se ruborizó, sin necesidad de que Santana dijera las palabras.

Sin embargo, su mente evocaba una imagen que no podía evitar.

—¿Entonces qué?—preguntó Brittany, a pesar de su vergüenza.

—Entonces empezamos una de las muchas peleas, él me tiró del desván y me rompí el brazo—dijo el asunto con total naturalidad—Fue entonces cuando mi papá se enteró de que era gay. Ahí fue realmente cuando todo el mundo se enteró.

—¿En la escuela?

—La mayoría ya sabía. Escuela pequeña. Nada escapaba de la atención—dijo Santana—Blaine era el único de mis hermanos que sabía. O al menos ellos fingían que no sabían. Todos estuvieron conmocionados y todo.

Brittany la miró, enarcando las cejas.

—¿Te rompiste el brazo?

Santana sonrió.

—Y eso me molestó—apartó el plato a un lado, bebiendo de su propia agua—Basta de hablar de todo eso ¿A dónde vas desde aquí?

—¿Quieres decir, si consigo terminar los seis meses?—bromeó Brittany.

—Estoy segura de que lo harás. Sólo hay una cosa que hará que Jake se excite contigo—Santana dijo mientras sonreía, la diversión bailando en sus ojos.

Lo lógico a decir era que no debería tener nada de qué preocuparse entonces, pero nunca pronunció las palabras.

Por alguna razón, parecía inapropiado.

Así que simplemente igualó la sonrisa de Santana con una de las suyas. Estaba a punto de responder a su pregunta anterior, cuando Sue apareció en el comedor.

—¿Terminaron señoritas?

—Eso estuvo excelente, Sue—dijo Santana—Las mejores patatas que he comido.

Brittany no se sorprendió al ver que el encanto de Santana trabajó también en la mujer de más edad.

Sue se sonrojó mientras se ocupaba de los platos.

—Vaya, gracias, señorita Santana. Es una vieja receta familiar. Te lo juro, tus hermanos podrían comer solamente puré de patatas en cada comida si los dejo—dijo Sue.

—Bueno, puedes servir todos los pollos que quieras—añadió Brittany—Fue un buen cambio.

—Gracias. Es posible que lamente pedir eso. Yo, por mi parte, estoy hasta la coronilla de la carne de res—sacudió la cabeza cuando ambas intentaron ayudarla a limpiar la mesa—Deja eso justo donde lo encontraste. Yo me encargo de eso. ¿Por qué no se van al estudio? Un poco de charla de chicas debe ser agradable ahora que los chicos finalmente se han ido.

Sus movimientos eran fluidos mientras quitaba la mesa y Brittany y Santana intercambiaron una mirada divertida mientras las echaba de la habitación.

—Bueno, supongo que podría trabajar otra hora o más en la página web—dijo Brittany.

—O podrías unirte a mí para tomar una copa—sugirió Santana—Creo que he visto una buena botella de brandy en ese estudio.

Brittany hizo una pausa.

El sentido común le decía que debía declinar. Había pasado suficiente tiempo con Santana hasta ahora.

Pero el sentido común no triunfó cuando se encontró siguiendo a Santana hacia el estudio.

—¿O whisky?—ofreció Santana.

—Brandy está bien—dijo Brittany mientras se acomodaba en una silla de cuero—Gracias—murmuró mientras Santana le entregaba un vaso.

—Mi papá venía aquí todas las noches después de la cena permanecía durante exactamente dos vasos de whisky y un cigarro—dijo Santana mientras se sentaba frente a la rubia—Mi mamá se unía a él sólo los viernes en las noches. A nadie más se le permitía entrar—dijo—Nunca.

—¿Tenía secretos?

—No. Creo que estaba guardando esto para sí mismo. Ya sabes, un lugar donde pudiera ir y no ser interrumpido por los niños.

La mirada de Santana se mantuvo sobre ella y Brittany levantó las cejas inquisitivamente.

—Eres curiosa acerca de nuestra familia pero aún no has compartido mucho de ti.

—Nada emocionante, confía en mí. Una sola niña con dos padres cariñosos, no quería nada más, aun así, éramos lo que difícilmente se podría llamar ricos—dijo Brittany—Luego trabajé para una pequeña empresa de consultoría después de la universidad, antes de unirme a Schuester. Fueron un montón de viajes, sobre todo al principio. Obtenía los puestos de trabajo que nadie quería.

—¿Nunca te casaste?

Brittany negó con la cabeza.

—No. Ni siquiera cerca.

—¿Tienes treinta?

—Sí—Brittany sonrió—¿Quieres hijos?

—No estoy segura—dijo con sinceridad—Siempre asumí que tendría hijos, pero no extraño tenerlos—se encogió de hombros—Realmente no pienso en eso, supongo. He estado centrada en mi carrera—miró a Santana brevemente—¿Tú?

—Dios, no. Nunca quise tener hijos—dijo Santana—Nunca estuvo en consideración.

Brittany tomó un sorbo de brandy, preguntándose si la infancia de Santana, su papá, era la razón por la que era tan inflexible acerca de no tener hijos. Pero entonces, algunas mujeres nunca anhelaban la maternidad, independientemente de su educación.

Así que cambió de tema a algo menos personal.

—¿A dónde me llevarás mañana?

Santana le dirigió una mirada descarada.

—Puedo llevarte a lugares donde nunca has estado antes—sus ojos se encontraron y luego Santana se echó a reír—Dios, eso fue tan pobre—dijo Santana.

Brittany también se rió.

Por un momento, pensó que Santana iba en serio.

—Realmente no has utilizado eso antes ¿verdad?

—No. Sólo estaba bromeando—Santana añadió un poco más de brandy en ambos vasos—En realidad, tengo muchas ganas de salir. Sólo espero que Tormenta tenga ganas. Blaine, dijo que no ha sido montado. Espero que no me tire sobre mi culo.

—No creo que lo haga—dijo Brittany—Pero ¿qué hay de mí? ¿Tienes alguna buena y lenta yegua que pueda montar?

—Sí. Blaine, me dijo que sería la mejor para ti. Es joven, pero gentil—Santana la miró—¿Estás nerviosa?

—¿Por montar un caballo? En realidad, no.

—Deberíamos estar bien—dijo Santana—Esta tranquilo alrededor del rancho cuando los chicos y el ganado se han ido.

—Sí. Agradable y tranquilo—dijo Brittany—No me siento presionada. No siento como si tuviera que vigilar todo lo que digo—admitió.

—¿Te refieres a Jake?

—Sí. No quiero que malinterprete algo que diga. Tiendo a hablar menos a su alrededor por lo mismo.

—Me he dado cuenta.

—Es diferente contigo—dijo Brittany preguntándose por qué sintió la necesidad de explicarlo—Todo se siente familiar. Es tan fácil esta amistad que hemos desarrollado ¿No te parece?

Santana sostuvo sus ojos por un momento, a pesar de que su mirada estaba turbia.

Sonrió y asintió con facilidad.

—Sí, es familiar. Me has conocido durante tres semanas y ya sabes más de mí que cualquier otra persona. No he compartido mi pasado con ninguno de mis actuales...amigos—dijo Santana.

—¿Dónde vives?

—Tengo un departamento en Manhattan. Es oficialmente mi hogar, supongo. Viajo mucho—dijo Santana evasivamente.

Esa declaración trajo una nueva serie de preguntas a la superficie, pero Brittany notó la mirada cautelosa que ahora Santana lucía.

No iba a arruinar la agradable velada con más preguntas.

—He descubierto que mientras más viajo, más me siento lista para sentar cabeza—dijo Brittany—Desafortunadamente, con el inicio de mi propio negocio, especialmente uno como este, tendré que viajar continuamente—se puso de pie señalando el final de la noche—Gracias por el brandy. Fue agradable sentarnos y hablar, pero tengo un largo día de mañana.

—Sí. Y voy a permitir que empieces a trabajar en la barraca antes de que salgamos a cabalgar. Iré a buscarte.

—Sólo necesito un último repaso con Carl. No quiero que quite la pared equivocada—se inclinó ligeramente—Buenas noches, San.

—Buenas noches, Britt.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D