[Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo

Pobre Santi y tan sexy ke es...no se merece a esa basura cm padre...eta genial ke tngas ma tiempo para actualizar ;)

Hola.
Pase el 18 entre salidas y estudios no tenia mucho tiempo de meterme a ver si subías capítulos, pero entro hoy, del mismo celu me leí todos los capítulos y como siempre estaban excelente.
Espero que lo pasaras bien el 18.
Cuídate. : )

wuuju fue una maratón de capítulos, britt es demasiado abrumadora a mi parecer pero eso no le quita lo linda y romántica. gracias por escribir

La multitud se dispersó, entrando a la casa, Quinn y Rachel estaban a cada lado de mí. Brittany sostenía mis hombros desde atrás.


Felipe miró a mi vestido y chasqueó la lengua en desaprobación. —Bien, bien, Snixx. Puedes tomar a la chica de Puerto Rico…

— Cierra la boca. Cállate, Felipe. Sólo da la vuelta —señalé detrás de él—, y vuelve por donde viniste. No te quiero aquí.

— No puedo, Snixx. Necesito tu ayuda.

— ¿Qué hay de nuevo en eso? —Se burló Rachel.

Felipe entrecerró los ojos a Rachel y luego me miró a mí. —Te ves increíblemente hermosa. Has crecido. No te hubiese reconocido en la calle.

Suspiré, impaciente ante su charla. — ¿Qué es lo que quieres?

Él levantó las manos y se encogió de hombros. —Creo que me he metido en un lío, nena. Tu viejo padre necesita un poco de dinero.

Cerré los ojos. — ¿Cuánto?

—Estaba haciendo relativamente bien, realmente lo estaba. Sólo tenía que pedir un granito de arena para salir adelante… y ya sabes.

—Lo sé —le espeté—. ¿Cuánto necesitas?

—Veinticinco.

— Felipe, ¿Dos mil quinientos? Si te largas en este mismo instante… Yo te los daré. —dijo Brittany, buscando en su cartera.

—Se refiere a veinticinco mil. —dije, mirando a mi padre.

Los ojos de Felipe se dirigieron a Brittany. — ¿Quién es esta guapa mujer?

La mirada de Brittany se deslizó lejos de su cartera y sentí su peso en mi espalda luchando por contenerse. — Puedo ver, ahora, por qué un hombre como tú se ha reducido a pedirle a su hija un préstamo.

Antes de que Felipe pudiera hablar, saqué mi teléfono celular. —¿A quién le debes en esta ocasión, Felipe?

Felipe se rascó el pelo canoso. —Bueno, es una historia divertida, Snixx…

— ¿A quién? —Grité.

— Benny... El esta en Las Vegas.

MI boca se abrió y di un paso atrás, hacia Brittany. — ¿Benny? ¿Le debes a Benny? ¿Qué demonios es…? ¿Que hace acá en USA?

—Respiré, no tenía sentido—. No tengo esa cantidad de dinero, Felipe.

Él sonrió. —Algo me dice que sí.

—¡Bien, no lo tengo! ¿Realmente lo has hecho, esta vez, no? ¡Sabía que no pararías hasta que terminaras muerto!

Se removió, la sonrisa de satisfacción desapareciendo de su rostro. —¿Cuánto tienes?

Apreté la mandíbula. — Once mil. Estaba ahorrando para un coche.

Los ojos de Rachel se lanzaron a mi dirección. — ¿De dónde has sacado once mil dólares, Santana?

—De las peleas de Brittany. —dije, con los ojos clavados en Felipe.

Brittany tiró de mí para mirarme a los ojos. — ¿Has obtenido once mil de mis peleas? ¿Cuándo estabas apostando?

—Mercedes y yo tenemos un acuerdo. —dije, sin preocuparme ante la sorpresa de Brittany.

Los ojos de Felipe se animaron repentinamente. —Puedes duplicar eso en un fin de semana, Snixx. Puedes conseguirme los veinticinco para el domingo, y Benny no enviará a sus matones por mí.

Sentía la garganta seca. —Me dejará sin nada, Felipe. Necesito pagar por la escuela.

—Oh, puedes conseguirlo de nuevo en muy poco tiempo. —dijo, agitando su mano con desdén.

— ¿Cuándo es la fecha límite? —Le pregunté.

—El lunes. A la medianoche. —dijo, sin complejos.

—No tienes que darle una jodida moneda de diez centavos, Santana —dijo Brittany, tirando de mí brazo.

Felipe me agarró de la muñeca. — ¡Es lo menos que puedes hacer! ¡No estaría en este lío si no fuera por ti!

Rachel le dio una palmada en la mano y luego lo empujó. —¡No te atrevas a comenzar esa mierda de nuevo, Felipe! ¡Ella no te obligó a pedirle dinero prestado a Benny!

Felipe me miró con odio en sus ojos. —Si no fuera por ella, yo tendría mi propio dinero. Me arrebataste todo lo que era mío, Santana. ¡No tengo nada!


Pensaba que el tiempo y la distancia lejos de Felipe disminuirían el dolor que conllevaba ser su hija, pero las lágrimas en mis ojos me decían lo contrario. —Voy a reunir el dinero de Benny para el domingo. Pero cuando lo haga, quiero me dejes en paz. No haré esto otra vez, Felipe. A partir de ahora, estás por tu propia cuenta, ¿Me oyes? Mantente. Alejado.

Él apretó sus labios y luego asintió. —Como tú digas, Snixx.



Me di la vuelta y me dirigí hacia el coche, escuchando a Rachel detrás de mí. —Hagan sus maletas, chicas. Nos vamos a Las Vegas.




_______________________________________________________________




Brittany dejó nuestras maletas y miró alrededor de la habitación. —Esto es lindo, ¿verdad?

La fulminé con la mirada y ella enarcó su ceja.

—¿Qué?

Empecé a desempacar mi maleta y sacudí mi cabeza. Diferentes estrategias y la falta de tiempo llenaron mi cabeza. —Estas no son vacaciones, Britt. No deberías estar aquí.

Al momento siguiente ella estaba detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura. —Yo voy a donde tú vayas.

Ladeé mi cabeza en contra de su pecho y suspiré. —Tengo que ir a la planta baja. Tú puedes quedarte aquí si quieres o echarle un vistazo al show. Te veré más tarde ¿De acuerdo?

— Iré contigo.

— No te quiero allí, Britt. —Una expresión de dolor cruzó su rostro, toqué su brazo— Si voy a ganar catorce mil dólares en un fin de semana necesito estar concentrada al máximo. No me gusta quién voy a ser en esas mesas, y no quiero que tú lo veas, ¿Esta bien?

Ella retiró mi cabello fuera de mis ojos y besó mi mejilla. —De acuerdo, San.


Brittany saludó a Rachel mientras dejaba la habitación. Ella se acercó a mí en el mismo vestido que usó en la fiesta. Me cambié por una falda corta dorada y un par de tacones, estudiándome en el espejo. Rachel llevó mi cabello hacia atrás y me pasó un tubo negro.



—Necesitas al menos cinco capas más de rímel, y ellos van a pedir tu identificación antes de que te des cuenta si no usas un poco más de rubor, ¿Acaso has olvidado cómo se juega este juego?

Arranqué el rímel de las manos de Rachel y pasé al menos otros diez minutos en mi maquillaje, cuando terminé, mis ojos se empezaron a llenarse de lágrimas. —Maldita sea Santana, no llores —me dije mirando hacia arriba mientras secaba la parte inferior de mis ojos con un pañuelo desechable.


—No tienes que hacer esto San, tú no le debes nada. —dijo ahuecando mis hombros mientras me miraba al espejo una última vez

—Él le debe dinero a Benny, Rachel, si no lo hago, lo matarán. Sera lo mismo que en Puerto Rico... Aun no olvido esto.

Su expresión era de lástima, ya la había visto mirarme de esa manera muchas veces antes, pero esta vez ella estaba desesperada. Lo había visto arruinar mi vida más veces de las que ninguna de las dos podríamos contar.

—¿Qué pasa con la siguiente vez que lo haga? ¿Y la siguiente? No puedes seguir haciendo esto.

—Él estuvo de acuerdo con mantenerse lejos, Felipe Lopez es muchas cosas, más no un estúpido.

Caminamos por el pasillo e ingresamos a un ascensor vacío. — ¿Tienes todo lo que necesitas? —Pregunté, manteniendo las cámaras en mente.

Rachel chocó su uñas con la licencia de conducir falsa y sonrió. —El nombre es Candy, Candy Crawford. —dijo en un falso acento sureño.

Extendí mi mano. —Jessica James. Gusto en conocerte, Candy.



Ambas nos pusimos nuestras gafas de sol y permanecimos con cara de póker mientras el ascensor se abría, revelando las luces de neón y el bullicioso casino. La gente se movía en todas las direcciones. Las Vegas era el infierno celestial, el único lugar en donde podías encontrar bailarinas en ostentosos trajes y montones de maquillaje. Prostitutas con una indumentaria aceptable, hombres de negocios en lujosos trajes y familias enormes en la misma edificación.
Desfilamos a lo largo de un pasillo alineado con cuerdas rojas y le entregamos nuestras identificaciones a un hombre que tenía una chaqueta roja. Me observó por un momento y me quité las gafas.


—Cualquier momento de hoy sería genial. —dije con tono aburrido.


Nos devolvió nuestras identificaciones y se hizo a un lado, dejándonos pasar, atravesamos los pasillos en donde estaban las máquinas tragamonedas, las mesas de Black Jack. Escaneé la habitación, observando las diferentes mesas de póquer, asintiendo hacia una con viejos caballeros sentados en ella.


—Ésa. —dije, contoneándome por el camino.

—Empieza agresiva Santana, ellos no sabrán lo que se les viene encima.

—No. Ellos son de las Vegas a la antigua, tengo que jugar inteligente esta vez.


Me acerqué a la mesa, usando mi más encantadora sonrisa. Los locales podían oler a los estafadores a millas de distancia, pero yo tenía dos cosas a mi favor que cubrían el olor de cualquier cosas que pudiera levantar sospechas: juventud… y tetas.



—Buenas noches, caballeros. ¿Les importa si me uno a ustedes?

Ellos no miraron en mi dirección. —Seguro, pequeña. Toma asiento y procura verte bonita. Sólo no hables.

—Quiero entrar. —dije pasándole mis gafas a Rachel—. No hay suficiente acción en las mesas de Black Jack.

Uno de los hombres masticó su cigarrillo. —Esto es una mesa de póquer princesa, cinco cartas. Prueba tu suerte en las máquinas de ranura.

Me senté en la única silla vacía, haciendo una demostración al cruzar mis piernas. —Siempre he querido jugar póquer en Las Vegas. Y tengo todas estas fichas… —dije, poniendo mi montón de fichas en la mesa—, Y soy muy buena jugando en línea.

Los cinco hombres miraron mis fichas y luego a mí.

—Hay una apuesta mínima, cariño. —dijo el concesionario.

— ¿Cuánto?

— Cinco mil, dulzura. Escucha… no quiero hacerte llorar. Hazte un favor y juega en las máquinas de ranura.

Empujé hacia adelante mis fichas, encogiéndome de hombros en el modo en que una chica temeraria y excesivamente segura de sí misma haría antes de darse cuenta que acababa de perder sus fondos para la universidad. Los hombres se miraron entre ellos. El concesionario se encogió de hombros y tiró sus fichas.

—Jimmy. —dijo ofreciendo su mano. Cuando la tomé él señaló a los otros—. Mel, Pauly, Joe y él es Winks. —Miré hacia un hombre flaco que masticaba un palillo, y como había predicho, me guiñó un ojo.


Asentí y esperé con falsa anticipación mientras Jimmy repartía la primera mano. Perdí a propósito las dos primeras, pero para la cuarta mano yo estaba arriba. No le tomaba tanto tiempo a los veteranos de las Vegas descifrarme como lo había hecho Charlotte.


— ¿Dijiste que jugabas en línea? —Preguntó Pau.

— Con mi papá

— ¿Eres de aquí? —Preguntó Jimmy

— Puerto Rico. —Respondí sonriendo.

— Ella no juega en línea, se los digo. —dijo Mel, quejándose.



Una hora después, había tomado nueve mil dólares de mis oponentes, y ellos estaban empezando a sudar.


— Me retiro. —dijo Jimmy, bajando sus cartas frunciendo el ceño.

—Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, nunca lo habría creído.—Escuché detrás de mí.

Rachel y yo nos dimos la vuelta al mismo tiempo, mis labios estirándose a través de mi cara formando una amplia sonrisa. —Jesse. —Sacudí mi cabeza—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Es mi lugar el que estás ocupando, Snixx. ¿Qué estás haciendo tú aquí?

Rodé mis ojos y me volví hacia mis suspicaces nuevos amigos. —Sabes que odio eso, Jess.

—Discúlpenos. —dijo Jesse, tirando de mí por el brazo para ponerme de pie. Rachel me miró con cautela mientras me estaba llevando unos cuantos pies lejos de la mesa



El padre de Jesse manejaba el casino y también tenia uno en Puerto Rico, fue en este ultimo donde lo conocí. Estaba más que sorprendida que él se hubiera unido al negocio de la familia. Solíamos perseguirnos entre nosotros por los pasillos y escaleras del hotel y siempre lo vencía cuando alcanzábamos los ascensores. Él había crecido desde la última vez lo que lo había visto. Lo recordaba como un desgarbado adolescente, pero el hombre que tenía al frente era sin duda un bien vestido jefe de sala, para nada desgarbado y ciertamente apuesto. Seguía teniendo su sedosa piel y ojos celestes que recordaba, pero el resto de él era una agradable sorpresa.


Su iris del color del cielo resplandecía en las brillantes luces del casino. — Esto es surrealista, pensé que eras tú cuando estaba caminando por tu mesa, pero no podía convencerme a mí mismo de que estarías aquí. Cuando vi a esa morena limpiando la mesa, ya no lo dude.

—Lo soy. —Sonreí.

—Te ves… diferente.

—También tú, ¿Cómo está tu padre?

—Retirado. —Sonrió—. ¿Cuánto tiempo te quedarás?

—Sólo hasta el domingo. Tengo que volver a la escuela.

—Hola, Jess. —dijo Rachel, tomando mi brazo.

—Rachel. —Se rió entre dientes—. Debí haberlo sabido, ustedes son como la sombra de la otra.

—Si sus padres supieran que la traje aquí, todo eso habría terminado hace mucho tiempo.

—Es bueno verte, Santana. ¿Por qué no me dejas comprarte la cena? — Preguntó, escaneando mi vestido.

—Me encantaría, Jess, pero no estoy aquí por diversión.

Él tendió sus manos y sonrió. —Tampoco yo. Muéstrame tu identificación.

Mi cara decayó, sabiendo que tenía una pelea en mis manos. Jesse no caería en mis encantos tan fácilmente, sabía que tenía que decirle la verdad. —Estoy aquí por Felipe. Está en problemas.

Jesse asintió. — ¿Qué tipo de problema?

— Los usuales.

— Me encantaría ayudar, sabes que respeto a tu papá, pero sabes que no puedo permitirte quedarte.

Alcancé su brazo y lo presioné. —Le debe dinero a Benny.

Jesse cerró sus ojos y sacudió su cabeza. —Jesús.

—Tengo hasta mañana, Jesse, déjame quedarme hasta entonces.

Él puso la palma de su mano en mi mejilla. —Te lo diré… si cenas conmigo mañana. Te daré hasta la medianoche.

Miré a Rachel y luego a Jesse. —Estoy aquí con alguien.

Se encogió de hombros. —Tómalo o déjalo, Santana. Tú sabes cómo se hacen las cosas por aquí, no puedes obtener algo sin nada a cambio.

Suspiré derrotada. —Está bien. Te veré mañana en la noche en Ferraos si me das hasta la medianoche.

Bajó su cabeza y besó mi mejilla. —Fue bueno verte. Te veré mañana… cinco en punto, ¿de acuerdo? Estoy en el piso a las ocho.


Sonreí mientras él se alejaba, pero mi sonrisa pronto cayó cuando vi a Brittany mirando desde la mesa de la ruleta.

—Oh, mierda. —dijo Rachel, tirando de mi brazo.

Brittany fulminó a Jesse con la mirada mientras él pasaba y luego vino hacia mí, metiendo las manos en sus bolsillos y miró a Jesse, quien nos estudiaba desde la esquina de su ojo.

— ¿Quién era él?

Asentí en la dirección de Jesse. —Él es Jesse St James, lo he conocido por un largo tiempo.

— ¿Cuánto tiempo?

Miré en dirección de la mesa de póquer. —Brittany, no tengo tiempo para esto.

—Supongo que desecho la idea de ser ministro de juventud. —dijo Rachel, mirando coquetamente en la dirección de Jesse.

— ¿Ése es tu ex novio? —dijo Brittany, de repente muy enojada.







____________________________________________________________

Jesse con Santana? Jamas lo había leído y tampoco imaginado! Jajajajaja!




Espero sus comentarios chicas lindas!



Besos!

Muy bueno JAJAJAJA' Jesse y Santana eso es raro y bueno me gusta :)

Espero tu actualización ;)

Primera vez que comento, pero he seguido el fic de hace un tiempo, la verdad es que adaptaciones en donde la original es la historia entre un hombre y una mujer, nunca las leo xD no sé, me imagino a la paraje original, tonto xD, pero eso me pasa, pero este fic es el primero que leo en el que no me pasa eso.

Me gusta mucho! y más que actualices seguido, espero que no te pierdas como fue en la semana pasada :(, pero te entiendo en la semana del 18 uno anda más preocupado de las empanadas y el terremoto que de cualquier otra cosa xD
Saludos! (:

bueno, lamento el comentario de que comenzaban una historia y luego la dejaban colgada sin explicacion pero me agrada muchisimo que tu no lo hayas hecho, en cuanto al capitulo, se que santana esta preocupada pero no me parece su trato hacia britt y se que esa cena traera problemas, santana conoce los celos de su novia y espero no la pierda por su estupido padre!

Hola. Lei el libro y me encanto y que escribas con Britt y San es genial. Aca tenes a una fiel lectora.

Beso

— ¿Ése es tu ex novio? —dijo Brittany, de repente muy enojada—. Pensé que habías dicho que él era de Puerto Rico.

Le disparé a Rachel una impaciente mirada y luego tomé el mentón de Brittany y la miré, acaparando toda su atención. —Él sabe que no soy lo suficientemente mayor para estar aquí, Britt. Me dio hasta la medianoche, te lo explicaré luego, pero por ahora tengo que regresar al juego, ¿de acuerdo?

La mandíbula de Brittany se tensó debajo de su piel, cerró sus ojos, tomando un profundo respiro. —Muy bien, te veré a medianoche.

Bajó su cabeza para besarme, pero sus labios fueron fríos y distantes.

—Buena suerte.


Sonreí mientras ella se mezclaba con la multitud, y luego volví mi atención a los hombres.


— ¿Caballeros?

—Toma asiento. —dijo Jimmy—. Haremos que nuestro dinero regrese, justo ahora, no apreciamos el ser estafados.

—Hagan lo peor. —dije sonriendo, barajé las cartas y las repartí con precisión a cada jugador.

—Tienes diez minutos. —Susurró Rachel

—Lo sé. —dije


Traté de bloquear el tiempo y la rodilla de Rachel golpeando nerviosamente debajo de la mesa.


—Nunca he visto nada como tu niña, has tenido casi un juego perfecto, y no tienes ningún consejero. —dijo Paul.

Winks asintió, su alegría se había evaporado. —Lo noté, ninguna sonrisa, incluso sus ojos permanecen iguales, no es natural, todo el mundo tiene un consejero.

—No todos. —dijo Rachel.


Sentí un par de manos muy familiares en mis hombros, sabía que era Brittany, pero no me di la vuelta, no con tres mil dólares en medio de la mesa.


—Me retiro. —dijo Jimmy.


Aquellos que se habían reunido alrededor de nosotros aplaudieron cuando bajé mi mano. Jimmy era el único que estaba lo suficientemente cerca para tocarme con una pizca de amabilidad. Nada que no pudiera manejar.


— ¡Increíble! —dijo Pau.

—Estoy fuera. —Joe se quejó, levantándose y alejándose de la mesa.

Jimmy era un poco más gracioso. —Podría morir hoy y sentir que he jugado con un oponente que de verdad vale la pena. Ha sido un placer, Santana.

Me congelé. — ¿Lo sabías?

Jimmy sonrió, los años de humo de cigarrillo y café manchando su gran sonrisa. —He jugado contigo antes, hace 6 años en Puerto Rico, he querido una revancha por un largo tiempo. —Jimmy extendió su mano—. Cuídate niña. Dile a tu papá que Jimmy Pescelli dice hola.



Rachel me ayudó a recoger mis ganancias, me volví hacia Brittany, mirando mi reloj. —Necesito más tiempo.

— ¿Quieres intentar en las mesas de Black Jack?

— No puedo perder dinero, Britt.

Sonrió. —No puedes perder, San.

Rachel negó con la cabeza. —El Black Jack no es su juego.

Brittany asintió. —Gané un poco. Estoy arriba de los seiscientos. Los puedes tener.

Quinn me pasó sus fichas. —Sólo hice tres. Son tuyas.

Suspiré. —Gracias chicas, pero aún me hacen falta cinco de los grandes.


Miré mire reloj y luego alcé la vista para ver a Jesse acercándose.


— ¿Cómo te fue? —dijo sonriendo.

—Aún me faltan cinco mil, Jess, necesito más tiempo.

—Ya he hecho todo lo que puedo, Santana.

Asentí, sabiendo que ya había exigido mucho. —Gracias por dejarme quedar.

—Tal vez le puedo decir a mi padre que hable con Benny por ti.

—Es el desastre de Felipe, voy a pedirle que él se encargue del resto.

Jesse negó con su cabeza. —Tú sabes que eso no pasará, Snixx, no importa cuánto tengas, si hace falta algo de lo que él debe, Benny enviará a alguien. Tú mantente tan lejos de él como puedas.

Sentí que mis ojos quemaban. —Tengo que tratar.

Jesse se acercó, y habló en voz baja: —Consigue un avión, Santana. ¿Me escuchaste?

—Te escuché. —dije toscamente.

Jesse suspiró, y sus ojos se llenaron de compasión. Me envolvió en sus brazos y besó mi cabello. —Lo siento. Si mi trabajo no estuviese en juego, tú sabes que trataría de hacer algo.

Asentí, alejándome de él. —Lo sé. Hiciste lo que pudiste.

Elevó mi mentón con su dedo. —Te veré mañana a las cinco. —Bajó su cabeza y depositó un beso en la esquina de mi boca, y luego se fue sin decir una palabra.


Miré a Rachel, quien estaba observando a Brittany. No me atreví a encontrarme con sus ojos azules; no podía imaginar que tan enojada era la expresión en su rostro.

— ¿Qué es a las cinco? —dijo Brittany, su voz teñida con enojo mal disimulado.

—Ella estuvo de acuerdo en cenar con Jesse si él la dejaba quedarse. No tenía opción Britt. —dijo Rachel.


Podía deducir por el tono de precaución de su voz que Brittany estaba más que enojada, la miré y ella me fulminó con la mirada con la misma expresión de traición que Felipe tenía en su rostro la noche en que se dio cuenta que yo había tomado su suerte.


—Tenías una opción.

— ¿Alguna vez has tratado con la mafia, Brittany? Lo siento si tus sentimientos están heridos, pero una comida gratis con un viejo amigo no es un precio alto que pagar para mantener a Felipe vivo.

Podía ver que Brittany quería arremeter contra mí, pero no había nada que ella pudiera decir.

—Vamos chicas, tenemos que encontrar a Benny. —dijo Rachel, tirando de mi brazo.




Brittany y Quinn nos siguieron en silencio mientras caminábamos hacia al edificio de Benny. El tráfico de personas y carros en la vía estaba empezando a concentrarse. Con cada paso que daba, me sentía enferma, sentía un vacío en mi estómago, mi mente corriendo, pensando en un argumento lo suficientemente convincente para hacer entrar a Benny en razón. Para cuando tocamos la gran puerta verde que había visto tantas veces, no tenía nada en mente.

No era una sorpresa ver al enorme guardián, negro, atemorizante, y tan ancho como era de alto, tampoco era sorpresa escuchar la música un tanto fuerte en el edificio, pero yo estaba aturdida de ver a Benny detrás de él.


https://www.youtube.com/watch?v=HUEdXPhW70s


—Benny. —Respiré

—Vaya, vaya… Felipe no me dijo nada de lo llamativa y guapa que te has convertido. He estado esperando por ti, Snixx. He oído que tienes un pago para mí.

Asentí y Benny hizo un gesto hacia mis amigas. Alcé mi mentón para fingir confianza. —Ellas están conmigo.

—Me temo que tus acompañantes tendrán que esperar afuera. —dijo el guardián en un anormal tono bajo.

Brittany me tomó del brazo inmediatamente. —Ella no va entrar sola, voy con ella.


Benny observó a Brittany. Cuando Benny alzó la vista a su guardián y las esquinas de su boca se elevaron, me relajé un poco.


—Es lo suficientemente justo. —dijo Benny—. Felipe estará contento de saber que tienes a tan buena amiga.




Lo seguí adentro, volviéndome para ver la mirada preocupada en la cara de Rachel. Brittany mantuvo firme su agarre en mi brazo, manteniéndose a propósito entre el guardián y yo. Seguimos a Benny a un ascensor, ascendiendo cuatro pisos en silencio. La música se seguía oyendo, se propagaba por todo el lugar y luego las puertas se abrieron. Un gran escritorio de caoba yacía en el medio de una vasta habitación.

Benny cojeó hasta alcanzar una silla y sentarse, gesticulando hacia nosotras para que tomáramos las dos sillas vacías enfrente del escritorio. Cuando me senté, el cuero se sentía frío debajo de mí, y me pregunté cuánta gente se habría sentado en la misma silla, momentos antes de su muerte.


Estiré mi mano para coger la de Brittany y ella me dio un apretón tranquilizador.


—Felipe me debe veinticinco mil, confío en que tienes la cantidad completa. —Dijo escribiendo algo en una libreta de notas

—En realidad —hice un pausa aclarándome la garganta—, me faltan cinco mil, Benny, pero tengo todo el día de mañana para conseguirlos, y cinco mil no es un problema ¿Cierto? Tú sabes que soy buena para eso.

—Santana —dijo Benny, ceñudo—, me decepcionas, conoces mis reglas mejor que eso.

—Por… Por favor Benny, te estoy pidiendo que tomes los diecinueve mil y tendré el resto para ti mañana.


Los ojos de Benny iban de Brittany a mí y viceversa. Ahí fue cuando note el par de mujeres que salieron de las esquinas más oscuras de la habitación. El agarre de Brittany en mi mano se hizo más fuerte, contuve el aliento.


—Tú sabes que no tomo nada a menos de que sea la cantidad completa. El hecho de que estés tratando de darme menos de lo que es me dice algo. ¿Sabes lo que me dice? Que tú no estás segura de que puedas obtener la cantidad completa.


Las mujeres que estaban en las esquinas se movieron otro paso hacia adelante.


—Puedo obtener tu dinero Benny. —Me reí nerviosamente—. Gané diez mil en seis horas.

—Entonces me estás diciendo que me traerás nueve mil en las próximas seis horas. —Benny nos sonrió diabólicamente.

—El plazo es hasta la medianoche de mañana. —dijo Brittany, mirando detrás de nosotras y luego a las mujeres que se aproximaban.

— ¿Qué estás haciendo Benny? —Pregunté, mi postura rígida.

—Felipe me llamó anoche. Dijo que te estabas encargando de su deuda.

—Le estoy haciendo un favor. Yo no te debo dinero. —dije severamente, mis instintos de supervivencia tomando vida.

Benny apoyó sus rechonchos codos llenos de grasa en su escritorio. —Estoy considerando enseñarle a Felipe una lección, además estoy curioso de ver cuán suertuda eres.


Brittany se levantó de su silla tirando me mí con ella. Me llevó detrás de ella, retrocediendo hasta la puerta.


—Josiah está afuera de la puerta, chica. ¿A dónde piensas que vas a escapar?


Estaba equivocada. Cuando estaba pensando en persuadir a Benny para que viera la razón, debía haber anticipado el deseo de Felipe de sobrevivir, y la afición de venganza de Benny.


—Brittany. —Le advertí, viendo como las secuaces de Benny se acercaban a nosotras.

Brittany me empujó unos cuántos pies detrás de ella y permaneció de pie. — Espero que sepas, Benny, que cuando me deshaga de tus mujeres no quiero ser irrespetuosa, claro está. Pero estoy enamorada de esta chica, y no puedo dejar que la lastimes.

Benny estalló en una ruidosa carcajada. — Oh! Santana no sabia que ahora eras lesbiana— Lo fulmine con la mirada y dirigió su mirada a Brittany

—Te lo dejaré a ti hija. Tienes el coraje más grandes que cualquiera que haya venido a través de esas puerta. Te prepararé lo que estás a punto de enfrentar, la chica grande a tu derecha es Felicia, y si ella no puede sacarte con sus puños, lo hará con el cuchillo que tiene en su funda. La mujer a tu izquierda es Dane, ella es mi mejor luchadora. Tiene una pelea mañana, sólo para que sepas, ella nunca pierde. Te importaría si no te lastimas las manos, Dane, tengo un montón de dinero en ti.

Dane le sonrió a Brittany con divertidos y salvajes ojos. —Sí, señor.

—¡Detente, Benny! Puedo conseguir tu dinero. —Lloré

—No… Esto se va a poner bastante interesante. —Se rió entre dientes, sentándose en su silla.


Felicia corrió hacia Brittany, mis manos volaron a mi boca. La tipa era fuerte, pero torpe y lenta. Antes de que Felicia pudiera coger su cuchillo, Brittany la incapacitó, empujando la cara de Felicia directo hacia su rodilla, cuando Brittany lanzó un puñetazo, no gastó tiempo, lanzando cada pizca de energía que tenía en la cara de la mujer. Dos puñetazos y un codazo después, Felicia yacía en el piso, en un charco de sangre.


Benny echó su cabeza hacia atrás, riendo histéricamente golpeando su escritorio con el placer de un niño viendo caricaturas en la mañana de un sábado. —Muy bien, ve por ella Dane, no te asusta, ¿cierto?


Dane se aproximó a Brittany cuidadosamente, con la concentración y la precisión de una luchadora profesional. Su puño voló a la cara de Brittany con una velocidad increíble, pero Brittany la esquivó, embistiendo con su hombro a Dane, utilizando toda su fuerza. Cayeron contra el escritorio de Benny. Dane agarró a Brittany con sus brazos, empujándola contra el piso. Se enfrentaron en el piso por un momento, pero luego Dane ganó terreno posicionándose para poder darle algunos puños a Brittany, mientras ella estaba atrapada debajo de ella en el piso. Cubrí mi cara, me era imposible mirar. Oí un llanto de dolor y levanté la vista, para ver a Brittany cerniéndose sobre Dane, agarrándola de su pelo, golpeándola puño tras puño en un lado de su cabeza. La cara de Dane calló en el escritorio de Benny, para luego ponerse de pie desorientada y sangrando.

Brittany la observó por un momento, para luego atacar otra vez, usando toda su fuerza. Dane la esquivó una vez, consiguiendo golpear a Brittany en la mandíbula con sus nudillos.


Brittany sonrió y la apuntó con un dedo. —Esa fue tu oportunidad.


No podía creer lo que acababa de escuchar. Brittany había dejado que la matóna de Benny la golpeara. Ella lo estaba disfrutando. Jamás había visto a Brittany pelear sin restricciones, era un poco atemorizante verla liberar todo lo que tenía en estas asesinas entrenadas y teniendo las de ganar. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de lo que Brittany era capaz de hacer. Con la risa molesta de Benny en el fondo, Brittany terminó de rematar a Dane, depositando su codo en el centro del rostro, dejándola fuera de juego antes de que golpeara el suelo. Vi su cuerpo rebotar en la alfombra importada de Benny.


— ¡Eres asombrosa! ¡Simplemente asombrosa! —dijo Benny, aplaudiendo con placer.


Brittany me empujó detrás de ella mientras Josiah atravesaba la puerta, con su masiva figura.


— ¿Debería encargarme de esto, señor?

— ¡No! No, no… —dijo Benny aún aturdido por la improvisada actuación—. ¿Cuál es tu nombre?

—Brittany Pearce. —dijo, aun teniendo la respiración pesada, limpiando la sangre de Dane y Felicia de sus manos en sus vaqueros.

—Brittany Pierce, creo que puedes ayudar a que tú pequeña novia se salga de éste problema.

— ¿Cómo?

—Se suponía que Dane pelearía mañana en la noche, tenía un montón de dinero para ella, pero parece que Dane no estará en forma para ganar la pelea. Te sugiero que tomes su lugar. Gana y perdonaré los dólares faltantes de la deuda de Felipe.

Brittany se volvió hacia mí. — ¿San?

— ¿Estás bien? —Pregunté, limpiando la sangre de su rostro. Mordí mi labio, sintiendo mi cara deformarse con una mezcla de miedo y alivio.

Brittany sonrió. —No es mi sangre, no llores, amor.

—Soy un hombre ocupado hija. —dijo Benny—. ¿Estás dentro?






___________________________________________________________


Nos leemos mañana chicas!


Besos a cada una!

Me a gustado espero
Que britt acepte y gane la pelea
En cuanto a jesse, espero
No se meta entre britt y san!

Pero bueno
Hasta la siguiente
Actualizacion!

Saludos

holaaa!!
me encanta tu adaptación
y britt con esa personalidad me hace dudar de mi heterosexualidad jajajjaja    ..
en fin ...(es que yo amo a travis)
leí que eres chilena pues yo tan bien XD
naa
me encanta todos los capítulos geniales !!
saludos que estes bien!!

Hola.!
yo creo que ya sabes que me encanta la historia.
Es genial ver como se defienden la una con la otra, tienen un apoyo incondicional.
Y gracias por lo de ayer : )
Adiós Cuídate.

bueno, espero que Britt gane la pelea y puedan irse tranquilas, en cuanto a jesse tambien seria bueno que Britt lo pusiera a dormir un rato, con tanto trabajo creo deberia descansar!

Awwwwwww solo Britt-Britt haria eso x Santana...espeo conti ;)

Que mala lectora soy, leí este capítulo apenas lo subiste, pero no lo comenté, eso sí ese día no fue mi culpaa! el internet llega pésimo en mi pieza, pero ya estoy aquí!

Creo que leí que pusiste que el drama se venía cuando llegara a Las Vegas y llevan ahí apenas un par de horas y ya todo lo que ha pasado, ya me imagino como seguirá todo eso. Espero que la pelea de Britt salga bien y que todo luego salga mejor! xD

Creo haber leído también que ese mismo día que subiste este capítulo ibas a subir otro! pero ha pasado un par de días y no veo ninguna actualización por aquí! :c
Espero que actualices pronto!

Susaan... Fernanda siempre promete y no cumple.. xD
Ayer se fue de carrete y no nos tendrá con capítulos nuevos... y quiere el otro fic tb...
Pero nada...

(sé dónde vive, podríamos raptarla y hacer que actualice a nuestro antojo. jijijiji e.e)

Jane0_o escribió:Me a gustado espero
Que britt acepte y gane la pelea
En cuanto a jesse, espero
No se meta entre britt y san!

Pero bueno
Hasta la siguiente
Actualizacion!

Saludos

Jesse no sera problema por el momento! El drama se asoma por otro lado!

Saludos fiel lectora!

raxel_vale escribió:holaaa!!
me encanta tu adaptación
y britt con esa personalidad me hace dudar de mi heterosexualidad jajajjaja    ..
en fin ...(es que yo amo a travis)
leí que eres chilena pues yo tan bien XD
naa
me encanta todos los capítulos geniales !!
saludos que estes bien!!

Wuaaau la verdad pensé que eramos pocas en el foro, pero estoy viendo que ya somos bastantes chilenas! Que bueno querida compatriota!

Yo también amo a esta Britt, bueno en realidad amo a todas las Britt de todos los fic! XD

Saludos también para ti!

Fran_ci escribió:Hola.!
yo creo que ya sabes que me encanta la historia.
Es genial ver como se defienden la una con la otra, tienen un apoyo incondicional.
Y gracias por lo de ayer : )
Adiós Cuídate.

Panchoo! Jjajajaaja no hay problema, cuando quieras te distraigo! XD

Besitos amiga de Whatsapp!

micky morales escribió:bueno, espero que Britt gane la pelea y puedan irse tranquilas, en cuanto a jesse tambien seria bueno que Britt lo pusiera a dormir un rato, con tanto trabajo creo deberia descansar!

Tranquilaa como ya dije Jesse no sera problema por ahora! Y respecto a la pelea ya veremos que pasa!

Saludos lectora!

kaorip0 escribió:Awwwwwww solo Britt-Britt haria eso x Santana...espeo conti ;)

Ya sabremos todo lo que hará Britt-Britt por Santana y créeme, no es poco!

susaan escribió:Que mala lectora soy, leí este capítulo apenas lo subiste, pero no lo comenté, eso sí ese día no fue mi culpaa! el internet llega pésimo en mi pieza, pero ya estoy aquí!

Creo que leí que pusiste que el drama se venía cuando llegara a Las Vegas y llevan ahí apenas un par de horas y ya todo lo que ha pasado, ya me imagino como seguirá todo eso. Espero que la pelea de Britt salga bien y que todo luego salga mejor! xD

Creo haber leído también que ese mismo día que subiste este capítulo ibas a subir otro! pero ha pasado un par de días y no veo ninguna actualización por aquí! :c
Espero que actualices pronto!

Lo siento querida Susan, pero me embobe con un fic y por eso me aleje. Bueno, también como dice Tat Tat el carrete me agarro desde el viernes y recién ayer me soltó!

En fin... Ahora saldrás de dudas con lo que sigue en Las Vegas!

Besitos!

Tat-Tat escribió:Susaan...  Fernanda siempre promete y no cumple.. xD
Ayer se fue de carrete y no nos tendrá con capítulos nuevos... y quiere el otro fic tb...
Pero nada...

(sé dónde vive, podríamos raptarla y hacer que actualice a nuestro antojo. jijijiji e.e)

Jajajaja Tat Tat no sabes lo bien que me haría que me raptaras y me llevaras a Valpo, lo necesito :/

Y ya... Lo siento. Ahora subiré 2 capítulos para dejarte feliz!

Besitos amiga mia!

—Soy un hombre ocupado hija. —dijo Benny—. ¿Estás dentro?

—Lo hare. —dijo Brittany—. Dime cuándo y dónde, estaré ahí.

—Estarás peleando contra Natalie McMann, ella no es un oponente fácil. Fue excluida de la UFC el año pasado.

Ese dato no afectó en lo más mínimo a Brittany. —Sólo dígame dónde tengo que estar.

La sonrisa de tiburón de Benny cruzó su cara. —Me gustas, Brittany Pearce. Creo que seremos buenos amigos.

—Lo dudo. —dijo Brittany, abriendo la puerta y manteniendo una postura protectora hasta que alcanzamos la puerta principal.

— ¡Jesucristo! —Rachel lloró, viendo la sangre que salpicaba la ropa de Brittany—. ¿Están bien chicas? —Me tomó por los hombros y examinó mi rostro.

—Estoy bien. Tan solo otro día en la oficina. Para ambas. —dije limpiando mis ojos.




Brittany cogió mi mano y nos dirigimos hacia el hotel con Quinn y Rachel detrás de nosotras. No muchos repararon en el aspecto de Brittany. Estaba cubierta de sangre y sólo uno que otro parecía notarlo.


— ¿Qué rayos pasó ahí adentro? —Finalmente preguntó Quinn.


Brittany se deshizo de su ropa y desapareció en el cuarto de baño. La ducha se encendió y Rachel me pasó una caja de pañuelos.


—Estoy bien, Rachel.

Suspiró y empujó la caja hacia mí otra vez. —No, no estás bien.

—Este no es mi primer encuentro con Benny. —dije, mis músculos estaban doloridos por estar tanto tiempo tensados en las últimas 24 horas.

—Es tu primera vez viendo como Brittany descarga toda su furia en otra persona. —dijo Quinn—. La he visto antes, y no es lindo.

— ¿Qué pasó? — Rachel insistió.

— Felipe llamó a Benny. Le dijo que yo me haría cargo de su deuda.

— ¡Lo voy a matar! Voy a matar a ese hijo de perra. —gritó Rachel.

— Benny no me estaba haciendo responsable, pero dijo que iba a darle una lección a Felipe por enviar a su hija a pagar su deuda. Él llamó a dos de sus malditas perras para que fueran por nosotras y Brittany las noqueó. A ambas. En menos de cinco minutos.

— ¿Entonces Benny las dejó ir? —Preguntó Rachel.


Brittany salió del baño con una toalla alrededor de su pecho y una agarrando su cabello, la única evidencia de la pelea era una pequeña marca roja en su pómulo, debajo de su ojo derecho.


— Una de las chicas que eliminé tenía una pelea mañana en la noche. Tomaré su lugar y en recompensa Benny perdonará lo que Felipe debe.

Rachel se puso de pie. —Esto es ridículo. ¿Por qué lo estamos ayudando? Él te lanzó directo a los lobos. ¡Lo voy a matar!

—No si yo lo mato primero. — Brittany ardía de rabia.

—Tranquilízate, —le dije.

— ¿Entonces pelearás mañana? —Preguntó Quinn.

— En un lugar llamado Zero. Seis en punto. Es Natalie McMann, Quinn.

— De ninguna manera. De ninguna jodida manera. Britt. ¡La tipa es una maniática!

—Sí. —Brittany sonrió—, pero ella no está peleando por su chica ¿cierto? —

Brittany me envolvió en sus brazos. Besando la parte superior de mí cabello—. ¿Estás bien, San?

—Esto está mal. Esto está mal en muchas maneras. No sé con quién de ustedes hablar primero para dejar esto.

— ¿Me viste esta noche? Voy a estar bien. He visto a Natalie pelear antes. Ella es dura, pero no invencible.

—No quiero que hagas esto, Britt.

—Bueno, yo no quiero que tú vayas a cenar con tu ex novio mañana en la noche. Supongo que ambas tenemos que hacer algo que no queremos para salvar al bueno para nada de tu padre.



Lo había visto antes. Las apuestas cambiaban a las personas. Creando monstruos y gente rota. Era fácil dejar que las luces y los sueños robados se filtraran en tu sangre. Había visto la enérgica, invencible mirada en el rostro de Brittany tantas veces crecer. Y la única cura era un avión que nos llevara a casa.



Miré mi reloj otra vez.



— ¿Tienes que estar en algún lugar, Snixx? —Preguntó Jesse, divertido.

—Por favor, deja de llamarme así. Jess. Lo odio.

—También odié cuando te fuiste de Puerto Rico. Y eso no te detuvo.

—Esta es una conversación aburrida y sin sentido. Solamente cenemos, ¿de acuerdo?

—Muy bien, hablemos entonces de tu nueva ¿chica?. ¿Cuál es su nombre? ¿Brittany? —Asentí y él sonrió—. ¿Qué estás haciendo tú con una chica? Esto es terrible para mi.
¿Desde cuando cambiaste tus gustos? Aunque es bastante guapa...

—Se amable Jesse, o me iré de aquí.

—No puedo superar lo diferente que te ves. No puedo superar que tú estás sentada aquí, enfrente de mí.

—Supéralo. —dije, rodando los ojos.

—Ahí está. —dijo Jesse—. La chica que recuerdo

Miré mi reloj. —La pelea de Britt es en veinte minutos. Mejor me voy.

—Aún estamos esperando el postre.

—No puedo Jess. No quiero que ella se preocupe acerca de si voy a aparecer o no. Es importante.

Sus hombros cayeron. —Lo sé. Extraño los días en que yo era importante.

Dejé descansar mis manos en las suyas. —Éramos sólo niños. Eso fue hace mucho tiempo.

— ¿Cuándo crecimos? El que tú estés aquí es una señal, Santana. Pensé que nunca te vería de nuevo y aquí estás. Quédate conmigo.

Negué con mi cabeza despacio, vacilando. No quería herir a mi más viejo amigo. —La amo, Jess

La desilusión oscureció la pequeña sonrisa en su rostro. —Entonces es mejor que vayas.

Besé su mejilla y abandoné el restaurante.



Cogí un taxi.



— ¿A dónde se dirige? —Preguntó el taxista

—Zero.

El taxista se volvió hacia mí, viéndome fijamente. — ¿Está segura?

—Estoy segura. ¡Vamos! —dije, lanzando el dinero sobre el asiento.







Brittany finalmente atravesó la multitud con la mano de Benny sobre su hombro, susurrándole en el oído. Brittany asintió y respondió. Mi sangre se heló al verla tan amigable con el hombre que nos amenazó hace menos de veinticuatro horas. Brittany disfrutaba en el aplauso y felicitaciones de su triunfo mientras la multitud retumbaba.

Caminaba más erguida, su sonrisa era más amplia, cuando me alcanzó, plantó un beso rápido en mi boca. Pude probar el sudor mezclado con el gusto cobrizo de la sangre sobre sus labios. Había ganado la pelea, pero no sin unas cuantas heridas de batalla propias.


— ¿Qué fue eso? —Pregunté, mirando a Benny reír.

—Te lo diré más tarde. Tenemos mucho de qué hablar —dijo con una sonrisa amplia.


Una mujer palmeó a Brittany en la espalda.

—Gracias —dijo Brittany, girándose hacia ella y sacudiendo su mano extendida.

—Espero ver otro encuentro tuyo, hija —dijo la mujer, entregándole una botella de cerveza—. Eso fue increíble.

—Vamos, San. —Tomó un sorbo de su cerveza, la agitó en su boca y luego escupió, el líquido ámbar sobre el suelo estaba teñido con sangre. Se movió a través de la multitud, tomando una respiración profunda cuando nos movimos a la acera afuera. Me besó una vez más y luego me condujo a la calle principal, sus pasos eran rápidos y decididos.

En el elevador de nuestro hotel, me empujó contra la pared de espejo, agarró mi pierna y la levantó en un movimiento rápido contra su cadera. Su boca chocó con la mía, y sentí su mano bajo mi rodilla deslizándose arriba por mi muslo y levantando mi falda.


—Britt, hay una cámara aquí —dije contra sus labios.

—No me importa. —Se rió entre dientes—. Estoy celebrando.

La alejé. —Podemos celebrar en la habitación —dije, limpiándome la boca y mirando abajo a mi mano, viendo manchas de color carmesí.

— ¿Qué está mal contigo, San? Ganaste, gané, pagamos la deuda de Felipe y acabo de recibir la oferta de mi vida.

El elevador se abrió y me quedé en el lugar mientras Brittany salía hacia el pasillo. — ¿Qué clase de oferta? —Pregunté.

Brittany extendió su mano, pero la ignoré. Mis ojos se estrecharon, sabiendo ya lo que diría.

Ella suspiró. —Te lo dije, hablaremos de eso más tarde.

—Vamos a hablar de eso ahora.

Se inclinó y me empujó por la muñeca hacia el pasillo, y luego me levantó del suelo en sus brazos.

—Voy a hacer el suficiente dinero para reemplazar lo que Felipe se llevó, para pagar por el resto de tu matrícula, pagar mi motocicleta, y comprarte un auto nuevo —dijo, deslizando la llave adentro y afuera de su ranura. Empujó la puerta y me dejó sobre mis pies—. ¡Y eso sólo es el principio!

— ¿Y cómo exactamente vas a hacer eso? —Mi pecho se apretó y mis manos empezaron a temblar.

Ella tomó mi cara en sus manos, extasiada. —Benny va a dejarme pelear aquí en Las Vegas. Seis figuras una pelea, San. ¡Seis figuras una pelea!

Cerré mis ojos y sacudí mi cabeza, bloqueando la emoción en sus ojos. — ¿Qué le dijiste a Benny? —Brittany levantó mi barbilla y abrí mis ojos, asustada de que ya hubiera firmado un contrato.

Se rió entre dientes. —Le dije que lo pensaría.

Exhalé el aire que había estado conteniendo. —Oh, gracias a Dios. No me asustes así, Britt. Pensé que hablabas en serio.

Brittany hizo una mueca y se estabilizó antes de hablar. — Hablo en serio, Santana. Le dije que necesitaba hablar, primero, pero pensé que estarías feliz. Está programando una pelea en un mes. ¿Tienes idea de cuánto dinero es? ¡En efectivo!

—Puedo sumar, Brittany. También puedo conservar mis sentidos cuando estoy en Las Vegas, lo que obviamente tú no puedes. Tengo que sacarte de aquí antes de que hagas algo estúpido. —Caminé hacia el armario y arranqué nuestra ropa de las perchas, metiéndolas furiosamente en nuestras maletas.

Brittany agarró mis brazos gentilmente y me giró. —Puedo hacer esto. Puedo pelear para Benny por un año y luego estaremos establecidas por un largo, largo tiempo.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Dejar la escuela y mudarte aquí?

—Benny va arreglarlo, hacer que funcione con mi horario.

Reí una vez, incrédula. —No puedes ser así de crédula, Brittany. Cuando estés en la nómina de Benny, no sólo vas a pelear una vez al mes para él. ¿Te olvidaste de Dane? ¡Terminarás siendo una de sus matonas!

Ella sacudió la cabeza. —Ya discutimos eso, San. Él no quiere que haga nada más que pelear.

— ¿Y confías en él? ¡Sabes que aquí lo llaman Benny el Astuto!

—Quería comprarte un auto, Santana. Uno lindo. Nuestras matrículas serán pagadas por completo.

— ¿Oh? ¿La mafia está entregando becas ahora?

La mandíbula de Brittany se apretó. Estaba irritada al tener que convencerme. —Esto es bueno para nosotras. Puedo ahorrar hasta que sea el momento de comprar una casa. No puedo hacer esta clase de dinero en ningún otro lugar.

— ¿Qué hay de tu título de Justicia Penal? Vas a estar viendo a tus viejos compañeros de clases trabajando para Benny, te lo prometo.

— Amor, entiendo tus reservas, lo hago. Pero estoy siendo lista con esto. Lo haré por un año y luego saldremos y haremos lo que sea que el infierno quiera que hagamos.

—No sólo dejas a Benny, Britt. Él es el único que puede decirte cuándo terminaste. ¡No tienes idea de con qué estás tratando! ¡No puedo creer que incluso estés considerando esto! ¿Trabajar para un hombre que nos hubiera dado una paliza a ambas anoche si no lo hubieras detenido?

—Exactamente. Lo detuve.

—Detuviste dos de sus matonas de peso ligero, Brittany. ¿Qué vas a hacer si hay una docena de ellas o ellos? ¿Qué vas a hacer si vienen por mí durante una de tus peleas?

—No tendría sentido en que haga eso. Haré mucho dinero para él.

—El momento en que decidas que no vas a hacerlo más, lo hara. Así es como esas personas trabajan.

Brittany se alejó de mí y miró afuera de la ventada, las luces parpadeantes coloreando sus rasgos en conflicto. Tomó una decisión antes de siquiera habérmelo comentado.

—Todo va a estar bien, San. Me aseguraré de eso. Y luego estaremos establecidas.


Sacudí mi cabeza y me giré, empujando nuestra ropa en las maletas.



Cuando llegáramos a casa, sería la misma de siempre. Las Vegas le hacían cosas extrañas a las personas, y no podía razonar con ella mientras estuviera intoxicada con el flujo del dinero y el whisky.


Me negué a discutir más esto hasta que estuvimos en el avión, asustada de que Brittany me dejara irme sin ella. Abroché mi cinturón de seguridad y apreté mis dientes, observándola mirar con nostalgia afuera de la ventada mientras nos elevábamos hacia el cielo nocturno. Ya estaba extrañando la maldad y las tentaciones sin límites que Las Vegas tenía para ofrecer.



—Es un montón de dinero, San.

—No.

Su cabeza se giró en mi dirección. —Esta es mi decisión. No creo que estés viéndolo todo.

—Creo que has perdido tu tonta mente.

— ¿Ni siquiera vas a considerarlo?

—No, ni tú tampoco. No vas a trabajar para un criminal sanguinario en Las Vegas, Brittany. Es completamente ridículo de tu parte creer que podría considerarlo.

Brittany suspiró y miró afuera de la ventana. —Mi primera pelea es en tres semanas.

Mi boca cayó abierta. — ¿Ya aceptaste?

Ella guiñó un ojo. —No todavía.

— ¿Pero vas a hacerlo?

Sonrió. —Dejarás de estar enojada cuando te compre un Lexus.

—No quiero un Lexus —Me puse furiosa.

—Puedes tener lo que quieras, amor. Imagínate cómo se va a sentir ir a cualquier concesionario que quieras, y todo lo que tienes que hacer es escoger tu color favorito.

—No estás haciendo esto por mí. Deja de fingir que lo haces.

Ella se inclinó, besando mi cabello. —No, estoy haciéndolo por las dos. Simplemente no puedes ver lo genial que será.



Un escalofrío irradió desde mi pecho, viajando por mi columna vertebral hasta mis piernas. Ella no vería una razón hasta que estuviéramos en el apartamento, y estaba aterrorizada que Benny le hubiera hecho una oferta que no podía rechazar. Me sacudí mis miedos; tenía que creer que Brittany me amaba lo suficiente para olvidar los signos de dólares y las falsas promesas que Benny había hecho.


— ¿San? ¿Sabes cómo cocinar un pavo?

— ¿Un pavo? —dije, tomada fuera de base por el cambio repentino de conversación.

Ella apretó mi mano. —Bueno, las vacaciones de Acción de Gracias están llegando, y sabes que mi mamá te adora. Quiere venir para Acción de Gracias. Me gustaría que tú y yo cocináramos un pavo juntas. Ya sabes, cocinar para la familia Pearce.

Presioné mis labios juntos, tratando de no reír. —Simplemente descongelas el pavo y lo pones en un sartén y lo cocinas en la estufa todo el día. No hay mucho en eso.

— ¿Entonces vendrás? ¿Me ayudarás?

Me encogí de hombros. —Seguro.



Su atención estaba desviada de las luces embriagadoras abajo, y me permití tener la esperanza que ella vería cuán equivocada estaba sobre Benny después de todo.



____________________________________________________________

Brittany dejó nuestras maletas sobre la cama y colapsó al lado de ellas. No había sacado la cuestión de Benny y yo estaba esperanzada que Las Vegas estuviera empezando a salir de su sistema. Bañé a Lord con Shampoo en seco, disgustada que apestara a humo de cigarrillo por estar en el apartamento de Kurt toda la semana.



— ¡Oh! ¡Hueles mucho mejor! —Reí mientras peinaba su pelaje y Lord me ronrroneaba—. También te extrañé, Lord Tubbington.

— ¿San? —Preguntó Brittany, golpeando anudando sus dedos.

— ¿Sí? —dije, frotando a Lord con el cepillo.

—Quiero hacer esto. Quiero pelear en Las Vegas.

—No —dije, sonriéndole a Lord Tubbington.

Ella suspiró. —No estás escuchando. Voy a hacerlo. Verás en unos meses que fue la decisión correcta.

Levanté la mirada hacia ella. —Vas a trabajar para Benny.

Asintió nerviosamente y luego sonrió. —Sólo quiero cuidar de ti, Santana.

Las lágrimas llenaron mis ojos, sabiendo que ella estaba resuelta. —No quiero nada comprado con ese dinero, Brittany. No quiero nada que tenga que ver con Benny, Las Vegas o cualquier cosa que vaya junto a ellos.

—No tenías problema con la idea de comprar un auto con el dinero de mis peleas aquí.

—Eso es diferente y lo sabes.

Frunció el ceño. —Todo va estar bien, Sanny. Ya verás.


La miré por un momento, esperando por un brillo de diversión en sus ojos azules, esperando que me dijera que estaba bromeando. La incertidumbre y la avaricia se reflejaron en sus ojos.


— ¿Entonces por que me preguntaste, Brittany? Ibas a trabajar para Benny sin importar lo que yo dijera.

—Quiero tu apoyo en esto, pero es demasiado dinero para rechazarlo. Estaría loca para decir no.

Me quedé por un momento, aturdida. Una vez todo había entrado en mi, asentí. —De acuerdo, entonces. Has tomado tu decisión.

Brittany sonrió de alegría. —Ya verás, San. Va a ser genial. —Se empujó de la cama, caminó hacia mí y me besó los dedos—. Estoy famélica. ¿Tienes hambre?


Sacudí mi cabeza y ella besó mi frente antes de caminar a la cocina.


Una vez sus pasos dejaron el corredor, tiré mi ropa de las perchas, agradecida de que tuviera lugar en mi maleta para más de mis pertenencias. Lágrimas de enojo cayeron por mis mejillas. Yo sabía muy bien lo que sería llevar a Brittany a ese lugar. Había peleado con uñas y dientes para evitarle los bordes oscuros de mi vida, y el momento en que se presentó la oportunidad, la arrastré al centro de todo lo que odiaba sin un segundo pensamiento.

Brittany iba a ser parte de esto, y si no dejaría que la salvara, tendría que salvarme yo sola.

La maleta estaba llena hasta su límite, y estiré el cierre sobre el contenido abultado. La saqué de la cama y caminé por el pasillo, pasando la cocina sin mirar en su dirección. Me apresuré a bajar las escaleras, aliviada de que Rachel y Quinn todavía estuvieran besándose y riéndose en el aparcamiento, transfiriendo sus cosas de su auto al Honda de ella.


— ¿Santana? —Brittany llamó desde la puerta del apartamento.

Toqué la muñeca de Rachel. —Necesito que me lleves a Morgan, Berry.

— ¿Qué está pasando? —dijo, notando la seriedad de la situación por mi expresión.


Miré detrás de mí para ver a Brittany corriendo por las escaleras y cruzando el césped hacia donde estábamos paradas.


— ¿Qué estás haciendo? —dijo, gesticulando hacia mi maleta.


Si le hubiera dicho en ese momento, toda esperanza de salvarme de Felipe, Las Vegas, Benny y todo lo que no quería estaría perdido. Brittany no me dejaría ir y por la mañana me habría convencido a mí misma de aceptar su decisión. Me rasqué la cabeza y sonreí, tratando de obtener algo de tiempo para pensar en una excusa.


— ¿San?

—Estoy llevando mis cosas a Morgan. Ellos tienen todas esas lavadoras y secadoras. Tengo una cantidad ridícula de ropa que lavar.

Ella frunció el ceño. — ¿Ibas a irte sin decírmelo?

Miré a Rachel y luego a Brittany, esforzándome por la mentira más creíble.

—Iba a volver. Eres tan jodidamente paranoica Britt —dijo Rachel con la sonrisa desdeñosa que había usado para engañar a sus padres tantas veces.

—Oh —dijo ella, todavía insegura—. ¿Vas a quedarte aquí esta noche? — Me preguntó, pellizcando la tela de mi abrigo.

—No sé. Supongo que depende de cuando esté lista mi ropa.

Brittany sonrió, poniéndome contra ella. —En tres semanas, le pagaré a alguien para que lave. O simplemente puedes tirar tu ropa sucia y comprar nueva.

— ¿Vas a pelear para Benny otra vez? —Preguntó Rachel, sorprendida.

—Me hizo una oferta que no podía rechazar.

—Brittany —empezó Quinn.

—Chicas, no empiecen ustedes también. Si no voy a cambiar de opinión por Santana, no voy a cambiar de opinión por ustedes.

Rachel encontró mis ojos con entendimiento. —Bueno, mejor te llevamos, San. Esa pila de ropa te va a tomar por siempre.

Asentí y Brittany se inclinó para besarme. La acerqué más, sabiendo que sería la última vez que sentiría sus labios contra los míos. —Te veo más tarde —dijo—. Te amo.



Quinn metió mi maleta en el baúl de su Honda, y Rachel se deslizó en su asiento a mi lado. Brittany dobló sus brazos sobre su pecho, charlando con Quinn mientras Rachel agitaba el encendido.



—No puedes quedarte en tu habitación esta noche, Santana. Va a ir directamente allí cuando lo averigüe —dijo Rachel mientras lentamente retrocedía del bloque del estacionamiento.

Las lágrimas llenaron mis ojos y se derramaron, cayendo sobre mis mejillas. —Lo sé.


La expresión alegre de Brittany cambió cuando vio la mirada en mi cara.


No perdió tiempo en correr a mi ventana. — ¿Qué está mal, San? —dijo, golpeando ligeramente el vidrio.

—Vamos, Rachel —dije, limpiando mis ojos. Me centré en el camino adelante mientras Brittany corría junto al auto.

— ¿Santana? ¡Rachel! ¡Detén el puto auto! —Gritó, golpeando su palma contra el vidrio—. ¡San, no hagas esto! —Dijo, comprensión y miedo distorsionaron su expresión.

Rachel se giró hacia la calle principal y presionó el acelerador. —Nunca voy a escuchar el final de eso… así como tú.

—Lo siento tanto, Rachel.

Ella miró hacia el espejo retrovisor y empujó su pie en el suelo. — Jesucristo, Brittany —murmuró bajo su respiración.


Giré para verla correr a toda velocidad detrás de nosotras, desapareciendo y reapareciendo entre las luces y sombras de las lámparas de la calle. Después alcanzó el final de la cuadra, se giró en dirección opuesta, corriendo hacia el apartamento.


—Va a volver por su motocicleta. Nos va a seguir a Morgan y causara una gran escena.

Cerré mis ojos. —Simplemente… apresúrate. Dormiré en tu habitación esta noche. ¿Crees que a Vanessa le importará?

—Nunca está allí. ¿De verdad va a trabajar para Benny?

La palabra se quedó pegada en mi garganta, así que simplemente asentí. Rachel agarró mi mano y la apretó. —Estás tomando la decisión correcta, San. No puedes pasar por eso otra vez. Si no te escuchó, no va a escuchar a nadie.




__________________________________________________________


Espero sus comentarios lindas lectoras!



__________________________________________________________

Hola.
No entiendo porque britt se preocupa tanto de lo material por culpa de eso va a perder a san ¬¬
Ahh y espero el final feliz o sino inventare algo para hacerte hasta que lo escribas bien jajjajaj
Me conecte solo para comentarte jajaj ya que estoy muriendo : )
Ya adiós cuídate : )

bueno, en verdad no me esperaba esto, no entiendo pq Britt es tan bruta en este aspecto, pense que en verdad lo mas importante para ella era San pero veo que prefiere perderla por una estupida ambicion!