[Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo

Nueva lectora... :D

Vaya, me encanta este fic... esta buenisimo!!!
Siempre me ha gusta esa Britt rompecorazones en los fics ejejje

Mmmnn... San esta empezando a sentir cosas con Britt, que genial..
Y la cosa es mutua :D ya quiero que se beseeeeeeeeeeen...

Espero la actu!

britt esta celosa!!!!!!

Me puse la escotadísima y ajustada blusa amarilla sin mangas, y los pantalones vaqueros de corte bajo que Rachel me lanzó, y luego deslicé mis pies en un par de tacones, pasé un cepillo por mi cabello mientras caminaba hacía final del pasillo. Rachel salió de su habitación con un vestido corto de color verde y tacones que hacían juego, y cuando dimos vuelta en la esquina, Britt y Quinn estaban de pie en la puerta.

La boca de Brittany cayó abierta. —Oh, carajo no. ¿Está intentando matarme? Tienes que cambiarte, San.

— ¿Qué? —pregunté, mirando hacia abajo.

Rachel puso sus manos en sus caderas. —Ella se ve linda, Britt, ¡Déjala en paz!

Brittany tomó mi mano y me llevó al final del pasillo. —Ponte una playera…y unos tenis. Algo cómodo.

— ¿Qué? ¿ Por qué?

—Porque voy a estar más preocupada por quien está mirando tus tetas, en esa camiseta, que por Hoffman. —dijo, deteniéndose en su puerta.

— ¿Pensé que habías dicho que no te importaba nada lo que todos los demás pensaran?

—Ese es un escenario diferente, Santana. —Brittany bajó su mirada a mi pecho y luego la subió a mí rostro—. No puedes usar eso en la pelea, así que por favor… sólo… por favor  sólo cámbiate. —Tartamudeó, empujándome a la habitación y encerrándome.

— ¡Brittany! —grité. Pateando mis tacones y metiendo los pies en mis Converse. Luego me quité la blusa, lanzándola al otro lado de la habitación. Jalé sobre mi cabeza la primera camiseta de algodón que mis manos tocaron y luego corrí hacía el pasillo, deteniéndome en la puerta.

— ¿Mejor? —dije respirando con dificultad, peinando mi cabello en una cola de caballo.

— ¡Sí! —dijo Brittany, aliviada—. ¡Vámonos!




Corrimos hasta el estacionamiento. Salté sobre la parte trasera de la motocicleta de Britt, me puse el casco, mientras ella arrancaba el motor y nos fuimos volando por el camino hacia la universidad. Sujeté fuertemente su cintura anticipadamente; la prisa de salir por la puerta había enviado adrenalina que estaba emergiendo por mis venas.

Brittany condujo sobre la acera, estacionando su moto en las sombras detrás del edificio de artes liberales de Jefferson. Saco su casco y empujó sus gafas de sol a la cima de su cabeza y luego agarró mi meñique, sonriendo mientras nos dirigimos a la parte de atrás del edificio. Se detuvo en una ventana abierta, cerca del suelo.



Mis ojos se ampliaron cuando caí en cuenta. —Estás bromeando.

Brittany sonrió. —Esta es la entrada VIP. Deberías ver cómo entran las demas!

Sacudí mí cabeza cuando ella metió las piernas a través de la ventana y desapareció. Me agaché y la llamé inconscientemente: — ¡Brittany!

—Aquí abajo, San. Sólo entra con los pies primero, yo te atraparé.

— ¡Estás completamente loca si crees que voy a saltar hacia la oscuridad!

— ¡Yo te atraparé! ¡Lo prometo! ¡Ahora trae tu culo aquí!

Suspiré, tocando mi frente con mi mano. — ¡Esto es una locura!


Me senté, y rápidamente me empujé hacia delante, hasta que la mitad de mi cuerpo estaba colgando en la oscuridad. Me giré sobre mi estómago y estiré mis pies, buscando sentir el piso. Esperé que mis pies tocaran la mano de Britt, pero perdí mi agarre y chillé cuando caí hacia atrás. Un par de manos me agarraron, y escuché la voz de Brittany en la oscuridad.


—Caes como una niña. —Se rió.


Descendió mis pies al suelo y, luego me adentró aún más en la oscuridad. Después de una docena de pasos, pude oír los gritos familiares de nombres y números, y luego la sala iluminada. Una linterna colocada en la esquina iluminaba la sala sólo lo suficiente para que pudiera distinguir la cara de Brittany.


— ¿Qué estamos haciendo?

—Esperar. Mercedes tiene que decir su discurso antes de que yo entre.

Me puse nerviosa. — ¿Debo esperar aquí, o debo entrar? ¿A dónde voy cuando se inicia la pelea? ¿Dónde están Quinn y Rach?

—Fueron por el otro lado. Sólo sígueme, no te enviaré a ese agujero de tiburones sin mí. Permanece junto a Mercedes, ella evitará que te aplasten. No puedo estar cuidándote y lanzando golpes al mismo tiempo.

— ¿Aplastar?

—Va a venir más gente aquí esta noche. Sasha Hoffman es de State. Ellas tienen su propio círculo allí. Va a ser nuestra gente y su gente, por lo que el lugar va a ser una locura.

— ¿Estás nerviosa? —Le pregunté.

Ella sonrió, mirándome. —No. Aunque tú pareces un poco nerviosa.

—Tal vez. —admití.

—Si te hace sentir mejor, no dejaré que me toque. Ni siquiera dejaré que me de uno para hacerla sentir mejor.

— ¿Cómo vas a lograr eso?

Se encogió de hombros. —Normalmente dejo que me den uno, para que parezca justo.

— ¿Tú…? ¿Dejas que las chicas te golpeen?

— ¿Qué tan divertido sería si sólo masacrara a alguien y nunca consiguieran darme un puñetazo? No es bueno para los negocios, nadie apostaría contra mí.

—Qué gran mierda. —dije, cruzando mis brazos.

Britt levantó una ceja. — ¿Piensas que estoy bromeando?

—Me cuesta creer que sólo consigues un golpe cuando dejas que te golpeen.

— ¿Te gustaría hacer una apuesta de eso, Santana Lopez? —Ella sonrió, con sus ojos animados.

Sonreí. —Acepto esa apuesta. Creo que ella te anotará uno.

— ¿Y si ella no lo hace? ¿Qué ganaré? —preguntó. Me encogí de hombros, mientras que los gritos al otro lado del muro crecían hasta ser un rugido.

Mercedes saludó a la multitud y luego comenzó a decir las reglas.


La boca de Britt se extendía en una amplia sonrisa. —Si ganas, no tendré sexo durante un mes. —Levante una ceja y ella sonrió de nuevo—. Pero si gano, tienes que estar conmigo durante un mes.

— ¿ Qué? ¡Me quedo contigo de todos modos! ¿Qué tipo de apuesta es esa? —Grité sobre el ruido.

—Que arreglaron las calderas en Morgan hoy. —Brittany sonrió.

Una sonrisa presumida se extendió por mi cara mientras Mercedes dijo el nombre de Brittany. —Cualquier cosa vale la pena por verte intentar la abstinencia.



Brittany besó mi mejilla y luego salió, manteniéndose erguida. La seguí, y cuando pasé a la habitación de al lado, me sorprendí de ver el número de chicas que se habían apretujado en el pequeño espacio. Todas estaban de pie, pero los empujones y los gritos sólo aumentaron una vez que entramos en la sala. Brittany asintió en mi dirección, y luego la mano de Mercedes estaba sobre mis hombros, jalándome a su lado.

Me incliné al oído de Mercedes. —Apuesto dos a Britt. —dije.

Las cejas de Mercedes se alzaron mientras me veía sacar dinero de mi bolsillo. Mantuvo a su palma extendida, y yo estampé los billetes en su mano, dos billetes de $100 dólares.




Sasha era por lo menos una cabeza más alta que Britt y tragué saliva cuando las vi de pie una frente a la otra. Sasha era el doble del tamaño de Brittany y músculo sólido. No podía ver la expresión de Britt, pero era evidente que a Sasha se le había acabado la sangre.


Mercedes  presionó sus labios contra mi oído. —Puede que quieras taparte los oídos, gatita.

Puse mis manos a cada lado de mi cabeza, y Mercedes  sonó la bocina.


En vez de atacar, Brittany dio unos pasos atrás. Sasha se balanceó y Britt la esquivó por la derecha. Sasha osciló nuevamente y Brittany la eludió y quedó de lado.


— ¿Qué demonios? ¡Esto no es un combate de boxeo, Britt! —Gritó Mercedes.


Brittany aterrizó un puñetazo en la nariz de Sasha. El volumen en el sótano era ensordecedor. Britt hundió un gancho izquierdo en la mandíbula de Sasha, y mis manos volaron sobre mi boca cuando Sasha intentó unos golpes más, cada una encontró sólo el aire. Sasha cayó contra su séquito cuando Brittany le dio un codazo en la cara. Justo cuando pensaba que casi terminaba,

Sasha volvió a balancearse nuevamente. Golpe tras golpe, Sasha no parecía poder mantenerse. Ambas mujeres estaban cubiertas de sudor, y jadeé cuando Sasha falló otro puñetazo, golpeado su mano en un pilar. Cuando ella se dobló, sosteniendo su puño por debajo de ella, Brittany la acabó.

Fue implacable, primero le dio con su rodilla en el estomago a Sasha y luego la golpeó en la cara un par de veces hasta que Sasha tropezó y chocó con el suelo. El nivel del ruido creció cuando Mercedes dejó mi lado para tirar el cuadro rojo en el rostro ensangrentado de Sasha.

Brittany desapareció detrás de sus fans y yo presioné mi espalda contra la pared, buscando el camino a la puerta por la que entramos. Cuando alcancé la luz de la linterna fue un alivio enorme. Me preocupaba ser derribada y pisoteada.

Mis ojos se quedaron enfocados en la puerta, atenta a cualquier señal que la multitud comenzara a desparramarse en la pequeña habitación. Después de varios minutos, y ninguna señal de Brittany, me preparé para regresar sobre mis pasos hasta la ventana. Con el número de personas tratando de salir a la vez, no estaba segura vagando por ahí.


Justo cuando comencé a caminar en la oscuridad, unos pasos crujieron contra el hormigón suelto en el suelo. Brittany me buscaba en un ataque de pánico.

— ¡San!

— ¡Estoy aquí! —La llamé, corriendo a sus brazos.

Brittany me volteó a ver y frunció el ceño. — ¡Casi me matas del susto! Por poco y tuve que comenzar otra pelea para conseguir llegar a ti... ¡Finalmente llego ahí y te has ido!

—Me alegro de que estás de vuelta. No deseaba perder mi camino en la oscuridad.

Toda preocupación dejó su rostro, y sonrió ampliamente.


—Creo... que has perdido la apuesta.















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Alguna de ustedes deberia enseñarme a responder y a poner esas firmas!

Muchas gracias por lo comentarios!

Tratare de subir otro hoy!


Besitos a todas!

Oh! Por dios no lo puedes dejar ahi!!

Genial el capitulo

Saludos!

HO POR DIOS SUBE OTRO TE LO SUPLICOO!!!

Está genial!!!
buu me dejass con la intriga..!
Actualiza pronto pleasee n.n

Besos..
Alii C:

sube otro, sube otro, subre otrooooooooooo!!!!
No lo dejes ahi! Esta genial!

Por cierto, te explico como se contesta, en cada 'cuadro' de respuesta, veras arriba, a la izquierda varias pestañas: multicitar y citar. Lo unico que tienes que hacer para contestar los mensajes todos a la vez, le das a multicitar a cada comentario que has recibido y luego le das a Responder, y te sale una ventana con la nueva respuesta y dentro tienes los cuadros ya.
Respecto a la firma, sencillamente tienes que editarlo en el perfil tuyo.

Espero que te haya servido la ayuda,
besos

Ohhhh vaya, San a perdido la apuesta...
Jjajajajaj ya quiero ver como estaran esas dos juntas durante todo un mes...

Sera todo un reto para San y para la misma rubia, ojala y surja algo durante ese mes :D

por favor este fic se ha convertido en uno de mis favoritos!!!!!!

Muy bueno. Me ha gustado.mucho.
Cuáles serán los secretos de San??? ><
Muero por saber ._.

eh leído los 8 capítulos de una sola vez, me gusta mucho la historia tendrás una fiel lectora aquí. gracias por escribir

esta genial tu fic lastima d san bno ni tanta pro ahora tendra k vivir con.britt k emocion ahora k pasara!!!!! jejeje esto se pone interesante espero k actualizes pronto me gusta mucho!!!

Chicas Gracias!!! por todos sus comentarios.
Hoy tampoco podre actualizar por falta de tiempo, ascenso en el trabajo y hoy el cumple de mi mami,
pero prometo que mañana tendrán 4 capítulos en recompensa por estos dos días!
Muchos besos y abrazos a todas!

Nos leemoos!

Mercedes llegó, me miró y, luego miró encolerizada a Brittany. —Tenemos que hablar.

Britt me guiñó un ojo. —Quédate aquí. Ya regreso.

Desaparecieron en la oscuridad. Mercedes alzó su voz un par de veces, pero no podía entender lo que estaba diciendo. Brittany volvió, metiendo un fajo de billetes en su bolsillo, y luego me ofreció una media sonrisa. —Vas a necesitar más ropa.

— ¿En serio vas a hacer que me quedé contigo durante un mes?

— ¿Habrías hecho que yo no tuviera sexo durante un mes?

Me reí, sabiendo que lo haría. —Mejor detengámonos en Morgan.

Britt dijo radiante: —Esto será interesante.

Cuando Mercedes pasó caminando, estampó mis ganancias en mi palma, retirándose hacia la turba de chicas que se estaba dispersando.

Britt levantó una ceja. — ¿Apostaste?

Sonreí y me encogí de hombros. —Pensé que debería tener la experiencia completa.



Me llevó a la ventana y luego trepó fuera, dándose la vuelta para ayudarme a subir y salir al aire fresco de la noche. Los grillos se escuchaban en las sombras, deteniéndose, sólo lo suficiente, para permitir que pasáramos. La hierba, que había forrado la acera, se entrelazaba en la suave brisa, recordándome el sonido que el océano hace cuando no estaba lo suficientemente cerca como para escuchar las olas romper. No hacía demasiado calor o demasiado frío; era una noche perfecta.

— ¿Por qué razón quieres me quede contigo, de todos modos? —Le pregunté.


Brittany se encogió de hombros, metiendo las manos en sus bolsillos. —No sé. Todo es mejor cuando estás cerca.


La agradable calidez que sentí por sus palabras rápidamente se desvaneció con la visión de rojo, manchas ensuciaban su camiseta. —Ew. Estás cubierta de sangre.

Brittany miró con indiferencia, y luego abrió la puerta, haciéndome señas para que entrara. Pasé con rapidez junto a Sugar, que estudiaba en su cama, encerrada entre los libros de texto que la rodeaban.

—Las calderas fueron arregladas esta mañana. —dijo.

—Eso escuché. —dije buscando en mi armario.

—Hola. —Brittany le dijo a Sugar.

El rostro de Sugar se retorció, mientras analizaba la figura ensangrentada y sudorosa de Brittany.

—Britt, esta es mi compañera de habitación, Sugar Motta. Sugar, Brittany Pearce.

—Encantada de conocerte. —dijo Sugar, acomodando su cabello. Ella observó mis abultadas maletas.

— ¿Te vas a mudar?

—No. Perdí una apuesta.

Brittany irrumpió en carcajadas, agarrando mis maletas. — ¿Lista?

—Sí. ¿Cómo voy a conseguir llevar todo esto a tu apartamento? Vinimos en tu moto.

Britt sonrió y sacó su teléfono celular. Llevó mis maletas a la calle, y minutos más tarde, el Honda Coupe negro de Quinn se detuvo.

La ventana del lado del pasajero bajó y Rachel asomó su cabeza. —

¡Hola, Lopez!

—Hey, tú. Las calderas funcionan de nuevo en Morgan, ¿Aún te quedaras con Quinn?

Ella guiñó un ojo. —Sí, pensé en quedarme esta noche. Escuché que perdiste una apuesta.



Antes de que pudiera hablar, Britt cerró la puerta y Quinn arrancó, con Rachel chillando cuando cayó hacia atrás en el asiento.
Caminamos hacia su Ducati, y cuando envolví mis brazos alrededor de ella.


Britt descansó su mano en la mía. —Me alegro de que estuvieras allí esta noche, San. Nunca me he divertido tanto en una pelea en mi vida.


Recargué mi barbilla sobre su hombro y sonreí. —Eso fue porque estabas tratando de ganar nuestra apuesta.

Ella giró su cuello para que su cara quedara frente a la mía. —Maldita sea que si no lo estaba.

No había ninguna diversión en sus ojos, estaba seria, y ella quería que yo la viera.
Mis cejas que se alzaron. — ¿Esa es la razón por la que estabas de mal humor hoy? ¿Por qué sabías habían arreglado las calderas, y yo me iría esta noche?

Britt no respondió; sólo sonrió mientras arrancaba su motocicleta. El viaje al apartamento fue inusitadamente lento. En cada semáforo, Brittany cubria bien mis manos con las suyas o descansaba su mano en mi rodilla.
Las líneas se estaban difuminándose nuevamente, y me pregunté cómo sería pasar un mes juntas y no arruinarlo todo. Los cabos sueltos de nuestra amistad se enredaban de una manera que nunca imaginé.

Cuando llegamos al estacionamiento del apartamento, el Honda Coupe de Quinn estaba en su lugar habitual.

Di dos pasos hacia delante. —Siempre odio cuando ellas han estado en casa durante un rato. Siento como si fuéramos a interrumpirlas.

—Acostumbrate. Este será tu lugar por las próximas cuatro semanas — Britt sonrió y me dio la espalda—. Súbete.

— ¿ Qué? —Sonreí.

—Vamos, te cargaré.

Reí y subí a su espalda, entrelazado mis dedos en su pecho cuando ella corrió por las escaleras. Rachel abrió la puerta antes de que lográramos llegar a la parte superior y sonrió.

—Mírense ustedes dos. Si yo no las conociera mejor…

—Olvídalo, Rach. —dijo Quinn desde el sofá.

Rachel sonrió como si ella hubiera dicho demasiado, y luego abrió aún más la puerta, para que pudiéramos pasar. Britt se desplomó contra el sillón reclinable. Grité cuando se recostó sobre mí.

—Estás terriblemente alegre esta noche, Britt. ¿Qué lo ocasiona? —Rachel apremió.

Me incliné para ver su rostro. Nunca la había visto tan contenta.

—Acabo de ganar una gran cantidad de dinero, Rach. Dos veces lo que pensé que ganaría. ¿Por qué no estaría feliz?


Rachel sonrió. —No, es algo más. —dijo, viendo como la mano de Britt acariciaba mi pierna. Ella tenía razón; ella estaba diferente. Había un aire de paz a su alrededor, casi como si algún tipo de nueva alegría se hubiera establecido en su alma.

—Rach. —advirtió Quinn.

—Bien, hablaré acerca de algo más. ¿No te invitó Emily a la fiesta de Sig Tau este fin de semana, San?

La sonrisa de Brittany desapareció y se giró hacia mí, esperando una respuesta.

— ¿Er…si? ¿No vamos a ir todas?

—Allí estaré. —dijo Quinn, distraída por la televisión.

—Y eso significa que yo voy. —sonrió Rachel, mirando expectante a Britt.

Brittany me miró por un momento y luego dio un codazo a mi pierna. — ¿Ella va a pasar a recogerte o algo?

—No, sólo me dijo sobre la fiesta.

La boca de Rachel se extendió en una sonrisa maliciosa, casi meciéndose en anticipación. —Aunque dijo que ella podría verte allí. Es muy linda.

Brittany le lanzó una mirada irritada a Rachel y luego me miró. — ¿Irás?

—Le dije que lo haría. —Me encogí de hombros—. ¿Tú?

—Sí. —dijo sin vacilar.

La atención de Qunn se dirigió a Britt entonces. —La semana pasada dijiste que no irías.

—Cambié de parecer, Quinn, ¿Cuál es el problema?

—Nada. —murmuró, retirándose a su dormitorio.

Rachel frunció su ceño hacia Brittany. —Tú sabes cuál es el problema — dijo—. ¿Por qué no dejas de volverla loca y sólo acabas con eso? —Se unió a Quinn en su habitación y sus voces fueron reducidas a murmullos detrás de la puerta cerrada.


—Bueno, me alegro de que todos los demás lo sepan. —dije.

Britt se levantó. —Voy a tomar una ducha rápida.

— ¿Sucede algo con ellas? —Le pregunté.

—No, ella sólo está paranoica.

—Es debido a nosotras. —adiviné. Los ojos de Brittany se iluminaron y asintió.


— ¿Qué? —Pregunté, viéndola sospechosamente.

—Tienes razón. Es por nosotras. No te duermas, ¿Está bien? Quiero hablarte acerca de algo.


Caminó hacia atrás unos pasos y desapareció detrás de la puerta del baño. Retorcí mi pelo en mi dedo, dándole vueltas a la manera en que enfatizó la palabra nosotras y la mirada en su rostro cuando la había dicho. Me preguntaba si de hecho se había equivocado, y si finalmente yo era la única que consideraba que Britt y yo sólo éramos amigas.

Quinn salió abruptamente de su habitación, y Rachel corrió tras ella. — ¡Quinny, no lo hagas! —Le rogó.

Ella miró atrás, a la puerta del baño, y luego a mí.

El volumen de su voz era bajo, pero enojado. —Lo prometiste, Santana. Cuando te dije que tuvieras juicio. ¡No me refería a que ustedes dos se involucraran! ¡Pensé que sólo eran amigas!

—Lo somos. —dije, aturdida por su ataque sorpresa.

—No. ¡No lo son! —dijo furiosa.

Rachel tocó su hombro. — Quinny, te dije que estará bien.

Retiró su agarre. — ¿Por qué presionas esto, Rach? ¡Te dije lo que va a suceder!

Ella agarró su rostro con ambas manos. — ¡Y yo te dije que no lo haré! ¿No confías en mí?

Quinn suspiró, mirándola a ella, a mí, y luego se fue pisando fuerte a su habitación.

Rachel de dejó caer en el sillón reclinable junto a mí y bufó. — Simplemente no puedo conseguir meterle en la cabeza que si Britt y tú funcionan o no lo hacen, no nos afecta. Pero ella no me cree.

— ¿De qué estás hablando, Rach? Britt y yo no estamos juntas. Sólo somos amigas. Lo escuchaste temprano… ella no está interesada en mí de esa manera.

— ¿Escuchaste eso?

—Bueno, sí.

— ¿Y lo crees?

Yo me encogí de hombros. —No importa. Nunca podrá ocurrir. Me dijo que ella no me ve así, le tiene fobia al compromiso, sería difícil para mí encontrar una chica aparte de ti con la que ella no ha dormido, y no puedo aguantar sus cambios de humor. No puedo creer Quinn piense lo contrario.

—Porque no sólo ella conoce a Brittany… ella ha hablado con Brittany, San.

— ¿Qué quieres decir?

— ¿Rach? —Quinn la llamó desde el dormitorio.

Rachel suspiró. —Eres mi mejor amiga. Creo que te conozco mejor de lo que tú te conoces a veces. Las veo juntas, y la única diferencia entre Quinny y yo, y Britt y tú, es que nosotras tenemos sexo. ¿Aparte de eso? No hay diferencia.

—Hay una enorme diferencia. ¿Quinn trae diferentes chicas a la casa cada noche? ¿Vas a ir a la fiesta mañana para salir con una chica con claras citas potenciales? Sabes que no me puedo involucrar con Brittany, Rach. Ni siquiera sé por qué lo estamos discutiendo.

La expresión de Rachel se convirtió en decepción. —No estoy viendo cosas, San. Has pasado casi cada momento con ella durante el último mes. Admítelo, tienes sentimientos por Britt.

—Supéralo, Rach. —dijo Brittany, apretando su toalla alrededor de su pecho.


Rachel y yo saltamos al sonido de la voz de Brittany, y cuando mis ojos encontraron los suyos, pude ver que la felicidad se había ido. Caminó por el pasillo sin decir otra palabra, y Rachel me miró con una expresión triste.

—Creo que estás cometiendo un error. —susurró—. No necesitas ir a esa fiesta para encontrar una chica, tienes una que está loca por ti aquí. —dijo, dejándome sola.



Me mecí en el sillón reclinable, todo lo que había sucedido en la semana pasada se reprodujo en mi mente. Quinn estaba enfadada conmigo, Rachel estaba decepcionada en mí, y Brittany… había pasado de ser la persona más feliz que nunca había visto, a estar tan ofendida que no hablaba. Estaba demasiado nerviosa para subirme a la cama con ella, estuve mirando el reloj cambiar minuto a minuto.

Había pasado una hora cuando Brittany salió de su habitación y se dirigió al final del pasillo. Cuando rodeó la esquina, esperaba que ella me pidiera que fuera a la cama, pero iba vestida y tenía las llaves de su motocicleta en su mano y tomo sus cascos. Sus gafas de sol escondían sus ojos, y puso un cigarrillo en su boca antes de agarrar el pomo de la puerta.

— ¿Saldrás? —Le pregunté, sentada—. ¿A dónde vas?

—Fuera. —dijo, abriendo la puerta, y luego azotándola detrás de ella.


Me volví a recostar en el sillón y lancé un resoplido. De alguna manera me había convertido en el villano y no tenía ni idea de cómo había logrado llegar aquí.
Cuando el reloj sobre la televisión señaló las dos de la mañana, finalmente renuncie y fui a la cama. El colchón era solitario sin ella, y la idea de llamar a su celular se mantuvo arrastrándose por mi mente. Casi me había quedado dormida cuando la motocicleta de Brittany entró en el estacionamiento.

Luego algunos pasos subieron las escaleras. Brittany luchó con la cerradura, y luego abrió la puerta. Ella se rió y dijo algo entre dientes y entonces escuché otra voz femenina. Sus risas fueron interrumpidas por el sonido distintivo de besos y gemidos. Mi corazón se hundió, e instantáneamente estuve enfadada por sentirme de esa manera. Mis ojos se cerraron cuando la chica chilló y entonces estuve segura de que el sonido siguiente fue el de ellas desplomándose en el sofá.

Consideré pedirle a Rachel sus llaves, pero la puerta de Quinn estaba directamente a la vista del sofá, y mi estómago no era lo suficientemente fuerte para ser testigo de la imagen que venía junto con los ruidos en la sala de estar. Enteré mi cabeza bajo la almohada y luego cerré mis ojos.
Se rieron por lo que pareció ser una media hora, y luego todo estuvo silencioso.



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El primero de los 4



Besitos chicas!

Dios!!

Como lo dejas ahi!

Esperando la actualizacion

Saludos!

Segundos más tarde, gemidos y gritos llenaron el apartamento. Sonaba como si una película pornográfica estuviera siendo filmada en la sala de estar. Cubrí mi rostro con mis manos y sacudí la cabeza. Donde fuera que estuvieran las líneas que habían estado borrosas o desapareciendo en la última semana, habían surgido un impenetrable muro de piedra en su lugar. Sacudí mis ridículas emociones, obligándome a relajarme. Brittany era Brittany, y éramos, sin duda, amigas, y sólo amigas.
El griterío, y otros ruidos nauseabundos se acabaron después de una hora, seguidos de quejas y murmuraciones por parte de ellas, después de ser despedida. Brittany se dio una ducha y luego se desplomó en su lado de la cama, dándome la espalda. Incluso después de su ducha, olía como si hubiera bebidó suficiente whisky para sedar a un caballo, y yo estaba lívida de saber que ella había manejado su motocicleta a casa en ese estado.

Después de que desapareció la incomodidad, y la ira se debilitó, aún no podía dormir. Incluso cuando las respiraciones Brittany fueron profundas, me senté a mirar el reloj. El sol iba a salir en menos de una hora. Retiré las cobijas de mí, caminé por el pasillo y tomé una manta del gabinete de la sala. Me dejé caer sobre el reclinable. Cerré mis ojos. Cuando los volví a abrir, Quinn y Rachel estaban sentadas tranquilamente en el sofá mirando una muda televisión. El sol había iluminado el apartamento y me estremecí cuando mi espalda se quejó por cualquier intento de movimiento.



La atención de Rachel fue rápidamente a mí. — ¿Santana? —dijo, corriendo a mi lado. Me miró con ojos cautelosos. Ella estaba esperando enojo, o lágrimas o algún otro arrebato de carga emocional.

Quinn lucía miserable. —Lamento lo de anoche, San. Esto es mi culpa.

Sonreí. —Está bien, Quinn. No tienes que pedir disculpas.

Quinn Y Rachel compartieron una mirada y luego ella agarró mi mano. —Brittany fue a la tienda. Ella está… ugh, no importa como está. Empaqué tus cosas y te llevaré a los dormitorios antes de que ella esté en casa, así no tendrás que lidiar con ella.

No fue hasta ese momento que me dieron ganas de llorar; Luché para mantener mi voz suave antes de hablar. — ¿Tengo tiempo para tomar una ducha?

Rachel sacudió su cabeza. —Sólo vámonos, San, no quiero que tengas que verla. Ella no merece que…

La puerta se abrió de golpe, y Brittany entró caminando, con los brazos llenos de bolsas de comestibles. Caminó directamente a la cocina, trabajando frenéticamente para meter las latas y cajas en los gabinetes.

—Cuando San se despierte, háganmelo saber, ¿Vale? —dijo, en una voz suave—. Traje espagueti, mezcla para panqueques, fresas, chocolate, helado de vainilla y esa avena que a ella le gusta, también traje cereal Lucky Charms, todo esto le gusta no ¿Verdad, Rach? —Preguntó, dándose la vuelta.

Cuando me vio, se congeló. Después de una pausa incómoda, su expresión se derritió y su voz era suave y dulce. —Hola, Santana.

Yo no podía haber estado más confundida si hubiera despertado en un país extranjero. Nada tenía sentido. Al principio pensé que había sido botada y Brittany llega con bolsas llenas de mi comida favorita.

Dio unos pasos hacia la sala, metiendo nerviosamente sus manos en los bolsillos. — ¿Tienes hambre, San? Voy a hacerte algunos panqueques. O hay uh… hay cereal. Y he conseguido una secadora de pelo y… a…. un momento, está aquí. —dijo, corriendo a la habitación.

La puerta se abrió y se cerró, y luego dio vuelta a la esquina, el color había abandonado su rostro. Tomó una respiración profunda y juntó sus cejas.


—Tus cosas están empacadas.


—Lo sé. —dije.



—Te vas. —dijo, derrotada.


Miré a Rachel, quien miraba a Brittany con ira, como si ella quisiera matarla. — ¿Realmente esperabas que ella permaneciera aquí?

—Bebé —susurró Quinn.

—No me provoques, Quinn. No te atrevas a defenderla de mí. —Rachel explotó.

Brittany parecía desesperada. —Lo siento tanto, San. Ni siquiera sé qué decir.

—Vamos, Santana. —dijo Rachel. Se levantó y tiró de mi brazo.

Brittany dio un paso, pero Rachel la apuntó con su dedo. — ¡Dios, ayúdame, Brittany! ¡Si intentas detenerla, te empaparé en gasolina y prenderé fuego mientras duermes!

—Rachel. —dijo Quinn, sonado un poco desesperada. Pude ver que ella estaba dividida entre su prima y la mujer que amaba, y me sentí terrible por ella. La situación era exactamente como la que ella había estado tratando de evitar todo el tiempo.

—Estoy bien. —dije, exasperada por la tensión en la sala.

— ¿A qué te refieres con que estás bien? —preguntó Quinn, casi esperanzada.

Rodé mis ojos. —Brittany trajo a esa mujer a casa del bar anoche, ¿Y qué?

Rachel parecía preocupada. —Uh, Santana. ¿Estás diciendo que estás bien con lo que pasó?

Las miré a todas. —Brittany puede traer a casa a quien quiera. Es su apartamento.

Rachel me miró como si hubiera perdido la cabeza, Quinn estaba al borde de una sonrisa y Brittany parecía peor que antes.

— ¿Tú no empacaste tus cosas? —preguntó Brittany.

Sacudí la cabeza y miré el reloj; pasaban de las dos de la tarde. —No, y ahora voy a tener que desempacar todo. Todavía tengo que comer, ducharme y vestirme… —dije, caminando hacia el baño. Una vez que cerré la puerta detrás de mí me recosté contra ella y me se deslicé hasta el suelo. Estaba segura de que había hecho enojar a Rachel más allá de poder reconciliarnos, pero le hice una promesa a Quinn y tenía la intención de mantener mi palabra.

Un suave golpe en la puerta se escuchó encima de mí. — ¿San? —dijo Brittany.

— ¿Sí? —dije, tratando de sonar normal.

— ¿Te vas a quedar?

—Puedo irme si quieres que lo haga, pero una apuesta es una apuesta.


La puerta vibraba a causa de los suaves golpes que Brittany le daba con su

frente. —No quiero que te vayas, pero no te culparía si lo hicieras.

— ¿Estás diciendo que estoy liberada de la apuesta?

Hubo una larga pausa. —Si digo que sí, ¿Te irás?

—Bueno, sí. Yo no vivo aquí, tonta —dije, forzando una pequeña risa.

—Entonces no, la apuesta sigue en pie.


Miré hacia arriba y sacudí la cabeza, sintiendo como las lágrimas hacían que me ardieran los ojos. No tenía idea de por qué estaba llorando, pero no podía detenerlo.

— ¿Puedo tomar una ducha, ahora?

—Sí… —Suspiró.

Escuché los zapatos de Rachel entrar en la sala y pasando fuerte junto a Brittany. —Eres una bastarda egoísta. —Gruñó, azotando la puerta de Quinn tras de ella.

Me levanté del suelo, abrí la llave de la regadera y luego me desnudé, tirando de la cortina detrás de mí.

Después de otro golpe en la puerta, Brittany aclaró su garganta. — ¿San? Traje algunas de tus cosas.


—Sólo déjalas en el lavamanos. Yo me encargo.

Brittany entró y cerró la puerta detrás de ella. —Estaba enojada. Te escuché escupirle todo lo que está mal conmigo a Rachel y me enfureció. Sólo querí salir, y tomar unas copas, tratar de entender algunas cosas, pero antes que lo supiera, estaba borracha y esa chica… —Hizo una pausa—. Me desperté esta mañana y no estabas en la cama, y cuando te encontré en el sillón
reclinable y recorde, me sentí enferma.

—Simplemente podrías haberme preguntado en lugar de gastar todo ese dinero en el supermercado para sobornarme para quedarme.

—No me importa el dinero, San. Tenía miedo de que te fueras y nunca me hablaras de nuevo.

Me estremecí ante su explicación. No me había detenido a pensar en cómo le haría sentir el oírme hablar sobre lo mal que ella estaba para mí, y ahora la situación estaba demasiado desordenada para salvarla.

—No quise herir tus sentimientos. —dije, parada bajo el agua.

—Sé que no lo hiciste. Y sé que no importa lo que diga ahora, porque jodí todo… como siempre lo hago.

— ¿Britt?

— ¿Sí?

—No conduzcas ebria en tu moto, ¿Está bien?

Esperé durante un minuto completo, hasta que finalmente tomó una respiración profunda y habló. —Sí, está bien. —dijo, cerrando la puerta detrás de ella.


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Ya chicas, el segundo del día.

La historia ya empezara a tener drama.

Pronto veremos Brittana!

Luego subiré los otros 2.

Saludos!

Hola! Nueva lectora!
Me lo llevo leyendo desde anoche y estoy esperando las actus desesperada >.<
De verdad que me atrapo el fic y necesitoo massss o moriré de la angustia xD
Ojala puedas subir todo de una xP okok Solo quiero seguir leyendo! Por fa actaliza C:
Saludos!

holaaa soy nueva lectoraaa y tu fic esta buenisiiiiimo !!1 espero ver pronto brittana  

Wuju pronto Brittana
Bueno nos vemos en la siguiente
Actualizacion saludos!

Segundo comentario... espere todo el día por solo dos capítulos??
xDDDD .. ok solo pq es el cumple de tu mami xD

Aún nada de Brittana, pero sigo intrigada con el pasado de San.

—Adelante. —dije, escuchando un golpe en la puerta.

Brittany entró y se quedó inmóvil en la puerta. —Vaya.

Sonreí y miré mi vestido. Era una falda corta, era sin duda más atrevido de lo que había llevado en el pasado. El material era delgado y negro. Alise mi cabello y puse mucho maquillaje, sobre todo en mis ojos. Emily estaría en esa fiesta y yo tenía toda la intención de que me notara.

—Te ves increíble. —dijo mientras yo me ponía mis tacones.

Le di un gesto de aprobación a su camisa blanca abierta hasta el escote y su short color negro apretado a su trasero. Llevaba el pelo suelto y ondulado, sus ojos se veían hermosos con ese delineado negro y sus pestañas bien encrespadas.

—Tú también te ves bien.


Quinn y Rachel nos esperaban en la sala.

—Emily se va a orinar cuando te vea. —Rachel rió mientras

Quinn dirigía el camino al coche. Brittany abrió la puerta y me deslicé en el asiento trasero del Honda de Quinn. A pesar de que ambas habíamos ocupado ese asiento en innumerables ocasiones, de pronto fue incomodo estar sentada a su lado.



Los autos se alineaban en la calle, algunos incluso estaban estacionados sobre el césped. La Casa estaba a reventar y la gente aún seguía llegando caminando por la calle desde los dormitorios. Quinn se estacionó sobre el césped en la parte posterior, Rachel y yo seguimos a las chicas al interior.

Brittany me trajo un vaso de plástico rojo lleno de cerveza y luego se inclinó para susurrar en mi oído. —No tomes nada de nadie que no sea Quinn o yo. No quiero que nadie agregue algo en tu bebida.

Puse los ojos en blanco. —Nadie va a poner nada en mi bebida, Brittany.

—Sólo no aceptes nada que no venga de mí, ¿De acuerdo?.

— Esta bien señorita Pierce — le dije tomando un trago.


Una hora y media pasó y Emily aún seguía sin aparecer. Quinn y Rachel bailaban una canción lenta en la sala cuando Brittany tiró de mi mano.

— ¿Quieres bailar?

—No gracias. —dije.

Su cara se ensombreció.

Toqué su hombro. —Estoy cansada, Britt.

Puso su mano sobre la mía y comenzó a hablar, pero cuando miré más allá de ella, vi que Emily estaba caminando hacia nosotras. Brittany se dio cuenta de mi expresión y volteó.

— ¡Hola, Santana! ¡Viniste! —Sonrió Emily.

—Sí, hemos estado aquí desde una hora o algo así. —le dije, retirando mi mano del agarre de Brittany.

— ¡Te ves increíble! —Gritó sobre la música.

— ¡Gracias! —Le sonreí, lanzándole una mirada a Brittany. Sus labios estaban juntos y una línea se había formado entre sus cejas.

Emily asintió con la cabeza hacia la sala y sonrió. — ¿Quieres bailar?

Arrugué mi nariz y sacudí la cabeza. —No, estoy un poco cansada.

Entonces, Emily miró a Brittany. —Pensé que no vendrías.

—Cambié de opinión. —dijo Britt, irritada por tener que dar explicaciones.

—Ya veo. —dijo Emily, mirándome a mí—. ¿Quieres ir a tomar un poco de aire fresco?

Asentí con la cabeza y luego seguí a Emily por las escaleras. Ella se detuvo, tomando mi mano mientras subíamos al segundo piso. Cuando llegamos a la parte superior, ella abrió un par de puertas francesas hacia el balcón.

— ¿Tienes frío? —Preguntó.

—Sólo un poco. —le dije, sonriendo cuando vi que ella se quitó la chaqueta y cubrió mis hombros—. Gracias.

— ¿Estás aquí con Brittany?

—Viajamos juntas.

En la cara de Emily se extendió en una amplia sonrisa y luego miró hacia el césped. Un grupo de chicas estaban agrupadas, con los brazos alrededor de ellas para combatir contra el frío. Papel crepe y latas de cerveza estaban sobre la hierba, junto a ellas botellas de licor vacías. Entre el alboroto, las hermanas Sig Tau estaban de pie alrededor de su obra maestra: una pirámide de barriles decorados con luces blancas.

Emily meneó la cabeza. —Este lugar estará destruido por la mañana. El equipo de limpieza va a estar ocupado.

— ¿Tienen un equipo de limpieza?

—Sí. —sonrió—. Las llamamos estudiantes de primer año.

—Pobre Quinn.

—Ella no está en el equipo. Ella obtiene un pase porque es prima de Brittany y no vive en la casa.

— ¿Tú vives en la Casa?

Emily asintió con la cabeza. —Los últimos dos años. Necesito conseguir un apartamento, de todos modos. Necesito un lugar más tranquilo para estudiar.

—Déjame adivinar… ¿estás matriculándote en Negocios?

—Biología, con especialidad en Anatomía. Me falta sólo un año más, quiero tomar el examen de admisión pues espero asistir a Harvard Med.

— ¿Ya sabes si has sido aceptada para ese examen?

—Mi papá fue a Harvard. Quiero decir, no estoy segura, pero el es un ex alumno generoso si sabes a lo que me refiero. Tengo calificaciones perfectas, estoy en una buena posición para un lugar.

— ¿Tu padre es médico?

Emily lo confirmó con una sonrisa afable. —Es cirujano ortopedista.

—Impresionante.

— ¿Y tú? —Preguntó.

—Aún no he decido.

—La típica respuesta de una estudiante de primer año.


Suspiré de manera dramática. —Supongo que he arruinado las posibilidades de ser excepcional.

—Oh, no tienes que preocuparte por eso. Captaste mi atención desde el primer día de clase. ¿Qué estás haciendo en cálculo para tercer año como estudiante de primer año?

Sonreí y torcí el pelo alrededor de mi dedo. —Las matemáticas son fácil para mí. Tomé las clases en la escuela secundaria y dos cursos de verano cuando vivía en Puerto Rico.

—Eso sí es impresionante. —dijo.

Nos quedamos de pie en el balcón durante una hora, hablando de todo, desde los restaurantes locales hasta cómo me hice tan buena amiga con Brittany.

—Yo no lo mencionaría, pero las dos parecen ser el tema de conversación.

—Genial. —murmuré.

—Es raro para Brittany. Ella no crea amistades con mujeres. Ella tiende a ser la enemiga la mayoría del tiempo.

—Oh, yo no lo sé. He visto unas cuantas que tienen pérdida de memoria a corto plazo o son demasiado indulgentes cuando se relaciona a ella.

Emily se echó a reír. —La gente simplemente no entiende su relación. Tienes que admitir que es un poco ambigua.

— ¿Estás preguntándome si me acuesto con ella?

Sonrió. —No estarías aquí con ella si lo hicieras. La conozco desde que tenía catorce años y soy muy consciente de la forma en que opera. Sin embargo, tengo curiosidad por su amistad.

—Eso es lo que es. —me encogí de hombros—. Salimos, comemos, vemos T.V., estudiamos y discutimos. Eso es todo.

Emily rió en voz alta, sacudiendo la cabeza ante mi honestidad. —He oído que eres la única persona con el derecho de poner a Brittany en su lugar. Eso es un título honorífico.

—Como sea. Ella no es tan mala como todo el mundo la hace ser.

El cielo se puso morado y después rosa cuando el sol se abrió paso por encima del horizonte. Emily miró su reloj, mirando por encima de la barandilla a la pequeña multitud en el césped. —Parece que la fiesta ha terminado.

—Será mejor que encuentre a Quinn y a Rach.

— ¿Te importaría si te llevo a casa? —Preguntó.


Traté de controlar mi emoción. —No, en absoluto. Se lo dejaré saber a Rachel —Entré por la puerta y después me encogí antes de darme la vuelta—. ¿Sabes dónde vive Brittany?

Emiy levantó sus cejas. —Sí, ¿por qué?

—Ahí es donde me estoy quedando. —le dije, preparándome para su reacción.

— ¿Te estás quedando con Brittany?

—De hecho, perdí una apuesta, así que estaré allí por un mes.

— ¿Un mes?

—Es una larga historia. —me encogí de hombros tímidamente.

— ¿Pero ustedes sólo son amigas?

—Sí.

—Entonces te llevaré a casa de Brittany. —sonrió.

Troté por las escaleras para buscar a Rachel y pasé junto a una Brittany agobiada, que parecía estar molesta con la chica borracha que hablaba con ella. Ella me siguió hasta la sala mientras yo tiraba del vestido de Rachel.

—Si quieren pueden adelantarse. Emily ofreció llevarme a casa.

— ¿Qué? —dijo Rachel con el entusiasmo en sus ojos.

— ¿ Qué? —preguntó Brittany, enojada.

— ¿Hay algún problema? —Le preguntó Rachel.

Ella miro a Rachel y luego me llevó hasta la esquina, su mandíbula revoloteando bajo su piel. —Ni siquiera la conoces.

Saqué mi brazo de su agarre. —Esto no es de tu incumbencia, Brittany.

—Al demonio si no lo es. No dejaré que viajes a casa con una completa extraña. ¿Y si trata aprovecharse de ti?

— ¡Bien! ¡Ella es linda!

La expresión de Brittany cambió de la sorpresa a la ira, y me preparé para lo que podría decir después. — ¿ Emily Fields, San? ¿En serio? Emily Fields, —repitió con desdén—. ¿Qué clase de nombre es ese, de todos modos?


Me crucé de brazos. —Ya está bien, Britt. Estás comportándote como una idiota.

Se inclinó, aparentemente nerviosa. —La mataré si te toca.

—Me gusta. —le dije, haciendo énfasis en cada palabra.


Ella pareció sorprendida por mi confesión y luego su expresión se volvió severa. —Está bien. Si terminas debajo de ella en el asiento trasero de su coche, después no vengas llorando conmigo.

Mi boca se abrió, ofendida y furiosa al instante. —No te preocupes, no lo haré. —le dije, alejándome de ella.

Brittany me agarró del brazo y suspiró, mirándome sobre su hombro. —No quise decir eso, San. Si ella te lastima, si tan sólo te hace sentir incómoda, sólo házmelo saber.

La ira se desvaneció y dejé caer mis hombros. —Sé que no lo quisiste. Pero tienes que ponerle un alto a este gran exceso de sobre protección de hermana mayor que tienes.

Brittany se echó a reír. —No estoy jugando el papel del hermana mayor, Santana. Nada de eso.

Emily apareció en la esquina y se metió las manos en el interior de los bolsillos, ofreciéndome su codo. — ¿Todo listo?

Brittany apretó la mandíbula y di un paso hacia el otro lado de Emily para distraerla de la expresión de Brittany. —Sí, vámonos. —Tomé el brazo de Emily y caminé con ella unos poco pasos antes de volverme para decirle adiós a Britt, pero ella estaba taladrando con la mirada la parte posterior de la cabeza de Emily.

Sus ojos se deslizaron hacia mí y sus rasgos se suavizaron. — Ya basta. —dije a través de mis dientes, siguiendo a Emily entre la multitud hacia su coche.

—Es ese plateado. —Los faros de su coche parpadearon dos veces cuando ella presionó la llave inalámbrica. Ella abrió la puerta del pasajero y reí.

— ¿Conduces un Porsche?

—Ella no sólo es un Porsche. Ella es un Porsche 911 GT3. Hay una diferencia.

—Déjame adivinar, ¿Es el amor de tu vida? —Le dije, citando la declaración de Brittany acerca de su motocicleta.

—No, es sólo un coche. El amor de mi vida será una mujer con mi apellido.

Me permití una pequeña sonrisa, tratando de no parecer excesivamente afectada por su declaración. Ella tomó mi mano para ayudarme a entrar en el coche y cuando ella se sentó al volante, apoyó la cabeza en contra de su asiento y me sonrió.

— ¿Qué harás esta noche?

— ¿Esta noche? —Le pregunté.

—Ya es de mañana. Y quiero invitarte a cenar antes de que alguien se me adelante.

Una sonrisa se extendió en mi cara. —No tengo ningún plan.

— ¿Te recogeré a las seis?

—Está bien. —dije, mirándola tomar mis dedos entre los suyos.


Emily me llevó directamente a casa de Brittany, manteniéndose al límite de velocidad y mi mano en la suya. Se puso detrás de la Ducati, y al igual que antes, me abrió la puerta. Una vez que llegamos a la puerta, ella se inclinó para besar mi mejilla.

—Descansa un poco. Nos vemos esta noche. —me susurró al oído.

—Adiós. —sonreí, girando el pomo. Cuando la empuje, la puerta cedió y me lanzó hacia adelante.

Brittany me agarró del brazo antes de caer. —Tranquila.

Me volví para ver a Emily mirándonos con una expresión incómoda. Se inclinó para mirar en el apartamento.— Buenas noches, Santana.


— ¿Quieres decir buenos días? —dije, viéndola trotar por las escaleras.

—Eso también. —gritó con una sonrisa dulce.




Brittany cerró la puerta y tuve retirar mi cabeza antes de que me golpeara con ella. — ¿Qué? —pregunté.

Brittany sacudió la cabeza y se dirigió a su dormitorio. Yo la seguí y luego salté sobre un pie para retirar uno de mis tacones. —Ella es buena, Britt.

Suspiró y se acercó a mí. —Te vas a lastimar. —dijo, enganchando su brazo alrededor de mi cintura con una mano y quitando mis tacones con la otra. Los arrojó en el armario y luego se quitó la camisa, caminando hacia la cama.

Abrí la cremallera de mi vestido y lo deslicé por mis caderas, pateándolo hacia la esquina. Tiré una camiseta sobre mi cabeza, después desabroché el sujetador, retirándolo a través de la manga de mi camisa. Cuando acomodé mi pelo en un moño en la parte superior de mi cabeza, me di cuenta de que ella me miraba.

—Estoy segura que no hay nada que no hayas visto antes. —le dije, poniendo los ojos en blanco. Me deslicé bajo las sábanas y me recosté en contra de mi almohada. Ella se desabrochó su short y tiró de ellos hacia abajo, quitándoselos.

Esperé mientras ella permanecía en silencio por un momento. Yo estaba de espaldas a ella, así que me preguntaba qué estaba haciendo, de pie al lado de la cama en silencio. La cama cóncavo cuando finalmente se arrastró sobre el colchón junto a mí y me puse rígida cuando su mano se posó en mi cadera.

—No fui a una pelea esta noche. —dijo—. Mercedes llamó. Pero no fui.

— ¿ Por qué? —dije, volviéndome hacia ella.

—Quería asegurarme de que llegaras a casa.

Arrugué la nariz. —No hace falta que me cuides.

Ella trazó la longitud de mi brazo con su dedo, enviando escalofríos por mi columna vertebral. —Lo sé. Creo que todavía me siento mal por la otra noche.

—Te dije que no me importaba.

Se sostuvo sobre su codo, el ceño fruncido dudosamente en su cara. — ¿Es por eso que dormiste en el sillón? ¿Por qué no te importaba?

—No podía conciliar el sueño después de que… tu amiga se fue.

—Dormiste demasiado bien en el sillón. ¿Por qué no sólo dormiste conmigo?

— ¿Quieres decir junto a una mujer que todavía olía como si se hubiese bañado en whisky? ¡No lo sé! ¡Qué egoísta de mi parte!

Brittany hizo una mueca. —Te dije que lo siento.

—Y yo te dije que no me importaba. Buenas noches. —le dije, volviéndome hacia el otro lado.

Unos instantes de silencio pasaron. Ella deslizó la mano en la parte superior de mi almohada, colocando su mano sobre la mía. Acarició las delicadas partes de piel entre los dedos y luego apretó los labios contra mi pelo.

—Estuve tan preocupada de que no me dirigieras la palabra de nuevo… creo que es peor que seas indiferente.

Mis ojos se cerraron. — ¿Qué quieres de mí, Brittany? No quieres que esté molesta por lo que hiciste, pero quieres que me importe. Le dijiste a Rachel que no quieres nada conmigo, pero te enojas cuando yo digo lo mismo, tanto que sales como alma que lleva el diablo y consigues emborracharte ridículamente. No haces ningún sentido.

— ¿Es por eso que le dijiste esas cosas a Rachel? ¿Por qué le dije que no saldría contigo?

Apreté los dientes. Acababa de insinuar que yo estaba jugando con ella. Formulé la respuesta más directa que pude pensar. —No, quise decir lo que dije. Sólo que no lo decía como un insulto.

Brittany suspiró. —Yo sólo lo dije porque, —rascó su cabello, nerviosa—, no quiero arruinar las cosas, San. Ni siquiera sé cómo hacer para merecerte. Estaba tratando de comprenderlo en mi cabeza.

—Como sea. Tengo que dormir un poco. Tengo una cita esta noche.

— ¿Con Emily? —preguntó, la ira filtrándose a través de su tono.

—Sí. ¿Puedo ir a dormir?

—Por supuesto, —dijo, empujándose a sí misma fuera de la cama y luego cerrando la puerta detrás de ella. El sillón reclinable chirrió bajo su peso y las voces ahogadas de la televisión llenaban el pasillo. Me obligué a cerrar los ojos y traté de calmarme lo suficiente como para quedarme dormida, aunque sólo fuera por unas horas.




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Bien ya llevo 3!

Creo que el ultimo sera bastante mas largo, para que avancemos rápido.

Besitooossss!!!

Mi cerebro agradecen que actualices rápido!!!!

Esperando la cuarta actualizacion
Saludos