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[Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
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Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Jane0_o escribió:Por fin!!!
Mm mejor no me hago ilusiones
Hasta que lea el siguiente capitulo!
Pero me gusto el final de este en el cuarto
De brittany!
Saludos y genial capitulo!
Hasta tu pronta actualizacion!
facot escribió:por fin estan juntas o solo lo dijo San por la situación que estaban?? es que ya no se ni que esperar de San, en verdad que no es bipolar es como tripolar o no se, gracias por actualizar, suerte!!
micky morales escribió:Yo digo lo mismo, mejor no me hago ilusiones, santana me tiene harta con sus aptitudes, si se quieren pq no dejan la boberia y estan juntas y ya, me provoca traspasar la pantalla del ordenador y retorcerle el pescuezo a santana para que entienda que es con britt con quien debe estar y punto!
jas2602 escribió:que hermosos capitulo.... hi!!!...es mi primera vez comentandote...pero dejame decirte que te leo siempre...y que muero cuando tardas en actualizar...pero estare esperando con ansias los capitulos que prometiste para el domingo...
Saludos ...cuidate...
Keiri Lopierce escribió:Me ha encantado el capitulo celos, alcohol, celos en fin amor es amor esperare el domingo ese maratón tenlo por seguro porque no has tenido abandonadas mmm mala espero tu proxima actualización saludos
iFannyGleek escribió:Santana no se sí lo dice de verdad ósea si sabemos que ama a Brittany pero aveces es muy testaruda.
:) Saludos, espero tu actualización. :)
adi-santybritt escribió:Vuelven a estar juntas !! Espero que sí y no solo por la situación!!
Me convenciste con lo del maratón así que espero la actu
Xoxo
Tat-Tat escribió:Esta mujer que le gusta hacer sufrir...
He vuelto del campeonato (completamente molida y con un color similar al de barney en el cuerpo ¬¬), pero ahora comienza la tortura del internado nuevamente..
Así que volveré a desaparecer.
Mañana es tu último día para hablarme...
Cuídate mujer..
Y sigue con el fic...
naty_LOVE_GLEE escribió:Hola!!
Gracias por subir el cap!! :)
Me encanto la parte final, aunque todo lo demás me parecía tenso y frustrante, por más que ambas sean muy complicadas, no me deja de parecer que la más complicada de ambas es San, quien parece ser la reina de las "histericas" de vez en cuando y Britt siempre ahí al pie del cañon, a veces mete la pata, pero ahi esta con su amor incondicional y luchando por permanecer todo lo cerca que puede de ella.
En cambio San es más de las que sufre en silencio y eso solo daña a Britt porque se vuelve loca y tiene un "bonito caracter" como para que San la este probando así todo el tiempo.
Si sin dudas son explosivas!!! Pero como dije siempre todo parece estar en manos de San.
Esperemos que San por fin se deje de hacer chiquilinadas?!
Espero la actu!!
Saludos!! Nat!
Jajajajaja, quedaron expectantes con el capitulo no? Bueno con este que viene verán que ocurrió!
Muchas gracias por todos sus comentarios! Creo que es la mejor forma de agradecer que uno actualice y aunque no respondo siempre... ¡Me Encantan!
Besitos a todas!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Capitulo 39
Amigas, tengo una propuesta que hacerles!
Ya tengo la segunda parte del libro... Walking Disaster! Esta vez la historia sera narrada "en este caso" por Brittany.
Entrego el mando a quien quiera adaptarla. Yo entrare a trabajar y me quedara muy poco tiempo para seguir con mis dos adaptaciones y una historia propia que estoy escribiendo. Así que a quien se ofrezca le paso el libro y los detalles de este para que siga el mismo ritmo de Beautiful Disaster! Solo pido que la persona que lo quiera no lo abandone y siga con el hasta el final.
Se que dije que subiría una maratón, pero para variar soy tan distraída que no me di cuenta que le falta poquito al fic. A lo mas la próxima semana acaba. Así que iremos de un capitulo.
Sin mas les dejo la actualización!
Brittany me despertó con besos, mi cabeza estaba pesada y nublada por las bebidas de la noche anterior, pero la hora antes de dormir corrió en mi mente a vivido detalle, suaves labios bañaban mi mano, brazo y cuello. Y cuando alcanzaron mis labios, sonreí.
—Buenos días —dije contra su boca.
Ella no habló, sus labios continuaron trabajando contra los míos. Entonces sus brazos me envolvieron y luego enterró su rostro en mi cuello.
—Estás callada esta mañana, —dije corriendo mis manos sobre su espalda desnuda. Y luego las dejé continuar hasta su trasero, y enrollé mis piernas en su cadera, besándola en la mejilla.
Ella negó con su cabeza. —Sólo quiero estar así, —susurró.
Fruncí el seño. — ¿Me perdí de algo?
—No quería despertarte, ¿Por qué no vuelves a dormir?
Me recosté contra la almohada, jalando su barbilla. Sus ojos azules inyectados con sangre y la piel alrededor de ellos llenos de ojeras.
— ¿Qué diablos está mal contigo? —pregunté, alarmada.
Ella tomó mi mano y la besó, presionando su rostro contra mi cuello. —Sólo vuelve a dormir, Santana, por favor.
— ¿Algo paso? ¿Es Rachel? —Con la última pregunta, incluso viendo el miedo en mis ojos, su expresión no cambio. Ella simplemente suspiró, y se sentó conmigo, mirando mis manos.
—No… Rachel está bien, ellas llegaron alrededor de las cuatro de la mañana. Aún siguen durmiendo, es temprano, sólo vayamos a dormir.
Sintiendo mi corazón latir contra mi pecho, sabía que no tenía ninguna oportunidad para volver a dormir, Brittany puso sus dos manos en cada lado de mi rostro y me besó, su boca se movía diferente, como si me besara por última vez. Me acostó en la almohada, me besó una vez más y descansó su cabeza en mi pecho, envolviendo sus dos manos alrededor mío fuertemente.
Cada posible razón por el comportamiento de Brittany apareció en mi cabeza como canales de televisión, la abracé hacia a mí, con miedo a preguntar. — ¿Has dormido?
—Yo… no podía, no quería… —su voz se apagó.
Besé su frente, —Lo que sea que pase, lo superaremos juntas. ¿Por qué no duermes? Veremos qué hacer cuando despiertes.
Alzó su cabeza y escaneó mi rostro, vi tanto la desconfianza como la esperanza en sus ojos. — ¿Qué quieres decir con: veremos qué hacer?
Junte mis cejas, confundida, no podría saber que había pasado mientras yo dormía que podría causarle tanta angustia. —No sé qué está pasando, pero estoy aquí.
—Estás aquí ¿Cómo en, te estás quedando? ¿Conmigo?
Sabía que mi expresión debía ser ridícula, pero mi cabeza giraba por ambas, el alcohol y la pregunta bizarra de Brittany. —Sí. ¿Pensé que habíamos hablado anoche de eso?
—Lo hicimos, —asintió animándome.
Entrecerré mis ojos. — ¿Pensaste que despertaría enfadada contigo cierto? ¿Pensaste que me iría?
Ella se encogió de hombros, haciendo un pobre intento de indiferencia que solía salirle tan bien. —Eso es por lo que eres famosa.
— ¿Es por eso que estas tan enfadada? ¿Estabas preocupada por lo que pasaría cuando despertara?
Se acomodó, como si sus siguientes palabras fueran difíciles. —No quería que anoche pasara de esa forma, estaba un poco borracha, te seguí en la fiesta como una maldita acosadora y luego que traje aquí en contra de tu voluntad… y luego nosotras… —Negó con su cabeza, claramente disgustada con las imágenes que corrían por su mente.
— ¿Tuvimos el mejor sexo de mi vida? —Sonreí apretando su mano.
Brittany se rió una vez, la tensión alrededor de sus ojos se estaba desvaneciendo lentamente. — ¿Entonces, estamos bien?
La besé tocando los lados de su rostro con ternura. —Sí, tontita. ¿Lo prometí no? Te dije todo lo que querías escuchar, estamos juntas y ¿aún no estás feliz?
Su rostro se comprimió en una sonrisa.
—Amor, basta, te amo, —dije, suavizando las líneas de sus ojos—, este absurdo enfrentamiento pudo haber terminado en el Día De Acción de Gracias pero…
—Espera… ¿Qué? —Dijo acercándose.
—Estaba completamente preparada para rendirme en Acción de Gracias, pero tú dijiste que habías terminado de hacerme feliz, y yo era muy orgullosa para decirte que te quería devuelta.
— ¡¿Estás bromeando!? ¡Estaba intentando hacerlo fácil para ti! ¿Sabes cuan miserable he sido?
Fruncí el seño. —Parecías bien después de las vacaciones.
—Eso era por ti, tenía miedo de perderte si no pretendía estar bien con lo de ser amigas. ¿Pude estar contigo todo este tiempo? ¡¿Qué diablos, Santana?!
—Yo… yo. —No podía discutir, nos hice sufrir a las dos, no tenía excusa—. Lo siento.
— ¿Lo sientes? Casi bebí hasta la muerte, casi no podía salir de la cama, destrui mi teléfono en millones de piezas en la víspera de Año Nuevo para evitar llamarte y me dices que… ¿Lo sientes?
Mordí mi labio y asentí, avergonzada, no tenía ni idea por lo que había pasado y escucharla decir las palabras causaba un agudo dolor en mi pecho.
—Lo siento… mucho, mucho.
—Estás perdonada, —dijo con una sonrisa—. No lo vuelvas a hacerlo nunca.
—No lo haré, lo prometo.
Negó con la cabeza. —Te amo, maldita sea.
********************************************************************
Las semanas pasaron, y era una sorpresa para mí cuán rápido llego el receso de primavera, los chismes y las miradas se habían desvanecido y la visa había vuelto a la normalidad. Los sótanos de la Universidad Eastern no habían tenido una pelea en semanas. Mercedes mantuvo un bajo perfil después del arresto que había llevado a preguntas de que era lo que exactamente que paso esa noche, y Brittany se volvía más irritable esperando la llamada que la llevaría a su última pelea. La pelea que pagaba casi todas sus cuentas del verano y
entrando el otoño.
La nieve aun estaba espesa en el suelo, y el viernes antes de vacaciones una última bola de nieve estallo en el césped cristalino. Brittany y yo caminamos a través del hielo que caía hacia la cafetería, y yo me sostuve fuerte en sus brazos, tratando de evitar ambas, las bolas de nieve y caer al suelo.
—Ellas no van a darte Santana, ellas los saben—Brittany dijo, ocultando su nariz roja y fría en mi mejilla.
—Su objetivo no es sinónimo del miedo a tu temperamento Britt.— Ella me sostuvo a su lado, frotando la manga de mi abrigo con su mano mientras me guiaba a través del caos.
Llegamos a un final abrupto cuando un montón de chicas gritaban mientras eran atacadas sin piedad por el equipo de las cheerios.
Una vez el camino se despego Brittany y me guió a salvo a la puerta. — ¿Ves? Te dije que lo lograríamos—dijo con una sonrisa.
Su diversión desapareció, cuando una bola de nieve golpeo la puerta, justo entre nuestros rostros, la mirada de Brittany escaneo el césped, pero la cantidad de estudiantes lanzándolas en cualquier dirección desvaneció la necesidad de tomar represarías.
Abrió la puerta mirando a la nieve derritiéndose desde el metal pintado hacia el suelo. —Entremos.
—Buena idea— asentí.
Me llevo de la mano hacia la fila del buffet, apilando diferentes platos al vapor de una bandeja, La cajera había abandonado su expresión de desconcierto hace semanas, acostumbrada a nuestra rutina.
—Santana— Brasil me dio un asentimiento de cabeza y guiño su ojo a Brittany
—. ¿Tienes planes para la próxima semana?
—Nos quedaremos aquí, mis hermanas vendrán—Brittany dijo distraída mientras organizaba nuestros almuerzos, dividiendo los pequeños platos de polietileno frente a nosotras en la mesa.
—Voy a matar a Davis Lapinski— Rachel anuncio sacudiendo la nieve de su cabello mientras se acercaba.
— ¡Golpe directo!— Quinn se rio. Rachel le lanzo una mirada de advertencia y su risa se volvió una risa nerviosa —quiero decir…que idiota.
Nos burlamos de su lamentable expresión mientras ella la observaba ir se de la línea del buffet para seguirla rápidamente.
—Quinn es tan lloróna— dijo Brasil con una expresión de disgusto.
—Rachel está un poco tensa —Brittany explico —ella conocerá a sus padres esta semana.
Brasil asintió y sus cejas se alzaron —Entonces ellas van…
—Si— dije asintiendo con ella —Es permanente.
—Whoa— Brasil dijo, la sorpresa no dejo su rostro mientras servía su comida, y pude ver la confusión arremolinarse a su alrededor. Todas éramos jóvenes, y Brasil no podía seguir la idea del compromiso de Quinn.
—Cuando lo tengas Brasil…lo entenderás— Brittany dijo, sonriéndome.
La sala estaba llena de emoción, de ambas: el espectáculo de afuera, y lo rápido que pasaban las horas antes del receso. A medida que los asientos se llenaban, el flujo constante de charla creció, el volumen aumento mientras todo el mundo comenzó habar sobre el ruido.
Para el momento en que Quinn y Rachel volvieron con sus bandejas ya se habían reconciliado. Ella felizmente se sentó en el asiento vacío a mi lado. Platicando sobre el momento en que conocería a los padres. Ellas se irían esa tarde para lo de su padre, la excusa perfecta para uno de los infames colapsos de Rachel.
La vi coger el pan mientras ella se preocupaba en hacer las maletas y la cantidad de equipaje que debería llevar sin parecer pretenciosa, pero ella parecía llevarlo bien.
—Te lo digo, amor. Ellos te amaran, te amaran. Como yo te amo, te amo—Quinn dijo. Acomodando su cabello detrás de su oreja. Rachel tomo un respiro y las comisuras de subieron de la forma en que siempre lo hacían cuando ella la hacía sentir más tranquila.
El teléfono de Brittany vibro, provocando que se deslizara unos centímetros de la mesa. Ella lo ignoro, contándole a Brasil nuestro primer juego de póquer con sus hermanas, eche un vistazo a la pantalla, tocando el hombro de Brittany cuando leí el nombre.
— ¿Amor?
Sin una disculpa, se alejó de Brasil y me dio toda su atención — ¿Si San?
—Tal vez quieras contestar eso.
Miro a su celular y suspiro —O no.
—Podría ser importante.
Frunció sus labios antes de colocar el auricular en su oído — ¿Qué pasa Mercedes?— Sus ojos recorrieron el salón mientras hablaba, asintiendo ocasionalmente —Esta es mi última pelea Mercedes. Aun no estoy segura. No iré sin ella y Quinn saldrá de la ciudad. Lo sé…te escuche. Hmm…en realidad esa no es una mala idea
Mis cejas se juntan, viendo a sus ojos brillar con cualquier idea con la que Mercedes la haya iluminado. Cuando Brittany cuelga el teléfono, la veo expectante.
—Es suficiente para pagar la renta por los próximos seis meses. Mercedes consiguió a Juliet Savage, ella trata de llegar a las profesionales
—Yo no la he visto luchar, ¿tu lo has hecho?— Quinn pregunto, acercándose.
Brittany asintió, —Solo una vez en Springfield. Es buena.
—No lo suficiente. — digo y Brittany se acercó a mí y beso mi frente suavemente con apreció
—Puedo quedarme en casa Britt.
—No. — dijo, negando con la cabeza.
—No quiero que te golpeen como la ultima vez porque estas preocupada por mi.
—No Santana.
—Esperare por ti. —Tratando de parecer más feliz con la idea de lo que me sentía.
—Le pediré a Charlotte que venga. Ella es en la única que confió para poder concentrarme en la pelea.
—Muchas gracias, prima.— murmuro Quinn.
—Oye, tuviste tu oportunidad— dijo Brittany medio bromeando.
La boca de Quinn fue hacia un lado con disgusto. Aun se sentía culpable por la noche Hellerton. Se disculpo conmigo diariamente por semanas. Pero su culpa se volvió lo suficientemente manejable para que sufriera en silencio. Rachel y yo tratamos de convencerlas de que no era su culpa. Pero Brittany siempre la haría responsable.
—Quinn no fue tu culpa. Tu lo alejaste de mi ¿recuerdas?— dije rodeando a Rachel para tocar su brazo. Me volví a Brittany. — ¿Cuándo es la pelea?
—En algún momento la próxima semana —se encogió de hombros— te quiero allá, te necesito allá.
Sonreí. Descansando mi barbilla en sus hombros —Entonces, estaré allí.
********************************************************************
Brittany me acompaño a clases, su agarre tensándose algunas veces cuando me deslizaba en el hielo —Deberías ser más cuidadosa. —Ella bromeo.
—Lo hago a propósito, eres tan tonta.
—Si quieres mis brazos alrededor tuyo, solo necesitas preguntar— dijo acercándome a su pecho.
Éramos ajenas a los alumnos y las bolas de nieve que volaban mientras ella presionaba sus labios contra los míos. Mis pies dejaron el suelo y ella continuo besándome. Cargándome fácilmente a través del campus. Cuando finalmente me dejo en sobre mis pies frente al salón de clases, negó con la cabeza.
—Cuando hagamos nuestros horarios el próximo semestre. Sería más conveniente si tuviéramos más clases juntas.
—Trabajare en eso— dije, dándole un último beso, haciendo mi camino a mi silla.
Mire hacia arriba, y Brittany me dio una última sonrisa antes de hacer su camino para su siguiente clase en el otro edificio. Los estudiantes a mi lado estaban acostumbrados a nuestras descaradas formas de afecto justo como sus clases lo estaban a que ella llegara unos minutos tarde.
Estaba sorprendida de que el tiempo pasara tan rápido. Termine mi última prueba, y me dirigí al pasillo Morgan. Sugar estaba sentada en su usual lugar en la cama, leyendo mientras revisaba mis cajones por los objetos necesarios.
— ¿Vas a salir de la ciudad?— pregunto Sugar
—No, solo necesito unas cuantas cosas, voy hacia el edificio de ciencias a recoger a Britt. Y luego pasare la semana en su apartamento.
—Lo supuse— dijo ella. Sin quitarle la vista a las hojas de su libro.
—Ten un buen descanso Sugar.
—Mmmhmmm.
El campus estaba prácticamente vacío, con solo unos cuantos estudiantes. Cuando voltee en la esquina, vi a Brittany parada afuera terminando su cigarrillo, llevaba un gorro de lana sobre su cabeza, y una de sus manos se metió en su bolcillo en su chaqueta de cuero marrón. El humo salía de su nariz, mientras miraba hacia el suelo sumida en un profundo pensamiento. No fue sino hasta que estuve a unos metros de ella que note cuan distraída estaba.
— ¿En qué piensas Britt-Britt?— Pregunte. Ella no miro hacia arriba — ¿Brittany?
Sus pestañas revolotearon al registrar mi voz y la expresión de preocupación fue remplazada por una sonrisa falsa. —Hola San.
— ¿Todo está bien?
—Lo está ahora— dijo. Jalándome contra ella.
—De acuerdo. ¿Qué está pasando?— Dije levantando una ceja y frunciendo el seño, mostrando mi escepticismo.
—Solo tengo bastante en mi mente. —suspiro. Cuando espere expectante ella continuo — Esta semana, la pelea, tú estando allí…
—Te dije que me quedaría en casa.
—Te necesito allí San. —dijo. Tirando su cigarrillo en la tierra. Ella lo vio desaparecer en una gran huella de nieve, luego tomo mi mano, llevándome hacia el estacionamiento.
— ¿Has hablado con Charlotte?— Pregunte.
Negó con la cabeza —Estoy esperando que ella me llame de vuelta.
Rachel bajo la ventana y saco su cabeza del auto de Quinn. — ¡Apúrense chicas está haciendo demasiado frio!
Brittany sonrió y acelero el ritmo, abriéndome la puerta para que yo entrase. Quinn y Rachel repitieron la misma conversación que han tenido desde que ella se entero que conocería a sus padres mientras yo miraba a Brittany observar la ventana. Justo cuando estábamos estacionándonos y el teléfono de Brittany sonó.
— ¿Qué diablos Charlotte?— respondió. —te llame hace horas. Escucha, necesito un favor, tengo una pelea la próxima semana. Necesito que vayas, no sé cuando es, pero cuando te llame necesito que este a allí en menos de una hora ¿Puedes hacer eso por mí? ¿Puedes hacer eso? Porque necesito que mantengas un ojo en Santana. Un idiota puso sus manos en ella la ultima vez…si— su voz bajo a un tono amenazante —Si me encargue de eso. ¿Entonces si llamo…? Gracias Charlotte.
Brittany cerró su teléfono y se recostó contra el respaldo del asiento.
— ¿Aliviada?— Quinn pregunto, mirando a Brittany por el espejo del retrovisor
—Si no estaba segura de que haría sin ella allí.
—Te dije…— comencé
—Santana, cuantas veces tengo que decírtelo—Frunció el seño.
Negué con la cabeza ante su tono impaciente. —No entiendo. No me necesitabas antes.
Sus dedos rozaron mi mejilla suavemente. —No te conocía antes, cuando no estás allí no puedo concentrarme. Me pregunto donde estas, que estás haciendo…si estas allí y puedo verte, puedo concentrarme. Sé que suena loco pero se como es.
—Y loco es exactamente como me gusta— sonrió, acercándome a besar sus labios.
—Obviamente— Rachel mascullo bajo su aliento.
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Nos leemos!
Ya tengo la segunda parte del libro... Walking Disaster! Esta vez la historia sera narrada "en este caso" por Brittany.
Entrego el mando a quien quiera adaptarla. Yo entrare a trabajar y me quedara muy poco tiempo para seguir con mis dos adaptaciones y una historia propia que estoy escribiendo. Así que a quien se ofrezca le paso el libro y los detalles de este para que siga el mismo ritmo de Beautiful Disaster! Solo pido que la persona que lo quiera no lo abandone y siga con el hasta el final.
Se que dije que subiría una maratón, pero para variar soy tan distraída que no me di cuenta que le falta poquito al fic. A lo mas la próxima semana acaba. Así que iremos de un capitulo.
Sin mas les dejo la actualización!
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Capitulo 39
Brittany me despertó con besos, mi cabeza estaba pesada y nublada por las bebidas de la noche anterior, pero la hora antes de dormir corrió en mi mente a vivido detalle, suaves labios bañaban mi mano, brazo y cuello. Y cuando alcanzaron mis labios, sonreí.
—Buenos días —dije contra su boca.
Ella no habló, sus labios continuaron trabajando contra los míos. Entonces sus brazos me envolvieron y luego enterró su rostro en mi cuello.
—Estás callada esta mañana, —dije corriendo mis manos sobre su espalda desnuda. Y luego las dejé continuar hasta su trasero, y enrollé mis piernas en su cadera, besándola en la mejilla.
Ella negó con su cabeza. —Sólo quiero estar así, —susurró.
Fruncí el seño. — ¿Me perdí de algo?
—No quería despertarte, ¿Por qué no vuelves a dormir?
Me recosté contra la almohada, jalando su barbilla. Sus ojos azules inyectados con sangre y la piel alrededor de ellos llenos de ojeras.
— ¿Qué diablos está mal contigo? —pregunté, alarmada.
Ella tomó mi mano y la besó, presionando su rostro contra mi cuello. —Sólo vuelve a dormir, Santana, por favor.
— ¿Algo paso? ¿Es Rachel? —Con la última pregunta, incluso viendo el miedo en mis ojos, su expresión no cambio. Ella simplemente suspiró, y se sentó conmigo, mirando mis manos.
—No… Rachel está bien, ellas llegaron alrededor de las cuatro de la mañana. Aún siguen durmiendo, es temprano, sólo vayamos a dormir.
Sintiendo mi corazón latir contra mi pecho, sabía que no tenía ninguna oportunidad para volver a dormir, Brittany puso sus dos manos en cada lado de mi rostro y me besó, su boca se movía diferente, como si me besara por última vez. Me acostó en la almohada, me besó una vez más y descansó su cabeza en mi pecho, envolviendo sus dos manos alrededor mío fuertemente.
Cada posible razón por el comportamiento de Brittany apareció en mi cabeza como canales de televisión, la abracé hacia a mí, con miedo a preguntar. — ¿Has dormido?
—Yo… no podía, no quería… —su voz se apagó.
Besé su frente, —Lo que sea que pase, lo superaremos juntas. ¿Por qué no duermes? Veremos qué hacer cuando despiertes.
Alzó su cabeza y escaneó mi rostro, vi tanto la desconfianza como la esperanza en sus ojos. — ¿Qué quieres decir con: veremos qué hacer?
Junte mis cejas, confundida, no podría saber que había pasado mientras yo dormía que podría causarle tanta angustia. —No sé qué está pasando, pero estoy aquí.
—Estás aquí ¿Cómo en, te estás quedando? ¿Conmigo?
Sabía que mi expresión debía ser ridícula, pero mi cabeza giraba por ambas, el alcohol y la pregunta bizarra de Brittany. —Sí. ¿Pensé que habíamos hablado anoche de eso?
—Lo hicimos, —asintió animándome.
Entrecerré mis ojos. — ¿Pensaste que despertaría enfadada contigo cierto? ¿Pensaste que me iría?
Ella se encogió de hombros, haciendo un pobre intento de indiferencia que solía salirle tan bien. —Eso es por lo que eres famosa.
— ¿Es por eso que estas tan enfadada? ¿Estabas preocupada por lo que pasaría cuando despertara?
Se acomodó, como si sus siguientes palabras fueran difíciles. —No quería que anoche pasara de esa forma, estaba un poco borracha, te seguí en la fiesta como una maldita acosadora y luego que traje aquí en contra de tu voluntad… y luego nosotras… —Negó con su cabeza, claramente disgustada con las imágenes que corrían por su mente.
— ¿Tuvimos el mejor sexo de mi vida? —Sonreí apretando su mano.
Brittany se rió una vez, la tensión alrededor de sus ojos se estaba desvaneciendo lentamente. — ¿Entonces, estamos bien?
La besé tocando los lados de su rostro con ternura. —Sí, tontita. ¿Lo prometí no? Te dije todo lo que querías escuchar, estamos juntas y ¿aún no estás feliz?
Su rostro se comprimió en una sonrisa.
—Amor, basta, te amo, —dije, suavizando las líneas de sus ojos—, este absurdo enfrentamiento pudo haber terminado en el Día De Acción de Gracias pero…
—Espera… ¿Qué? —Dijo acercándose.
—Estaba completamente preparada para rendirme en Acción de Gracias, pero tú dijiste que habías terminado de hacerme feliz, y yo era muy orgullosa para decirte que te quería devuelta.
— ¡¿Estás bromeando!? ¡Estaba intentando hacerlo fácil para ti! ¿Sabes cuan miserable he sido?
Fruncí el seño. —Parecías bien después de las vacaciones.
—Eso era por ti, tenía miedo de perderte si no pretendía estar bien con lo de ser amigas. ¿Pude estar contigo todo este tiempo? ¡¿Qué diablos, Santana?!
—Yo… yo. —No podía discutir, nos hice sufrir a las dos, no tenía excusa—. Lo siento.
— ¿Lo sientes? Casi bebí hasta la muerte, casi no podía salir de la cama, destrui mi teléfono en millones de piezas en la víspera de Año Nuevo para evitar llamarte y me dices que… ¿Lo sientes?
Mordí mi labio y asentí, avergonzada, no tenía ni idea por lo que había pasado y escucharla decir las palabras causaba un agudo dolor en mi pecho.
—Lo siento… mucho, mucho.
—Estás perdonada, —dijo con una sonrisa—. No lo vuelvas a hacerlo nunca.
—No lo haré, lo prometo.
Negó con la cabeza. —Te amo, maldita sea.
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Las semanas pasaron, y era una sorpresa para mí cuán rápido llego el receso de primavera, los chismes y las miradas se habían desvanecido y la visa había vuelto a la normalidad. Los sótanos de la Universidad Eastern no habían tenido una pelea en semanas. Mercedes mantuvo un bajo perfil después del arresto que había llevado a preguntas de que era lo que exactamente que paso esa noche, y Brittany se volvía más irritable esperando la llamada que la llevaría a su última pelea. La pelea que pagaba casi todas sus cuentas del verano y
entrando el otoño.
La nieve aun estaba espesa en el suelo, y el viernes antes de vacaciones una última bola de nieve estallo en el césped cristalino. Brittany y yo caminamos a través del hielo que caía hacia la cafetería, y yo me sostuve fuerte en sus brazos, tratando de evitar ambas, las bolas de nieve y caer al suelo.
—Ellas no van a darte Santana, ellas los saben—Brittany dijo, ocultando su nariz roja y fría en mi mejilla.
—Su objetivo no es sinónimo del miedo a tu temperamento Britt.— Ella me sostuvo a su lado, frotando la manga de mi abrigo con su mano mientras me guiaba a través del caos.
Llegamos a un final abrupto cuando un montón de chicas gritaban mientras eran atacadas sin piedad por el equipo de las cheerios.
Una vez el camino se despego Brittany y me guió a salvo a la puerta. — ¿Ves? Te dije que lo lograríamos—dijo con una sonrisa.
Su diversión desapareció, cuando una bola de nieve golpeo la puerta, justo entre nuestros rostros, la mirada de Brittany escaneo el césped, pero la cantidad de estudiantes lanzándolas en cualquier dirección desvaneció la necesidad de tomar represarías.
Abrió la puerta mirando a la nieve derritiéndose desde el metal pintado hacia el suelo. —Entremos.
—Buena idea— asentí.
Me llevo de la mano hacia la fila del buffet, apilando diferentes platos al vapor de una bandeja, La cajera había abandonado su expresión de desconcierto hace semanas, acostumbrada a nuestra rutina.
—Santana— Brasil me dio un asentimiento de cabeza y guiño su ojo a Brittany
—. ¿Tienes planes para la próxima semana?
—Nos quedaremos aquí, mis hermanas vendrán—Brittany dijo distraída mientras organizaba nuestros almuerzos, dividiendo los pequeños platos de polietileno frente a nosotras en la mesa.
—Voy a matar a Davis Lapinski— Rachel anuncio sacudiendo la nieve de su cabello mientras se acercaba.
— ¡Golpe directo!— Quinn se rio. Rachel le lanzo una mirada de advertencia y su risa se volvió una risa nerviosa —quiero decir…que idiota.
Nos burlamos de su lamentable expresión mientras ella la observaba ir se de la línea del buffet para seguirla rápidamente.
—Quinn es tan lloróna— dijo Brasil con una expresión de disgusto.
—Rachel está un poco tensa —Brittany explico —ella conocerá a sus padres esta semana.
Brasil asintió y sus cejas se alzaron —Entonces ellas van…
—Si— dije asintiendo con ella —Es permanente.
—Whoa— Brasil dijo, la sorpresa no dejo su rostro mientras servía su comida, y pude ver la confusión arremolinarse a su alrededor. Todas éramos jóvenes, y Brasil no podía seguir la idea del compromiso de Quinn.
—Cuando lo tengas Brasil…lo entenderás— Brittany dijo, sonriéndome.
La sala estaba llena de emoción, de ambas: el espectáculo de afuera, y lo rápido que pasaban las horas antes del receso. A medida que los asientos se llenaban, el flujo constante de charla creció, el volumen aumento mientras todo el mundo comenzó habar sobre el ruido.
Para el momento en que Quinn y Rachel volvieron con sus bandejas ya se habían reconciliado. Ella felizmente se sentó en el asiento vacío a mi lado. Platicando sobre el momento en que conocería a los padres. Ellas se irían esa tarde para lo de su padre, la excusa perfecta para uno de los infames colapsos de Rachel.
La vi coger el pan mientras ella se preocupaba en hacer las maletas y la cantidad de equipaje que debería llevar sin parecer pretenciosa, pero ella parecía llevarlo bien.
—Te lo digo, amor. Ellos te amaran, te amaran. Como yo te amo, te amo—Quinn dijo. Acomodando su cabello detrás de su oreja. Rachel tomo un respiro y las comisuras de subieron de la forma en que siempre lo hacían cuando ella la hacía sentir más tranquila.
El teléfono de Brittany vibro, provocando que se deslizara unos centímetros de la mesa. Ella lo ignoro, contándole a Brasil nuestro primer juego de póquer con sus hermanas, eche un vistazo a la pantalla, tocando el hombro de Brittany cuando leí el nombre.
— ¿Amor?
Sin una disculpa, se alejó de Brasil y me dio toda su atención — ¿Si San?
—Tal vez quieras contestar eso.
Miro a su celular y suspiro —O no.
—Podría ser importante.
Frunció sus labios antes de colocar el auricular en su oído — ¿Qué pasa Mercedes?— Sus ojos recorrieron el salón mientras hablaba, asintiendo ocasionalmente —Esta es mi última pelea Mercedes. Aun no estoy segura. No iré sin ella y Quinn saldrá de la ciudad. Lo sé…te escuche. Hmm…en realidad esa no es una mala idea
Mis cejas se juntan, viendo a sus ojos brillar con cualquier idea con la que Mercedes la haya iluminado. Cuando Brittany cuelga el teléfono, la veo expectante.
—Es suficiente para pagar la renta por los próximos seis meses. Mercedes consiguió a Juliet Savage, ella trata de llegar a las profesionales
—Yo no la he visto luchar, ¿tu lo has hecho?— Quinn pregunto, acercándose.
Brittany asintió, —Solo una vez en Springfield. Es buena.
—No lo suficiente. — digo y Brittany se acercó a mí y beso mi frente suavemente con apreció
—Puedo quedarme en casa Britt.
—No. — dijo, negando con la cabeza.
—No quiero que te golpeen como la ultima vez porque estas preocupada por mi.
—No Santana.
—Esperare por ti. —Tratando de parecer más feliz con la idea de lo que me sentía.
—Le pediré a Charlotte que venga. Ella es en la única que confió para poder concentrarme en la pelea.
—Muchas gracias, prima.— murmuro Quinn.
—Oye, tuviste tu oportunidad— dijo Brittany medio bromeando.
La boca de Quinn fue hacia un lado con disgusto. Aun se sentía culpable por la noche Hellerton. Se disculpo conmigo diariamente por semanas. Pero su culpa se volvió lo suficientemente manejable para que sufriera en silencio. Rachel y yo tratamos de convencerlas de que no era su culpa. Pero Brittany siempre la haría responsable.
—Quinn no fue tu culpa. Tu lo alejaste de mi ¿recuerdas?— dije rodeando a Rachel para tocar su brazo. Me volví a Brittany. — ¿Cuándo es la pelea?
—En algún momento la próxima semana —se encogió de hombros— te quiero allá, te necesito allá.
Sonreí. Descansando mi barbilla en sus hombros —Entonces, estaré allí.
********************************************************************
Brittany me acompaño a clases, su agarre tensándose algunas veces cuando me deslizaba en el hielo —Deberías ser más cuidadosa. —Ella bromeo.
—Lo hago a propósito, eres tan tonta.
—Si quieres mis brazos alrededor tuyo, solo necesitas preguntar— dijo acercándome a su pecho.
Éramos ajenas a los alumnos y las bolas de nieve que volaban mientras ella presionaba sus labios contra los míos. Mis pies dejaron el suelo y ella continuo besándome. Cargándome fácilmente a través del campus. Cuando finalmente me dejo en sobre mis pies frente al salón de clases, negó con la cabeza.
—Cuando hagamos nuestros horarios el próximo semestre. Sería más conveniente si tuviéramos más clases juntas.
—Trabajare en eso— dije, dándole un último beso, haciendo mi camino a mi silla.
Mire hacia arriba, y Brittany me dio una última sonrisa antes de hacer su camino para su siguiente clase en el otro edificio. Los estudiantes a mi lado estaban acostumbrados a nuestras descaradas formas de afecto justo como sus clases lo estaban a que ella llegara unos minutos tarde.
Estaba sorprendida de que el tiempo pasara tan rápido. Termine mi última prueba, y me dirigí al pasillo Morgan. Sugar estaba sentada en su usual lugar en la cama, leyendo mientras revisaba mis cajones por los objetos necesarios.
— ¿Vas a salir de la ciudad?— pregunto Sugar
—No, solo necesito unas cuantas cosas, voy hacia el edificio de ciencias a recoger a Britt. Y luego pasare la semana en su apartamento.
—Lo supuse— dijo ella. Sin quitarle la vista a las hojas de su libro.
—Ten un buen descanso Sugar.
—Mmmhmmm.
El campus estaba prácticamente vacío, con solo unos cuantos estudiantes. Cuando voltee en la esquina, vi a Brittany parada afuera terminando su cigarrillo, llevaba un gorro de lana sobre su cabeza, y una de sus manos se metió en su bolcillo en su chaqueta de cuero marrón. El humo salía de su nariz, mientras miraba hacia el suelo sumida en un profundo pensamiento. No fue sino hasta que estuve a unos metros de ella que note cuan distraída estaba.
— ¿En qué piensas Britt-Britt?— Pregunte. Ella no miro hacia arriba — ¿Brittany?
Sus pestañas revolotearon al registrar mi voz y la expresión de preocupación fue remplazada por una sonrisa falsa. —Hola San.
— ¿Todo está bien?
—Lo está ahora— dijo. Jalándome contra ella.
—De acuerdo. ¿Qué está pasando?— Dije levantando una ceja y frunciendo el seño, mostrando mi escepticismo.
—Solo tengo bastante en mi mente. —suspiro. Cuando espere expectante ella continuo — Esta semana, la pelea, tú estando allí…
—Te dije que me quedaría en casa.
—Te necesito allí San. —dijo. Tirando su cigarrillo en la tierra. Ella lo vio desaparecer en una gran huella de nieve, luego tomo mi mano, llevándome hacia el estacionamiento.
— ¿Has hablado con Charlotte?— Pregunte.
Negó con la cabeza —Estoy esperando que ella me llame de vuelta.
Rachel bajo la ventana y saco su cabeza del auto de Quinn. — ¡Apúrense chicas está haciendo demasiado frio!
Brittany sonrió y acelero el ritmo, abriéndome la puerta para que yo entrase. Quinn y Rachel repitieron la misma conversación que han tenido desde que ella se entero que conocería a sus padres mientras yo miraba a Brittany observar la ventana. Justo cuando estábamos estacionándonos y el teléfono de Brittany sonó.
— ¿Qué diablos Charlotte?— respondió. —te llame hace horas. Escucha, necesito un favor, tengo una pelea la próxima semana. Necesito que vayas, no sé cuando es, pero cuando te llame necesito que este a allí en menos de una hora ¿Puedes hacer eso por mí? ¿Puedes hacer eso? Porque necesito que mantengas un ojo en Santana. Un idiota puso sus manos en ella la ultima vez…si— su voz bajo a un tono amenazante —Si me encargue de eso. ¿Entonces si llamo…? Gracias Charlotte.
Brittany cerró su teléfono y se recostó contra el respaldo del asiento.
— ¿Aliviada?— Quinn pregunto, mirando a Brittany por el espejo del retrovisor
—Si no estaba segura de que haría sin ella allí.
—Te dije…— comencé
—Santana, cuantas veces tengo que decírtelo—Frunció el seño.
Negué con la cabeza ante su tono impaciente. —No entiendo. No me necesitabas antes.
Sus dedos rozaron mi mejilla suavemente. —No te conocía antes, cuando no estás allí no puedo concentrarme. Me pregunto donde estas, que estás haciendo…si estas allí y puedo verte, puedo concentrarme. Sé que suena loco pero se como es.
—Y loco es exactamente como me gusta— sonrió, acercándome a besar sus labios.
—Obviamente— Rachel mascullo bajo su aliento.
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Nos leemos!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hola!!
Ya faltan pocos caps??!! Hay segunda parte?
Por fin San no se arrepintió, y con lo de lo orgullosa que fue en acción de gracias yo no la hubiera perdonado tan facil como Britt lo hizo, porque simplemente conociendo a Britt seguro se la paso muy mal, pero tambien por otro lado como dijo la ama!! Asi que para ella eso mueve todo y le resulta más impulsivo que a San perdonarla!!
Lo de la pelea traerá algo malo? porque eso parece! ojala que no! Mis Brittana estan muy bien y sus demostraciones de cariño frente a todos es muy picante!
Bien espero la actu como siempre!
Saludos!! Nat!
Ya faltan pocos caps??!! Hay segunda parte?
Por fin San no se arrepintió, y con lo de lo orgullosa que fue en acción de gracias yo no la hubiera perdonado tan facil como Britt lo hizo, porque simplemente conociendo a Britt seguro se la paso muy mal, pero tambien por otro lado como dijo la ama!! Asi que para ella eso mueve todo y le resulta más impulsivo que a San perdonarla!!
Lo de la pelea traerá algo malo? porque eso parece! ojala que no! Mis Brittana estan muy bien y sus demostraciones de cariño frente a todos es muy picante!
Bien espero la actu como siempre!
Saludos!! Nat!
naty_LOVE_GLEE- ---
- Mensajes : 594
Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Al fin dejaron su orgullo a un lado!
Ya se va a terminanr! :(
Hay segunda parte :)
No la vas a poder adaptar :(
Bueno esperando tu proxima actualizacion!
Saludos
Ya se va a terminanr! :(
Hay segunda parte :)
No la vas a poder adaptar :(
Bueno esperando tu proxima actualizacion!
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hola.
Por fin están juntas,dicen que el amor es mas fuerte jaja
Puchaaa no quiero que termine : (
Adiós.
Por fin están juntas,dicen que el amor es mas fuerte jaja
Puchaaa no quiero que termine : (
Adiós.
Fran_ci* - Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 31/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
ah que puedo decir feliz de que estan de nuevos juntas acon eso digo todo :)
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
estas locas me encanta jajaja gracias por escribir
Camila18**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 28/05/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
hola!!!!!!! me encanta que vuelvan a estar juntas... que tierna Britt el pensar que San solo lo habia dicho por la situacion en la que estaban!!!!!
ya faltan pocos cap oh no!!!!
en verdad lamento que no puedas adaptar la segunda parte!! :(
quien lo hara???????''
xoxo
ya faltan pocos cap oh no!!!!
en verdad lamento que no puedas adaptar la segunda parte!! :(
quien lo hara???????''
xoxo
adi-santybritt- ---
- Mensajes : 553
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 30
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
naty_LOVE_GLEE escribió:Hola!!
Ya faltan pocos caps??!! Hay segunda parte?
Por fin San no se arrepintió, y con lo de lo orgullosa que fue en acción de gracias yo no la hubiera perdonado tan facil como Britt lo hizo, porque simplemente conociendo a Britt seguro se la paso muy mal, pero tambien por otro lado como dijo la ama!! Asi que para ella eso mueve todo y le resulta más impulsivo que a San perdonarla!!
Lo de la pelea traerá algo malo? porque eso parece! ojala que no! Mis Brittana estan muy bien y sus demostraciones de cariño frente a todos es muy picante!
Bien espero la actu como siempre!
Saludos!! Nat!
Jane0_o escribió:Al fin dejaron su orgullo a un lado!
Ya se va a terminanr! :(
Hay segunda parte :)
No la vas a poder adaptar :(
Bueno esperando tu proxima actualizacion!
Saludos
Fran_ci escribió:Hola.
Por fin están juntas,dicen que el amor es mas fuerte jaja
Puchaaa no quiero que termine : (
Adiós.
Keiri Lopierce escribió:ah que puedo decir feliz de que estan de nuevos juntas acon eso digo todo :)
Camila18 escribió:estas locas me encanta jajaja gracias por escribir
adi-santybritt escribió:hola!!!!!!! me encanta que vuelvan a estar juntas... que tierna Britt el pensar que San solo lo habia dicho por la situacion en la que estaban!!!!!
ya faltan pocos cap oh no!!!!
en verdad lamento que no puedas adaptar la segunda parte!! :(
quien lo hara???????''
xoxo
Si chicas, ahora subo dos capítulos y solo faltaría el epilogo. Ya tengo a la persona que lo continuara y confió en que lo hará excelente. En sus comentarios se nota que tiene talento y estoy segura que lo hará mejor que yo.
¡Como siempre gracias por comentar!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Capitulo 40 & 41
¡Lectoras! Se que dije que iríamos lento, pero falta poquito para que mis cesantia se acabe.
Estos serian los dos últimos capítulos de esta historia, ya solo quedaría el epilogo. Pero el final les aseguro que las dejara bastante contentas.
En las sombras de Keaton Hall, Brittany me sostuvo fuertemente a su lado, mi aliento se mezclaba con el de ella en el aire frio. Y podía escuchar las conversaciones esas filtrándose por la puerta que estaba a unos pocos metros, ignorantes a nuestra presencia.
Keaton era el edificio más viejo de Eastern y aunque aquí se ha celebrado antes El Circulo, yo estaba inquieta sobre el lugar. Mercedes esperaba una casa llena, y Keaton no era el sótano más amplio del campus, la vigas forman un red a lo largo de los ladrillos envejecidos, solo había una señal de remodelaciones en este lugar.
—Esta es una de las peores ideas que Mercedes ha tenido hasta ahora— Brittany murmuro.
—Es muy tarde para cambiarlo ahora— dije, mirando hacia las plataformas.
El teléfono de Brittany sonó y ella contesto. Su rostro se tiñe de azul contra la luz de la pantalla y finalmente podía ver las líneas de preocupación entre sus rubias cejas que ya sabía dónde estaban. Hizo clic en unos botones y luego cerro el celular, agarrándome más fuerte.
—Pareces nerviosa esta noche. —susurre
—Me sentiré mejor cuando Charlotte traiga su trasero aquí.
—Estoy aquí, niña quejumbrosa. —Charlotte dijo en voz baja. Apenas si podía ver su silueta en la oscuridad, pero su sonrisa brillaba con la luna llena.
— ¿Cómo has estado hermana?— dijo ella. Abrazándome con un brazo, y empujo juguetonamente a Brittany con él otro.
—Estoy bien Charlotte.
Brittany inmediatamente se relajo, y luego me llevo a la parte de atrás del edifico de la mano.
—Si los policías aparecen y nos separamos, veámonos en la residencia Morgan ¿de acuerdo?— Brittany le dijo a su hermana. Nos detuvimos en una ventana abierta al nivel del suelo, la señal de que Mercedes estaba adentro y esperando.
— ¿Estás jugando conmigo?— dijo Charlotte, mirando a la ventana —Santana apenas va acabar por allí.
—Pasará— Brittany le aseguro, gateando en la oscuridad hacia el interior.
Como muchas otras veces, me agache y me empuje hacia allí, sabiendo que Brittany me atraparía. Esperamos un momento, Charlotte se empujo de la cornisa y cayó al suelo, casi perdiendo el equilibrio mientras sus pies tocaban el concreto.
—Tienes suerte de que te ame Santana. Yo no haría esta mierda por nadie más— Charlotte se quejo sacudiéndose la blusa.
Brittany salto, cerrando la ventana en un rápido movimiento. —Por aquí —dijo ella guiándonos por la oscuridad.
Pasillo tras pasillo, tome la mano de Brittany sintiendo a Charlotte apretar la tela de mi camisa. Podía escuchar pequeños fragmentos de grava raspar el hormigón, y yo me arrastraba por el suelo. Abrí mucho mis ojos tratando de adaptarlos a la oscuridad del sótano, pero no había ninguna luz para ayudarlos.
Charlotte suspiro después de la tercera vuelta —Nunca encontraremos una forma de salir de aquí.
—Solo sígueme al salir, estarás bien— dijo Brittany irritada antes las quejas de su hermana, a medida de que el pasillo iba iluminándose yo sabía que estaba cerca cuando el rugido de la multitud llego con un tono febril de número y nombre, sabía que habíamos llegado.
El salón donde Brittany esperaba ser llamada, normalmente solo tenía una linterna y una silla, pero con las renovaciones, estaba lleno de sillas, escritorios y equipo al azar cubiertos con sabanas blancas.
Brittany y Charlotte discutieron estrategias para la pelea mientras yo me asome afuera. Era tan llena y caótica como en la última lucha, pero sin menos espacio. Muebles cubiertos con sabanas polvorientas alineadas al final de la pared, empujadas a un lado para hacer espacio a los espectadores.
La habitación estaba más oscura de lo normal, supuse que Mercedes no quería llamar la atención sobre nuestro paradero. Linternas colgadas del techo, creando un resplandor oscuro, mientras las apuestas en efectivo aun se celebraban.
— ¿Sanny, me escuchaste?— Brittany dijo, tocando mi brazo.
— ¿Qué?— dije parpadeando.
—Quiero que te pares cerca de esta puerta, ¿de acuerdo? Mantente agarrada del brazo de Charlotte todo el tiempo.
—No me moveré, lo prometo.
Brittany sonrió. —Ahora tú pareces nerviosa.
Di un vistazo de la puerta a ella —No tengo un buen presentimiento sobre esto, Britt. No sobre las peleas pero…algo. Este lugar me asusta.
—No estaremos mucho tiempo— Brittany me aseguro, la voz de Mercedes vino por un alta voz, y luego un par de manos cálidas y familiares a cada lado de mi rostro. —Te amo— dijo. Mientras me levantaba del suelo, apretándome hacia ella mientras me besaba.
Me bajo al suelo y engancho mi brazo alrededor de Charlotte —No quites tus ojos de ella. —le dijo a su hermana. —Incluso por un segundo, este lugar se vuelve loco una vez la pelea comienza.
—…así que démosle la bienvenida a la contrincante de hoy…FRANCOISE SAVAGE.
—La guardare con mi vida, hermanita. —dijo Charlotte tirando de mi brazo— Ahora patéale el trasero a esta tipa, y vámonos de aquí.
—BRITTANY PIERCE— Mercedes grito por el alta voz.
El volumen era ensordecedor mientras ella hacia su camino a través de la multitud. Mire a Charlotte quien tenía la más pequeña sonrisa en su rostro. Cualquier otra persona no lo hubiese notado, pero yo podía ver el orgullo en sus ojos.
Cuando Brittany llego al centro del Círculo, trague. Francoise no era mucho más grande, pero ella se veía más diferente que con cualquier otra había que luchado, incluyendo a la tipa con la que lucho en las vegas. Esta no estaba intentando intimidar con una mirada a Brittany como las demás: estaba estudiando, preparando la pelea en su mente. Tan analíticos como eran sus ojos, también estaban vacíos de razón, yo sabía que antes de que la pelea comenzara que Brittany tendría que tener mucho cuidado, ella estaba sentada frente a un demonio.
Brittany también parecía haberlo notado. Su habitual sonrisa había sido remplazada, por una mirada intensa, cuando el cuerno sonó, Francoise ataco.
—Jesús— dije tomando el brazo de Charlotte.
Charlotte se movió como Brittany lo hizo, como si fueran una. Me tense con cada movimiento que Francoise hacia, luchando con la urgencia de cerrar mis ojos. No había movimientos perdidos; Francoise era astuta y precisa. Todas las otras peleas de Brittany parecían descuidadas en comparación. La fuerza bruta detrás de los golpes era impresionante, como si toda la cosa fuera coreografiada y preparada a la perfección.
El aire en la habitación era pesado y estancado. El polvo en las sabanas había sido alborotado y atrapado en mi garganta cada vez que me quedaba sin aliento. Cuanto más larga era la pelea peor era esa sensación, no podía quitármelo y aun así me forcé a quedarme en el lugar para que Brittany pudiera concentrarse.
Por un momento estuve hipnotizada por el espectáculo en el centro del sótano, lo siguiente es que me empujan desde atrás. Mi cabeza se echo hacia atrás por el golpe, pero apreté mi agarre, negándome a retirarme de mi puesto prometido. Charlotte se dio vuelta y agarro la camiseta de las dos mujeres detrás de nosotras y las tiro al suelo como muñecas.
— ¡Aléjense o las matare!— gritó a las mujeres que nos miraban en el piso. Agarre su brazo con fuerza y le dio unas palmadas —Te tengo, Santana solo mira la pelea.
Brittany lo estaba haciendo bien, y suspire cuando lanzo el primer golpe. La multitud se hacía más ruidosa, pero la advertencia de Charlotte dejo a esas mujeres detrás nuestro a una distancia segura. Brittany lanzo un golpe seguro y luego me miro, rápidamente retomando su atención a Francoise. Sus movimientos eran agiles, casi calculadores. Parecía predecir los ataques de su contrincante antes de que ella los hiciera.
Notablemente impaciente, Francoise envolvió sus brazos alrededor de Brittany, jalándola al piso. Como unidas, la multitud que rodea el anillo improvisado se aprietan contra este, acercándose cuando la acción es en el suelo.
— ¡No puedo verla Charlotte!— grite mientras me paraba en las puntas de los pies.
Charlotte miro alrededor, encontrando la silla de madera de Mercedes, en un movimiento como de baile. Ella me paso de un brazo a otro, ayudándome a subir por encima de la multitud. — ¿Puedes verla?
—Si— dije sosteniéndome de los brazos de Charlotte para equilibrio —Ella está encima pero las piernas de Francoise están en su cuello.
Charlotte se acercó sobre los dedos de sus pies y puso su mano libre alrededor de su boca — ¡GOLPEA SU TRASERO BRITTANY!
Mire hacia abajo de Charlotte y se acercó para echarle una mejor mirada a la mujer en el suelo. De repente Brittany estaba en el suelo, Francoise sosteniéndose fuertemente del cuello de Brittany con sus piernas. Brittany cayó de rodillas golpeando la espalda y cabeza de Francoise contra el concreto en un devastador golpe. Las piernas de la peleadora quedaron inertes liberando el cuello de Brittany. Y Brittany llevo hacia atrás su codo. Golpeándola una y otra vez con su puño cerrado hasta que Mercedes la detuvo. Lanzando el cuadrado rojo al cuerpo flácido de Francoise.
La sala estallo, animando cuando Mercedes levanto la mano de Brittany al aire. Charlotte abrazo mis piernas. Gritando la victoria de su hermana. Brittany me miro con una sonrisa amplia y sangrienta.
A medida que el dinero pasaba por las manos de la gente, la multitud comenzaba a serpentear, preparada para irse. Mis ojos se dirigieron a una linterna que parpadeaba salvajemente balanceándose de un lado a otro detrás de Brittany. Liquido cayendo de la base, mojando la sabana de abajo, mi estomago se hundió.
— ¿Charlotte?
Atrayendo su atención, señale la esquina. En ese momento, la linterna se cayó de su puesto, cayendo en la sabana de abajo, inmediatamente estallando en llamas.
— ¡Santa mierda!— Charlotte dijo, agarrando mis piernas.
Unas cuantas mujeres al lado del fuego, saltaron. Viendo asombradas como el fuego saltaba a la otra sabana. Humo negro salía desde la esquina, y al tiempo cada persona en la sala entro en pánico, empujando su camino para encontrar la salida.
Mis ojos se encontraron con los de Brittany, y una mirada de terror distorsiono su rostro.
— ¡Santana!—Grito empujando el mar de gente entre nosotras.
— ¡Vamos!— Charlotte grito. Bajándome de la silla a su lado.
La habitación se oscureció, y un ruido fuerte sonó desde el otro lado de la habitación, las otras linternas hacían combustión y se agregaban al fuego en pequeñas explosiones. Charlotte tomo mi brazo, poniéndome tras de ella forzando su camino a través de la multitud.
— ¡No podemos ir por ahí! ¡Tenemos que devolvernos por el camino por el que llegamos!— grite, resistiéndome.
Charlotte miro alrededor formando un plan para escapar en medio de la confusión. Mire de nuevo a Brittany, mirándola como intentaba hacerse camino a través de la habitación, mientras la multitud aumentaba, Brittany fue alejada cada vez mas. Los emocionantes aplausos ahora eran gritos horrorizados de miedo y desesperación mientras todas luchaban por encontrar la salida. Charlotte me jalo a la salida.
— ¡Brittany!— Grite, intentando alcanzarla.
Ella estaba tosiendo, alejando el humo.
—Por este lado Britt. — Charlotte le grito.
—Solo sácala de aquí, saca a Santana— dijo tosiendo.
Charlotte me miro a mí. Podía ver el miedo en sus ojos —No se la forma de salir.
Mire a Brittany una vez más, su silueta parpadeaba por las llamas que se habían extendido entre nosotras. — ¡Brittany!
— ¡Solo vete!, ¡Las alcanzare más adelante!— Su voz era ahoga por el caos alrededor nuestro, y tome la manga de Charlotte.
—Por este camino.— dije, sintiendo las lágrimas y el humo quemando en mis ojos. Docenas de gente llena de pánico estaba entre Brittany y su única salida.
Tire de la mano de Charlotte, empujando a cualquiera de mi camino. Alcanzamos la entrada y mire de atrás hacia adelante. Dos pasillos oscuros, con poca luz por el fuego detrás de nosotras.
— ¡Por este camino!— dije, jalando su mano de nuevo.
— ¿Estás segura?— Charlotte pregunto, su voz gruesa con duda y miedo.
— ¡Vamos!— dije, jalándola de nuevo.
Cuanto más lejos nos encontrábamos más oscuras las habitaciones se volvían. Después de unos instantes, mis respiraciones eran más fáciles a medida de que dejábamos el humo atrás. Pero los gritos no disminuyeron, cada vez eran más fuertes y frenéticos que antes. Los horríficos sonidos de atrás alimentaron mi determinación, manteniendo mis pasos rápido y con propósito. Para la segunda vuelta, estábamos caminando a ciegas a través de la oscuridad.
Mantuve mi mano frente a mí, sintiendo la pared con mi mano libre y tomando la mano de Charlotte con la otra.
— ¿Crees que salió?— pregunto.
Su pregunta debilitaba mi concentración, y trate de empujar la respuesta de mi mente —Sigue moviéndote— dije ahogándome.
Charlotte se resistió por un momento, pero cuando la jale de nuevo una luz parpadeo. Ella sostuvo en alto un encendedor, dando un vistazo al pequeño espacio para salir. Seguí la luz mientras ella la movía alrededor de la habitación. Y quedo sin aliento cuando la puerta se hizo visible. Mientras nos apurábamos para la siguiente habitación, bastante gente se estrello conmigo, tirándome al suelo. Tres mujeres, todas con rostros sucios y ojos muy abiertos y asustadas me miraron.
Una de las chicas se agacho y me ayudo — ¡Hay una ventana aquí abajo por la cual podemos salir!— Dijo ella.
—Acabamos de llegar de ahí, no hay nada— dije, negando con la cabeza.
—Debes haberla perdido, ¡sé que esta por este camino! —Charlotte jalo mi mano —Vamos Santana, ellas conocen la salida.
Negué con la cabeza —Vinimos por este lado con Brittany, lo sé.
Ella apretó su agarre —Le dije a Brittany que no te perdería de mi vista, iremos con ellas.
—Charlotte hemos estado allí abajo…no había ventana.
— ¡Vamos Andy!— una chica grito
— ¡Nos vamos!— Andy dijo, mirando a Charlotte.
Esta jalo mi mano de nuevo y yo me aleje —Por favor es por este lado, lo prometo.
—Voy con ellas— dijo —por favor ven conmigo.
Negué con la cabeza, lagrimas cayendo por mis mejillas —He estado aquí antes, esa no es la salida.
— ¡Tu vienes conmigo!— ella grito. Jalando mí brazo.
— ¡Charlotte detente! ¡Vamos por el camino equivocado!— grite.
Mis pies se deslizaron por el hormigo mientras ella me jalaba, y cuando el humo aumento me aleje corriendo hacia la dirección opuesta.
— ¡SANTANA!— Charlotte grito.
Seguí corriendo, manteniendo las manos al frente anticipando una pared.
— ¡Vamos! ¡Ella va hacer que te mates!— una chica dijo.
Mi hombro golpeo contra una esquina, me dio la vuelta, cayendo. Me arrastre por el piso, sosteniendo mi temblorosa mano frente a mí. Cuando mis dedos tocaron roca, lo seguí parándome. La esquina de una puerta se materializo bajo mi mano y la seguí a la siguiente habitación.
La oscuridad era interminable, pero aleje el pánico, manteniendo cuidadosamente mis pasos, buscando la siguiente pared. Sentí el temor dentro de mí mientras los lamentos sonaban en mis oídos.
—Por favor. —Susurré en la oscuridad— Deja que esta sea la salida.
Sentí otra esquina de una puerta, y cuando la travesé un hilo de luz brillo ante mí. La luz de luna se filtraba a través del vidrio de la ventana y un sollozo formo su camino a través de mi garganta
— ¡Cha...Charlotte, está aquí! —Grite detrás de mí— ¡CHARLOTTE!
Entrecerré mis ojos, viendo un pequeño movimiento en la distancia — ¿Charlotte?— llame mi corazón latía violentamente en mi pecho.
Con el paso del tiempo las sombras parpadeaban en las paredes. Y mis ojos se abrieron con horror cuando me di cuenta que lo que pensaba que eran personas eran en realidad llamas.
—Oh dios mío— dije mirando a la ventana. Brittany la había cerrado después de entrar, y estaba muy alta para que yo la alcanzara.
Mire a mi alrededor buscando algo en que pararme, la habitación estaba llena de madera cubierta con sabanas. Las mismas sabanas que alimentarían el fuego hasta que toda la habitación se convirtiera en un infierno.
Agarre un pedazo de tela blanca, quitándola de un escritorio. El polvo se alboroto a mí alrededor, mientras tiraba la sabana al suelo y arrastraba la enorme madera hacia el espacio vacío bajo la ventana. La empuje contra la pared y la escale, tosiendo con el humo que se abría paso a la habitación. La ventana aun estaba a unos metros debajo de mí. Gruñí tratando de empujarla para abrirla, torpemente girando la cerradura de un lado a otro con cada empujada. No se movía.
— ¡Vamos, maldición!— grite.
Apoyándome en mis brazos, me eche hacia atrás, usando el peso de mi cuerpo con el ímpetu de que podría forzarla a abrirse. Cuando eso no funciono, deslice mis uñas debajo de esta, empujándola hasta que pensé que mis uñas se habían separado de mi piel. La luz brillo en la esquina de mi ojo. Y grite cuando vi como el fuego se acercaba por las sabanas blancas que cubrían el pasillo por el cual había pasado un momento antes.
Mire hacia la ventana, una vez más metiendo mis uñas por las esquinas. Sangre saliendo de mis dedos, el metal se enterró en mis dedos. El instinto se sobrepuso sobre las demás emociones y mis manos se volvieron puños, golpeando el vidrio. Una pequeña grieta astillo en vidrio junto con manchas y salpicaduras de mi sangre por cada golpe.
Golpee el vidrio una vez más con mi puño, y luego me saque un zapato. Las sirenas sonaban en la distancia y solloce, golpeando mis palmas contra el vidrio. El resto de mi vida solo estaba a unos centímetros, al otro lado del vidrio. Arañe los bordes una vez más, y luego comencé a golpear el vidrio con ambas palmas.
— ¡AYUDA!— Grite, viendo las llamas acercarse — ¡ALGUIEN AYÚDEME!
Una tos suave sonó tras de mí — ¿Santana?
Me volví ante la voz familiar. Brittany apareció en la puerta detrás de mí. Su rostro y ropa estaba cubierto en hollín.
— ¡Brittany!— grite, me baje del escritorio y corrí hacia donde ella estaba parada, cansada y sucia.
Me choque contra ella, y envolvió sus brazos alrededor mío. Tosiendo mientras jadeaba por aire. Sus manos tomaron mis mejillas. — ¿Dónde está Charlotte?— su voz áspera y débil.
—Ella las siguió— grite con lagrimas en mi rostro. — ¡Intente que viniese conmigo, pero ella no venia!— Brittany miro hacia el fuego que se aproximaba y sus cejas se juntaron.
Contuve el aliento, tosiendo cuando el humo lleno mis pulmones, me miro, sus ojos llenos de lagrimas. —Voy a sacarnos de aquí Santana— sus labios se presionaron con los míos en un firme y rápido movimiento. Y entonces ella subió encima de mi improvisada escalera.
Empujo la ventana, y luego la cerradura, sus músculos temblaban cuando usaba toda su fuerza contra el vidrio.
— ¡Aléjate San, Voy a romper el vidrio!
Con miedo de moverme solo logre alejarme un paso de nuestra única salida. El codo de Brittany se doblo mientras echaba su puño hacia atrás, gritando mientras golpeaba el vidrio. Me volví escudando mi rostro con mis sangrientas manos mientras el vidrio se destrozaba encima de mí.
— ¡Vamos!— Grito sosteniendo una mano para mí.
El calor del fuego tomo toda la habitación, me eleve en el aire mientras ella me levantaba del piso y me empujaba fuera. Espere sobre mis rodillas mientras Brittany escalaba, y luego la ayude a ponerse de pie. Las sirenas a todo volumen estaban al otro lado de la habitación, y luces rojas y azules de los bomberos y las patrullas de los policías bailaban por el ladrillo del edificio adyacente.
Corrimos a la multitud de gente parada frente al edificio, buscando en los rostros sucios a Charlotte. Brittany grito el nombre de su hermana, su voz se volvía mas desesperanzada con cada llamado. Saco su celular para ver alguna llamada perdida y luego lo cerró fuertemente. Cubriendo su mano con su mano negra.
— ¡CHARLOTTE!— Brittany grito, estirando su cuello mientras buscaba en la multitud.
Esas que habían escapado estaban abrazadas y lloriqueaban detrás de los vehículos de emergencia, observando el horror mientras el camión de bomberos disparaba a través de las ventanas y bomberos corrían hacia dentro, tirando mangueras detrás de ellos.
Brittany pasó una mano por su cabello, negando con la cabeza. —Ella no salió. —Susurro. —No salió, Santana.
Mi aliento se corto, cuando vi el hollín desliarse por sus mejillas por las lágrimas, cayo en sus rodillas y yo caí con ella.
—Charlotte es inteligente, Britt. ella salió, debió haber encontrado otra forma— dije, tratando también de convencerme a mí misma.
Brittany colapso en mis piernas, tomando mi camisa con ambos puños. La sostuve, no sabía que mas hacer.
Una hora paso, observamos con esperanza que disminuía mientras observábamos como sacaban a dos personas y luego continuaban saliendo con las manos vacías. A medida que los paramédicos atendían y la ambulancia arrancaba en la noche, con victimas de quemaduras, esperamos. Media hora después, los cuerpos que sacaban estaban más allá de la salvación, el suelo estaba lleno de bajas, mucho más numerosas de los que habían escapado. Los ojos de Brittany no dejaron la puerta, esperando que sacaran a su hermana de la salida.
— ¿Brittany?— Volteamos a la misma vez para ver a Mercedes parada al lado nuestro. Brittany se puso de pie, jalándome con ella. —Estoy feliz de que ustedes chicas lo lograran— Dijo Mercedes. Luciendo atónita y desconcertada. — ¿Dónde estabas?— Brittany no respondió.
Nuestros ojos volvieron a los restos carbonizados de los dormitorios Keaton. El humo negro y espeso salía de las ventanas. Enterré mi rostro en el pecho de Brittany, cerrando mis ojos, esperando que en cualquier momento despertara.
—Tengo que…tengo que llamar a mi mamá— Brittany dijo, sus cejas juntándose mientras abría su celular.
Respire profundamente, esperando que mi voz sonara más fuerte de lo que me sentía. —Tal vez deberías esperar. Brittany no sabemos nada aun.
Sus ojos azules no dejaron el teclado y sus labios temblaron. —Esto no está bien, nunca deberíamos haber estado allí.
—Esto fue un accidente, tú nunca hubieses podido saber que esto pasaría— dije tocando su mejilla.
Su rostro se comprimió, cerrando fuertemente los ojos, respiro profundamente y comenzó a marcar el número de su madre.
Los números en la pantalla fueron remplazados por un nombre cuando el teléfono empezó a sonar, y los ojos de Brittany se ampliaron cuando leyó la pantalla. Con un borroso movimiento, ella ya tenía el teléfono junto a su oreja. — ¿Charlotte? —Una risa de sorpresa se escapó de sus labios, y una sonrisa estalló en su rostro mientras me miraba—. ¡Es Charlotte! —Abrí la boca y apreté su brazo mientras hablaba—. ¿Dónde estás? ¿Qué quieres decir con que estás en lo de Morgan? Estaré allí en un segundo, ¡ni se te ocurra moverte!
Me lancé hacia adelante, mis pies luchando para mantenerse al paso de Brittany mientras corría a través del campus, arrastrándome detrás de ella. Cuando llegamos a lo de Morgan, mis pulmones gritaban por aire. Charlotte bajó corriendo las escaleras, chocando contra nosotras.
—¡Jesúcristo, hermana! ¡Pensé que estabas tostada! —dijo Charlotte, abrazándonos con tanta fuerza que no me dejaba respirar.
— ¡Idiota! —dijo Brittany empujando a su hermana.—¡Pensé que estabas... muerta! He estado esperando por los bomberos para llevar tu cuerpo carbonizado desde Keaton.
Brittany le frunció el ceño a Charlotte por un momento y luego la apretó en un abrazo. Su brazo salió disparado, buscando a tientas hasta que encontró mi camisa, y entonces me empujó en un abrazo también. Tras unos momentos, Brittany liberó a Charlotte, manteniéndome cerca, a su lado. Charlotte me miró con un gesto de disculpa.
—Lo siento, Santana. ¡Me entró el pánico!
Yo sacudí la cabeza. —Sólo estoy feliz de que estés bien.
— ¿Yo? Hubiera sido mejor estar muerta si Brittany me hubiera visto salir de ese edificio sin ti. Traté de encontrarte después de que saliste corriendo, pero luego me perdí y tuve que encontrar otra manera. Caminé alrededor del edificio para encontrar esa ventana, pero me encontré con unos policías y me obligaron a salir. ¡Me he estado volviendo loca por aquí! —dijo ella, pasándose una mano por el rubio cabello.
Brittany amplió mis mejillas con sus pulgares, y entonces levantó su camiseta, usándola para sacar el hollín de su rostro. —Salgamos de aquí. Los policías van a estar arrastrándose por aquí pronto.
Después de abrazar a su hermana una vez más, nos dirigimos al Honda de Rachel. Brittany miraba la hebilla del cinturón de seguridad y luego fruncía el ceño cuando tocía.
—Tal vez debería llevarte al hospital y conseguir que te chequeen.
—Estoy bien —dije, entrelazando mis dedos con los suyos. Miré hacia abajo, y vi un profundo corte a través de sus nudillos—. ¿Es eso de la pelea o de la ventana?
—La ventana —respondió, frunciendo a mis uñas ensangrentadas.
—Salvaste mi vida, sabes —Sus cejas se juntaron.
—No me hubiera ido sin ti.
—Sabía que vendrías. —Sonreí, apretando sus dedos entre los míos.
Nos sujetamos las manos hasta que llegamos el departamento. No podría haber dicho de quién era la sangre mientras lavaba el color carmesí y las cenizas de mi piel en la bañera. Cayendo en la cama de Brittany, pude aún oler el humo y la piel ardiente.
—Aquí –dijo ella, alcanzándome un pequeño vaso con un líquido ámbar—. Te ayudará a relajarte.
—No estoy cansada.
Mantuvo el vaso cerca para mí. Sus ojos azules lucían exhaustos, inyectados de sangre y pesados.
—Sólo trata de descansar un poco, Sanny.
—Estoy casi asustada de cerrar los ojos —dije, tomando el vaso y tragándome el líquido.
Tomó el vaso de mis manos y lo puso sobre la mesita de noche, sentándose a mi lado. Nos sentamos en silencio, dejando que las horas pasaran nadando. Cerré los ojos con fuerza cuando los recuerdos de los gritos aterrorizados de las personas atrapadas en el sótano, llenaron mi mente. No estaba segura de cuánto tiempo me tomaría para olvidar, o si lo haría alguna vez.
La mano cálida de Brittany sobre mi rodilla me sacó de mi sueño consciente. —Una gran cantidad de gente murió esta noche.
—Lo sé
—No sabremos hasta mañana cuántos fueron. Charlotte y yo pasamos a un grupo de chicas en el camino. Me pregunto si ellas ya saben. Parecían muy asustadas…
Sentí las lágrimas llenar mis ojos, pero antes de que tocaran mis mejillas. Los sólidos brazos de Brittany me rodearon. Inmediatamente me sentí protegida, cálida contra su piel. Sintiéndome tan como en casa en los brazos que una vez me aterrorizaron, pero sólo en ese momento. Estaba tan agradecida de poder sentirme tan segura después de experimentar algo tan horroroso. Sólo había una razón para que yo me pudiera sentir de tal forma con una persona.
Pertenecía a ella.
Fue ahí cuando lo supe. Sin ninguna duda en mi mente, sin preocupación de lo que otros podrían pensar, y no teniendo miedo de los errores o consecuencias, sonreí por las palabras que iba a decir.
— ¿Brittany? —dije contra su pecho.
— ¿Qué, amor? —susurró en mi cabello.
Nuestros teléfonos sonaron al unísono, alcancé el suyo para ella mientras contestaba el mío.
— ¿SANTANA? —chilló Rachel.
—Estoy bien, Berry. Estamos todos bien.
—Lo acabamos de escuchar. ¡Está todo en las noticias!
Pude escuchar a Brittany explicándole a Quinn junto a mí, y traté de hacer lo mejor para tranquilizar a Rachel. Contestando miles de sus preguntas, tratando de mantener mi voz tranquila mientras recordaba los momentos más horripilantes de mi vida, me relajé cuando Brittany cubrió mi mano con la suya.
Parecía como si estuviera contando la historia de alguien más, sentada en el cómodo departamento de Brittany, un millón de millas lejos de la pesadilla que pudo habernos matado. Rachel lloró cuando terminé, dándome cuenta de cuán cerca estuvimos de haber perdido nuestras vidas.
—Voy a empezar a empacar ahora. Estaremos en casa a primera hora de la mañana —susurró Rachel.
—Amiga, no te vayas tan pronto. Estamos bien.
—Tengo que verte. Tengo que abrazarte para saber que estás bien —lloró.
—Estamos bien, puedes abrazarme el viernes.
Ella sorbió por las narices otra vez. —Te amo.
—Yo también. Diviértanse.
Brittany me miró y apretó más el teléfono contra su oreja. —Mejor abraza a tu chica, Quinny. Suena enojada. Lo sé, prima… yo también te quiero. Te veo pronto.
Colgué segundos antes de que Brittany lo hiciera, y nos sentamos en silencio por un momento, todavía procesando lo que había ocurrido. Después de un tiempo, Brittany se inclinó sobre su almohada, y me puso contra su pecho. — ¿Rachel está bien? —preguntó, mirando el celular.
—Está molesta. Pero está bien.
—Estoy feliz de que ellas no estuvieran allí.
Choqué mis dientes. Ni siquiera había pensado sobre qué hubiera pasado si ellas no se estuvieran quedando con los padres de Quinn. Mi mente me dio una imagen fugaz de las asustadas expresiones de las chicas en el sótano, peleando para poder escapar. Los ojos asustados de Rachel reemplazaron los rostros sin nombre de las chicas en esa habitación. Sentí nauseas al pensar acerca su hermoso cabello castaño sucio y quemado junto con el resto de los órganos tendidos en el césped.
—Yo también —dije con un temblor.
—Lo siento. Has pasado por mucho esta noche. No debería agregar nada más a tu matrícula.
—Tú estabas allí también, Britt.
Estuvo callada por algunos minutos, y justo cuando abrí mi boca para hablar otra vez, ella tomó un profundo respiro. —No me asusto muy a menudo —dijo, finalmente—. Estaba asustada la primera mañana en que desperté y tú no estabas allí. Estaba asustada cuando me dejaste después de Las Vegas. Estaba asustada cuando pensé que iba a tener que decirle a mi mamá que Charlotte había muerto en esa construcción. Pero cuando te vi a través de las llamas en ese sótano… estaba aterrorizada. Llegué a la puerta, estaba a pocos metros de la salida, y no pude irme.
— ¿Qué quieres decir? ¿Estás loca? —dije, mi cabeza dando vueltas cuando miré sus ojos.
—Nunca había estado tan segura de nada en mi vida. Me di la vuelta, hice mi camino a ese cuarto donde estabas, y allí estabas. Nada más importaba. Ni siquiera sabía si lo lograríamos o no, sólo quería estar donde tú estuvieras, donde sea que eso signifique. De la única cosa de la que estoy asustada es de una vida sin ti, Santana.
Me levanté, besé sus labios tiernamente. —Entonces no tienes nada de qué estar asustada. Estaremos juntas para siempre.
Ella suspiró. —Lo haría todo otra vez, sabes. No cambiaría ni un segundo si eso significara que estaríamos aquí, en este momento.
Mis ojos se sintieron pesados, y tomé un respiro profundo. Mis pulmones protestaron, seguían quemando por el humo. Tosí un poco, y luego me relajé, sintiendo los cálidos labios de Brittany contra mi frente. Su mano se deslizó por mi cabello húmedo y pude escuchar el latido constante de su corazón contra su pecho.
—Esto es —dijo con un suspiro.
— ¿Qué?
—El momento. Cuando te veo dormir… ¿esa paz en tu rostro? Eso es. No la he tenido desde que mi padre murió, pero lo puedo sentir nuevamente. — Tomó otra profunda respiración y se acercó más—. Yo supe en el momento en que te conocí que había algo en ti que yo necesitaba. Resultó que no era algo de ti. Eras sólo tú.
La esquina de mi boca se levantó mientras enterraba mi rostro en su pecho. —Somos nosotras, Britt. Nada tiene sentido a menos que estemos juntas. ¿No has notado eso?
— ¿Notarlo? ¡Te he estado diciendo eso todo el año! —bromeó.
—Es oficial. Bimbo, peleas, rompimientos, Emily, Las Vegas… incluso incendios… nuestra relación puede soportar cualquier cosa.
Levanté mi cabeza una vez más, y noté la alegría en sus ojos azules mientras me miraba. Era similar a la paz que había visto en su rostro luego de haber perdido la apuesta sobre quedarme con ella en su departamento, después de que le dije que la amaba por primera vez, y de la mañana de baile de San Valentín. Era similar, pero diferente. Esta era absoluta y permanente. La cautelosa esperanza había desaparecido de sus ojos, la confianza incondicional tomaba su lugar.
La reconocí sólo porque sus ojos reflejaban lo que yo estaba sintiendo. — ¿Las Vegas?
Frunció el ceño al no saber dónde me dirigía. — ¿Sí?
— ¿Has pensado en volver?
Sus cejas se alzaron. —No creo que sea una buena idea para mí.
— ¿Y qué si fuéramos sólo por una noche?
Miró alrededor de la oscura habitación, confusa. — ¿Una noche?
—Cásate conmigo —dije sin vacilar. Me sorprendió la rapidez y la facilidad con que las palabras salieron.
Su boca se expandió en una gran sonrisa. — ¿Cuándo?.
Me encogí de hombros. —Podemos fijar un vuelo para mañana. Son las vacaciones de primavera. No tengo nada para mañana. ¿Y tú?
—Yo me encargaré de todo —dijo ella, alcanzando su teléfono—. American Airlines —dijo, observando mi reacción de cerca mientras estaba al teléfono—. Necesito dos boletos para Las Vegas, por favor. Mañana, humm. — Me miró, esperando a que cambiara de opinión—. Dos días, ida y vuelta. Lo que tenga.
Descansé mi mejilla contra su pecho, esperando a que terminara de reservar los boletos. Cuanto más tiempo le permití quedarse en el teléfono, más amplia se hacía su sonrisa.
—Sí, uh, espere un minuto —dijo, apuntando a su billetera—. Podrías alcanzar mi tarjeta, San? —Ella espero nuevamente por mi reacción.
Con mucho gusto me incliné, saqué su tarjeta de crédito de su billetera y se la entregué.
Brittany leyó los números para el agente, mirándome después de terminar cada serie. Cuando le dio la fecha de vencimiento, ella apretó los labios. —Sí señora. Los recogeremos en el mostrador. Gracias.
Me dio su celular y me senté en la mesa de noche, esperando a que hablara. — Me acabas de pedir que me case contigo —dijo, aun esperando que yo admitiera algún tipo de truco.
—Lo sé.
—Ese es un asunto real, sabes. Sólo pedí dos boletos para mañana temprano. Entonces eso significa que nos casaremos mañana en la noche.
—Gracias. —Sus ojos se achicaron.
—Vas a ser la Señora Pierce cuando empieces las clases el lunes.
—Oh —dije, mirando a todas partes.
Brittany levantó una ceja. — ¿Tienes dudas?
—Tendré que cambiar serios papeles la próxima semana.
Ella asintió con lentitud, con una esperanza cautelosa. — ¿Te vas a casar conmigo mañana?.
Sonreí. —Uh huh.
— ¿Hablas en serio?
—Sip.
— ¡Te amo! —Agarró cada lado de mi cara, cerrando sus labios con los míos—. Te amo demasiado, Santana —dijo, besándome una y otra vez.
—Sólo recuerda que en cincuenta años todavía estaré pateando tu trasero en el Póker —bromeé.
Ella sonrió triunfante. —Si significan sesenta o setenta años contigo, amor… tienes todo mi permiso para hacer lo que quieras.
Levanté una ceja. —Tú no quisiste decir eso.
— ¿Quieres apostar?
Apareció en mi rostro la sonrisa más perversa que pude hacer. — ¿Estás lo suficientemente confiada como para apostar la brillante moto que está afuera?
Sacudió su cabeza, una expresión seria reemplazando la sonrisa burlona que tenía unos segundos antes. —Pondría todo lo que tengo en tus manos. No me arrepiento de ningún segundo contigo, San, y nunca lo haré.
Le tendí la mano y ella la tomó sin vacilar, agitándola una vez y luego llevándola a su boca, y presionando sus labios tiernamente contra mis nudillos. La habitación estaba en silencio, sus labios dejando mi piel y el aire que escapa de sus pulmones era el único sonido.
—Santana Pierce Lopez—dijo, con una sonrisa radiante a la luz de la luna.
Apreté mi mejilla contra su pecho desnudo. —Brittany y Santana Pierce. Tendrá un bonito anillo para ella.
— ¿Anillo? —dijo, frunciendo el ceño.
—Nos preocuparemos de los anillos después, amor. En cierto modo te arrojé esto encima.
—Uh… —se interrumpió, observando a que reaccionara de la forma que ella esperaba.
— ¿Qué? —dije, sintiéndome tensa.
—No te enojes —dijo mientras se movía nerviosa. Su agarre apretado a mí alrededor—. Yo… como que ya me hice cargo de esa parte.
— ¿Qué parte? —dije, estirando mi cuello para mirarle la cara.
Se quedó mirando el techo y suspiró. —Vas a enloquecer.
—Brittany…
Fruncí el ceño mientras ella alejaba un brazo de mí, agarrando el cajón de la mesita de noche. Toqueteó adentro por un momento y yo soplé el flequillo húmedo fuera de mis ojos.
— ¿Qué buscas?
Ella rio una vez. —Espera. —Sus cejas se juntaron cuando hizo más esfuerzo para alcanzar algo en el cajón. Una vez que encontró lo que estaba buscando, su enfoque cambió y me miró mientras sacaba una pequeña cajita de su escondite secreto.
Miré hacia abajo mientras colocaba la pequeña cajita cuadrada de terciopelo sobre su pecho, y descansó su cabeza sobre su brazo. — ¿Qué es eso? —pregunté.
— ¿Qué es lo que parece?
—Está bien. Déjame volver a decir la pregunta… ¿Cuándo conseguiste eso?
Brittany inhaló, y mientras lo hacía, también la cajita rosa con su pecho, y sentí cuando espiró el aire de sus pulmones.
—Hace un tiempo.
—Britt…
—Sólo lo vi un día… y supe que sólo había un lugar al que podía pertenecer… en tu perfecto dedo meñique.
— ¿Un día, cuándo?
— ¿Importa? —rebatió. Se retorció un poco, y yo no podía dejar de reír.
— ¿Puedo verlo? —Sonreí, repentinamente sintiéndome un poco mareada.
Sonrió también, y miró la caja. —Ábrelo.
La toque con un dedo, sintiendo el exuberante terciopelo debajo de mi yema. Agarré el sello de oro con las dos manos, poco a poco fui tirando de la tapa para abrirla, hasta que un destello me llamó la atención. Y cerré la tapa.
— ¡Brittany! —me lamenté.
—Sabía que ibas a enloquecer —dijo, sentándose y poniendo sus manos sobre las mías.
Podía sentir la caja presionando contra las palmas de mis manos, sintiendo como si fuera una granada espinosa que podía detonar en cualquier momento. Cerré los ojos y sacudí la cabeza.
— ¿Es que estás loca?
—Lo sé, sé lo que estás pensando, pero tenía que hacerlo. Era único. ¡Y tenía razón! No he visto uno así que sea tan perfecto como este.
Mis ojos se abrieron y en lugar del ansioso par de ojos azules que me esperaba, ella estaba llena de orgullo. Gentilmente levantó la tapa de la caja con sus manos, y tiró el anillo de la pequeña ranura que lo mantenía en su lugar. El gran diamante redondo brillaba aún en la penumbra, captando la luz de la luna en todas sus facetas.
—Es… Dios mío, es increíble —le susurré mientras tomaba mi mano izquierda en la suya.
— ¿Puedo ponerlo en tu dedo? —preguntó, mirándome.
Cuando asentí, presionó sus labios, deslizando la banda de plata por mi dedo, sosteniéndolo en el lugar por un momento y luego soltándolo—Ahora es increíble.
Ambas observamos mi mano por un momento, igualmente sorprendidas por el contraste del gran diamante puesto en mi pequeño y delgado dedo. La banda se extendió por la parte inferior de mi dedo, partiéndose en dos en cada lado hasta que se juntaba y hacían una, diamantes más pequeños revestían cada franja de oro blanco.
—Tú pudiste haber pagado la cuota inicial de un auto con esto —dije en voz baja, incapaz de inculcar ninguna fuerza en mi tono de voz.
Mis ojos siguieron a mi mano mientras Brittany se la llevaba a los labios. —Me había imaginado cómo se vería en tu mano un millón de veces. Ahora que está ahí…
— ¿Qué? —sonreí, observando cómo miraba mi mano con una sonrisa emocionada.
Miró hacia mi rostro. —Pensé que iba a tener que sudar cinco años antes de sentirme de esta manera.
—Lo quería tanto como tú. He tenido un infierno con la cara de póquer. —Sonreí al presionar mis labios contra los suyos.
¡Dejen sus lindos comentarios ya que serán los penúltimos!
¡Besos y gracias por leer!
Estos serian los dos últimos capítulos de esta historia, ya solo quedaría el epilogo. Pero el final les aseguro que las dejara bastante contentas.
Capitulo 40
En las sombras de Keaton Hall, Brittany me sostuvo fuertemente a su lado, mi aliento se mezclaba con el de ella en el aire frio. Y podía escuchar las conversaciones esas filtrándose por la puerta que estaba a unos pocos metros, ignorantes a nuestra presencia.
Keaton era el edificio más viejo de Eastern y aunque aquí se ha celebrado antes El Circulo, yo estaba inquieta sobre el lugar. Mercedes esperaba una casa llena, y Keaton no era el sótano más amplio del campus, la vigas forman un red a lo largo de los ladrillos envejecidos, solo había una señal de remodelaciones en este lugar.
—Esta es una de las peores ideas que Mercedes ha tenido hasta ahora— Brittany murmuro.
—Es muy tarde para cambiarlo ahora— dije, mirando hacia las plataformas.
El teléfono de Brittany sonó y ella contesto. Su rostro se tiñe de azul contra la luz de la pantalla y finalmente podía ver las líneas de preocupación entre sus rubias cejas que ya sabía dónde estaban. Hizo clic en unos botones y luego cerro el celular, agarrándome más fuerte.
—Pareces nerviosa esta noche. —susurre
—Me sentiré mejor cuando Charlotte traiga su trasero aquí.
—Estoy aquí, niña quejumbrosa. —Charlotte dijo en voz baja. Apenas si podía ver su silueta en la oscuridad, pero su sonrisa brillaba con la luna llena.
— ¿Cómo has estado hermana?— dijo ella. Abrazándome con un brazo, y empujo juguetonamente a Brittany con él otro.
—Estoy bien Charlotte.
Brittany inmediatamente se relajo, y luego me llevo a la parte de atrás del edifico de la mano.
—Si los policías aparecen y nos separamos, veámonos en la residencia Morgan ¿de acuerdo?— Brittany le dijo a su hermana. Nos detuvimos en una ventana abierta al nivel del suelo, la señal de que Mercedes estaba adentro y esperando.
— ¿Estás jugando conmigo?— dijo Charlotte, mirando a la ventana —Santana apenas va acabar por allí.
—Pasará— Brittany le aseguro, gateando en la oscuridad hacia el interior.
Como muchas otras veces, me agache y me empuje hacia allí, sabiendo que Brittany me atraparía. Esperamos un momento, Charlotte se empujo de la cornisa y cayó al suelo, casi perdiendo el equilibrio mientras sus pies tocaban el concreto.
—Tienes suerte de que te ame Santana. Yo no haría esta mierda por nadie más— Charlotte se quejo sacudiéndose la blusa.
Brittany salto, cerrando la ventana en un rápido movimiento. —Por aquí —dijo ella guiándonos por la oscuridad.
Pasillo tras pasillo, tome la mano de Brittany sintiendo a Charlotte apretar la tela de mi camisa. Podía escuchar pequeños fragmentos de grava raspar el hormigón, y yo me arrastraba por el suelo. Abrí mucho mis ojos tratando de adaptarlos a la oscuridad del sótano, pero no había ninguna luz para ayudarlos.
Charlotte suspiro después de la tercera vuelta —Nunca encontraremos una forma de salir de aquí.
—Solo sígueme al salir, estarás bien— dijo Brittany irritada antes las quejas de su hermana, a medida de que el pasillo iba iluminándose yo sabía que estaba cerca cuando el rugido de la multitud llego con un tono febril de número y nombre, sabía que habíamos llegado.
El salón donde Brittany esperaba ser llamada, normalmente solo tenía una linterna y una silla, pero con las renovaciones, estaba lleno de sillas, escritorios y equipo al azar cubiertos con sabanas blancas.
Brittany y Charlotte discutieron estrategias para la pelea mientras yo me asome afuera. Era tan llena y caótica como en la última lucha, pero sin menos espacio. Muebles cubiertos con sabanas polvorientas alineadas al final de la pared, empujadas a un lado para hacer espacio a los espectadores.
La habitación estaba más oscura de lo normal, supuse que Mercedes no quería llamar la atención sobre nuestro paradero. Linternas colgadas del techo, creando un resplandor oscuro, mientras las apuestas en efectivo aun se celebraban.
— ¿Sanny, me escuchaste?— Brittany dijo, tocando mi brazo.
— ¿Qué?— dije parpadeando.
—Quiero que te pares cerca de esta puerta, ¿de acuerdo? Mantente agarrada del brazo de Charlotte todo el tiempo.
—No me moveré, lo prometo.
Brittany sonrió. —Ahora tú pareces nerviosa.
Di un vistazo de la puerta a ella —No tengo un buen presentimiento sobre esto, Britt. No sobre las peleas pero…algo. Este lugar me asusta.
—No estaremos mucho tiempo— Brittany me aseguro, la voz de Mercedes vino por un alta voz, y luego un par de manos cálidas y familiares a cada lado de mi rostro. —Te amo— dijo. Mientras me levantaba del suelo, apretándome hacia ella mientras me besaba.
Me bajo al suelo y engancho mi brazo alrededor de Charlotte —No quites tus ojos de ella. —le dijo a su hermana. —Incluso por un segundo, este lugar se vuelve loco una vez la pelea comienza.
—…así que démosle la bienvenida a la contrincante de hoy…FRANCOISE SAVAGE.
—La guardare con mi vida, hermanita. —dijo Charlotte tirando de mi brazo— Ahora patéale el trasero a esta tipa, y vámonos de aquí.
—BRITTANY PIERCE— Mercedes grito por el alta voz.
El volumen era ensordecedor mientras ella hacia su camino a través de la multitud. Mire a Charlotte quien tenía la más pequeña sonrisa en su rostro. Cualquier otra persona no lo hubiese notado, pero yo podía ver el orgullo en sus ojos.
Cuando Brittany llego al centro del Círculo, trague. Francoise no era mucho más grande, pero ella se veía más diferente que con cualquier otra había que luchado, incluyendo a la tipa con la que lucho en las vegas. Esta no estaba intentando intimidar con una mirada a Brittany como las demás: estaba estudiando, preparando la pelea en su mente. Tan analíticos como eran sus ojos, también estaban vacíos de razón, yo sabía que antes de que la pelea comenzara que Brittany tendría que tener mucho cuidado, ella estaba sentada frente a un demonio.
Brittany también parecía haberlo notado. Su habitual sonrisa había sido remplazada, por una mirada intensa, cuando el cuerno sonó, Francoise ataco.
—Jesús— dije tomando el brazo de Charlotte.
Charlotte se movió como Brittany lo hizo, como si fueran una. Me tense con cada movimiento que Francoise hacia, luchando con la urgencia de cerrar mis ojos. No había movimientos perdidos; Francoise era astuta y precisa. Todas las otras peleas de Brittany parecían descuidadas en comparación. La fuerza bruta detrás de los golpes era impresionante, como si toda la cosa fuera coreografiada y preparada a la perfección.
El aire en la habitación era pesado y estancado. El polvo en las sabanas había sido alborotado y atrapado en mi garganta cada vez que me quedaba sin aliento. Cuanto más larga era la pelea peor era esa sensación, no podía quitármelo y aun así me forcé a quedarme en el lugar para que Brittany pudiera concentrarse.
Por un momento estuve hipnotizada por el espectáculo en el centro del sótano, lo siguiente es que me empujan desde atrás. Mi cabeza se echo hacia atrás por el golpe, pero apreté mi agarre, negándome a retirarme de mi puesto prometido. Charlotte se dio vuelta y agarro la camiseta de las dos mujeres detrás de nosotras y las tiro al suelo como muñecas.
— ¡Aléjense o las matare!— gritó a las mujeres que nos miraban en el piso. Agarre su brazo con fuerza y le dio unas palmadas —Te tengo, Santana solo mira la pelea.
Brittany lo estaba haciendo bien, y suspire cuando lanzo el primer golpe. La multitud se hacía más ruidosa, pero la advertencia de Charlotte dejo a esas mujeres detrás nuestro a una distancia segura. Brittany lanzo un golpe seguro y luego me miro, rápidamente retomando su atención a Francoise. Sus movimientos eran agiles, casi calculadores. Parecía predecir los ataques de su contrincante antes de que ella los hiciera.
Notablemente impaciente, Francoise envolvió sus brazos alrededor de Brittany, jalándola al piso. Como unidas, la multitud que rodea el anillo improvisado se aprietan contra este, acercándose cuando la acción es en el suelo.
— ¡No puedo verla Charlotte!— grite mientras me paraba en las puntas de los pies.
Charlotte miro alrededor, encontrando la silla de madera de Mercedes, en un movimiento como de baile. Ella me paso de un brazo a otro, ayudándome a subir por encima de la multitud. — ¿Puedes verla?
—Si— dije sosteniéndome de los brazos de Charlotte para equilibrio —Ella está encima pero las piernas de Francoise están en su cuello.
Charlotte se acercó sobre los dedos de sus pies y puso su mano libre alrededor de su boca — ¡GOLPEA SU TRASERO BRITTANY!
Mire hacia abajo de Charlotte y se acercó para echarle una mejor mirada a la mujer en el suelo. De repente Brittany estaba en el suelo, Francoise sosteniéndose fuertemente del cuello de Brittany con sus piernas. Brittany cayó de rodillas golpeando la espalda y cabeza de Francoise contra el concreto en un devastador golpe. Las piernas de la peleadora quedaron inertes liberando el cuello de Brittany. Y Brittany llevo hacia atrás su codo. Golpeándola una y otra vez con su puño cerrado hasta que Mercedes la detuvo. Lanzando el cuadrado rojo al cuerpo flácido de Francoise.
La sala estallo, animando cuando Mercedes levanto la mano de Brittany al aire. Charlotte abrazo mis piernas. Gritando la victoria de su hermana. Brittany me miro con una sonrisa amplia y sangrienta.
A medida que el dinero pasaba por las manos de la gente, la multitud comenzaba a serpentear, preparada para irse. Mis ojos se dirigieron a una linterna que parpadeaba salvajemente balanceándose de un lado a otro detrás de Brittany. Liquido cayendo de la base, mojando la sabana de abajo, mi estomago se hundió.
— ¿Charlotte?
Atrayendo su atención, señale la esquina. En ese momento, la linterna se cayó de su puesto, cayendo en la sabana de abajo, inmediatamente estallando en llamas.
— ¡Santa mierda!— Charlotte dijo, agarrando mis piernas.
Unas cuantas mujeres al lado del fuego, saltaron. Viendo asombradas como el fuego saltaba a la otra sabana. Humo negro salía desde la esquina, y al tiempo cada persona en la sala entro en pánico, empujando su camino para encontrar la salida.
Mis ojos se encontraron con los de Brittany, y una mirada de terror distorsiono su rostro.
— ¡Santana!—Grito empujando el mar de gente entre nosotras.
— ¡Vamos!— Charlotte grito. Bajándome de la silla a su lado.
La habitación se oscureció, y un ruido fuerte sonó desde el otro lado de la habitación, las otras linternas hacían combustión y se agregaban al fuego en pequeñas explosiones. Charlotte tomo mi brazo, poniéndome tras de ella forzando su camino a través de la multitud.
— ¡No podemos ir por ahí! ¡Tenemos que devolvernos por el camino por el que llegamos!— grite, resistiéndome.
Charlotte miro alrededor formando un plan para escapar en medio de la confusión. Mire de nuevo a Brittany, mirándola como intentaba hacerse camino a través de la habitación, mientras la multitud aumentaba, Brittany fue alejada cada vez mas. Los emocionantes aplausos ahora eran gritos horrorizados de miedo y desesperación mientras todas luchaban por encontrar la salida. Charlotte me jalo a la salida.
— ¡Brittany!— Grite, intentando alcanzarla.
Ella estaba tosiendo, alejando el humo.
—Por este lado Britt. — Charlotte le grito.
—Solo sácala de aquí, saca a Santana— dijo tosiendo.
Charlotte me miro a mí. Podía ver el miedo en sus ojos —No se la forma de salir.
Mire a Brittany una vez más, su silueta parpadeaba por las llamas que se habían extendido entre nosotras. — ¡Brittany!
— ¡Solo vete!, ¡Las alcanzare más adelante!— Su voz era ahoga por el caos alrededor nuestro, y tome la manga de Charlotte.
—Por este camino.— dije, sintiendo las lágrimas y el humo quemando en mis ojos. Docenas de gente llena de pánico estaba entre Brittany y su única salida.
Tire de la mano de Charlotte, empujando a cualquiera de mi camino. Alcanzamos la entrada y mire de atrás hacia adelante. Dos pasillos oscuros, con poca luz por el fuego detrás de nosotras.
— ¡Por este camino!— dije, jalando su mano de nuevo.
— ¿Estás segura?— Charlotte pregunto, su voz gruesa con duda y miedo.
— ¡Vamos!— dije, jalándola de nuevo.
Cuanto más lejos nos encontrábamos más oscuras las habitaciones se volvían. Después de unos instantes, mis respiraciones eran más fáciles a medida de que dejábamos el humo atrás. Pero los gritos no disminuyeron, cada vez eran más fuertes y frenéticos que antes. Los horríficos sonidos de atrás alimentaron mi determinación, manteniendo mis pasos rápido y con propósito. Para la segunda vuelta, estábamos caminando a ciegas a través de la oscuridad.
Mantuve mi mano frente a mí, sintiendo la pared con mi mano libre y tomando la mano de Charlotte con la otra.
— ¿Crees que salió?— pregunto.
Su pregunta debilitaba mi concentración, y trate de empujar la respuesta de mi mente —Sigue moviéndote— dije ahogándome.
Charlotte se resistió por un momento, pero cuando la jale de nuevo una luz parpadeo. Ella sostuvo en alto un encendedor, dando un vistazo al pequeño espacio para salir. Seguí la luz mientras ella la movía alrededor de la habitación. Y quedo sin aliento cuando la puerta se hizo visible. Mientras nos apurábamos para la siguiente habitación, bastante gente se estrello conmigo, tirándome al suelo. Tres mujeres, todas con rostros sucios y ojos muy abiertos y asustadas me miraron.
Una de las chicas se agacho y me ayudo — ¡Hay una ventana aquí abajo por la cual podemos salir!— Dijo ella.
—Acabamos de llegar de ahí, no hay nada— dije, negando con la cabeza.
—Debes haberla perdido, ¡sé que esta por este camino! —Charlotte jalo mi mano —Vamos Santana, ellas conocen la salida.
Negué con la cabeza —Vinimos por este lado con Brittany, lo sé.
Ella apretó su agarre —Le dije a Brittany que no te perdería de mi vista, iremos con ellas.
—Charlotte hemos estado allí abajo…no había ventana.
— ¡Vamos Andy!— una chica grito
— ¡Nos vamos!— Andy dijo, mirando a Charlotte.
Esta jalo mi mano de nuevo y yo me aleje —Por favor es por este lado, lo prometo.
—Voy con ellas— dijo —por favor ven conmigo.
Negué con la cabeza, lagrimas cayendo por mis mejillas —He estado aquí antes, esa no es la salida.
— ¡Tu vienes conmigo!— ella grito. Jalando mí brazo.
— ¡Charlotte detente! ¡Vamos por el camino equivocado!— grite.
Mis pies se deslizaron por el hormigo mientras ella me jalaba, y cuando el humo aumento me aleje corriendo hacia la dirección opuesta.
— ¡SANTANA!— Charlotte grito.
Seguí corriendo, manteniendo las manos al frente anticipando una pared.
— ¡Vamos! ¡Ella va hacer que te mates!— una chica dijo.
Mi hombro golpeo contra una esquina, me dio la vuelta, cayendo. Me arrastre por el piso, sosteniendo mi temblorosa mano frente a mí. Cuando mis dedos tocaron roca, lo seguí parándome. La esquina de una puerta se materializo bajo mi mano y la seguí a la siguiente habitación.
La oscuridad era interminable, pero aleje el pánico, manteniendo cuidadosamente mis pasos, buscando la siguiente pared. Sentí el temor dentro de mí mientras los lamentos sonaban en mis oídos.
—Por favor. —Susurré en la oscuridad— Deja que esta sea la salida.
Sentí otra esquina de una puerta, y cuando la travesé un hilo de luz brillo ante mí. La luz de luna se filtraba a través del vidrio de la ventana y un sollozo formo su camino a través de mi garganta
— ¡Cha...Charlotte, está aquí! —Grite detrás de mí— ¡CHARLOTTE!
Entrecerré mis ojos, viendo un pequeño movimiento en la distancia — ¿Charlotte?— llame mi corazón latía violentamente en mi pecho.
Con el paso del tiempo las sombras parpadeaban en las paredes. Y mis ojos se abrieron con horror cuando me di cuenta que lo que pensaba que eran personas eran en realidad llamas.
—Oh dios mío— dije mirando a la ventana. Brittany la había cerrado después de entrar, y estaba muy alta para que yo la alcanzara.
Mire a mi alrededor buscando algo en que pararme, la habitación estaba llena de madera cubierta con sabanas. Las mismas sabanas que alimentarían el fuego hasta que toda la habitación se convirtiera en un infierno.
Agarre un pedazo de tela blanca, quitándola de un escritorio. El polvo se alboroto a mí alrededor, mientras tiraba la sabana al suelo y arrastraba la enorme madera hacia el espacio vacío bajo la ventana. La empuje contra la pared y la escale, tosiendo con el humo que se abría paso a la habitación. La ventana aun estaba a unos metros debajo de mí. Gruñí tratando de empujarla para abrirla, torpemente girando la cerradura de un lado a otro con cada empujada. No se movía.
— ¡Vamos, maldición!— grite.
Apoyándome en mis brazos, me eche hacia atrás, usando el peso de mi cuerpo con el ímpetu de que podría forzarla a abrirse. Cuando eso no funciono, deslice mis uñas debajo de esta, empujándola hasta que pensé que mis uñas se habían separado de mi piel. La luz brillo en la esquina de mi ojo. Y grite cuando vi como el fuego se acercaba por las sabanas blancas que cubrían el pasillo por el cual había pasado un momento antes.
Mire hacia la ventana, una vez más metiendo mis uñas por las esquinas. Sangre saliendo de mis dedos, el metal se enterró en mis dedos. El instinto se sobrepuso sobre las demás emociones y mis manos se volvieron puños, golpeando el vidrio. Una pequeña grieta astillo en vidrio junto con manchas y salpicaduras de mi sangre por cada golpe.
Golpee el vidrio una vez más con mi puño, y luego me saque un zapato. Las sirenas sonaban en la distancia y solloce, golpeando mis palmas contra el vidrio. El resto de mi vida solo estaba a unos centímetros, al otro lado del vidrio. Arañe los bordes una vez más, y luego comencé a golpear el vidrio con ambas palmas.
— ¡AYUDA!— Grite, viendo las llamas acercarse — ¡ALGUIEN AYÚDEME!
Una tos suave sonó tras de mí — ¿Santana?
Me volví ante la voz familiar. Brittany apareció en la puerta detrás de mí. Su rostro y ropa estaba cubierto en hollín.
— ¡Brittany!— grite, me baje del escritorio y corrí hacia donde ella estaba parada, cansada y sucia.
Me choque contra ella, y envolvió sus brazos alrededor mío. Tosiendo mientras jadeaba por aire. Sus manos tomaron mis mejillas. — ¿Dónde está Charlotte?— su voz áspera y débil.
—Ella las siguió— grite con lagrimas en mi rostro. — ¡Intente que viniese conmigo, pero ella no venia!— Brittany miro hacia el fuego que se aproximaba y sus cejas se juntaron.
Contuve el aliento, tosiendo cuando el humo lleno mis pulmones, me miro, sus ojos llenos de lagrimas. —Voy a sacarnos de aquí Santana— sus labios se presionaron con los míos en un firme y rápido movimiento. Y entonces ella subió encima de mi improvisada escalera.
Empujo la ventana, y luego la cerradura, sus músculos temblaban cuando usaba toda su fuerza contra el vidrio.
— ¡Aléjate San, Voy a romper el vidrio!
Con miedo de moverme solo logre alejarme un paso de nuestra única salida. El codo de Brittany se doblo mientras echaba su puño hacia atrás, gritando mientras golpeaba el vidrio. Me volví escudando mi rostro con mis sangrientas manos mientras el vidrio se destrozaba encima de mí.
— ¡Vamos!— Grito sosteniendo una mano para mí.
El calor del fuego tomo toda la habitación, me eleve en el aire mientras ella me levantaba del piso y me empujaba fuera. Espere sobre mis rodillas mientras Brittany escalaba, y luego la ayude a ponerse de pie. Las sirenas a todo volumen estaban al otro lado de la habitación, y luces rojas y azules de los bomberos y las patrullas de los policías bailaban por el ladrillo del edificio adyacente.
Corrimos a la multitud de gente parada frente al edificio, buscando en los rostros sucios a Charlotte. Brittany grito el nombre de su hermana, su voz se volvía mas desesperanzada con cada llamado. Saco su celular para ver alguna llamada perdida y luego lo cerró fuertemente. Cubriendo su mano con su mano negra.
— ¡CHARLOTTE!— Brittany grito, estirando su cuello mientras buscaba en la multitud.
Esas que habían escapado estaban abrazadas y lloriqueaban detrás de los vehículos de emergencia, observando el horror mientras el camión de bomberos disparaba a través de las ventanas y bomberos corrían hacia dentro, tirando mangueras detrás de ellos.
Brittany pasó una mano por su cabello, negando con la cabeza. —Ella no salió. —Susurro. —No salió, Santana.
Mi aliento se corto, cuando vi el hollín desliarse por sus mejillas por las lágrimas, cayo en sus rodillas y yo caí con ella.
—Charlotte es inteligente, Britt. ella salió, debió haber encontrado otra forma— dije, tratando también de convencerme a mí misma.
Brittany colapso en mis piernas, tomando mi camisa con ambos puños. La sostuve, no sabía que mas hacer.
Una hora paso, observamos con esperanza que disminuía mientras observábamos como sacaban a dos personas y luego continuaban saliendo con las manos vacías. A medida que los paramédicos atendían y la ambulancia arrancaba en la noche, con victimas de quemaduras, esperamos. Media hora después, los cuerpos que sacaban estaban más allá de la salvación, el suelo estaba lleno de bajas, mucho más numerosas de los que habían escapado. Los ojos de Brittany no dejaron la puerta, esperando que sacaran a su hermana de la salida.
— ¿Brittany?— Volteamos a la misma vez para ver a Mercedes parada al lado nuestro. Brittany se puso de pie, jalándome con ella. —Estoy feliz de que ustedes chicas lo lograran— Dijo Mercedes. Luciendo atónita y desconcertada. — ¿Dónde estabas?— Brittany no respondió.
Nuestros ojos volvieron a los restos carbonizados de los dormitorios Keaton. El humo negro y espeso salía de las ventanas. Enterré mi rostro en el pecho de Brittany, cerrando mis ojos, esperando que en cualquier momento despertara.
—Tengo que…tengo que llamar a mi mamá— Brittany dijo, sus cejas juntándose mientras abría su celular.
Respire profundamente, esperando que mi voz sonara más fuerte de lo que me sentía. —Tal vez deberías esperar. Brittany no sabemos nada aun.
Sus ojos azules no dejaron el teclado y sus labios temblaron. —Esto no está bien, nunca deberíamos haber estado allí.
—Esto fue un accidente, tú nunca hubieses podido saber que esto pasaría— dije tocando su mejilla.
Su rostro se comprimió, cerrando fuertemente los ojos, respiro profundamente y comenzó a marcar el número de su madre.
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Capitulo 41
Los números en la pantalla fueron remplazados por un nombre cuando el teléfono empezó a sonar, y los ojos de Brittany se ampliaron cuando leyó la pantalla. Con un borroso movimiento, ella ya tenía el teléfono junto a su oreja. — ¿Charlotte? —Una risa de sorpresa se escapó de sus labios, y una sonrisa estalló en su rostro mientras me miraba—. ¡Es Charlotte! —Abrí la boca y apreté su brazo mientras hablaba—. ¿Dónde estás? ¿Qué quieres decir con que estás en lo de Morgan? Estaré allí en un segundo, ¡ni se te ocurra moverte!
Me lancé hacia adelante, mis pies luchando para mantenerse al paso de Brittany mientras corría a través del campus, arrastrándome detrás de ella. Cuando llegamos a lo de Morgan, mis pulmones gritaban por aire. Charlotte bajó corriendo las escaleras, chocando contra nosotras.
—¡Jesúcristo, hermana! ¡Pensé que estabas tostada! —dijo Charlotte, abrazándonos con tanta fuerza que no me dejaba respirar.
— ¡Idiota! —dijo Brittany empujando a su hermana.—¡Pensé que estabas... muerta! He estado esperando por los bomberos para llevar tu cuerpo carbonizado desde Keaton.
Brittany le frunció el ceño a Charlotte por un momento y luego la apretó en un abrazo. Su brazo salió disparado, buscando a tientas hasta que encontró mi camisa, y entonces me empujó en un abrazo también. Tras unos momentos, Brittany liberó a Charlotte, manteniéndome cerca, a su lado. Charlotte me miró con un gesto de disculpa.
—Lo siento, Santana. ¡Me entró el pánico!
Yo sacudí la cabeza. —Sólo estoy feliz de que estés bien.
— ¿Yo? Hubiera sido mejor estar muerta si Brittany me hubiera visto salir de ese edificio sin ti. Traté de encontrarte después de que saliste corriendo, pero luego me perdí y tuve que encontrar otra manera. Caminé alrededor del edificio para encontrar esa ventana, pero me encontré con unos policías y me obligaron a salir. ¡Me he estado volviendo loca por aquí! —dijo ella, pasándose una mano por el rubio cabello.
Brittany amplió mis mejillas con sus pulgares, y entonces levantó su camiseta, usándola para sacar el hollín de su rostro. —Salgamos de aquí. Los policías van a estar arrastrándose por aquí pronto.
Después de abrazar a su hermana una vez más, nos dirigimos al Honda de Rachel. Brittany miraba la hebilla del cinturón de seguridad y luego fruncía el ceño cuando tocía.
—Tal vez debería llevarte al hospital y conseguir que te chequeen.
—Estoy bien —dije, entrelazando mis dedos con los suyos. Miré hacia abajo, y vi un profundo corte a través de sus nudillos—. ¿Es eso de la pelea o de la ventana?
—La ventana —respondió, frunciendo a mis uñas ensangrentadas.
—Salvaste mi vida, sabes —Sus cejas se juntaron.
—No me hubiera ido sin ti.
—Sabía que vendrías. —Sonreí, apretando sus dedos entre los míos.
Nos sujetamos las manos hasta que llegamos el departamento. No podría haber dicho de quién era la sangre mientras lavaba el color carmesí y las cenizas de mi piel en la bañera. Cayendo en la cama de Brittany, pude aún oler el humo y la piel ardiente.
—Aquí –dijo ella, alcanzándome un pequeño vaso con un líquido ámbar—. Te ayudará a relajarte.
—No estoy cansada.
Mantuvo el vaso cerca para mí. Sus ojos azules lucían exhaustos, inyectados de sangre y pesados.
—Sólo trata de descansar un poco, Sanny.
—Estoy casi asustada de cerrar los ojos —dije, tomando el vaso y tragándome el líquido.
Tomó el vaso de mis manos y lo puso sobre la mesita de noche, sentándose a mi lado. Nos sentamos en silencio, dejando que las horas pasaran nadando. Cerré los ojos con fuerza cuando los recuerdos de los gritos aterrorizados de las personas atrapadas en el sótano, llenaron mi mente. No estaba segura de cuánto tiempo me tomaría para olvidar, o si lo haría alguna vez.
La mano cálida de Brittany sobre mi rodilla me sacó de mi sueño consciente. —Una gran cantidad de gente murió esta noche.
—Lo sé
—No sabremos hasta mañana cuántos fueron. Charlotte y yo pasamos a un grupo de chicas en el camino. Me pregunto si ellas ya saben. Parecían muy asustadas…
Sentí las lágrimas llenar mis ojos, pero antes de que tocaran mis mejillas. Los sólidos brazos de Brittany me rodearon. Inmediatamente me sentí protegida, cálida contra su piel. Sintiéndome tan como en casa en los brazos que una vez me aterrorizaron, pero sólo en ese momento. Estaba tan agradecida de poder sentirme tan segura después de experimentar algo tan horroroso. Sólo había una razón para que yo me pudiera sentir de tal forma con una persona.
Pertenecía a ella.
Fue ahí cuando lo supe. Sin ninguna duda en mi mente, sin preocupación de lo que otros podrían pensar, y no teniendo miedo de los errores o consecuencias, sonreí por las palabras que iba a decir.
— ¿Brittany? —dije contra su pecho.
— ¿Qué, amor? —susurró en mi cabello.
Nuestros teléfonos sonaron al unísono, alcancé el suyo para ella mientras contestaba el mío.
— ¿SANTANA? —chilló Rachel.
—Estoy bien, Berry. Estamos todos bien.
—Lo acabamos de escuchar. ¡Está todo en las noticias!
Pude escuchar a Brittany explicándole a Quinn junto a mí, y traté de hacer lo mejor para tranquilizar a Rachel. Contestando miles de sus preguntas, tratando de mantener mi voz tranquila mientras recordaba los momentos más horripilantes de mi vida, me relajé cuando Brittany cubrió mi mano con la suya.
Parecía como si estuviera contando la historia de alguien más, sentada en el cómodo departamento de Brittany, un millón de millas lejos de la pesadilla que pudo habernos matado. Rachel lloró cuando terminé, dándome cuenta de cuán cerca estuvimos de haber perdido nuestras vidas.
—Voy a empezar a empacar ahora. Estaremos en casa a primera hora de la mañana —susurró Rachel.
—Amiga, no te vayas tan pronto. Estamos bien.
—Tengo que verte. Tengo que abrazarte para saber que estás bien —lloró.
—Estamos bien, puedes abrazarme el viernes.
Ella sorbió por las narices otra vez. —Te amo.
—Yo también. Diviértanse.
Brittany me miró y apretó más el teléfono contra su oreja. —Mejor abraza a tu chica, Quinny. Suena enojada. Lo sé, prima… yo también te quiero. Te veo pronto.
Colgué segundos antes de que Brittany lo hiciera, y nos sentamos en silencio por un momento, todavía procesando lo que había ocurrido. Después de un tiempo, Brittany se inclinó sobre su almohada, y me puso contra su pecho. — ¿Rachel está bien? —preguntó, mirando el celular.
—Está molesta. Pero está bien.
—Estoy feliz de que ellas no estuvieran allí.
Choqué mis dientes. Ni siquiera había pensado sobre qué hubiera pasado si ellas no se estuvieran quedando con los padres de Quinn. Mi mente me dio una imagen fugaz de las asustadas expresiones de las chicas en el sótano, peleando para poder escapar. Los ojos asustados de Rachel reemplazaron los rostros sin nombre de las chicas en esa habitación. Sentí nauseas al pensar acerca su hermoso cabello castaño sucio y quemado junto con el resto de los órganos tendidos en el césped.
—Yo también —dije con un temblor.
—Lo siento. Has pasado por mucho esta noche. No debería agregar nada más a tu matrícula.
—Tú estabas allí también, Britt.
Estuvo callada por algunos minutos, y justo cuando abrí mi boca para hablar otra vez, ella tomó un profundo respiro. —No me asusto muy a menudo —dijo, finalmente—. Estaba asustada la primera mañana en que desperté y tú no estabas allí. Estaba asustada cuando me dejaste después de Las Vegas. Estaba asustada cuando pensé que iba a tener que decirle a mi mamá que Charlotte había muerto en esa construcción. Pero cuando te vi a través de las llamas en ese sótano… estaba aterrorizada. Llegué a la puerta, estaba a pocos metros de la salida, y no pude irme.
— ¿Qué quieres decir? ¿Estás loca? —dije, mi cabeza dando vueltas cuando miré sus ojos.
—Nunca había estado tan segura de nada en mi vida. Me di la vuelta, hice mi camino a ese cuarto donde estabas, y allí estabas. Nada más importaba. Ni siquiera sabía si lo lograríamos o no, sólo quería estar donde tú estuvieras, donde sea que eso signifique. De la única cosa de la que estoy asustada es de una vida sin ti, Santana.
Me levanté, besé sus labios tiernamente. —Entonces no tienes nada de qué estar asustada. Estaremos juntas para siempre.
Ella suspiró. —Lo haría todo otra vez, sabes. No cambiaría ni un segundo si eso significara que estaríamos aquí, en este momento.
Mis ojos se sintieron pesados, y tomé un respiro profundo. Mis pulmones protestaron, seguían quemando por el humo. Tosí un poco, y luego me relajé, sintiendo los cálidos labios de Brittany contra mi frente. Su mano se deslizó por mi cabello húmedo y pude escuchar el latido constante de su corazón contra su pecho.
—Esto es —dijo con un suspiro.
— ¿Qué?
—El momento. Cuando te veo dormir… ¿esa paz en tu rostro? Eso es. No la he tenido desde que mi padre murió, pero lo puedo sentir nuevamente. — Tomó otra profunda respiración y se acercó más—. Yo supe en el momento en que te conocí que había algo en ti que yo necesitaba. Resultó que no era algo de ti. Eras sólo tú.
La esquina de mi boca se levantó mientras enterraba mi rostro en su pecho. —Somos nosotras, Britt. Nada tiene sentido a menos que estemos juntas. ¿No has notado eso?
— ¿Notarlo? ¡Te he estado diciendo eso todo el año! —bromeó.
—Es oficial. Bimbo, peleas, rompimientos, Emily, Las Vegas… incluso incendios… nuestra relación puede soportar cualquier cosa.
Levanté mi cabeza una vez más, y noté la alegría en sus ojos azules mientras me miraba. Era similar a la paz que había visto en su rostro luego de haber perdido la apuesta sobre quedarme con ella en su departamento, después de que le dije que la amaba por primera vez, y de la mañana de baile de San Valentín. Era similar, pero diferente. Esta era absoluta y permanente. La cautelosa esperanza había desaparecido de sus ojos, la confianza incondicional tomaba su lugar.
La reconocí sólo porque sus ojos reflejaban lo que yo estaba sintiendo. — ¿Las Vegas?
Frunció el ceño al no saber dónde me dirigía. — ¿Sí?
— ¿Has pensado en volver?
Sus cejas se alzaron. —No creo que sea una buena idea para mí.
— ¿Y qué si fuéramos sólo por una noche?
Miró alrededor de la oscura habitación, confusa. — ¿Una noche?
—Cásate conmigo —dije sin vacilar. Me sorprendió la rapidez y la facilidad con que las palabras salieron.
Su boca se expandió en una gran sonrisa. — ¿Cuándo?.
Me encogí de hombros. —Podemos fijar un vuelo para mañana. Son las vacaciones de primavera. No tengo nada para mañana. ¿Y tú?
—Yo me encargaré de todo —dijo ella, alcanzando su teléfono—. American Airlines —dijo, observando mi reacción de cerca mientras estaba al teléfono—. Necesito dos boletos para Las Vegas, por favor. Mañana, humm. — Me miró, esperando a que cambiara de opinión—. Dos días, ida y vuelta. Lo que tenga.
Descansé mi mejilla contra su pecho, esperando a que terminara de reservar los boletos. Cuanto más tiempo le permití quedarse en el teléfono, más amplia se hacía su sonrisa.
—Sí, uh, espere un minuto —dijo, apuntando a su billetera—. Podrías alcanzar mi tarjeta, San? —Ella espero nuevamente por mi reacción.
Con mucho gusto me incliné, saqué su tarjeta de crédito de su billetera y se la entregué.
Brittany leyó los números para el agente, mirándome después de terminar cada serie. Cuando le dio la fecha de vencimiento, ella apretó los labios. —Sí señora. Los recogeremos en el mostrador. Gracias.
Me dio su celular y me senté en la mesa de noche, esperando a que hablara. — Me acabas de pedir que me case contigo —dijo, aun esperando que yo admitiera algún tipo de truco.
—Lo sé.
—Ese es un asunto real, sabes. Sólo pedí dos boletos para mañana temprano. Entonces eso significa que nos casaremos mañana en la noche.
—Gracias. —Sus ojos se achicaron.
—Vas a ser la Señora Pierce cuando empieces las clases el lunes.
—Oh —dije, mirando a todas partes.
Brittany levantó una ceja. — ¿Tienes dudas?
—Tendré que cambiar serios papeles la próxima semana.
Ella asintió con lentitud, con una esperanza cautelosa. — ¿Te vas a casar conmigo mañana?.
Sonreí. —Uh huh.
— ¿Hablas en serio?
—Sip.
— ¡Te amo! —Agarró cada lado de mi cara, cerrando sus labios con los míos—. Te amo demasiado, Santana —dijo, besándome una y otra vez.
—Sólo recuerda que en cincuenta años todavía estaré pateando tu trasero en el Póker —bromeé.
Ella sonrió triunfante. —Si significan sesenta o setenta años contigo, amor… tienes todo mi permiso para hacer lo que quieras.
Levanté una ceja. —Tú no quisiste decir eso.
— ¿Quieres apostar?
Apareció en mi rostro la sonrisa más perversa que pude hacer. — ¿Estás lo suficientemente confiada como para apostar la brillante moto que está afuera?
Sacudió su cabeza, una expresión seria reemplazando la sonrisa burlona que tenía unos segundos antes. —Pondría todo lo que tengo en tus manos. No me arrepiento de ningún segundo contigo, San, y nunca lo haré.
Le tendí la mano y ella la tomó sin vacilar, agitándola una vez y luego llevándola a su boca, y presionando sus labios tiernamente contra mis nudillos. La habitación estaba en silencio, sus labios dejando mi piel y el aire que escapa de sus pulmones era el único sonido.
—Santana Pierce Lopez—dijo, con una sonrisa radiante a la luz de la luna.
Apreté mi mejilla contra su pecho desnudo. —Brittany y Santana Pierce. Tendrá un bonito anillo para ella.
— ¿Anillo? —dijo, frunciendo el ceño.
—Nos preocuparemos de los anillos después, amor. En cierto modo te arrojé esto encima.
—Uh… —se interrumpió, observando a que reaccionara de la forma que ella esperaba.
— ¿Qué? —dije, sintiéndome tensa.
—No te enojes —dijo mientras se movía nerviosa. Su agarre apretado a mí alrededor—. Yo… como que ya me hice cargo de esa parte.
— ¿Qué parte? —dije, estirando mi cuello para mirarle la cara.
Se quedó mirando el techo y suspiró. —Vas a enloquecer.
—Brittany…
Fruncí el ceño mientras ella alejaba un brazo de mí, agarrando el cajón de la mesita de noche. Toqueteó adentro por un momento y yo soplé el flequillo húmedo fuera de mis ojos.
— ¿Qué buscas?
Ella rio una vez. —Espera. —Sus cejas se juntaron cuando hizo más esfuerzo para alcanzar algo en el cajón. Una vez que encontró lo que estaba buscando, su enfoque cambió y me miró mientras sacaba una pequeña cajita de su escondite secreto.
Miré hacia abajo mientras colocaba la pequeña cajita cuadrada de terciopelo sobre su pecho, y descansó su cabeza sobre su brazo. — ¿Qué es eso? —pregunté.
— ¿Qué es lo que parece?
—Está bien. Déjame volver a decir la pregunta… ¿Cuándo conseguiste eso?
Brittany inhaló, y mientras lo hacía, también la cajita rosa con su pecho, y sentí cuando espiró el aire de sus pulmones.
—Hace un tiempo.
—Britt…
—Sólo lo vi un día… y supe que sólo había un lugar al que podía pertenecer… en tu perfecto dedo meñique.
— ¿Un día, cuándo?
— ¿Importa? —rebatió. Se retorció un poco, y yo no podía dejar de reír.
— ¿Puedo verlo? —Sonreí, repentinamente sintiéndome un poco mareada.
Sonrió también, y miró la caja. —Ábrelo.
La toque con un dedo, sintiendo el exuberante terciopelo debajo de mi yema. Agarré el sello de oro con las dos manos, poco a poco fui tirando de la tapa para abrirla, hasta que un destello me llamó la atención. Y cerré la tapa.
— ¡Brittany! —me lamenté.
—Sabía que ibas a enloquecer —dijo, sentándose y poniendo sus manos sobre las mías.
Podía sentir la caja presionando contra las palmas de mis manos, sintiendo como si fuera una granada espinosa que podía detonar en cualquier momento. Cerré los ojos y sacudí la cabeza.
— ¿Es que estás loca?
—Lo sé, sé lo que estás pensando, pero tenía que hacerlo. Era único. ¡Y tenía razón! No he visto uno así que sea tan perfecto como este.
Mis ojos se abrieron y en lugar del ansioso par de ojos azules que me esperaba, ella estaba llena de orgullo. Gentilmente levantó la tapa de la caja con sus manos, y tiró el anillo de la pequeña ranura que lo mantenía en su lugar. El gran diamante redondo brillaba aún en la penumbra, captando la luz de la luna en todas sus facetas.
—Es… Dios mío, es increíble —le susurré mientras tomaba mi mano izquierda en la suya.
— ¿Puedo ponerlo en tu dedo? —preguntó, mirándome.
Cuando asentí, presionó sus labios, deslizando la banda de plata por mi dedo, sosteniéndolo en el lugar por un momento y luego soltándolo—Ahora es increíble.
Ambas observamos mi mano por un momento, igualmente sorprendidas por el contraste del gran diamante puesto en mi pequeño y delgado dedo. La banda se extendió por la parte inferior de mi dedo, partiéndose en dos en cada lado hasta que se juntaba y hacían una, diamantes más pequeños revestían cada franja de oro blanco.
—Tú pudiste haber pagado la cuota inicial de un auto con esto —dije en voz baja, incapaz de inculcar ninguna fuerza en mi tono de voz.
Mis ojos siguieron a mi mano mientras Brittany se la llevaba a los labios. —Me había imaginado cómo se vería en tu mano un millón de veces. Ahora que está ahí…
— ¿Qué? —sonreí, observando cómo miraba mi mano con una sonrisa emocionada.
Miró hacia mi rostro. —Pensé que iba a tener que sudar cinco años antes de sentirme de esta manera.
—Lo quería tanto como tú. He tenido un infierno con la cara de póquer. —Sonreí al presionar mis labios contra los suyos.
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¡Dejen sus lindos comentarios ya que serán los penúltimos!
¡Besos y gracias por leer!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Ohhh me e desesperado con lo de la hermana de britt!
Despues santana le pidio que se case con ella!
El anillo!
Ya quiero el epilogio!
A y que bueno de que ya hay quien adapte la segunda parte!
Saludos y hasta la proxima
Despues santana le pidio que se case con ella!
El anillo!
Ya quiero el epilogio!
A y que bueno de que ya hay quien adapte la segunda parte!
Saludos y hasta la proxima
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
espectacular, increible, unico, lo maximo, de lo mejor, no creo que en mucho tiempo alguien lo supere, agradecida hasta las lagrimas, finalmente, me quedo corta y GRACIAS!!!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hola!!
Gracias por los caps!! Estuvieron increibles como siempre!!!
Estoy leyendo la segunda parte y la verdad que tendré mucho trabajo por hacer!!! Pero me gustan los desafíos!!!!!
Eso sí no puedo pasarlo a Word :(, me encantaría que me ayudarás con eso!!!! :)
Bueno dejando eso de lado, espero la actu!!!
Saludos!! NaT!
Gracias por los caps!! Estuvieron increibles como siempre!!!
Estoy leyendo la segunda parte y la verdad que tendré mucho trabajo por hacer!!! Pero me gustan los desafíos!!!!!
Eso sí no puedo pasarlo a Word :(, me encantaría que me ayudarás con eso!!!! :)
Bueno dejando eso de lado, espero la actu!!!
Saludos!! NaT!
naty_LOVE_GLEE- ---
- Mensajes : 594
Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hola!!! Me preocupo lo del incendio creí que alguna de las chicas no saldría!! Britt regreso por San awww!!!! enserio me preocupo lo de la hermana por que desaparece así..
Se van a casar oh que felicidad espero y las faberry vallan con ellas a las Vegas aunque creo que no podrán acompañarlas.
Espero el epílogo!!!
Xoxo
Se van a casar oh que felicidad espero y las faberry vallan con ellas a las Vegas aunque creo que no podrán acompañarlas.
Espero el epílogo!!!
Xoxo
adi-santybritt- ---
- Mensajes : 553
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 30
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
holap,... ammm me encanto tu fic,... lo leía cunado me daban los tiempos (trabajo, estudio y torneos no me dejan mucho tiempo) tampoco no comente antes,... pero mejor que tarde que nunca!!!!!
NO ME CANSO DE DECIRTE QUE ME ENCANTA,..... CASI ME DA ALGO CON LO DEL INCENDIO, SIGO VIVA
YA QUIERO EL EPILOGO,....
NO ME CANSO DE DECIRTE QUE ME ENCANTA,..... CASI ME DA ALGO CON LO DEL INCENDIO, SIGO VIVA
YA QUIERO EL EPILOGO,....
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Epilogo!
Bien amigas, acá traigo el final de esta historia!
Gracias a cada persona que comento y también a cada persona que leyó. Fue mi primera adaptación y me siento feliz de que haya tenido una buena acogida.
Recuerden que sigue la segunda parte y confió en que Natty lo hará super bien.
Muchos besos y abrazos a cada una!
Brittany me apretó la mano cuando contuve la respiración. Traté de mantener mi cara tranquila, pero cuando me encogí, su dominio se hizo más fuerte. El techo blanco estaba empañado en algunos lugares por manchas de filtración. Aparte de eso, la habitación estaba impecable. Ningún desorden, no había utensilios esparcidos. Todo estaba su lugar, lo que me hizo sentir medianamente a gusto con la situación. Había tomado la decisión. La llevaría a cabo.
—Amor… —dijo Brittany, frunciendo el ceño.
—Puedo hacer esto —le dije, mirando a las manchas en el techo. Salté cuando dedos tocaron mi piel, pero traté de no tensarme. Podía ver la preocupación en los ojos de Brittany cuando comenzó el zumbido.
—Santana—comenzó Brittany de nuevo, pero negué con la cabeza con desdén.
—Está bien. Estoy lista. —Sostuve el teléfono lejos de mi oído, haciendo una mueca tanto por el dolor como por la conferencia inevitable.
—¡Te voy a matar, Santana Lopez! —Exclamó Rachel—. ¡Matar!
—Técnicamente, es Santana Pierce Lopez, ahora —dije, sonriéndole a mi esposa.
— ¡No es justo! —Se quejó ella, la ira hundiéndose en su tono—. ¡Se suponía que debía ser tu dama de honor! ¡Se suponía que debía ir de compras por el vestido contigo, lanzar una fiesta de despedida de soltera y sostener tu ramo!
—Lo sé —dije, viendo desvanecerse la sonrisa de Brittany cuando hice una mueca de dolor otra vez.
—No tienes que hacer esto, lo sabes —dijo Brittany, sus cejas se unieron entre sí.
Apreté sus dedos con mi mano libre. —Lo sé.
— ¡Eso ya lo dijiste! —Gritó Rachel.
—No estaba hablando contigo Berry.
—Oh, estás hablando conmigo —se quejó ella—. Por supueeesto que estás hablando conmigo. Nunca vas a oír el final de esto, ¿me oyes? ¡Nunca, jamás te perdonaré!
—Sí lo harás.
— ¡Tú! ¡Eres una...! ¡Eres simplemente egoísta, Santana! ¡Eres una terrible mejor amiga!
Me eché a reír, haciendo que la mujer sentada a mi lado se sacudiera.
—No se mueva, Sra. Pierce.
—Lo siento —dije.
— ¿Quién fue esea? —Gruñó Rachel.
—Esa fue Andy.
— ¿Quién diablos es Andy? Déjame adivinar, ¿invitaste a una desconocida a tu boda y no a tu mejor amiga? —Su voz se hacía más aguda con cada pregunta.
—No. Ella no fue a la boda —dije, aspirando una bocanada de aire.
Brittany suspiró y se movió nerviosa en su silla, apretando mi mano.
—Se supone que debo hacer esto, ¿recuerdas? —le dije, sonriéndole a través del dolor.
—Lo siento. No creo que pueda soportar esto —dijo, con voz llena de angustia. Relajó su mano, mirando a Andy—. Date prisa, ¿quieres? Andy negó con la cabeza.
—Tu me comentaste que también tienes dos y no puedes soportar que su novia consiga una
simple inscripción. Terminaré en un minuto, camarada.
El ceño fruncido de Brittany se profundizó. —Esposa. Ella es mi esposa.
Rachel jadeó una vez procesada la conversación en su mente. — ¿Te estás haciendo un tatuaje? ¿Qué está pasando contigo, San? ¿Respiraste humos tóxicos en el incendio?
Miré hacia abajo a mi estómago, a la confusa mancha negra justo en el interior de mi hueso de la cadera y sonreí.
—Britt tiene mi nombre en su muñeca —aspiré otra bocanada de aire cuando el zumbido continuó.
Andy secó la tinta de mi piel y empezó de nuevo.
Hablé a través de mis dientes—Estamos casadas. Quería algo, también.
Brittany sacudió la cabeza. —No tenías que hacerlo.
Entrecerré los ojos. —No empieces conmigo. Hemos hablado de esto.
Rachel se echó a reír una vez. —Te has vuelto loca. Te voy admitir en el asilo al llegar a casa. —Su voz era aún perforante y exasperada.
—No es tan loco. Nos amamos la una a la otra. Hemos estado viviendo prácticamente juntas dentro y fuera de todo el año. ¿Por qué no?
— ¡Porque tienes diecinueve, idiota! ¡Porque te fuiste y no le dijiste a nadie, y porque no estoy allí! —Exclamó.
—Lo siento, Berry, me tengo que ir. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo?
— ¡No sé si quiero verte mañana! ¡No creo que quiera ver a Brittany nunca más! —Se burló.
—Te veré mañana, Rachel. Sabes que quieres ver mi anillo.
—Y tu tatuaje —dijo, con una sonrisa en su voz.
Colgué y cerré el teléfono, entregándoselo a Brittany. El zumbido se reanudó de nuevo, y mi atención se centró en la sensación de ardor seguido por el segundo dulce de alivio cuando limpiaba el exceso de tinta. Brittany empujó mi teléfono en su bolsillo, agarrando mi mano entre las suyas, inclinándose hasta tocar su frente con la mía.
— ¿Te asustaste así de mucho cuando te hiciste tus tatuajes? —Le pregunté, sonriendo a la expresión de aprehensión en su rostro.
Se movió, parecía sentir mi dolor mil veces más que yo. —Uh... no. Esto es diferente. Esto es mucho, muchísimo peor.
— ¡Listo! —Dijo Andy con un gran alivio en su voz como el reflejado en el rostro de Brittany.
Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás en la silla. — ¡Gracias a Dios!
— ¡Gracias a Dios! —suspiró Brittany, acariciando mi mano.
Miré hacia abajo a las hermosas líneas negras en mi piel enrojecida e inflamada:
Sra. Pierce
—Vaya —dije, levantándome sobre los codos para tener una mejor visión.
El ceño fruncido de Brittany al instante se convirtió en una sonrisa triunfal —Es hermoso. ¿Cuanto te debo? —murmuró Brittany.
—Voy a dejar su factura en el mostrador —dijo Andy.
Miré alrededor de la habitación al cromo brillante y los carteles de las muestras de tatuajes en la pared, y luego de vuelta a mi estómago. Mi apellido nuevo relucía en gruesas letras negras elegantes.
Brittany me miraba con orgullo, y luego miró hacia abajo a su anillo de boda de plata. —Lo hicimos, amor —dijo en voz baja—. Todavía no puedo creer que seas mi esposa.
—Créelo —dije, sonriendo.
Me ayudó a levantarme de la silla y favorecí mi lado derecho, consciente de que cada movimiento que hacía causaba que mi jeans rozara mi piel en carne viva. Brittany sacó su cartera, firmó el recibo con rapidez antes de que me llevara de la mano al taxi que esperaba fuera. Mi celular volvió a sonar, y cuando vi que se trataba de Rachel, lo dejé sonar.
—Nos va a hacer sentir miserables por un largo tiempo, ¿cierto? —dijo Brittany con el ceño fruncido.
—Hará puchero por veinticuatro horas, después de que vea las fotos, lo superará.
Brittany me lanzó una sonrisa maliciosa. — ¿Estás segura de eso, Sra. Pierce?
— ¿Alguna vez vas a dejar de llamarme así? Lo has dicho cientos de veces desde que salimos de la capilla.
Negó con la cabeza mientras sostenía la puerta del taxi abierta para mí. —Voy a dejar de llamarte así hasta que esto termine siendo real.
—Oh, es real de acuerdo —dije, deslizándome a la mitad del asiento para dejarle espacio—. Tengo recuerdos de la noche de boda para probarlo.
Se apoyó en mí, corriendo su nariz por la piel sensible de mi cuello hasta que llegó a mi oído. —Desde luego que sí.
—Ay... —dije cuando se presionó en contra de mi vendaje.
—Oh, que tonta, lo siento, San.
—Estás perdonada —sonreí.
Rodamos hacia el aeropuerto de mano en mano, y me reí cuando vi a Brittany mirar a su anillo de boda sin disculpas. Sus ojos azules tenían la expresión pacífica a la que me estaba acostumbrando.
—Cuando lleguemos al apartamento, creo que finalmente me daré cuenta, y voy a dejar de actuar como una idiota.
— ¿Me lo prometes? —sonreí.
Me besó la mano y la acunó en su regazo entre sus manos. —No.
Me reí, apoyando mi cabeza sobre su hombro hasta que el taxi redujo la velocidad hasta detenerse frente del aeropuerto. Mi celular volvió a sonar, mostrando el nombre de Rachel una vez más.
—Es implacable. Déjame hablar con ella —dijo Brittany, alcanzando mi teléfono.
— ¿Hola? —Dijo, esperando que acabara la corriente estridente en el otro extremo de la línea. Ella sonrió—. Porque soy su esposa. Puedo responder su teléfono, ahora. —Me miró, y luego abrió la puerta del taxi, ofreciéndome su mano—. Estamos en el aeropuerto, Rachel. ¿Por qué no Quinn y tú nos recogen y puedes gritarnos a ambas en el camino a casa? Sí, todo el camino a casa. Debemos llegar en torno a las tres. Muy bien, Rachel. Nos vemos entonces.
—Hizo una mueca con las duras palabras de ella y luego me pasó el teléfono—. No estabas bromeando. Está enojada.
Le pagó al taxista y luego tiró su bolsa al hombro, tirando de la manija de mi equipaje para rodarlo. Sus brazos se tensaron mientras empujaba mi bolso, con la mano libre buscando a la mía.
—No puedo creer que le hayas dado luz verde para que nos tenga por una hora entera —dije, siguiéndola a través de la puerta giratoria.
—Realmente no crees que voy a dejar que le grite a mi esposa, ¿verdad?
—Te estás poniendo muy cómoda con ese término.
—Creo que es hora de que lo admita. Sabía que ibas a ser mi esposa más o menos a partir del segundo en que te conocí. No voy a mentir y decir que no he estado esperando el día que lo pudiera decir... así que voy a abusar del título. Deberías acostumbrarte a él, ahora —dijo esto con la mayor naturalidad posible, como si estuviera dando un discurso practicado.
Me reí, apretándole la mano. —No me importa.
Me miró por el rabillo de su ojo. — ¿No? —Negué con mi cabeza y me jaló a su lado, besando mis mejillas—. Bien. Te vas a hartar de esto durante los próximos meses, pero sólo dame un respiro, ¿de acuerdo?
La seguí por los pasillos, escaleras mecánicas, y las líneas de seguridad. Cuando Brittany caminó a través del detector de metales, un timbre fuerte se disparó. Cuando el guardia del aeropuerto le pidió a Brittany que se quitara su anillo, su rostro se tornó grave.
—Lo sostendré, señorita —dijo el oficial—. Sólo será por un momento.
—Le prometí que nunca me lo quitaría —dijo Brittany a través de sus dientes.
El oficial extendió la palma de su mano, paciencia y divertida simpatía arrugaba la fina piel alrededor de sus ojos. Brittany a regañadientes, se quitó el anillo, lo dejo en la mano del guardia, y luego suspiró cuando caminó por la puerta, esa vez sin activar la alarma. Caminé a través de ella sin novedad, entregándole mi anillo también. La expresión de Brittany era tensa, pero cuando se nos permitió pasar, sus hombros se relajaron.
—Está bien, amor. Está de regreso en tu dedo —le dije, riendo ante su reacción exagerada.
Me besó en la frente, jalándome a su lado mientras nos dirigimos a la terminal. Cuando capturé la mirada de los que pasábamos, me pregunté si era obvio que estábamos recién casadas, o si simplemente notaban la sonrisa ridícula en el rostro de Brittany.
El aeropuerto era un hervidero de turistas emocionados, de pitidos y zumbidos de las máquinas tragamonedas en el aire, y la gente serpenteando en todas direcciones. Le sonreí a una joven pareja de chicas tomadas de la mano, viéndose tan excitadas y nerviosas como Brittany y yo lo hicimos cuando llegamos. No me cabe duda de que se irían sintiendo la misma mezcla de alivio y desconcierto que sentimos, llevando a cabo lo que habían venido hacer.
En la terminal, eché un vistazo a través de una revista, y toqué suavemente la rodilla violentamente rebotando de Brittany. Su pierna se congeló y me sonrió, manteniendo mis ojos en las fotografías de las celebridades. Estaba nerviosa por algo, pero esperé a que me dijera, sabiendo que estaba trabajando a nivel interno.
Después de unos minutos, su rodilla se balanceó de nuevo, pero esta vez la detuvo por su cuenta, y luego, lentamente, se dejó caer en su silla. — ¿Sanny?
— ¿Sí?
Unos cuantos minutos pasaron, y luego suspiró. —Nada.
El tiempo pasó demasiado rápido, y parecía que apenas nos habíamos sentado cuando nuestro número de vuelo fue llamado a bordo. Una línea se formó rápidamente, y nos pusimos de pie, esperando nuestro turno para mostrar nuestros boletos y caminar por el largo pasillo hacia el avión que nos llevaría a casa.
Brittany vaciló. —No puedo deshacerme de este sentimiento —dijo en voz baja.
— ¿Qué quieres decir? ¿Cómo un mal presentimiento? —dije, de repente nerviosa.
Se volvió hacia mí con preocupación en sus lindos ojos. —Tengo ésta loca sensación que una vez que lleguemos a casa, me voy a despertar. Como si nada de esto fuera real.
Deslicé mis brazos alrededor de su cintura, pasando mis manos por su espalda. — ¿Es eso lo que te preocupa?
Bajó la mirada a su muñeca, y luego miró a la banda de plata en su fino dedo izquierdo. —No puedo evitar la sensación de que la burbuja va a estallar, y voy a estar acostada en mi cama sola, deseando que estés allí conmigo.
— ¡No sé qué voy a hacer contigo, Britt! Me he desecho de alguien por ti, dos veces, he empacado y he ido a Las Vegas contigo, dos veces, he ido literalmente a través del infierno y de regreso, me casé contigo y me marqué con tu nombre. Me estoy quedando sin ideas para que sepas que soy tuya.
Una pequeña sonrisa adornó sus labios. —Me encanta cuando dices eso.
— ¿Que soy tuya? —Le pregunté. Me incliné hacia arriba en las puntas de mis pies, presionando mis labios contra los suyos—. Soy. Tuya. La Señora de Brittany Pierce, por siempre y para siempre.
Su pequeña sonrisa se desvaneció mientras miraba hacia la puerta de embarque y luego hacia abajo a mí. —Voy a seguir jodiendo, San. Vas a hartarte de mis estupideces.
Me eché a reír. —Estoy harta de tus estupideces, ahora. Aun así me casé contigo.
—Pensé que una vez que nos casáramos, me sentiría un poco más tranquila acerca de perderte. Pero siento que si subo a ese avión...
— ¿Brittany? Te amo. Vamos a casa.
Sus cejas rubias se juntaron. —No me vas dejar, ¿verdad? ¿Incluso cuando soy un dolor en el trasero?
—Juré ante Dios... y Elvis... que no lo haría, ¿cierto?
Su ceño se aligeró un poco. — ¿Esto es para siempre?
Una de las esquinas de mi boca se elevó. — ¿Te haría sentir mejor si hacemos una apuesta?
Otros pasajeros comenzaron a caminar alrededor de nosotras, aunque lentamente, observaban y escuchaban nuestra conversación ridícula. Al igual que todas las otras veces, estaba manifiestamente consciente de las miradas indiscretas, pero esta vez era diferente. Lo único que podía pensar era en que la paz regresara a los ojos azules de Brittany.
— ¿Qué clase de esposa sería si apostara en contra de mi propio matrimonio?
Sonreí. —Del tipo estúpido. ¿No escuchaste a tu madre cuando te dijo que no apostaras contra mí?
Ella levantó una ceja. —Así que estás así de segura, ¿eh? ¿Apostarías en ello?
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y sonreí contra sus labios. — Apostaría mi primer hijo. Así de segura estoy.
Y luego volvió la paz.
—No puedes estar tan segura —dijo, la ansiedad ausente en su voz.
Levanté una ceja, y mi boca se elevó hacia un lado. — ¿Quieres apostar?
________________________________________________________________________
Nuevamente... Muchas gracias a todas!
Gracias a cada persona que comento y también a cada persona que leyó. Fue mi primera adaptación y me siento feliz de que haya tenido una buena acogida.
Recuerden que sigue la segunda parte y confió en que Natty lo hará super bien.
Muchos besos y abrazos a cada una!
Epilogo
Brittany me apretó la mano cuando contuve la respiración. Traté de mantener mi cara tranquila, pero cuando me encogí, su dominio se hizo más fuerte. El techo blanco estaba empañado en algunos lugares por manchas de filtración. Aparte de eso, la habitación estaba impecable. Ningún desorden, no había utensilios esparcidos. Todo estaba su lugar, lo que me hizo sentir medianamente a gusto con la situación. Había tomado la decisión. La llevaría a cabo.
—Amor… —dijo Brittany, frunciendo el ceño.
—Puedo hacer esto —le dije, mirando a las manchas en el techo. Salté cuando dedos tocaron mi piel, pero traté de no tensarme. Podía ver la preocupación en los ojos de Brittany cuando comenzó el zumbido.
—Santana—comenzó Brittany de nuevo, pero negué con la cabeza con desdén.
—Está bien. Estoy lista. —Sostuve el teléfono lejos de mi oído, haciendo una mueca tanto por el dolor como por la conferencia inevitable.
—¡Te voy a matar, Santana Lopez! —Exclamó Rachel—. ¡Matar!
—Técnicamente, es Santana Pierce Lopez, ahora —dije, sonriéndole a mi esposa.
— ¡No es justo! —Se quejó ella, la ira hundiéndose en su tono—. ¡Se suponía que debía ser tu dama de honor! ¡Se suponía que debía ir de compras por el vestido contigo, lanzar una fiesta de despedida de soltera y sostener tu ramo!
—Lo sé —dije, viendo desvanecerse la sonrisa de Brittany cuando hice una mueca de dolor otra vez.
—No tienes que hacer esto, lo sabes —dijo Brittany, sus cejas se unieron entre sí.
Apreté sus dedos con mi mano libre. —Lo sé.
— ¡Eso ya lo dijiste! —Gritó Rachel.
—No estaba hablando contigo Berry.
—Oh, estás hablando conmigo —se quejó ella—. Por supueeesto que estás hablando conmigo. Nunca vas a oír el final de esto, ¿me oyes? ¡Nunca, jamás te perdonaré!
—Sí lo harás.
— ¡Tú! ¡Eres una...! ¡Eres simplemente egoísta, Santana! ¡Eres una terrible mejor amiga!
Me eché a reír, haciendo que la mujer sentada a mi lado se sacudiera.
—No se mueva, Sra. Pierce.
—Lo siento —dije.
— ¿Quién fue esea? —Gruñó Rachel.
—Esa fue Andy.
— ¿Quién diablos es Andy? Déjame adivinar, ¿invitaste a una desconocida a tu boda y no a tu mejor amiga? —Su voz se hacía más aguda con cada pregunta.
—No. Ella no fue a la boda —dije, aspirando una bocanada de aire.
Brittany suspiró y se movió nerviosa en su silla, apretando mi mano.
—Se supone que debo hacer esto, ¿recuerdas? —le dije, sonriéndole a través del dolor.
—Lo siento. No creo que pueda soportar esto —dijo, con voz llena de angustia. Relajó su mano, mirando a Andy—. Date prisa, ¿quieres? Andy negó con la cabeza.
—Tu me comentaste que también tienes dos y no puedes soportar que su novia consiga una
simple inscripción. Terminaré en un minuto, camarada.
El ceño fruncido de Brittany se profundizó. —Esposa. Ella es mi esposa.
Rachel jadeó una vez procesada la conversación en su mente. — ¿Te estás haciendo un tatuaje? ¿Qué está pasando contigo, San? ¿Respiraste humos tóxicos en el incendio?
Miré hacia abajo a mi estómago, a la confusa mancha negra justo en el interior de mi hueso de la cadera y sonreí.
—Britt tiene mi nombre en su muñeca —aspiré otra bocanada de aire cuando el zumbido continuó.
Andy secó la tinta de mi piel y empezó de nuevo.
Hablé a través de mis dientes—Estamos casadas. Quería algo, también.
Brittany sacudió la cabeza. —No tenías que hacerlo.
Entrecerré los ojos. —No empieces conmigo. Hemos hablado de esto.
Rachel se echó a reír una vez. —Te has vuelto loca. Te voy admitir en el asilo al llegar a casa. —Su voz era aún perforante y exasperada.
—No es tan loco. Nos amamos la una a la otra. Hemos estado viviendo prácticamente juntas dentro y fuera de todo el año. ¿Por qué no?
— ¡Porque tienes diecinueve, idiota! ¡Porque te fuiste y no le dijiste a nadie, y porque no estoy allí! —Exclamó.
—Lo siento, Berry, me tengo que ir. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo?
— ¡No sé si quiero verte mañana! ¡No creo que quiera ver a Brittany nunca más! —Se burló.
—Te veré mañana, Rachel. Sabes que quieres ver mi anillo.
—Y tu tatuaje —dijo, con una sonrisa en su voz.
Colgué y cerré el teléfono, entregándoselo a Brittany. El zumbido se reanudó de nuevo, y mi atención se centró en la sensación de ardor seguido por el segundo dulce de alivio cuando limpiaba el exceso de tinta. Brittany empujó mi teléfono en su bolsillo, agarrando mi mano entre las suyas, inclinándose hasta tocar su frente con la mía.
— ¿Te asustaste así de mucho cuando te hiciste tus tatuajes? —Le pregunté, sonriendo a la expresión de aprehensión en su rostro.
Se movió, parecía sentir mi dolor mil veces más que yo. —Uh... no. Esto es diferente. Esto es mucho, muchísimo peor.
— ¡Listo! —Dijo Andy con un gran alivio en su voz como el reflejado en el rostro de Brittany.
Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás en la silla. — ¡Gracias a Dios!
— ¡Gracias a Dios! —suspiró Brittany, acariciando mi mano.
Miré hacia abajo a las hermosas líneas negras en mi piel enrojecida e inflamada:
Sra. Pierce
—Vaya —dije, levantándome sobre los codos para tener una mejor visión.
El ceño fruncido de Brittany al instante se convirtió en una sonrisa triunfal —Es hermoso. ¿Cuanto te debo? —murmuró Brittany.
—Voy a dejar su factura en el mostrador —dijo Andy.
Miré alrededor de la habitación al cromo brillante y los carteles de las muestras de tatuajes en la pared, y luego de vuelta a mi estómago. Mi apellido nuevo relucía en gruesas letras negras elegantes.
Brittany me miraba con orgullo, y luego miró hacia abajo a su anillo de boda de plata. —Lo hicimos, amor —dijo en voz baja—. Todavía no puedo creer que seas mi esposa.
—Créelo —dije, sonriendo.
Me ayudó a levantarme de la silla y favorecí mi lado derecho, consciente de que cada movimiento que hacía causaba que mi jeans rozara mi piel en carne viva. Brittany sacó su cartera, firmó el recibo con rapidez antes de que me llevara de la mano al taxi que esperaba fuera. Mi celular volvió a sonar, y cuando vi que se trataba de Rachel, lo dejé sonar.
—Nos va a hacer sentir miserables por un largo tiempo, ¿cierto? —dijo Brittany con el ceño fruncido.
—Hará puchero por veinticuatro horas, después de que vea las fotos, lo superará.
Brittany me lanzó una sonrisa maliciosa. — ¿Estás segura de eso, Sra. Pierce?
— ¿Alguna vez vas a dejar de llamarme así? Lo has dicho cientos de veces desde que salimos de la capilla.
Negó con la cabeza mientras sostenía la puerta del taxi abierta para mí. —Voy a dejar de llamarte así hasta que esto termine siendo real.
—Oh, es real de acuerdo —dije, deslizándome a la mitad del asiento para dejarle espacio—. Tengo recuerdos de la noche de boda para probarlo.
Se apoyó en mí, corriendo su nariz por la piel sensible de mi cuello hasta que llegó a mi oído. —Desde luego que sí.
—Ay... —dije cuando se presionó en contra de mi vendaje.
—Oh, que tonta, lo siento, San.
—Estás perdonada —sonreí.
Rodamos hacia el aeropuerto de mano en mano, y me reí cuando vi a Brittany mirar a su anillo de boda sin disculpas. Sus ojos azules tenían la expresión pacífica a la que me estaba acostumbrando.
—Cuando lleguemos al apartamento, creo que finalmente me daré cuenta, y voy a dejar de actuar como una idiota.
— ¿Me lo prometes? —sonreí.
Me besó la mano y la acunó en su regazo entre sus manos. —No.
Me reí, apoyando mi cabeza sobre su hombro hasta que el taxi redujo la velocidad hasta detenerse frente del aeropuerto. Mi celular volvió a sonar, mostrando el nombre de Rachel una vez más.
—Es implacable. Déjame hablar con ella —dijo Brittany, alcanzando mi teléfono.
— ¿Hola? —Dijo, esperando que acabara la corriente estridente en el otro extremo de la línea. Ella sonrió—. Porque soy su esposa. Puedo responder su teléfono, ahora. —Me miró, y luego abrió la puerta del taxi, ofreciéndome su mano—. Estamos en el aeropuerto, Rachel. ¿Por qué no Quinn y tú nos recogen y puedes gritarnos a ambas en el camino a casa? Sí, todo el camino a casa. Debemos llegar en torno a las tres. Muy bien, Rachel. Nos vemos entonces.
—Hizo una mueca con las duras palabras de ella y luego me pasó el teléfono—. No estabas bromeando. Está enojada.
Le pagó al taxista y luego tiró su bolsa al hombro, tirando de la manija de mi equipaje para rodarlo. Sus brazos se tensaron mientras empujaba mi bolso, con la mano libre buscando a la mía.
—No puedo creer que le hayas dado luz verde para que nos tenga por una hora entera —dije, siguiéndola a través de la puerta giratoria.
—Realmente no crees que voy a dejar que le grite a mi esposa, ¿verdad?
—Te estás poniendo muy cómoda con ese término.
—Creo que es hora de que lo admita. Sabía que ibas a ser mi esposa más o menos a partir del segundo en que te conocí. No voy a mentir y decir que no he estado esperando el día que lo pudiera decir... así que voy a abusar del título. Deberías acostumbrarte a él, ahora —dijo esto con la mayor naturalidad posible, como si estuviera dando un discurso practicado.
Me reí, apretándole la mano. —No me importa.
Me miró por el rabillo de su ojo. — ¿No? —Negué con mi cabeza y me jaló a su lado, besando mis mejillas—. Bien. Te vas a hartar de esto durante los próximos meses, pero sólo dame un respiro, ¿de acuerdo?
La seguí por los pasillos, escaleras mecánicas, y las líneas de seguridad. Cuando Brittany caminó a través del detector de metales, un timbre fuerte se disparó. Cuando el guardia del aeropuerto le pidió a Brittany que se quitara su anillo, su rostro se tornó grave.
—Lo sostendré, señorita —dijo el oficial—. Sólo será por un momento.
—Le prometí que nunca me lo quitaría —dijo Brittany a través de sus dientes.
El oficial extendió la palma de su mano, paciencia y divertida simpatía arrugaba la fina piel alrededor de sus ojos. Brittany a regañadientes, se quitó el anillo, lo dejo en la mano del guardia, y luego suspiró cuando caminó por la puerta, esa vez sin activar la alarma. Caminé a través de ella sin novedad, entregándole mi anillo también. La expresión de Brittany era tensa, pero cuando se nos permitió pasar, sus hombros se relajaron.
—Está bien, amor. Está de regreso en tu dedo —le dije, riendo ante su reacción exagerada.
Me besó en la frente, jalándome a su lado mientras nos dirigimos a la terminal. Cuando capturé la mirada de los que pasábamos, me pregunté si era obvio que estábamos recién casadas, o si simplemente notaban la sonrisa ridícula en el rostro de Brittany.
El aeropuerto era un hervidero de turistas emocionados, de pitidos y zumbidos de las máquinas tragamonedas en el aire, y la gente serpenteando en todas direcciones. Le sonreí a una joven pareja de chicas tomadas de la mano, viéndose tan excitadas y nerviosas como Brittany y yo lo hicimos cuando llegamos. No me cabe duda de que se irían sintiendo la misma mezcla de alivio y desconcierto que sentimos, llevando a cabo lo que habían venido hacer.
En la terminal, eché un vistazo a través de una revista, y toqué suavemente la rodilla violentamente rebotando de Brittany. Su pierna se congeló y me sonrió, manteniendo mis ojos en las fotografías de las celebridades. Estaba nerviosa por algo, pero esperé a que me dijera, sabiendo que estaba trabajando a nivel interno.
Después de unos minutos, su rodilla se balanceó de nuevo, pero esta vez la detuvo por su cuenta, y luego, lentamente, se dejó caer en su silla. — ¿Sanny?
— ¿Sí?
Unos cuantos minutos pasaron, y luego suspiró. —Nada.
El tiempo pasó demasiado rápido, y parecía que apenas nos habíamos sentado cuando nuestro número de vuelo fue llamado a bordo. Una línea se formó rápidamente, y nos pusimos de pie, esperando nuestro turno para mostrar nuestros boletos y caminar por el largo pasillo hacia el avión que nos llevaría a casa.
Brittany vaciló. —No puedo deshacerme de este sentimiento —dijo en voz baja.
— ¿Qué quieres decir? ¿Cómo un mal presentimiento? —dije, de repente nerviosa.
Se volvió hacia mí con preocupación en sus lindos ojos. —Tengo ésta loca sensación que una vez que lleguemos a casa, me voy a despertar. Como si nada de esto fuera real.
Deslicé mis brazos alrededor de su cintura, pasando mis manos por su espalda. — ¿Es eso lo que te preocupa?
Bajó la mirada a su muñeca, y luego miró a la banda de plata en su fino dedo izquierdo. —No puedo evitar la sensación de que la burbuja va a estallar, y voy a estar acostada en mi cama sola, deseando que estés allí conmigo.
— ¡No sé qué voy a hacer contigo, Britt! Me he desecho de alguien por ti, dos veces, he empacado y he ido a Las Vegas contigo, dos veces, he ido literalmente a través del infierno y de regreso, me casé contigo y me marqué con tu nombre. Me estoy quedando sin ideas para que sepas que soy tuya.
Una pequeña sonrisa adornó sus labios. —Me encanta cuando dices eso.
— ¿Que soy tuya? —Le pregunté. Me incliné hacia arriba en las puntas de mis pies, presionando mis labios contra los suyos—. Soy. Tuya. La Señora de Brittany Pierce, por siempre y para siempre.
Su pequeña sonrisa se desvaneció mientras miraba hacia la puerta de embarque y luego hacia abajo a mí. —Voy a seguir jodiendo, San. Vas a hartarte de mis estupideces.
Me eché a reír. —Estoy harta de tus estupideces, ahora. Aun así me casé contigo.
—Pensé que una vez que nos casáramos, me sentiría un poco más tranquila acerca de perderte. Pero siento que si subo a ese avión...
— ¿Brittany? Te amo. Vamos a casa.
Sus cejas rubias se juntaron. —No me vas dejar, ¿verdad? ¿Incluso cuando soy un dolor en el trasero?
—Juré ante Dios... y Elvis... que no lo haría, ¿cierto?
Su ceño se aligeró un poco. — ¿Esto es para siempre?
Una de las esquinas de mi boca se elevó. — ¿Te haría sentir mejor si hacemos una apuesta?
Otros pasajeros comenzaron a caminar alrededor de nosotras, aunque lentamente, observaban y escuchaban nuestra conversación ridícula. Al igual que todas las otras veces, estaba manifiestamente consciente de las miradas indiscretas, pero esta vez era diferente. Lo único que podía pensar era en que la paz regresara a los ojos azules de Brittany.
— ¿Qué clase de esposa sería si apostara en contra de mi propio matrimonio?
Sonreí. —Del tipo estúpido. ¿No escuchaste a tu madre cuando te dijo que no apostaras contra mí?
Ella levantó una ceja. —Así que estás así de segura, ¿eh? ¿Apostarías en ello?
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y sonreí contra sus labios. — Apostaría mi primer hijo. Así de segura estoy.
Y luego volvió la paz.
—No puedes estar tan segura —dijo, la ansiedad ausente en su voz.
Levanté una ceja, y mi boca se elevó hacia un lado. — ¿Quieres apostar?
Fin
________________________________________________________________________
Nuevamente... Muchas gracias a todas!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
QUE PUEDO DECIR ame este FF de verdad es y sera uno de mis FF favoritos y te agradezco por haber compartido esta historia con todos saludos y estaré leyendo tus otros FF
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hola. Me encanto tu ff. Gracias por compartirlo
Y por supuesto una apuesta al final tal y como inició todo!!!
Una vez más, gracias
Xoxo
Y por supuesto una apuesta al final tal y como inició todo!!!
Una vez más, gracias
Xoxo
adi-santybritt- ---
- Mensajes : 553
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 30
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Digo lo mismo, este siempre sera uno de mis fic favoritos, gracias, este final estuvo espectacular, como toda la historia, hasta pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Muy pero muy bueno ti fic me encanto y m kede cn ganas d mas q bno q hiciste la adaptacion mis felicitaciones y espero pronto leer tus nuevas historias
f_snix** - Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 05/08/2013
Edad : 31
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
hola,....
estuvo muy bueno!!!!!! definitivamente unos de mis fic`s favoritos!!!!!!
el final estuvo genial!!! pobre rachel le sacaron la ilusión de ser la dama de honor!!!! jajajajaja
nos vemos!!!!,...
estuvo muy bueno!!!!!! definitivamente unos de mis fic`s favoritos!!!!!!
el final estuvo genial!!! pobre rachel le sacaron la ilusión de ser la dama de honor!!!! jajajajaja
nos vemos!!!!,...
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
que buena historia con un gran final, todo en su justa medida los miedos tontos, las locuras de los tatuajes, muchas mucha gracias por entregarnos esta entretenida historia
Camila18**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 28/05/2013
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
No puedo creer que me haya leído todo el libro este día, fue increíble!!
y más por la adaptación que hiciste :')
y más por la adaptación que hiciste :')
Anddy Rivera Morris******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Re: [Resuelto]Fic Brittana/Faberry: Beautiful Disaster! Epilogo
Hermosa historia!!
Gracias
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monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
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