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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Sinopsis
El día que Santana López descubrió que las mujeres ricas ocultaban sus verdaderas preferencias y pagaban bien por un conjunto de abdominales definidos, pechos perfectos, curvas bien definidas, una cara bonita y sin importa que fuera una mujer, su vida dio un giro.
El remolque deteriorado e infestado de ratas que había compartido con su mamá alcohólica y tres hermanos más jóvenes ahora era sólo un lugar que visitaba para pagar las cuentas y abastecer la despensa con alimentos.
Ya no se preocupaba por que su familia tuviera hambre o viviera sin electricidad.
El dinero que obtenía por entretener a las mujeres mayores y ricas cubría las necesidades de su familia y las suyas propias.
Lo tenía todo resuelto.
Excepto...
Una chica.
La rubia era tan inocente como ella era deshonesta.
Brittany Pierce deseaba que sus rodillas no se debilitaran cuando Santana entraba en una habitación.
Odiaba el hecho de que su corazón se acelerara cuando la morena le mostraba su sonrisa.
Santana tenía una chica diferente en su cama todas las noches. Era el tipo de persona de la que una chica inteligente escapaba.
Si, a Santana le gustaban las mujeres y todos lo sabían.
Así que, ¿por qué siempre se le ocurrían maneras de acercarse a ella?
Incluso cuando era obvio que la morena quería mantener la distancia.
Tal vez su corazón sabía algo que el mundo no.
Tal vez Santana López era más que una cara bonita.
El remolque deteriorado e infestado de ratas que había compartido con su mamá alcohólica y tres hermanos más jóvenes ahora era sólo un lugar que visitaba para pagar las cuentas y abastecer la despensa con alimentos.
Ya no se preocupaba por que su familia tuviera hambre o viviera sin electricidad.
El dinero que obtenía por entretener a las mujeres mayores y ricas cubría las necesidades de su familia y las suyas propias.
Lo tenía todo resuelto.
Excepto...
Una chica.
La rubia era tan inocente como ella era deshonesta.
Brittany Pierce deseaba que sus rodillas no se debilitaran cuando Santana entraba en una habitación.
Odiaba el hecho de que su corazón se acelerara cuando la morena le mostraba su sonrisa.
Santana tenía una chica diferente en su cama todas las noches. Era el tipo de persona de la que una chica inteligente escapaba.
Si, a Santana le gustaban las mujeres y todos lo sabían.
Así que, ¿por qué siempre se le ocurrían maneras de acercarse a ella?
Incluso cuando era obvio que la morena quería mantener la distancia.
Tal vez su corazón sabía algo que el mundo no.
Tal vez Santana López era más que una cara bonita.
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Hola, aquí les dejo el principio de esta nueva historia, espero y les guste!
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
Wallbanger: https://gleelatino.forosactivos.net/t22310-resueltofanfic-brittanawallbanger-2-rustynailed-adaptada-finalHola, aquí les dejo el principio de esta nueva historia, espero y les guste!
Gracias por leer y comentar!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Pd3: aquí mis anteriores historias (adaptadas todas):
El Affaire López: https://gleelatino.forosactivos.net/t22380-fanfic-brittana-el-affaire-lopez-4-algo-raro-y-preciso-adaptada-epilogo
A los 17: https://gleelatino.forosactivos.net/t22434-resueltofanfic-brittana-a-los-17-adaptada-cap-43-final
Tras el Telón de Pino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22474-resueltofanfic-brittana-tras-el-telon-de-pino-adaptada-cap-36-final
Sin Condiciones: https://gleelatino.forosactivos.net/t22505-resueltofanfic-brittana-sin-condiciones-adaptada-cap-47-final
Blonde Girl: https://gleelatino.forosactivos.net/t22520-fanfic-brittana-blonde-girl-adaptada-prologo#538737
Ajuste de Cuentas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22532-resueltofanfic-brittana-ajuste-de-cuentas-adaptada-cap-12-fin
Pídeme lo que Quíeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22535-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-adaptada-prologo#539712
Mi Mujer: https://gleelatino.forosactivos.net/t22564-fanfic-brittana-mi-mujer-3-confesion-adaptada-cap-35#542092
Sorpréndeme: https://gleelatino.forosactivos.net/t22576-resueltofanfic-brittana-sorprendeme-adaptada-epilogo#543891
Palabras para Ti: https://gleelatino.forosactivos.net/t22583-resueltofanfic-brittana-palabras-para-ti-adaptada-epilogo
Un Vuelo con Escalas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22590-fanfic-brittana-un-vuelo-con-escalas-adaptada-cap-33-final#544923
Secretos del Pasado: https://gleelatino.forosactivos.net/t22595-resueltofanfic-brittana-secretos-del-pasado-adaptada-epilogo
En tus Brazos y Huir de Todo Mal: https://gleelatino.forosactivos.net/t22602-resueltofanfic-brittana-en-tus-brazos-y-huir-de-todo-mal-ii-pasion-adaptada-epilogo
Parejas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22615p195-resueltofanfic-brittana-parejas-adaptada-cap-41-final#547481
La Chica de Servicio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22617-resueltofanfic-brittana-la-chica-de-servicio-3-rindete-adaptada-epilogo-santana
A su Manera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22622-resueltofanfic-brittana-a-su-manera-adaptada-cap-50-final
Pídeme lo que Quiéras 4: Y yo te lo Darpe: https://gleelatino.forosactivos.net/t22630-fanfic-brittana-pideme-lo-que-quieras-4-y-yo-te-lo-dare-adaptada-epilogo
Angel de Fuego: https://gleelatino.forosactivos.net/t22633-resueltofanfic-brittana-angel-de-fuego-adaptada-cap-39-fin
Después de Todo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22642-fanfic-brittana-despues-de-todo-adaptada-epilogo
Pintando la Luna: https://gleelatino.forosactivos.net/t22644-resueltofanfic-brittana-pintando-la-luna-adaptada-epilogo
La Luna de Media Noche: https://gleelatino.forosactivos.net/t22647-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-media-noche-adaptada-epilogo
Amor en Espera: https://gleelatino.forosactivos.net/t22651-resueltofanfic-brittana-amor-en-espera-adaptada-epilogo
Storms: https://gleelatino.forosactivos.net/t22657-resueltofanfic-brittana-storms-adaptada-epilogo
Fue un Beso Tonto: https://gleelatino.forosactivos.net/t22660-resueltofanfic-brittana-fue-un-beso-tonto-adaptada-epilogo
La Luna de Santana: https://gleelatino.forosactivos.net/t22664-resueltofanfic-brittana-la-luna-de-santana-adaptada-epilogo
Con Todo mi Corazón: https://gleelatino.forosactivos.net/t22666-resueltofanfic-brittana-con-todo-mi-corazon-adaptada-epilogo
La Esposa Del Vecino: https://gleelatino.forosactivos.net/t22668-resueltofanfic-brittana-la-esposa-del-vecino-adaptada-epilogo
Dulce Brittany: https://gleelatino.forosactivos.net/t22671-resueltofanfic-brittana-dulce-brittany-adaptada-epilogo
Eres Para Mí: https://gleelatino.forosactivos.net/t22674-resueltofanfic-brittana-eres-para-mi-adaptada-epilogo
Vampira: https://gleelatino.forosactivos.net/t22679-resueltofanfic-brittana-vampira-adaptada-epilogo
Rojo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22687-resueltofanfic-brittana-rojo-adaptada-cap-34-final
Retroceder el Tiempo: https://gleelatino.forosactivos.net/t22695-resueltofanfic-brittana-retroceder-el-tiempo-adaptada-epilogo
Dulce Travesura: https://gleelatino.forosactivos.net/t22699-resueltofanfic-brittana-dulce-travesura-adaptada-epilogo
Compañeras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22704-resueltofanfic-brittana-companeras-ii-carretera-del-infierno-adaptada-cap-34-y-35-fin
Pequeño Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22711-resueltofanfic-brittana-pequeno-amor-adaptada-epilogo
Por la Eternidad: https://gleelatino.forosactivos.net/t22718-resueltofanfic-brittana-por-la-eternidad-adaptada-epilogo
Besos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22720-resueltofanfic-brittana-besos-adaptada-epilogo
Bambalinas: https://gleelatino.forosactivos.net/t22725-resueltofanfic-brittana-bambalinas-adaptada-epilogo
Razonable: https://gleelatino.forosactivos.net/t22733-resueltofanfic-brittana-razonable-iii-adaptada-epilogo
Seducción: https://gleelatino.forosactivos.net/t22737-resueltofanfic-brittana-seduccion-adaptada-epilogo
Dilo a Otra: https://gleelatino.forosactivos.net/t22740-resueltofanfic-brittana-dilo-a-otra-adaptada-epilogo-parte-ii
En Equilibrio: https://gleelatino.forosactivos.net/t22741-resueltofanfic-brittana-en-equilibrio-adaptada-epilogo
Simplemente: https://gleelatino.forosactivos.net/t22743-fanfic-brittana-simplemente-ii-adaptada-cap-3
Nunca: https://gleelatino.forosactivos.net/t22747-fanfic-brittana-nunca-i-adaptada-cap-1#561488
Sexy Amor: https://gleelatino.forosactivos.net/t22748p175-resueltofanfic-brittana-sexy-amor-adaptada-epilogo#562089
Sentimientos: https://gleelatino.forosactivos.net/t22752-resueltofanfic-brittana-los-sentidos-adaptada-epilogo
Mía: https://gleelatino.forosactivos.net/t22754-fanfic-brittana-mia-iii-adaptada-sinopsis
Respiro: https://gleelatino.forosactivos.net/t22755-resueltofanfic-brittana-respiro-adaptada-cap-20-fin
Obsesion: https://gleelatino.forosactivos.net/t22758-fanfic-brittana-la-obsesion-adaptada-sinopsis#562904
Por Qué: https://gleelatino.forosactivos.net/t22759-fanfic-brittana-por-que-i-adaptada-prologo#563064
De Mis Sueños: https://gleelatino.forosactivos.net/t22762-fanfic-brittana-de-mis-suenos-adaptada-sinopsis#563275
A Un Ángel: https://gleelatino.forosactivos.net/t22765-fanfic-brittana-a-un-angel-adaptada-prologo#564172
Mientras: https://gleelatino.forosactivos.net/t22763-resueltofanfic-brittana-mientras-ii-adaptada-epilogo
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
se ve muy buena la historia!!!
quien se resiste a santana lopez no???
nos vemos!!!
se ve muy buena la historia!!!
quien se resiste a santana lopez no???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
se ve muy buena la historia!!!
quien se resiste a santana lopez no???
nos vemos!!!
Hola lu, eso es bueno y espero lo sea ajajajajaj. Esa es una gran, pero gran pregunta... y creo q es nadie! ajajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Prólogo
Prólogo
—Bueno, pero sí es la pequeña Britt, arreglada y viniendo a jugar.
El agua que había estado sorbiendo, eligió ese momento para ahogarme. Cubriéndome la boca para amortiguar mi tos seca, me alejé del aliento cálido contra mi oreja.
Había aparecido aquí esta noche por una razón: ver a Santana López.
¿No era mi suerte que cuando finalmente decidía darse cuenta de que vivía, comenzaba a toser locamente?
La sonrisa divertida de Santana mientras me palmeaba la espalda no ayudó para nada a mi humillación.
—Lo siento, Britt, no sabía que mi presencia te haría ahogarte.
Una vez que fui capaz de hablar de nuevo, me di la vuelta para mirar a la chica que hacía una gran aparición en mis fantasías nocturnas durante el último par de años.
Sí, a mi me gustaban tanto las mujeres, como los hombres.
Todo el embellecimiento que había soportado para lucir irresistible esta noche era inútil.
Santana me sonreía.
Como siempre.
La divertía.
No me veía como nada más que la hermanita inocente de su mejor amiga, Quinn Pierce Fabray. O mejor conocida como Quinn Fabray, ya que solo llevaba el apellido de su mamá.
Era un cliché.
¿Cuántas novelas románticas malas leí sobre la chica que se enamora desesperadamente del o la mejor amigo de su hermano?
Innumerables.
—Me sobresaltaste—quería explicar mi repentino ataque de tos.
Santana inclinó la botella de cerveza hacia sus labios y tomó un trago mientras mantenía los ojos fijos en mí.
—¿Estás segura de que no fue mi voz increíblemente sexy susurrando en tu oído lo que causó tu momentánea falta de oxígeno?
Sí, probablemente fue eso.
Pero la chica sabía que era hermosa.
No iba a agrandar su ego.
Cruzando los brazos sobre mi estómago, tomé una pose defensiva. Nunca sabía cómo o qué decirle a Santana.
Me sentía tan temerosa de que me mirara a los ojos y supiera que los cerraba por las noches y me imaginaba hacerle cosas bastante malas a su cuerpo.
—Diablos, Britt—dijo en una voz baja y rasposa mientras sus ojos descendían a mis pechos.
Llevaba una blusa blanca de escote bajo y muy buen sostén de copas, con la esperanza de al menos conseguir que Santana viera que mi cuerpo se desarrolló.
Además, sabía que tenía fijación por los senos.
Era obvio por las chicas con las que había salido... bueno, en realidad no salía.
Sólo se las follaba.
Mis pechos no eran grandes como los de ella misma, pero un sostén que me los levantara y una buena postura, y no estaban tan mal.
—Es muy linda la blusa que tienes puesta.
Me miraba de verdad. O a ellas —pero eran parte de mí, así que era lo mismo.
—Gracias—respondí en una voz normal que traicionaba el hecho de que ahora respiraba un poco rápido.
Santana dio otro paso hacia mí, cerrando la pequeña distancia que nos separaba.
Sus ojos seguían dirigidos a mi escote, que había levantado en completa visibilidad.
—A lo mejor usar una blusa como esa no es muy inteligente, Britt—su voz profunda me hizo temblar—Oh, diablos, chica, no hagas eso. No tiembles.
Una gran mano tocó mi cintura. Su pulgar frotó contra mi estómago y gentilmente empujó el borde de mi blusa hacia arriba.
—He estado tomando desde las cuatro, cariño. Tienes que empujarme y enviarme lejos, porque no creo que pueda detener esto.
Un suave gemido.
Oh, sí.
¿Debería comenzar a rogar?
Santana levantó la mirada para encontrarse con la mía.
Su largo y oscuro cabello negro, en el que todas las personas querían meter las manos, cayó sobre uno de sus ojos.
No pude evitarlo.
Levanté la mano y metí el mechón suelto detrás de su oreja. Cerró los ojos e hizo un pequeño sonido de satisfacción con su garganta.
—Britt, eres dulce, tan jodidamente dulce, y no soy el tipo de persona a la que se supone que dejes acercarte tanto—su voz era casi un susurro mientras sus ojos penetraban en los míos.
Podía ver la leve miraba vidriosa que confirmaba que había bebido mucho.
—Soy una chica grande. Puedo decidir a quién dejo acercarse—respondí, cambiando de lado mis caderas para que tuviese una mejor vista directamente bajo mi blusa si quisiera.
—Mmm, ya veo, aquí es donde creo que podrías estar equivocada, porque pequeños cuerpos intactos como el tuyo, todos frescos y dulces, no deberían tentar a personas que sólo buscan otra caliente follada.
Algo acerca de escuchar a Santana López decir “follar” con esos labios llenos era bastante excitante.
Era demasiado linda.
Siempre lo había sido.
Sus pestañas eran muy largas, su cara demasiado esculpida y, si sumabas eso con sus labios y cabello, obtenías un paquete letal.
—A lo mejor no estoy tan intacta como piensas—dije, esperando que no detectara la mentira.
Quería ser una de esas chicas malas a las que a ella no le importaba tomar en una habitación trasera contra una pared.
Santana bajó la boca para apenas rozar la piel de mi hombro, que se revelaba por la blusa que elegí.
—¿Me dices que han jugado con estas dulzuras?
No.
—Sí—respondí.
—Da un paseo conmigo—pidió cerca de mi oreja mientras sus dientes presionaban gentilmente en mi lóbulo.
—Está bien.
Santana se movió hacia atrás y asintió hacia la puerta.
—Vamos.
Esa probablemente no era muy buena idea.
Si Mike, Artie o cualquiera de los amigos de mi hermana nos veían yéndonos juntas, impedirían que pasara algo.
Y quería que pasara algo.
Estar sola bajo mis sábanas pensando en Santana López se hacía cansino.
Quería a la mujer de verdad.
Me preguntaba por qué Santana no pensó sobre nuestra salida.
¿Quería que los chicos nos detuvieran?
Miré a su mesa usual, y Mike no nos prestaba atención. Artie me guiñó un ojo y luego regresó a hablar con una chica.
Miré de vuelta al barman.
—Primero tengo que pagar mi cuenta.
Santana me empujó hacia la puerta.
—Yo me encargo de tu cuenta. Ve y sube a mi Jeep.
Vale.
Sí.
Quería subirme en su jeep.
Eso también nos haría salir por separado.
Asintiendo, me apresuré a la puerta, pensando que podía acabar de ganar la lotería.
Mirando alrededor del estacionamiento, busqué el jeep de Santana. Cuando no lo vi en el frente, me encaminé hacia la parte trasera del edificio para ver si lo estacionó ahí atrás.
La mayoría de las personas no lo hacían porque ahí no había luces.
Caminando en la oscuridad me pregunté si esto era inteligente.
Una chica de verdad no debería estar ahí afuera sola en la noche. A lo mejor sólo debía regresar a la parte del estacionamiento donde había buena iluminación.
—No te eches atrás. Ya me estoy volviendo medio loca pensando en esto—la mano de Santana rodeó mi cintura y me atrajo a su pecho.
Sus manos se deslizaron hacia arriba y cubrieron mis pechos, apretándolos y luego tirando de mi blusa hasta que estuvo lo suficientemente baja para poder sentir la piel expuesta del escote.
—Dulce dios todopoderoso, las de verdad se sienten tan jodidamente bien—murmuró.
No podía respirar profundo.
Las manos de Santana me tocaban.
Quería que tocara más.
Levantando las manos, deshice los botones de mi camisa y la dejé caer. Encontré el broche frontal de mi sostén y rápidamente lo solté antes de que pudiera arrepentirme.
Nos encontrábamos en el medio de un estacionamiento bastante oscuro y me comportaba como una completa zorra.
—Diablos, Britt-Britt. Sube tu trasero a mi jeep—gruñó Santana mientas me empujaba hacia delante unos pasos más, y luego dirigiendo mis caderas me giró a la izquierda.
Su jeep apareció frente a nosotras.
Estaba bastante segura de que no podíamos hacer esto en un jeep.
—¿Podemos, uh, hacer esto aquí?—pregunté mientras me giraba para encararla.
Incluso en la oscuridad, se imponía su cabello casi tan negro como la noche.
Sus párpados bajaron y esas largas pestañas casi le rozaban las mejillas.
—¿Hacer qué, Britt-Britt? ¿Qué es lo que quieres hacer? Porque el que me mostraras estos hermosos pechos me está volviendo un poco loca—me presionó contra su jeep mientras bajaba la cabeza y tomaba uno de mis pezones en su boca y chupaba fuerte antes de mover su lengua.
Nadie me había besado los senos.
La explosión inmediata que fue directa a mis bragas mientras gritaba su nombre no fue a propósito.
Mi cabeza se presionó hacia atrás en la ventana del Jeep y mis rodillas se rindieron completamente.
Las manos de Santana, que me sostenían firmemente, evitaron que terminara hecha un montón en la grava.
—Joder—gimió Santana y comencé a disculparme cuando sus manos tomaron mi trasero y me levantaron.
Tomé sus hombros y enredé las piernas alrededor de su cintura, temerosa de que me dejara caer.
—¿Adónde vamos?—pregunté mientras nos adentrábamos más en el estacionamiento.
¿La había enojado?
—Estoy llevando tu trasero aquí para poder quitarte la ropa y enterrar mis dedos en ese pequeño coño. No puedes hacer una mierda como esa, Britt y esperar que una persona se controle. Esto no funciona jodidamente así, pequeña.
Iba a “follarme”.
Por fin.
No era exactamente como quería que se refiriera a esto cuando finalmente lo hiciéramos, pero Santana no era de los de rosas y luces de velas.
Era todo sobre el placer.
Lo sabía.
Santana extendió la mano y abrió la puerta detrás de mí. Entramos en una habitación oscura y un poco fría.
—¿Dónde estamos?—pregunté mientras me sentaba en una caja.
—Fuera de la unidad de almacenaje. Está bien. La he usado antes.
¿La había usado antes?
Oh.
Apenas podía verla, pero sabía por las sombras de sus movimientos que se quitaba la ropa.
Primero su camisa junto a su sujetador.
Quería ver su pecho.
Había escuchado chicas soltando risillas sobre esto en la ciudad; decían que tenía pechos perfectos y uno de los abdómenes más duros que habían visto.
El rumor era que incluso la señora Holly, la esposa de uno de los miembros del consejo de la ciudad, había dormido con Santana.
Aunque no lo creía.
Era demasiado joven para tener sexo con alguien de su edad.
Sus manos comenzaron a recorrer el interior de mis piernas, y no me importó mucho lo de la señora Holly o los demás rumores que escuché sobre su vida sexual.
—Abre—su rasposa demanda tuvo un efecto de deseo.
Abrí las piernas. Sus manos se deslizaron justo por encima del borde de mis bragas. Con un dedo recorrió el centro de mi calidez hacia abajo.
—Estas bragas están jodidamente húmedas—la aprobación en su voz aligeró la vergüenza en la que podría haber caído por un comentario como ese.
Sus dos manos bajaron mis bragas hasta que estuvieron en mis tobillos. Santana se arrodilló y sacó cada uno de mis tacones por los agujeros. Luego se puso de pie y se inclinó sobre mí.
—Me quedaré con esto.
¿Mis bragas?
—Recuéstate—dijo mientras su cuerpo se colocaba encima de mí.
Tanteé hacia atrás para asegurarme de que la caja era lo suficientemente grande para poder acostarme de espaldas.
—Tienes bastante espacio, Britt. Acuéstate—repitió Santana.
No quería que cambiara de opinión o se pusiera sobria, por lo que hice lo que dijo.
El cartón era fuerte y lleno de algo firme y pesado, porque ni siquiera lo hundimos.
Santana bajó su boca hacia la mía y me preparaba para nuestro primer beso cuando se detuvo. Sus labios se quedaron colgando sobre mí sólo por un segundo antes de que se alejara y comenzara a besarme el cuello.
¿Que acababa de pasar?
¿Tenía mal aliento?
Me acababa de comer una menta dentro del bar.
Las pequeñas lamidas y mordisquitos me hicieron difícil pensar con claridad sobre esto.
Luego sus caderas descendieron y sus manos empujaron mi falda alrededor de mi cintura, para luego llevar una hasta mi centro. No tuve mucho tiempo para prepararme antes de que estuviera presionando contra mi entrada.
—Apretado, joder, joder, está tan apretado—susurró Santana, y su cuerpo tembló sobre mí, haciendo el agudo dolor entre mis piernas un poco más soportable—No puedo contenerme, Britt. Joder... No puedo.
El dolor me atravesó y grité y me sacudí debajo de ella.
Maldijo mientras decía mi nombre y se deslizaba sus dedos dentro y fuera de mí.
El dolor poco a poco comenzó a ceder y sentí el primer temblor de placer.
—AHHH, mierda—gritó Santana y su cuerpo se sacudió sobre mí.
No estaba exactamente segura de lo que acababa de pasar, pero por los gemidos provenientes de ella, lo disfrutó.
Cuando no volvió a moverse y sentí humedad extra, me di cuenta de que había terminado.
Santana saco sus dedos de mi y se alejó y lentamente salió de mí mientras murmuraba más maldiciones.
Se movió, y, por lo que pude ver, se colocaba el sujetador y luego la camisa.
¿Ya?
Me senté y me bajé la falda. El hecho de que me encontraba exhibida de pronto importaba.
Cuando escuché la cremallera de sus vaqueros, rápidamente me abroché el sostén y comencé a abotonarme la blusa.
—Britt—su voz sonaba triste—Lo siento.
Abrí la boca para preguntarle por qué, porque lo que acabábamos de hacer yo lo había pedido, cuando abrió la puerta y salió hacia la oscuridad.
El agua que había estado sorbiendo, eligió ese momento para ahogarme. Cubriéndome la boca para amortiguar mi tos seca, me alejé del aliento cálido contra mi oreja.
Había aparecido aquí esta noche por una razón: ver a Santana López.
¿No era mi suerte que cuando finalmente decidía darse cuenta de que vivía, comenzaba a toser locamente?
La sonrisa divertida de Santana mientras me palmeaba la espalda no ayudó para nada a mi humillación.
—Lo siento, Britt, no sabía que mi presencia te haría ahogarte.
Una vez que fui capaz de hablar de nuevo, me di la vuelta para mirar a la chica que hacía una gran aparición en mis fantasías nocturnas durante el último par de años.
Sí, a mi me gustaban tanto las mujeres, como los hombres.
Todo el embellecimiento que había soportado para lucir irresistible esta noche era inútil.
Santana me sonreía.
Como siempre.
La divertía.
No me veía como nada más que la hermanita inocente de su mejor amiga, Quinn Pierce Fabray. O mejor conocida como Quinn Fabray, ya que solo llevaba el apellido de su mamá.
Era un cliché.
¿Cuántas novelas románticas malas leí sobre la chica que se enamora desesperadamente del o la mejor amigo de su hermano?
Innumerables.
—Me sobresaltaste—quería explicar mi repentino ataque de tos.
Santana inclinó la botella de cerveza hacia sus labios y tomó un trago mientras mantenía los ojos fijos en mí.
—¿Estás segura de que no fue mi voz increíblemente sexy susurrando en tu oído lo que causó tu momentánea falta de oxígeno?
Sí, probablemente fue eso.
Pero la chica sabía que era hermosa.
No iba a agrandar su ego.
Cruzando los brazos sobre mi estómago, tomé una pose defensiva. Nunca sabía cómo o qué decirle a Santana.
Me sentía tan temerosa de que me mirara a los ojos y supiera que los cerraba por las noches y me imaginaba hacerle cosas bastante malas a su cuerpo.
—Diablos, Britt—dijo en una voz baja y rasposa mientras sus ojos descendían a mis pechos.
Llevaba una blusa blanca de escote bajo y muy buen sostén de copas, con la esperanza de al menos conseguir que Santana viera que mi cuerpo se desarrolló.
Además, sabía que tenía fijación por los senos.
Era obvio por las chicas con las que había salido... bueno, en realidad no salía.
Sólo se las follaba.
Mis pechos no eran grandes como los de ella misma, pero un sostén que me los levantara y una buena postura, y no estaban tan mal.
—Es muy linda la blusa que tienes puesta.
Me miraba de verdad. O a ellas —pero eran parte de mí, así que era lo mismo.
—Gracias—respondí en una voz normal que traicionaba el hecho de que ahora respiraba un poco rápido.
Santana dio otro paso hacia mí, cerrando la pequeña distancia que nos separaba.
Sus ojos seguían dirigidos a mi escote, que había levantado en completa visibilidad.
—A lo mejor usar una blusa como esa no es muy inteligente, Britt—su voz profunda me hizo temblar—Oh, diablos, chica, no hagas eso. No tiembles.
Una gran mano tocó mi cintura. Su pulgar frotó contra mi estómago y gentilmente empujó el borde de mi blusa hacia arriba.
—He estado tomando desde las cuatro, cariño. Tienes que empujarme y enviarme lejos, porque no creo que pueda detener esto.
Un suave gemido.
Oh, sí.
¿Debería comenzar a rogar?
Santana levantó la mirada para encontrarse con la mía.
Su largo y oscuro cabello negro, en el que todas las personas querían meter las manos, cayó sobre uno de sus ojos.
No pude evitarlo.
Levanté la mano y metí el mechón suelto detrás de su oreja. Cerró los ojos e hizo un pequeño sonido de satisfacción con su garganta.
—Britt, eres dulce, tan jodidamente dulce, y no soy el tipo de persona a la que se supone que dejes acercarte tanto—su voz era casi un susurro mientras sus ojos penetraban en los míos.
Podía ver la leve miraba vidriosa que confirmaba que había bebido mucho.
—Soy una chica grande. Puedo decidir a quién dejo acercarse—respondí, cambiando de lado mis caderas para que tuviese una mejor vista directamente bajo mi blusa si quisiera.
—Mmm, ya veo, aquí es donde creo que podrías estar equivocada, porque pequeños cuerpos intactos como el tuyo, todos frescos y dulces, no deberían tentar a personas que sólo buscan otra caliente follada.
Algo acerca de escuchar a Santana López decir “follar” con esos labios llenos era bastante excitante.
Era demasiado linda.
Siempre lo había sido.
Sus pestañas eran muy largas, su cara demasiado esculpida y, si sumabas eso con sus labios y cabello, obtenías un paquete letal.
—A lo mejor no estoy tan intacta como piensas—dije, esperando que no detectara la mentira.
Quería ser una de esas chicas malas a las que a ella no le importaba tomar en una habitación trasera contra una pared.
Santana bajó la boca para apenas rozar la piel de mi hombro, que se revelaba por la blusa que elegí.
—¿Me dices que han jugado con estas dulzuras?
No.
—Sí—respondí.
—Da un paseo conmigo—pidió cerca de mi oreja mientras sus dientes presionaban gentilmente en mi lóbulo.
—Está bien.
Santana se movió hacia atrás y asintió hacia la puerta.
—Vamos.
Esa probablemente no era muy buena idea.
Si Mike, Artie o cualquiera de los amigos de mi hermana nos veían yéndonos juntas, impedirían que pasara algo.
Y quería que pasara algo.
Estar sola bajo mis sábanas pensando en Santana López se hacía cansino.
Quería a la mujer de verdad.
Me preguntaba por qué Santana no pensó sobre nuestra salida.
¿Quería que los chicos nos detuvieran?
Miré a su mesa usual, y Mike no nos prestaba atención. Artie me guiñó un ojo y luego regresó a hablar con una chica.
Miré de vuelta al barman.
—Primero tengo que pagar mi cuenta.
Santana me empujó hacia la puerta.
—Yo me encargo de tu cuenta. Ve y sube a mi Jeep.
Vale.
Sí.
Quería subirme en su jeep.
Eso también nos haría salir por separado.
Asintiendo, me apresuré a la puerta, pensando que podía acabar de ganar la lotería.
Mirando alrededor del estacionamiento, busqué el jeep de Santana. Cuando no lo vi en el frente, me encaminé hacia la parte trasera del edificio para ver si lo estacionó ahí atrás.
La mayoría de las personas no lo hacían porque ahí no había luces.
Caminando en la oscuridad me pregunté si esto era inteligente.
Una chica de verdad no debería estar ahí afuera sola en la noche. A lo mejor sólo debía regresar a la parte del estacionamiento donde había buena iluminación.
—No te eches atrás. Ya me estoy volviendo medio loca pensando en esto—la mano de Santana rodeó mi cintura y me atrajo a su pecho.
Sus manos se deslizaron hacia arriba y cubrieron mis pechos, apretándolos y luego tirando de mi blusa hasta que estuvo lo suficientemente baja para poder sentir la piel expuesta del escote.
—Dulce dios todopoderoso, las de verdad se sienten tan jodidamente bien—murmuró.
No podía respirar profundo.
Las manos de Santana me tocaban.
Quería que tocara más.
Levantando las manos, deshice los botones de mi camisa y la dejé caer. Encontré el broche frontal de mi sostén y rápidamente lo solté antes de que pudiera arrepentirme.
Nos encontrábamos en el medio de un estacionamiento bastante oscuro y me comportaba como una completa zorra.
—Diablos, Britt-Britt. Sube tu trasero a mi jeep—gruñó Santana mientas me empujaba hacia delante unos pasos más, y luego dirigiendo mis caderas me giró a la izquierda.
Su jeep apareció frente a nosotras.
Estaba bastante segura de que no podíamos hacer esto en un jeep.
—¿Podemos, uh, hacer esto aquí?—pregunté mientras me giraba para encararla.
Incluso en la oscuridad, se imponía su cabello casi tan negro como la noche.
Sus párpados bajaron y esas largas pestañas casi le rozaban las mejillas.
—¿Hacer qué, Britt-Britt? ¿Qué es lo que quieres hacer? Porque el que me mostraras estos hermosos pechos me está volviendo un poco loca—me presionó contra su jeep mientras bajaba la cabeza y tomaba uno de mis pezones en su boca y chupaba fuerte antes de mover su lengua.
Nadie me había besado los senos.
La explosión inmediata que fue directa a mis bragas mientras gritaba su nombre no fue a propósito.
Mi cabeza se presionó hacia atrás en la ventana del Jeep y mis rodillas se rindieron completamente.
Las manos de Santana, que me sostenían firmemente, evitaron que terminara hecha un montón en la grava.
—Joder—gimió Santana y comencé a disculparme cuando sus manos tomaron mi trasero y me levantaron.
Tomé sus hombros y enredé las piernas alrededor de su cintura, temerosa de que me dejara caer.
—¿Adónde vamos?—pregunté mientras nos adentrábamos más en el estacionamiento.
¿La había enojado?
—Estoy llevando tu trasero aquí para poder quitarte la ropa y enterrar mis dedos en ese pequeño coño. No puedes hacer una mierda como esa, Britt y esperar que una persona se controle. Esto no funciona jodidamente así, pequeña.
Iba a “follarme”.
Por fin.
No era exactamente como quería que se refiriera a esto cuando finalmente lo hiciéramos, pero Santana no era de los de rosas y luces de velas.
Era todo sobre el placer.
Lo sabía.
Santana extendió la mano y abrió la puerta detrás de mí. Entramos en una habitación oscura y un poco fría.
—¿Dónde estamos?—pregunté mientras me sentaba en una caja.
—Fuera de la unidad de almacenaje. Está bien. La he usado antes.
¿La había usado antes?
Oh.
Apenas podía verla, pero sabía por las sombras de sus movimientos que se quitaba la ropa.
Primero su camisa junto a su sujetador.
Quería ver su pecho.
Había escuchado chicas soltando risillas sobre esto en la ciudad; decían que tenía pechos perfectos y uno de los abdómenes más duros que habían visto.
El rumor era que incluso la señora Holly, la esposa de uno de los miembros del consejo de la ciudad, había dormido con Santana.
Aunque no lo creía.
Era demasiado joven para tener sexo con alguien de su edad.
Sus manos comenzaron a recorrer el interior de mis piernas, y no me importó mucho lo de la señora Holly o los demás rumores que escuché sobre su vida sexual.
—Abre—su rasposa demanda tuvo un efecto de deseo.
Abrí las piernas. Sus manos se deslizaron justo por encima del borde de mis bragas. Con un dedo recorrió el centro de mi calidez hacia abajo.
—Estas bragas están jodidamente húmedas—la aprobación en su voz aligeró la vergüenza en la que podría haber caído por un comentario como ese.
Sus dos manos bajaron mis bragas hasta que estuvieron en mis tobillos. Santana se arrodilló y sacó cada uno de mis tacones por los agujeros. Luego se puso de pie y se inclinó sobre mí.
—Me quedaré con esto.
¿Mis bragas?
—Recuéstate—dijo mientras su cuerpo se colocaba encima de mí.
Tanteé hacia atrás para asegurarme de que la caja era lo suficientemente grande para poder acostarme de espaldas.
—Tienes bastante espacio, Britt. Acuéstate—repitió Santana.
No quería que cambiara de opinión o se pusiera sobria, por lo que hice lo que dijo.
El cartón era fuerte y lleno de algo firme y pesado, porque ni siquiera lo hundimos.
Santana bajó su boca hacia la mía y me preparaba para nuestro primer beso cuando se detuvo. Sus labios se quedaron colgando sobre mí sólo por un segundo antes de que se alejara y comenzara a besarme el cuello.
¿Que acababa de pasar?
¿Tenía mal aliento?
Me acababa de comer una menta dentro del bar.
Las pequeñas lamidas y mordisquitos me hicieron difícil pensar con claridad sobre esto.
Luego sus caderas descendieron y sus manos empujaron mi falda alrededor de mi cintura, para luego llevar una hasta mi centro. No tuve mucho tiempo para prepararme antes de que estuviera presionando contra mi entrada.
—Apretado, joder, joder, está tan apretado—susurró Santana, y su cuerpo tembló sobre mí, haciendo el agudo dolor entre mis piernas un poco más soportable—No puedo contenerme, Britt. Joder... No puedo.
El dolor me atravesó y grité y me sacudí debajo de ella.
Maldijo mientras decía mi nombre y se deslizaba sus dedos dentro y fuera de mí.
El dolor poco a poco comenzó a ceder y sentí el primer temblor de placer.
—AHHH, mierda—gritó Santana y su cuerpo se sacudió sobre mí.
No estaba exactamente segura de lo que acababa de pasar, pero por los gemidos provenientes de ella, lo disfrutó.
Cuando no volvió a moverse y sentí humedad extra, me di cuenta de que había terminado.
Santana saco sus dedos de mi y se alejó y lentamente salió de mí mientras murmuraba más maldiciones.
Se movió, y, por lo que pude ver, se colocaba el sujetador y luego la camisa.
¿Ya?
Me senté y me bajé la falda. El hecho de que me encontraba exhibida de pronto importaba.
Cuando escuché la cremallera de sus vaqueros, rápidamente me abroché el sostén y comencé a abotonarme la blusa.
—Britt—su voz sonaba triste—Lo siento.
Abrí la boca para preguntarle por qué, porque lo que acabábamos de hacer yo lo había pedido, cuando abrió la puerta y salió hacia la oscuridad.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Vaya la primera vez de Britt con la persona que quiere y no fue para nada lo esperado sin embargo para San parece que fue mas de lo que imaginó.... Haber como siguen las cosas desde aqui
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Hola morra...
Definitivamente las dos querían....
Pero no fue lo mas deceado para ser la primera vez de britt!!... A ver coló reacciona san después de lo que paso... Fue mucho mas que un simple follón...
A ver que pasa ahora???
Nos vemos!!
Definitivamente las dos querían....
Pero no fue lo mas deceado para ser la primera vez de britt!!... A ver coló reacciona san después de lo que paso... Fue mucho mas que un simple follón...
A ver que pasa ahora???
Nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
JVM escribió:Vaya la primera vez de Britt con la persona que quiere y no fue para nada lo esperado sin embargo para San parece que fue mas de lo que imaginó.... Haber como siguen las cosas desde aqui
Hola, como son las cosas de la vida, no¿? Una lo pensó todo el tiempo y cuando paso no fue del todo como quería. Y la q no lo pensaba le paso, pero tmpoco sabemos si era como keria, pero paso jaajajajja. Aquí otro cap para saber! Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
Definitivamente las dos querían....
Pero no fue lo mas deceado para ser la primera vez de britt!!... A ver coló reacciona san después de lo que paso... Fue mucho mas que un simple follón...
A ver que pasa ahora???
Nos vemos!!
Hola lu, eso mismo, lo q kerias, pero como kerian¿? jajajaajjajaaj. Y ai iba mi pregunta ajjajajaaj. Mmmm con esa morena jamás se sabe, pero espero y bn jajajajajaaj. Tmbn lo pienso, esperemos y sea a´si. Aquí el siguiente cap para saber más! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 1
Capitulo 1
Tres Meses Después…
Santana
El último escalón se encontraba roto. Necesitaba poner el arreglo de eso en el tope de mi lista de prioridades.
Alguno de los chicos bajaría corriendo y terminaría con un tobillo torcido, o peor, una pierna rota, si lo ignoraba.
Pasando por encima de este, realicé el resto del camino hacia arriba por la escalera del remolque de mi mamá.
Pasó una semana desde que vine y comprobé como iban las cosas.
El último novio de mi mamá bebía, y terminé golpeándolo cuando le dijo idiota a mi hermana de siete años, Bree, por derramar su vaso de jugo de naranja.
Reventé su labio.
Mamá me gritó y dijo que me fuera. Me imaginé que una semana sería tiempo suficiente para que ella lo superase.
La puerta de tela metálica se abrió y me saludó una gran sonrisa sin dientes.
—¡Tana está aquí!—gritó Jake, mi hermano de ocho años, antes de envolver los brazos a mis piernas.
—Hola, amigo, ¿cómo estás?—pregunté incapaz de devolverle el abrazo.
Mis brazos se encontraban llenos de las provisiones para la semana.
—Trajo comida—anunció Ryder, mi hermano de once años, mientras salía y se extendía por una de las bolsas que llevaba.
—Las tengo. Hay más en el jeep. Ve a buscarlas, pero cuidado con el último escalón. Está a punto de salirse. Tengo que arreglarlo.
Ryder asintió y corrió hacia el Jeep.
—¿Me trajiste desos cereales que me justan?—me preguntó Bree mientras entraba en la sala de estar.
Bree tenía un retraso en su desarrollo del habla. Yo culpaba a mi mamá por su falta de cuidado.
—Sip, Bree May, te traje dos cajas—le aseguré, y caminé a través de la gastada y descolorida alfombra azul, para apoyar las bolsas en el mostrador de la cocina.
El lugar apestaba a humo de cigarrillo y suciedad.
—¿Mamá?—llamé.
Sabía que se encontraba aquí.
El viejo Chevelle destartalado que conducía se hallaba en el patio. No la iba a dejar evitarme.
Adeudaba el alquiler.
Necesitaba cualquier otra boleta que podría haber llegado en el correo.
—Está dumiendo—dijo Bree en un susurro.
No pude evitar fruncir el entrecejo.
Siempre dormía. Si no dormía, se encontraba fuera bebiendo.
—El idiota la dejó ayer. Se ha escondido desde entonces—dijo Ryder mientras ponía sus alimentos junto a los míos.
Hasta nunca.
El hombre era un vago.
Si no fuera por los chicos, nunca vendría a este lugar. Pero mi mamá tenía la custodia completa porque en Alabama, mientras tengas un techo y no abuses de los chicos, entonces te los puedes quedar.
Es una jodida mierda.
—¿Compraste litos de leche?—preguntó Bree asombrada, mientras sacaba los tres litros de leche de una bolsa de papel.
—Claro que sí. ¿Cómo te vas a comer dos cajas de Fruity Pebbles si no tienes nada de leche?—pregunté agachándome para mirarla a los ojos.
—Tana, no creo que pueda beder todo.
Mierda, era linda.
Agité sus rulos y me levanté.
—Bien, entonces creo que tendrás que compartir con los chicos.
Bree asintió seriamente como si coincidiera con que era una buena idea.
—¡Compraste rollos de pizza! ¡SÍ!—ovacionó Ryder mientras sacaba una gran caja de su comida favorita y corría hacia el congelador con esta.
Verlos emocionarse por comida hacía que todo estuviera bien de nuevo.
Cuando tenía su edad, había pasado semanas sin nada, salvo pan blanco y agua.
A mamá no le importaba si comía o no.
Si no fuera por mi mejor amiga, Quinn Fabray, que compartía su almuerzo todos los días conmigo en el colegio, probablemente habría muerto por mal nutrición.
No dejaría que eso les pasara a los chicos.
—Pensé que te dije que te vayas. Ya causaste demasiados problemas por aquí. Echaste a Randy. Se fue. No lo puedo culpar después de que le rompiste la nariz por nada—mamá despertó.
Puse las últimas latas de ravioles en el armario antes de girarme a saludarla.
Tenía puesta una bata manchada que alguna vez fue blanca. Ahora era más de un color canela. Su cabello era una espesa maraña y la máscara para pestañas que usó unos días atrás se hallaba desparramada debajo de sus ojos.
Este era el único papá que conocí.
Era un milagro que sobreviviese hasta la edad adulta.
—Hola, mamá—respondí y agarré un paquete de galletitas de queso para guardarlas.
—Los estás sobornando con comida. Pequeña mierda. Sólo te aman porque los alimentas con esas cosas caras. Puedo alimentar a mis propios hijos. No necesito que los malcríes—gruñó mientras arrastraba los pies descalzos hasta la silla de la cocina más cercana y se sentaba.
—Voy a pagar el alquiler antes de irme, pero sé que tienes otras facturas. ¿Dónde están?
Agarró el paquete de cigarrillos que se encontraban sobre el cenicero en el medio de su pequeña mesa marrón de fórmica.
—Las boletas están sobre el refrigerador. Las escondí de Randy. Lo hacían enojar.
Seguro.
La factura del agua y de la luz enojaban al hombre. Mi mamá de seguro que sabía cómo elegirlos.
—Oh, Tana. ¿Puedo comer una de sestas ahora?—preguntó Bree, sosteniendo una naranja.
—Por supuesto que puedes. Ven aquí, la pelaré—contesté estirando mi mano para que me la diera.
—Deja de mimarla. Vienes, la mimas y después te vas. Y tengo que lidiar con su trasero malcriado. Necesita crecer y hacer su propia mierda.
Las palabras acidas de mi mamá no eran nada nuevo. Sin embargo, ver que Bree parpadeaba y se le llenaban los ojos de lágrimas que sabía que no iba a soltar por temor a ser abofeteada hizo que mi sangre hierva.
Me agaché y le besé la cima de la cabeza antes de agarrar la naranja y pelarla.
Enfrentar a mi mamá lo empeoraría.
Cuando me fuera, iba a ser responsabilidad de Ryder que Bree se encontrara a salvo.
Dejarlos aquí no era fácil y no tenía la cantidad de dinero necesaria para ir a la corte con el caso. Y el estilo de vida que elegí para asegurarme de que estuvieran bien y cuidados no era uno que me hiciera lucir favorable en los tribunales.
No tenía más oportunidad de conseguirlos que una bola de nieve en el infierno.
Lo mejor que podía hacer era venir aquí una vez por semana, alimentarlos y asegurarme de que las boletas fueran pagadas. No podía estar cerca de mi mamá mucho más que eso.
—¿Cuándo es la próxima cita de Bree con el doctor?—pregunté, queriendo cambiar el tema y averiguar cuando tenía que recogerla y llevarla.
—Creo que fue la semana pasada. Porque no llamas al doctor y lo averiguas, si estás tan malditamente preocupada. No está enferma. Sólo es una vaga.
Terminé de pelar la naranja, agarré una toalla de papel y se lo acerqué a Bree.
—Gacias, Tana.
Me agaché a su altura.
—De nada. Cómete eso. Es bueno para ti. Apuesto a que Ryder irá contigo al porche si quieres.
Bree frunció el ceño y se inclinó hacia delante.
—Ryder no saldrá porque Katie vive en la puerta delado. Él pensa que es nina.
Sonriendo, miré a Ryder, cuyas mejillas eran de un rojo brillante.
—Demonios, Bree. ¿Por qué tenías que ir y decírselo?
—Cuida el lenguaje frente a tu hermana—le advertí y me paré—No hay razón para que te avergüences porque crees que una chica es bien parecida.
—No la escuches. Está dentro de las bragas de una chica distinta cada noche. Igual que hacía su papá—a mamá le encantaba hacerme lucir mal en frente de los chicos.
Ryder sonrió.
—Lo sé. Cuando crezca voy a ser igual que Santana. Es bueno que le gusten las chicas.
Lo golpeé en la parte trasera de su cabeza.
—Mantenlo en tus pantalones, chico.
Ryder se rió y se encaminó hacia la puerta.
—Vamos, Bree May. Iré contigo afuera por un rato.
No miré de nuevo a mi mamá mientras terminaba de acomodar la comida, luego agarré las facturas de arriba de la nevera.
Jake se sentó silencioso en el taburete del bar, mirándome.
Tendría que pasar un poco más de tiempo con él antes de irme. Era el del medio, el que no peleaba por mi atención.
Envié a los otros dos fuera sabiendo que le gustaba tenerme para él solo.
—Entonces, ¿qué hay de nuevo?—pregunté apoyándome sobre el bar frente a él.
Sonrió y se encogió de hombros.
—No mucho. Quiero jugar fútbol este año, pero mamá dice que es muy costoso y que sería malo porque soy escuálido.
Dios, era una perra.
—¿Sí? Bueno, no estoy de acuerdo. Creo que serías un gran jugador o arquero. ¿Por qué no me consigues la información así la puedo comprobar?
Los ojos de Jake se iluminaron.
—¿En serio? Porque Rory y Joe juegan y viven en las casas rodantes de acá atrás—apuntó hacia la parte trasera del estacionamiento de casas rodantes—Su papá dijo que podría ir con ellos y esas cosas. Sólo necesitaba alguien que complete los papeles y pague.
—Adelante, ve y págalo. Deja que se lastime y veremos de quien será la culpa—dijo mi mamá a través del cigarrillo que colgaba de su boca.
—Estoy segura de que tienen entrenadores y adultos cuidándolos así que es raro que alguien se lastime a esta edad—dije enviándole una mirada de advertencia.
—Me estás haciendo criar al grupo más lastimoso de malcriados del pueblo. Cuando en unos años todos necesiten que alguien pague la fianza de la cárcel, esa mierda dependerá de ti—se paró y regresó a su cuarto.
Una vez que la puerta se cerró detrás de ella, miré a Jake.
—Ignora eso. ¿Me escuchaste? Eres inteligente y vas a lograr algo. Creo en ti.
Jake asintió.
—Lo sé. Gracias por el fútbol.
Me estiré y palmeé su cabeza.
—De nada. Ahora, ¿por qué no me acompañas a mi Jeep?
Brittany
Quinn, mi hermana mayor, se enojó conmigo.
Se convenció de que me quedaba en casa en lugar de ir a Auburn como lo planeé, debido a mamá.
No era así.
En realidad no.
Bueno, quizás un poco.
Al principio lo había hecho por razones completamente egoístas.
Quería que Santana López me notara. De hecho, hace tres meses, mi deseo se había cumplido por unos cuarenta minutos. Desde entonces no me miró ni una vez.
Después de varios intentos lamentables de intentar llamar su atención, dejé de intentarlo.
Desafortunadamente, era un poco tarde para decidir que quería ir a Auburn en lugar del colegio universitario local. Sin embargo, me sentía casi aliviada por no irme lejos.
Mi mama lidiaba con la traición y el abandono de mi papá. Él ahora vivía a una hora de distancia con su nueva novia joven y su hija.
Es por eso que mi hermana ahora solo llevaba el apellido de mi mamá, Fabray.
Irme de aquí, significaba dejar sola a mamá en esta gran casa.
Si no hubiera tomado la decisión de quedarme y tratar de conseguir la atención de Santana, hoy marcharía a Auburn.
Mamá estaría llorando y yo estaría enferma del estómago por la preocupación. Por el momento, ella no era lo suficientemente fuerte como para quedarse sola.
Tal vez el próximo año.
—No puedes vivir aquí para siempre, Britt—dijo Quinn mientras se paseaba delante de mí.
Yo había venido junto a la piscina con la nueva copia de la revista People, esperando conseguir un poco de sol, pero apareció Quinn.
—En algún momento vamos a tener que dejar que mamá aprenda a sobrellevar la situación. Sé que es duro. Mírame, todavía sigo pasando cuatro a cinco veces a la semana para asegurarme de que esté bien. Pero no quiero que renuncies a tus sueños porque te sientes responsable de nuestra mamá.
Hasta hoy me las había arreglado para mantener en secreto la razón por la que no iba a ir a Auburn.
Normalmente, Quinn se encontraba envuelta en su mundo con su prometida, Rachel, y sus cursos virtuales como para mantenerse al día con lo que yo hacía.
—Lo sé, pero tal vez no estaba lista para irme de casa. Tal vez esto es por mí. ¿Alguna vez lo has pensado?
Quinn frunció el ceño y se frotó la barbilla con fuerza, lo que significaba que se sentía frustrada.
—De acuerdo. Bien. Digamos que todavía no quieres irte. ¿Has considerado quizá ir en enero? ¿Adquirir experiencia con la universidad, mientras estás en casa y luego arriesgarte?
Suspirando, puse la revista en mi regazo. Renunciaría a leerlo hasta que ella se desahogara.
—No, no lo he considerado, porque eso es una estupidez. Puedo ir un año entero aquí y transferirme el próximo año. A mí me funciona. Conozco a la gente de aquí y quiero estar para la boda. Quiero ayudar a Rachel a planearlo. No quiero estar a cuatro horas de distancia y perderme todo esto.
Le di un golpe bajo.
Cualquier cosa que tenga que ver con su boda y se suavizaba.
Quinn dejó su interminable caminata y se sentó en el extremo de la silla junto a mí.
—¿Así que esto es porque quieres quedarte en casa? ¿Todavía no estás lista para irte? Porque si ese es el caso, entonces me parece bien. No quiero que te vayas si no estás lista. Seguro que no quiero que vayas a Auburn. Pero si esto es lo que tú quieres, entonces soy feliz. Es sólo que no quiero que lo que papá hizo nos quite más de nuestras vidas de lo que ya nos quitó.
Era una buena chica.
¿Por qué no podía enamorarme de una persona buena como mi sobreprotectora y cariñosa hermana?
Había chicos y chicas como ella.
Conocí a algunos.
¿Por qué tuve que obsesionarme con una mujeriega?
—Es por mí. Lo juro.
Quinn asintió y golpeó mi pie antes de levantarse.
—Bien. Ahora me siento mejor. Ya que hoy no te vas, estás invitada a la fiesta de compromiso que los chicos prepararon para mí y Rachel.
¿Chicos?
—¿Qué chicos?
—Ya sabes, los chicos. Mike, Santana, Artie, bueno en realidad es Tina y un poco San la que más está haciendo y los chicos preparan el alcohol.
—¿Necesita ayuda?—pregunté, pensando en lo ridículo que era que estuviera preguntando con la esperanza de estar junto a Santana en alguna parte de la planificación.
—Sí, seguro que la necesita. ¿Por qué no la llamas?
Eso haría.
Hoy.
—De acuerdo. ¿Cuándo es?
—El viernes en la noche.
Alguno de los chicos bajaría corriendo y terminaría con un tobillo torcido, o peor, una pierna rota, si lo ignoraba.
Pasando por encima de este, realicé el resto del camino hacia arriba por la escalera del remolque de mi mamá.
Pasó una semana desde que vine y comprobé como iban las cosas.
El último novio de mi mamá bebía, y terminé golpeándolo cuando le dijo idiota a mi hermana de siete años, Bree, por derramar su vaso de jugo de naranja.
Reventé su labio.
Mamá me gritó y dijo que me fuera. Me imaginé que una semana sería tiempo suficiente para que ella lo superase.
La puerta de tela metálica se abrió y me saludó una gran sonrisa sin dientes.
—¡Tana está aquí!—gritó Jake, mi hermano de ocho años, antes de envolver los brazos a mis piernas.
—Hola, amigo, ¿cómo estás?—pregunté incapaz de devolverle el abrazo.
Mis brazos se encontraban llenos de las provisiones para la semana.
—Trajo comida—anunció Ryder, mi hermano de once años, mientras salía y se extendía por una de las bolsas que llevaba.
—Las tengo. Hay más en el jeep. Ve a buscarlas, pero cuidado con el último escalón. Está a punto de salirse. Tengo que arreglarlo.
Ryder asintió y corrió hacia el Jeep.
—¿Me trajiste desos cereales que me justan?—me preguntó Bree mientras entraba en la sala de estar.
Bree tenía un retraso en su desarrollo del habla. Yo culpaba a mi mamá por su falta de cuidado.
—Sip, Bree May, te traje dos cajas—le aseguré, y caminé a través de la gastada y descolorida alfombra azul, para apoyar las bolsas en el mostrador de la cocina.
El lugar apestaba a humo de cigarrillo y suciedad.
—¿Mamá?—llamé.
Sabía que se encontraba aquí.
El viejo Chevelle destartalado que conducía se hallaba en el patio. No la iba a dejar evitarme.
Adeudaba el alquiler.
Necesitaba cualquier otra boleta que podría haber llegado en el correo.
—Está dumiendo—dijo Bree en un susurro.
No pude evitar fruncir el entrecejo.
Siempre dormía. Si no dormía, se encontraba fuera bebiendo.
—El idiota la dejó ayer. Se ha escondido desde entonces—dijo Ryder mientras ponía sus alimentos junto a los míos.
Hasta nunca.
El hombre era un vago.
Si no fuera por los chicos, nunca vendría a este lugar. Pero mi mamá tenía la custodia completa porque en Alabama, mientras tengas un techo y no abuses de los chicos, entonces te los puedes quedar.
Es una jodida mierda.
—¿Compraste litos de leche?—preguntó Bree asombrada, mientras sacaba los tres litros de leche de una bolsa de papel.
—Claro que sí. ¿Cómo te vas a comer dos cajas de Fruity Pebbles si no tienes nada de leche?—pregunté agachándome para mirarla a los ojos.
—Tana, no creo que pueda beder todo.
Mierda, era linda.
Agité sus rulos y me levanté.
—Bien, entonces creo que tendrás que compartir con los chicos.
Bree asintió seriamente como si coincidiera con que era una buena idea.
—¡Compraste rollos de pizza! ¡SÍ!—ovacionó Ryder mientras sacaba una gran caja de su comida favorita y corría hacia el congelador con esta.
Verlos emocionarse por comida hacía que todo estuviera bien de nuevo.
Cuando tenía su edad, había pasado semanas sin nada, salvo pan blanco y agua.
A mamá no le importaba si comía o no.
Si no fuera por mi mejor amiga, Quinn Fabray, que compartía su almuerzo todos los días conmigo en el colegio, probablemente habría muerto por mal nutrición.
No dejaría que eso les pasara a los chicos.
—Pensé que te dije que te vayas. Ya causaste demasiados problemas por aquí. Echaste a Randy. Se fue. No lo puedo culpar después de que le rompiste la nariz por nada—mamá despertó.
Puse las últimas latas de ravioles en el armario antes de girarme a saludarla.
Tenía puesta una bata manchada que alguna vez fue blanca. Ahora era más de un color canela. Su cabello era una espesa maraña y la máscara para pestañas que usó unos días atrás se hallaba desparramada debajo de sus ojos.
Este era el único papá que conocí.
Era un milagro que sobreviviese hasta la edad adulta.
—Hola, mamá—respondí y agarré un paquete de galletitas de queso para guardarlas.
—Los estás sobornando con comida. Pequeña mierda. Sólo te aman porque los alimentas con esas cosas caras. Puedo alimentar a mis propios hijos. No necesito que los malcríes—gruñó mientras arrastraba los pies descalzos hasta la silla de la cocina más cercana y se sentaba.
—Voy a pagar el alquiler antes de irme, pero sé que tienes otras facturas. ¿Dónde están?
Agarró el paquete de cigarrillos que se encontraban sobre el cenicero en el medio de su pequeña mesa marrón de fórmica.
—Las boletas están sobre el refrigerador. Las escondí de Randy. Lo hacían enojar.
Seguro.
La factura del agua y de la luz enojaban al hombre. Mi mamá de seguro que sabía cómo elegirlos.
—Oh, Tana. ¿Puedo comer una de sestas ahora?—preguntó Bree, sosteniendo una naranja.
—Por supuesto que puedes. Ven aquí, la pelaré—contesté estirando mi mano para que me la diera.
—Deja de mimarla. Vienes, la mimas y después te vas. Y tengo que lidiar con su trasero malcriado. Necesita crecer y hacer su propia mierda.
Las palabras acidas de mi mamá no eran nada nuevo. Sin embargo, ver que Bree parpadeaba y se le llenaban los ojos de lágrimas que sabía que no iba a soltar por temor a ser abofeteada hizo que mi sangre hierva.
Me agaché y le besé la cima de la cabeza antes de agarrar la naranja y pelarla.
Enfrentar a mi mamá lo empeoraría.
Cuando me fuera, iba a ser responsabilidad de Ryder que Bree se encontrara a salvo.
Dejarlos aquí no era fácil y no tenía la cantidad de dinero necesaria para ir a la corte con el caso. Y el estilo de vida que elegí para asegurarme de que estuvieran bien y cuidados no era uno que me hiciera lucir favorable en los tribunales.
No tenía más oportunidad de conseguirlos que una bola de nieve en el infierno.
Lo mejor que podía hacer era venir aquí una vez por semana, alimentarlos y asegurarme de que las boletas fueran pagadas. No podía estar cerca de mi mamá mucho más que eso.
—¿Cuándo es la próxima cita de Bree con el doctor?—pregunté, queriendo cambiar el tema y averiguar cuando tenía que recogerla y llevarla.
—Creo que fue la semana pasada. Porque no llamas al doctor y lo averiguas, si estás tan malditamente preocupada. No está enferma. Sólo es una vaga.
Terminé de pelar la naranja, agarré una toalla de papel y se lo acerqué a Bree.
—Gacias, Tana.
Me agaché a su altura.
—De nada. Cómete eso. Es bueno para ti. Apuesto a que Ryder irá contigo al porche si quieres.
Bree frunció el ceño y se inclinó hacia delante.
—Ryder no saldrá porque Katie vive en la puerta delado. Él pensa que es nina.
Sonriendo, miré a Ryder, cuyas mejillas eran de un rojo brillante.
—Demonios, Bree. ¿Por qué tenías que ir y decírselo?
—Cuida el lenguaje frente a tu hermana—le advertí y me paré—No hay razón para que te avergüences porque crees que una chica es bien parecida.
—No la escuches. Está dentro de las bragas de una chica distinta cada noche. Igual que hacía su papá—a mamá le encantaba hacerme lucir mal en frente de los chicos.
Ryder sonrió.
—Lo sé. Cuando crezca voy a ser igual que Santana. Es bueno que le gusten las chicas.
Lo golpeé en la parte trasera de su cabeza.
—Mantenlo en tus pantalones, chico.
Ryder se rió y se encaminó hacia la puerta.
—Vamos, Bree May. Iré contigo afuera por un rato.
No miré de nuevo a mi mamá mientras terminaba de acomodar la comida, luego agarré las facturas de arriba de la nevera.
Jake se sentó silencioso en el taburete del bar, mirándome.
Tendría que pasar un poco más de tiempo con él antes de irme. Era el del medio, el que no peleaba por mi atención.
Envié a los otros dos fuera sabiendo que le gustaba tenerme para él solo.
—Entonces, ¿qué hay de nuevo?—pregunté apoyándome sobre el bar frente a él.
Sonrió y se encogió de hombros.
—No mucho. Quiero jugar fútbol este año, pero mamá dice que es muy costoso y que sería malo porque soy escuálido.
Dios, era una perra.
—¿Sí? Bueno, no estoy de acuerdo. Creo que serías un gran jugador o arquero. ¿Por qué no me consigues la información así la puedo comprobar?
Los ojos de Jake se iluminaron.
—¿En serio? Porque Rory y Joe juegan y viven en las casas rodantes de acá atrás—apuntó hacia la parte trasera del estacionamiento de casas rodantes—Su papá dijo que podría ir con ellos y esas cosas. Sólo necesitaba alguien que complete los papeles y pague.
—Adelante, ve y págalo. Deja que se lastime y veremos de quien será la culpa—dijo mi mamá a través del cigarrillo que colgaba de su boca.
—Estoy segura de que tienen entrenadores y adultos cuidándolos así que es raro que alguien se lastime a esta edad—dije enviándole una mirada de advertencia.
—Me estás haciendo criar al grupo más lastimoso de malcriados del pueblo. Cuando en unos años todos necesiten que alguien pague la fianza de la cárcel, esa mierda dependerá de ti—se paró y regresó a su cuarto.
Una vez que la puerta se cerró detrás de ella, miré a Jake.
—Ignora eso. ¿Me escuchaste? Eres inteligente y vas a lograr algo. Creo en ti.
Jake asintió.
—Lo sé. Gracias por el fútbol.
Me estiré y palmeé su cabeza.
—De nada. Ahora, ¿por qué no me acompañas a mi Jeep?
Brittany
Quinn, mi hermana mayor, se enojó conmigo.
Se convenció de que me quedaba en casa en lugar de ir a Auburn como lo planeé, debido a mamá.
No era así.
En realidad no.
Bueno, quizás un poco.
Al principio lo había hecho por razones completamente egoístas.
Quería que Santana López me notara. De hecho, hace tres meses, mi deseo se había cumplido por unos cuarenta minutos. Desde entonces no me miró ni una vez.
Después de varios intentos lamentables de intentar llamar su atención, dejé de intentarlo.
Desafortunadamente, era un poco tarde para decidir que quería ir a Auburn en lugar del colegio universitario local. Sin embargo, me sentía casi aliviada por no irme lejos.
Mi mama lidiaba con la traición y el abandono de mi papá. Él ahora vivía a una hora de distancia con su nueva novia joven y su hija.
Es por eso que mi hermana ahora solo llevaba el apellido de mi mamá, Fabray.
Irme de aquí, significaba dejar sola a mamá en esta gran casa.
Si no hubiera tomado la decisión de quedarme y tratar de conseguir la atención de Santana, hoy marcharía a Auburn.
Mamá estaría llorando y yo estaría enferma del estómago por la preocupación. Por el momento, ella no era lo suficientemente fuerte como para quedarse sola.
Tal vez el próximo año.
—No puedes vivir aquí para siempre, Britt—dijo Quinn mientras se paseaba delante de mí.
Yo había venido junto a la piscina con la nueva copia de la revista People, esperando conseguir un poco de sol, pero apareció Quinn.
—En algún momento vamos a tener que dejar que mamá aprenda a sobrellevar la situación. Sé que es duro. Mírame, todavía sigo pasando cuatro a cinco veces a la semana para asegurarme de que esté bien. Pero no quiero que renuncies a tus sueños porque te sientes responsable de nuestra mamá.
Hasta hoy me las había arreglado para mantener en secreto la razón por la que no iba a ir a Auburn.
Normalmente, Quinn se encontraba envuelta en su mundo con su prometida, Rachel, y sus cursos virtuales como para mantenerse al día con lo que yo hacía.
—Lo sé, pero tal vez no estaba lista para irme de casa. Tal vez esto es por mí. ¿Alguna vez lo has pensado?
Quinn frunció el ceño y se frotó la barbilla con fuerza, lo que significaba que se sentía frustrada.
—De acuerdo. Bien. Digamos que todavía no quieres irte. ¿Has considerado quizá ir en enero? ¿Adquirir experiencia con la universidad, mientras estás en casa y luego arriesgarte?
Suspirando, puse la revista en mi regazo. Renunciaría a leerlo hasta que ella se desahogara.
—No, no lo he considerado, porque eso es una estupidez. Puedo ir un año entero aquí y transferirme el próximo año. A mí me funciona. Conozco a la gente de aquí y quiero estar para la boda. Quiero ayudar a Rachel a planearlo. No quiero estar a cuatro horas de distancia y perderme todo esto.
Le di un golpe bajo.
Cualquier cosa que tenga que ver con su boda y se suavizaba.
Quinn dejó su interminable caminata y se sentó en el extremo de la silla junto a mí.
—¿Así que esto es porque quieres quedarte en casa? ¿Todavía no estás lista para irte? Porque si ese es el caso, entonces me parece bien. No quiero que te vayas si no estás lista. Seguro que no quiero que vayas a Auburn. Pero si esto es lo que tú quieres, entonces soy feliz. Es sólo que no quiero que lo que papá hizo nos quite más de nuestras vidas de lo que ya nos quitó.
Era una buena chica.
¿Por qué no podía enamorarme de una persona buena como mi sobreprotectora y cariñosa hermana?
Había chicos y chicas como ella.
Conocí a algunos.
¿Por qué tuve que obsesionarme con una mujeriega?
—Es por mí. Lo juro.
Quinn asintió y golpeó mi pie antes de levantarse.
—Bien. Ahora me siento mejor. Ya que hoy no te vas, estás invitada a la fiesta de compromiso que los chicos prepararon para mí y Rachel.
¿Chicos?
—¿Qué chicos?
—Ya sabes, los chicos. Mike, Santana, Artie, bueno en realidad es Tina y un poco San la que más está haciendo y los chicos preparan el alcohol.
—¿Necesita ayuda?—pregunté, pensando en lo ridículo que era que estuviera preguntando con la esperanza de estar junto a Santana en alguna parte de la planificación.
—Sí, seguro que la necesita. ¿Por qué no la llamas?
Eso haría.
Hoy.
—De acuerdo. ¿Cuándo es?
—El viernes en la noche.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
san si que la tiene dificil con la madre,..
britt se queda,... la boda puede que ocupe menos de el 0,0000001 de lo que se le va a cruzar por la cabeza,..
nos vemos!!
san si que la tiene dificil con la madre,..
britt se queda,... la boda puede que ocupe menos de el 0,0000001 de lo que se le va a cruzar por la cabeza,..
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
La morena evitando a Britt después de lo que paso.... Aunque ya no tendrá oportunidad, haber que tal les va de nuevo juntas
Y parece ser que cada una lidia con una madre difícil :/
Y parece ser que cada una lidia con una madre difícil :/
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
vaya santana la tiene dificil con esa madre, y encima lo hizo con la hermanita de su mejor amiga, a ver como va esa fiesta!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
san si que la tiene dificil con la madre,..
britt se queda,... la boda puede que ocupe menos de el 0,0000001 de lo que se le va a cruzar por la cabeza,..
nos vemos!!
Hola lu, uff si que si ¬¬ Eso dice... JAjajaajajajjajajaj xD nose xq te creo jajaajajaj. Saludos =D
JVM escribió:La morena evitando a Britt después de lo que paso.... Aunque ya no tendrá oportunidad, haber que tal les va de nuevo juntas
Y parece ser que cada una lidia con una madre difícil :/
Hola, xq se me hace logico en ella o q eso pasaria =/ ¿? Nones, espero y mucho mejor q antes jajajaajaj. Uff si, pero una lo mas q la otra =/ pobre san...Saludos =D
micky morales escribió:vaya santana la tiene dificil con esa madre, y encima lo hizo con la hermanita de su mejor amiga, a ver como va esa fiesta!!!!
Hola, y creo q decir dificil es poco =/ Uff esk se le complicaron mas las cosas, no¿? Aquí dejo el siguiente cap para saberlo! SAludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 2
Capitulo 2
Santana
—¿Dónde pongo estas bolas grandes de papel, y que son, de todos modos?
Tina, la única mujer que logró conseguir que uno de mis amigos se casara, me miró desde su posición en lo alto de la escalera y se rió.
—Pon la caja de los faroles en la mesa de ahí al lado de las flores—me indicó Tina, antes de volver a atar la cinta en el techo.
Cuando acepté ayudar con esta fiesta para Quinn y Rachel, pensé que significaba que pagaba para la cerveza.
No llevar y colgar mierda todo el día.
Tina exigió que todos estuviéramos aquí a las ocho esta mañana. Apenas nos había dado un descanso para el almuerzo.
La próxima vez que uno de mis amigos idiotas se comprometiera, no cometería el error de ofrecerme para ayudar de nuevo.
—Cinco cajas más en el camión, San. ¿Por qué estás parada?—preguntó Mike, mientras caminaba detrás de mí y dejaba caer una caja sobre la mesa.
—Estoy tratando de encontrar una manera de salir pitando de aquí.
Mike se rió.
—Buena suerte con eso. Mi mujer no va a dejar a nadie libre hasta que esta cosa luzca como quiere.
—Una advertencia de que Tina era una nazi decorando fiestas habría estado bien.
Mike me golpeó la espalda.
—Nop. Entonces sólo sería Tina y yo. Quería que ustedes sufrieran conmigo.
Bien.
Cinco cajas más y luego encontraría una manera de escapar.
Seguí a Mike hacia el camión. Un pequeño Mercedes conocido estacionó en la entrada.
¿Qué demonios hacía Brittany aquí?
Se suponía que debía estar a buen recaudo en la universidad. No habría venido al departamento de la playa de los Pierce Fabray si hubiera pensado que existía la posibilidad de que pudiera estar aquí.
Maldita sea.
La chica me volvía loca.
Empezó a coquetear conmigo pesadamente hace tres meses.
Y no paraba.
No era alguien con quien debía estar coqueteando. Mi vida era demasiado para los gustos de una inocente como Brittany.
La puerta de su coche se abrió y salió una pierna muy larga y pálida.
Me detuve.
Era débil en lo que respectaba a ella.
Después de un sueño muy vívido de cómo se sentía y sabía, había cerrado los ojos y fingido que todas las demás mujeres que terminaba follando eran Brittany.
Era una escoria lamentable por hacerlo, pero... ah, demonios...
Brittany se levantó y los diminutos pantalones cortos rojos que llevaba hicieron que esas largas piernas, que terminaban en un par de tacones rojos, parecieran infinitas.
Joder, iba a tener mis bragas húmedas.
Estuve pensando en esas piernas envueltas alrededor de mí durante tres meses demasiado largos.
Si me hubiera tratado como la mierda que era, entonces sería más fácil ignorarla, pero no lo hizo.
Sonrió, batió sus pestañas largas y apartó su cabello rubio sobre su hombro.
Incluso las pocas noches que se las arregló para emborracharse en Live Bay, el club local, la inocencia que salía de ella era una señal importante.
—¡Agarra una caja!—me gritó Mike, mientras sacaba otra de las cajas del camión.
No hice contacto visual con ella.
No podía.
Sonreiría, y sería una idiota tratando de hacer que se vaya. Ignorarla funcionaba mejor.
No vería ese dulce destello coqueto en sus ojos, de pronto convertirse en dolor cuando abriera mi boca y escupiera mentiras.
Lo vi demasiadas veces este verano.
Me quedaba bien lejos de eso.
Mi corazón no podía soportarlo.
Agarrando una caja, me dirigí de nuevo al departamento de su papá. Se encontraba directamente sobre la playa, y en un lugar perfecto para la fiesta de esta noche.
El patio se abría a la piscina de este departamento —que habíamos reservado para una fiesta privada.
—Hola, Santana—Brittany se encontraba a mi lado.
Era implacable.
—Britt, ¿no se supone que a estas alturas debes estar en la universidad?
Por favor, Dios, que se vaya y se aleje de mi mente sucia.
—Este año me quedo aquí. Decidí que todavía no estoy lista para irme de casa.
Bueno, jódeme.
¿Se quedaba aquí?
¡No!
Necesitaba que se fuera antes de que hiciera algo estúpido.
Como arrastrar su culo al dormitorio más cercano y quitarle los pantalones cortos rojos, luego, degustar cada centímetro de ella.
—Vas a tener que crecer, Britt. No puedes quedarte en casa con mamá para siempre.
Era una idiota.
No tuve que echar un vistazo para saber que Brittany dejó de caminar junto a mí.
Lo hice otra vez.
Lo único que siempre conseguía era decir cosas para herir sus sentimientos.
Tenía que dejar esto así, sólo entrar y fingir que ni siquiera habíamos hablado.
Pero no podía.
Me detuve y me di la vuelta para mirarla. Se encontraba de pie con las manos cruzadas firmemente frente a ella, presionando sus pechos y —¡mierda! No llevaba sujetador bajo esa ligera camisita que tenía puesta. Podías ver sus pezones asomando a través de la tela.
¿Qué hacía?
No debía vestirse así.
—Britt, ve a ponerte un sostén. Sé que tus tetas no son tan grandes como las mías, pero esa camisa requiere un sujetador.
Sus grandes ojos azules se llenaron de lágrimas contenidas.
Fue un puñetazo en el estómago.
Odiaba que cada palabra que le decía fuera cruel, pero debía permanecer lejos de mí.
No tenía ni idea de quién era exactamente.
Nadie lo sabía.
Tenía muchas cosas diferentes para personas diferentes.
A veces ya no sabía quién demonios era.
Agachó la cabeza, y cabello el largo y rubio cayó sobre los hombros. Cruzó los brazos sobre su pecho y caminó rápidamente más allá de mí y entró al departamento. Dejé la caja en el suelo junto a la puerta, luego me volví y me dirigí a mi Jeep.
No podía quedarme aquí.
Tenía que ir a pegarle a algo antes de que enloqueciera.
Brittany
Hasta aquí llegué.
No más.
No podía seguir tratando de gustarle a Santana.
Actuaba como si todavía fuera la hermana pequeña de su mejor amiga y no me hubiera follado detrás de un club.
Esto sólo me dolía más.
Ya era hora de superarla.
Olvidarla.
Acababa de decirme cuán carente era mi cuerpo. Acababa de ponerme el recuerdo de cómo perdí mi virginidad.
Debía olvidarla y no mirar atrás.
Además, no es que pudiera compartir la experiencia con alguien. Ya era bastante humillante saber que salió corriendo.
Ni siquiera me había besado.
La idea de besarme le repugnaba mucho.
No necesitaba ver a nadie por el momento.
Corrí hacia las escaleras en lugar de ir a la sala, donde todo el mundo se preparaba.
Marley Rose, mi mejor amiga, estaría aquí esta noche. No estaría sola en esta multitud de personas.
Cerrando la puerta de mi dormitorio en la casa de mi papá, saqué el teléfono de mi bolso y llamé a Marley.
No le había contado todo.
No tenía ni idea de que le di a Santana mi virginidad en una unidad de almacenaje como una puta barata.
Me avergonzaba demasiado decirle esa parte de la verdad horrible. Pero sabía que Santana coqueteó mucho conmigo y que fuimos a su jeep y nos liamos un poco antes de que se marchara y me dejara.
—Hola—la voz de Marley era feliz y alegre.
Kitty, su novia estrella del rock, se encontraba en la ciudad.
Ella siempre estaba en el séptimo cielo cuando la ojiverde venía de visita.
Esta vez vino para empacar sus maletas y trasladarla a California. Trataba de no pensar en eso.
—Sé que tu chica y tú están empacando, pero quería asegurarme de que vienes esta noche.
No había sido capaz de enmascarar el dolor en mi voz.
Iba a darse cuenta.
—Sí. ¿Qué sucede, Brittany?—podía oír la preocupación en su voz.
Tragando el nudo en mi garganta, agarré el teléfono con fuerza y traté de controlar mis emociones.
—Simplemente no quiero estar sola. Con... todos.
Marley suspiró.
—¿Se trata de Santana? Te juro que quiero patear su culo.
—No. Es... está bien, bueno, tal vez sí pero es mi culpa. Debí haberme quedado lejos de ella. Sabía que era así.
Tal vez no sabía que me follaría y se alejaría, que nunca volvería a ser amable conmigo.
Pero sabía que era una mujeriega.
Esta era su despedida.
—Estaré ahí. No estarás sola. De hecho, tendrás una cita.
Dejé de parpadear para controlar las lágrimas y esperé una explicación de su última declaración.
¿Qué quiso decir con “una cita”?
¿Acaso iba a compartir a Kitty?
No… eso no tenía sentido.
—¿Eh?
Marley aclaró su garganta, luego cubrió el teléfono con su mano, y la oí bajar la voz. Esperé pacientemente a que dejara su conversación privada y me pusiera al tanto.
—Está bien. Aquí está la cosa. Sam, el hermano de Kitty, también está aquí. Lo conociste hace unos seis meses, ¿recuerdas? Estuvo en la fiesta de cumpleaños que organicé para Kitty en la casa de la playa.
—Claro que me acuerdo de Sam. Es difícil de olvidar.
Se parecía mucho a Kitty. Sólo que él tenía una actitud más tranquila.
Tuve que hablar con él esa noche porque no dijo mucho.
—Bueno, ha estado preguntando por ti. Sabía que estabas colgada de Santana, lo que no puedo entender. Es lindo y todo, pero es un mujeriego. Sam te volvió a mencionar hoy.
¿Le gustaba a Sam, el hermano menor de la rompecorazones adolescente más grande del mundo?
—Uh, bueno, um, bien. Creo. Quiero decir, ¿en serio? ¿Sam? Sale con modelos y esas cosas. Lo vi en Teen Heat la semana pasada con Kipley McKnowel. No puedo competir con eso. La he visto en comerciales de maquillaje.
Marley se rió.
—Está retocada en ese comercial. No es tan fabulosa en la vida real. La conocí. Confía en mí. Además, estuvo con ella una vez. Dijo que le faltaba inteligencia. No le interesaba.
—Sam… ¿en serio?
Me costaba comprender esto.
Recientemente me había acostumbrado a que Kitty Wilde apareciera al azar en mi casa del brazo de Marley.
¿Ahora salir en una cita con su hermano?
Aunque Sam no tuviera el mismo apellido que su hermana, ya que Kitty se había cambiado su apellido paterno al materno para que su familia no se viera tan involucrada con su carrera, todos sabían que Evans y Wilde era la misma familia.
Y yo tendría una cita con Sam Evans Wilde.
—Sí, en serio. Consideraré que estás interesada—el tono divertido de Marley me hizo sonreír.
Quizás era lo que necesitaba para superar a Santana.
No me quería.
Tenía que afrontarlo.
—Está bien. Sí, quiero decir, si está seguro.
—Eres ingenua, Brittany Pierce. Sólo porque no puedes conseguir la atención de una mujer empeñada en acostarse con todo los Estados Unidos no significa que no seas hermosa, inteligente y muy atractiva para cualquier tipo con dos ojos y un cerebro. Confía en mí, ¿sí?
La pesadez en mi pecho disminuyó un poco.
El dolor seguía ahí, pero la esperanza de que podía seguir adelante y dejar de ser lastimada por Santana fue un alivio.
Todavía no podía creer que iba a estar con Sam Evans Wilde.
Esta noche ya no parecía tan mala.
—Confío en ti. Ahora, ¿qué me pongo?
Tina, la única mujer que logró conseguir que uno de mis amigos se casara, me miró desde su posición en lo alto de la escalera y se rió.
—Pon la caja de los faroles en la mesa de ahí al lado de las flores—me indicó Tina, antes de volver a atar la cinta en el techo.
Cuando acepté ayudar con esta fiesta para Quinn y Rachel, pensé que significaba que pagaba para la cerveza.
No llevar y colgar mierda todo el día.
Tina exigió que todos estuviéramos aquí a las ocho esta mañana. Apenas nos había dado un descanso para el almuerzo.
La próxima vez que uno de mis amigos idiotas se comprometiera, no cometería el error de ofrecerme para ayudar de nuevo.
—Cinco cajas más en el camión, San. ¿Por qué estás parada?—preguntó Mike, mientras caminaba detrás de mí y dejaba caer una caja sobre la mesa.
—Estoy tratando de encontrar una manera de salir pitando de aquí.
Mike se rió.
—Buena suerte con eso. Mi mujer no va a dejar a nadie libre hasta que esta cosa luzca como quiere.
—Una advertencia de que Tina era una nazi decorando fiestas habría estado bien.
Mike me golpeó la espalda.
—Nop. Entonces sólo sería Tina y yo. Quería que ustedes sufrieran conmigo.
Bien.
Cinco cajas más y luego encontraría una manera de escapar.
Seguí a Mike hacia el camión. Un pequeño Mercedes conocido estacionó en la entrada.
¿Qué demonios hacía Brittany aquí?
Se suponía que debía estar a buen recaudo en la universidad. No habría venido al departamento de la playa de los Pierce Fabray si hubiera pensado que existía la posibilidad de que pudiera estar aquí.
Maldita sea.
La chica me volvía loca.
Empezó a coquetear conmigo pesadamente hace tres meses.
Y no paraba.
No era alguien con quien debía estar coqueteando. Mi vida era demasiado para los gustos de una inocente como Brittany.
La puerta de su coche se abrió y salió una pierna muy larga y pálida.
Me detuve.
Era débil en lo que respectaba a ella.
Después de un sueño muy vívido de cómo se sentía y sabía, había cerrado los ojos y fingido que todas las demás mujeres que terminaba follando eran Brittany.
Era una escoria lamentable por hacerlo, pero... ah, demonios...
Brittany se levantó y los diminutos pantalones cortos rojos que llevaba hicieron que esas largas piernas, que terminaban en un par de tacones rojos, parecieran infinitas.
Joder, iba a tener mis bragas húmedas.
Estuve pensando en esas piernas envueltas alrededor de mí durante tres meses demasiado largos.
Si me hubiera tratado como la mierda que era, entonces sería más fácil ignorarla, pero no lo hizo.
Sonrió, batió sus pestañas largas y apartó su cabello rubio sobre su hombro.
Incluso las pocas noches que se las arregló para emborracharse en Live Bay, el club local, la inocencia que salía de ella era una señal importante.
—¡Agarra una caja!—me gritó Mike, mientras sacaba otra de las cajas del camión.
No hice contacto visual con ella.
No podía.
Sonreiría, y sería una idiota tratando de hacer que se vaya. Ignorarla funcionaba mejor.
No vería ese dulce destello coqueto en sus ojos, de pronto convertirse en dolor cuando abriera mi boca y escupiera mentiras.
Lo vi demasiadas veces este verano.
Me quedaba bien lejos de eso.
Mi corazón no podía soportarlo.
Agarrando una caja, me dirigí de nuevo al departamento de su papá. Se encontraba directamente sobre la playa, y en un lugar perfecto para la fiesta de esta noche.
El patio se abría a la piscina de este departamento —que habíamos reservado para una fiesta privada.
—Hola, Santana—Brittany se encontraba a mi lado.
Era implacable.
—Britt, ¿no se supone que a estas alturas debes estar en la universidad?
Por favor, Dios, que se vaya y se aleje de mi mente sucia.
—Este año me quedo aquí. Decidí que todavía no estoy lista para irme de casa.
Bueno, jódeme.
¿Se quedaba aquí?
¡No!
Necesitaba que se fuera antes de que hiciera algo estúpido.
Como arrastrar su culo al dormitorio más cercano y quitarle los pantalones cortos rojos, luego, degustar cada centímetro de ella.
—Vas a tener que crecer, Britt. No puedes quedarte en casa con mamá para siempre.
Era una idiota.
No tuve que echar un vistazo para saber que Brittany dejó de caminar junto a mí.
Lo hice otra vez.
Lo único que siempre conseguía era decir cosas para herir sus sentimientos.
Tenía que dejar esto así, sólo entrar y fingir que ni siquiera habíamos hablado.
Pero no podía.
Me detuve y me di la vuelta para mirarla. Se encontraba de pie con las manos cruzadas firmemente frente a ella, presionando sus pechos y —¡mierda! No llevaba sujetador bajo esa ligera camisita que tenía puesta. Podías ver sus pezones asomando a través de la tela.
¿Qué hacía?
No debía vestirse así.
—Britt, ve a ponerte un sostén. Sé que tus tetas no son tan grandes como las mías, pero esa camisa requiere un sujetador.
Sus grandes ojos azules se llenaron de lágrimas contenidas.
Fue un puñetazo en el estómago.
Odiaba que cada palabra que le decía fuera cruel, pero debía permanecer lejos de mí.
No tenía ni idea de quién era exactamente.
Nadie lo sabía.
Tenía muchas cosas diferentes para personas diferentes.
A veces ya no sabía quién demonios era.
Agachó la cabeza, y cabello el largo y rubio cayó sobre los hombros. Cruzó los brazos sobre su pecho y caminó rápidamente más allá de mí y entró al departamento. Dejé la caja en el suelo junto a la puerta, luego me volví y me dirigí a mi Jeep.
No podía quedarme aquí.
Tenía que ir a pegarle a algo antes de que enloqueciera.
Brittany
Hasta aquí llegué.
No más.
No podía seguir tratando de gustarle a Santana.
Actuaba como si todavía fuera la hermana pequeña de su mejor amiga y no me hubiera follado detrás de un club.
Esto sólo me dolía más.
Ya era hora de superarla.
Olvidarla.
Acababa de decirme cuán carente era mi cuerpo. Acababa de ponerme el recuerdo de cómo perdí mi virginidad.
Debía olvidarla y no mirar atrás.
Además, no es que pudiera compartir la experiencia con alguien. Ya era bastante humillante saber que salió corriendo.
Ni siquiera me había besado.
La idea de besarme le repugnaba mucho.
No necesitaba ver a nadie por el momento.
Corrí hacia las escaleras en lugar de ir a la sala, donde todo el mundo se preparaba.
Marley Rose, mi mejor amiga, estaría aquí esta noche. No estaría sola en esta multitud de personas.
Cerrando la puerta de mi dormitorio en la casa de mi papá, saqué el teléfono de mi bolso y llamé a Marley.
No le había contado todo.
No tenía ni idea de que le di a Santana mi virginidad en una unidad de almacenaje como una puta barata.
Me avergonzaba demasiado decirle esa parte de la verdad horrible. Pero sabía que Santana coqueteó mucho conmigo y que fuimos a su jeep y nos liamos un poco antes de que se marchara y me dejara.
—Hola—la voz de Marley era feliz y alegre.
Kitty, su novia estrella del rock, se encontraba en la ciudad.
Ella siempre estaba en el séptimo cielo cuando la ojiverde venía de visita.
Esta vez vino para empacar sus maletas y trasladarla a California. Trataba de no pensar en eso.
—Sé que tu chica y tú están empacando, pero quería asegurarme de que vienes esta noche.
No había sido capaz de enmascarar el dolor en mi voz.
Iba a darse cuenta.
—Sí. ¿Qué sucede, Brittany?—podía oír la preocupación en su voz.
Tragando el nudo en mi garganta, agarré el teléfono con fuerza y traté de controlar mis emociones.
—Simplemente no quiero estar sola. Con... todos.
Marley suspiró.
—¿Se trata de Santana? Te juro que quiero patear su culo.
—No. Es... está bien, bueno, tal vez sí pero es mi culpa. Debí haberme quedado lejos de ella. Sabía que era así.
Tal vez no sabía que me follaría y se alejaría, que nunca volvería a ser amable conmigo.
Pero sabía que era una mujeriega.
Esta era su despedida.
—Estaré ahí. No estarás sola. De hecho, tendrás una cita.
Dejé de parpadear para controlar las lágrimas y esperé una explicación de su última declaración.
¿Qué quiso decir con “una cita”?
¿Acaso iba a compartir a Kitty?
No… eso no tenía sentido.
—¿Eh?
Marley aclaró su garganta, luego cubrió el teléfono con su mano, y la oí bajar la voz. Esperé pacientemente a que dejara su conversación privada y me pusiera al tanto.
—Está bien. Aquí está la cosa. Sam, el hermano de Kitty, también está aquí. Lo conociste hace unos seis meses, ¿recuerdas? Estuvo en la fiesta de cumpleaños que organicé para Kitty en la casa de la playa.
—Claro que me acuerdo de Sam. Es difícil de olvidar.
Se parecía mucho a Kitty. Sólo que él tenía una actitud más tranquila.
Tuve que hablar con él esa noche porque no dijo mucho.
—Bueno, ha estado preguntando por ti. Sabía que estabas colgada de Santana, lo que no puedo entender. Es lindo y todo, pero es un mujeriego. Sam te volvió a mencionar hoy.
¿Le gustaba a Sam, el hermano menor de la rompecorazones adolescente más grande del mundo?
—Uh, bueno, um, bien. Creo. Quiero decir, ¿en serio? ¿Sam? Sale con modelos y esas cosas. Lo vi en Teen Heat la semana pasada con Kipley McKnowel. No puedo competir con eso. La he visto en comerciales de maquillaje.
Marley se rió.
—Está retocada en ese comercial. No es tan fabulosa en la vida real. La conocí. Confía en mí. Además, estuvo con ella una vez. Dijo que le faltaba inteligencia. No le interesaba.
—Sam… ¿en serio?
Me costaba comprender esto.
Recientemente me había acostumbrado a que Kitty Wilde apareciera al azar en mi casa del brazo de Marley.
¿Ahora salir en una cita con su hermano?
Aunque Sam no tuviera el mismo apellido que su hermana, ya que Kitty se había cambiado su apellido paterno al materno para que su familia no se viera tan involucrada con su carrera, todos sabían que Evans y Wilde era la misma familia.
Y yo tendría una cita con Sam Evans Wilde.
—Sí, en serio. Consideraré que estás interesada—el tono divertido de Marley me hizo sonreír.
Quizás era lo que necesitaba para superar a Santana.
No me quería.
Tenía que afrontarlo.
—Está bien. Sí, quiero decir, si está seguro.
—Eres ingenua, Brittany Pierce. Sólo porque no puedes conseguir la atención de una mujer empeñada en acostarse con todo los Estados Unidos no significa que no seas hermosa, inteligente y muy atractiva para cualquier tipo con dos ojos y un cerebro. Confía en mí, ¿sí?
La pesadez en mi pecho disminuyó un poco.
El dolor seguía ahí, pero la esperanza de que podía seguir adelante y dejar de ser lastimada por Santana fue un alivio.
Todavía no podía creer que iba a estar con Sam Evans Wilde.
Esta noche ya no parecía tan mala.
—Confío en ti. Ahora, ¿qué me pongo?
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
no me jodas mas estúpida no puede llegar a ser santana,.. por que no le llega el calenton de britt mas alto,... mas lejos la va a querer, mas serca va a correr a ella,..
britt también sabe jugar y lo hace muy bien,.. jajaja alguien va a sufrir!!!
nos vemos!!
no me jodas mas estúpida no puede llegar a ser santana,.. por que no le llega el calenton de britt mas alto,... mas lejos la va a querer, mas serca va a correr a ella,..
britt también sabe jugar y lo hace muy bien,.. jajaja alguien va a sufrir!!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Muy bien Britt!!!!! Que le de su merecido a Santana!!! Auntie no me guste Sam.
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Por Dios mi odio por labios de zalamandra crece con cada fic!!!! sin embargo si solo sirve para molestar a santana estara bien, por ahora!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Pues aunque no me agrade la idea de que tenga una cita con Sam la morena debe tener una lección y que mejor que ver a la rubia con otra persona
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
no me jodas mas estúpida no puede llegar a ser santana,.. por que no le llega el calenton de britt mas alto,... mas lejos la va a querer, mas serca va a correr a ella,..
britt también sabe jugar y lo hace muy bien,.. jajaja alguien va a sufrir!!!
nos vemos!!
Hola lu, la vrdd esk no, ella ya llego al límite :@ Xq somos así ah¿? JAjajaja si q lo sabe y me parece mas q bn jajajajaj. Si, y espero sea la morena xD ajajajaj, no¿? a ellas no ajajja. Saludos =D
monica.santander escribió:Muy bien Britt!!!!! Que le de su merecido a Santana!!! Auntie no me guste Sam.
Saludos
Hola, siii!!! ella si k sabe jajajaja. Se lo merece!! :@ Nah ni a mi ¬¬ aunk sea para ayudar, nones nones. Saludos =D
micky morales escribió:Por Dios mi odio por labios de zalamandra crece con cada fic!!!! sin embargo si solo sirve para molestar a santana estara bien, por ahora!!!!!
Hola, jajajajajajajajajajajajajaja y el mío y estoy segura q no somos las únicas! a veces hasta pienso q cambiarlo, pero me acuerdo lo q paso el glee y se me pasa jajajajaaj. Mmm si, de algo q sirva ¬¬ jajajaja, pero para ayudar nomas q no se pase! Saludos =D
JVM escribió:Pues aunque no me agrade la idea de que tenga una cita con Sam la morena debe tener una lección y que mejor que ver a la rubia con otra persona
Hola, eso mismo, eso mismo. De algo q sirva ese rubio teñido ¬¬ Q mejor medicina¿? ninguna ajajajajajajaj... se lo merece xD ajajja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 3
Capitulo 3
Santana
Ignoré las pocas llamadas de Mike después de que me apresurara a salir del condominio como una persona corriendo por su vida.
Él tendría que superarlo.
No podía explicarle.
Lanzaría más dinero de lo que había pensado originalmente para compensarlo.
Estar tan cerca de Brittany y no ir tras ella cayendo de rodillas rogándole que me perdonara por la mierda estúpida que dije sería imposible.
Odiaba verla sufrir.
Odiaba hacerlo.
Era una imbécil.
Pero no podía dejar que se me acercara. Ella era muy dulce e inocente.
Cerrando la puerta de mi Jeep, tomé una respiración profunda antes de dirigirme hacia el condominio. La música ya se dejaba oír a través de las ventanas y llenaba el estacionamiento.
Llegué temprano para poder pasarle a Mike un poco de dinero y así superara el hecho de que lo dejé tirado.
Antes de llegar a la puerta, ésta se abrió y Mike salió. Su ceño parecía más de preocupación que de enojo.
Mierda.
—¿Estás bien?—fueron las primeras palabras que salieron de su boca.
Metí la mano en mi bolsillo y saqué un par de cientos.
—Toma esto. Es mi parte de la fiesta. Surgió un problema antes y tuve que correr.
Mike extendió la mano y los tomó, pero no los guardó en su bolsillo. Los sostuvo entre sus dedos.
—¿La cagaste con algo de mierda y no puedes librarte?
¿Qué? Espera… ¿Se refería a drogas?
—Uh, no.
Las cejas de Mike bajaron, y me mostró el dinero que le acababa de dar.
—Entonces, ¿de dónde diablos sacas el dinero que nunca parece escasearte? Porque sé de dónde vienes, chica, y no es una herencia.
Esta no era la primera vez que esquivaba la pregunta. Pero era la primera vez que tenía que tratarla sobria.
—No se trata de drogas, Mike. Ahora pon la mierda en tu bolsillo y déjame entrar.
Mike se removió en sus pies, pero no se movió.
—Sabes que si necesitas ayuda para salir de algo, cubriré tu espalda. ¿De acuerdo?
Cubría mi espalda desde que éramos niños.
También fue al único amigo que invité a mi remolque, mientras crecíamos. Sin embargo sólo lo invité una vez. Mamá estaba tan drogada que lanzó los pocos platos que teníamos por toda la cocina, porque me olvidé de recoger sus botellas vacías de whisky y tirar la basura la noche anterior.
Todavía podía ver la expresión de horror en los ojos de Mike ese día. Había sido la primera y última vez que dejé que alguien fuera.
Asentí, entré rodeándolo y me dirigí a la puerta. Dio una palmada en mi espalda al pasar, y sabía que estábamos bien.
El lugar lucía increíble.
Esas bolas de papel colgaban del techo y se veían bastante bien. Había flores en floreros envueltos con luces blancas por todas partes.
Increíblemente, todavía no se encontraba demasiado lleno, pero sabía que todo el mundo llegaría pronto.
Escaneé la habitación rápidamente por cualquier señal de Brittany. Aún no se encontraba aquí.
Tenía tiempo para tomar una copa y encontrar una mujer a la cual aferrarme antes de que apareciera.
Se hallaban varias estaciones con camareros afuera en el patio y alrededor de la piscina. Me abrí paso hacia ahí. El aire fresco y un trago de Cuervo me sentaría bien.
—Me abandonaste. Debería empujarte a esa piscina—dijo Tina amenazadoramente mientras caminaba hacia mí.
—Lo sé. Lo siento. Le di algo de dinero a Mike para compensarlo. Surgió algo. Me tuve que ir.
Tina rodó los ojos.
—Las putas baratas no son una emergencia. Están a montones.
Dejé que creyera que me fui para echar un polvo.
Era mejor que la verdad.
Que salí corriendo porque Brittany Pierce permanecía tan jodidamente bajo mi piel que no podía pensar con claridad.
Ella fue lo único en mi cabeza mientras aliviaba un poco de tensión en la ducha antes de salir para la fiesta.
—No me presiones. Podría desnudarme y hacer que empiece la fiesta—le contesté con un guiño.
—No me sorprendería—respondió y se alejó.
Paré ante la primera estación de bebidas cuando vi a Artie, otro de mis mejores amigos desde la escuela primaria.
Mike, Quinn, Artie y yo nos mantuvimos unidos desde el día en que a todos nos suspendieron en segundo grado por pelear en el patio de recreo.
Eso hizo que se formara un vínculo que nunca daría por sentado.
Necesitaba una familia.
Se convirtieron en una para mí.
—Pero si es la reina cobarde—dijo Artie—Me presento para ayudar y tu culo ya está huyendo. Claro, no me sorprendió. Me sorprendería más si te quedaras y trabajaras todo el día.
—Cállate, perezoso, sé que no te quedaste todo el día—le contesté con una sonrisa y miré al joven en smoking detrás de la barra—Necesito un trago de tequila.
—Comenzando fuerte, ¿eh? Maldición.
Empecé a responder cuando los ojos de Artie se abrieron y dejó escapar un silbido. Seguí su mirada y casi tragué mi maldita lengua.
Brittany se hallaba aquí.
Vistiendo un vestido blanco corto y ajustado. Sus piernas largas, lo parecían aún más con las sandalias de tacón alto de bronce que llevaba puestos. Su sedoso cabello rubio se encontraba rizado y recogido sobre su cabeza, mientras varios rizos que caían sueltos rozaban su cuello y dejaban sus hombros al descubierto.
Ah, infiernos.
—¿Está con Sam Evans? Joder, espero que no. Quinn se enojará—las palabras de Artie me dieron una bofetada en la cara.
Arranqué mis ojos de ella para mirar el brazo de quién sostenía.
El hermano de Kitty Wilde le sonreía, diciéndole algo. La hacía reír. Ella lo miraba como si fuera fascinante.
Mierda.
Una neblina roja se apoderó de mi visión y empecé a moverme. Una mano se cerró sobre mi brazo y me jaló hacia atrás.
—¿Qué demonios haces?—el tono duro de Artie me sorprendió.
¿Qué hacía?
—Yo, él, ella… No lo sé.
No miré a Artie.
No podía explicar esa reacción estúpida. En cambio, me volví hacia el camarero.
—Que sea uno doble y mantenlo constante.
Brittany
Sam era todo lo que Santana no era.
Educado.
Le gustaba hablar conmigo.
Me hacía sentir atractiva.
No decía cosas malas que hirieran.
No escaneaba la multitud en busca de una mujer para follar. Se encontraba conmigo.
Completamente.
Fue muy agradable.
Me gustaba sentirme deseada.
Entonces, ¿por qué seguía mirando a Santana?
Ya bebía mucho y Quinn ni siquiera llegaba.
—¿Quieres algo de beber?—preguntó Sam a mi lado.
Arranqué mi mirada de Santana y giré hacia mi cita.
—En realidad no. A menos que tú quieras—le contesté.
En serio no quería ir a ninguna parte cerca de la barra. Estar lejos de Santana era lo mejor.
—¿ Tina hizo todo esto? Hizo un trabajo fantástico. Este lugar luce mágico. Muy romántico—dijo Marley con asombro cuando ella y Kitty se acercaron a nosotros.
Se detuvieron en la puerta y dio comienzo la solicitud de autógrafos.
Necesitaba encontrar a Tina y que pusiera fin a eso. Una gran cantidad de gente aquí se acostumbró a tener a Kitty cerca, pero sería nuevo para algunos invitados y supe que Marley también lo notó.
—Sí, trabajó en esto durante todo el día. Dirigió y nosotros seguíamos—le contesté.
Marley me agarró del brazo y me acercó.
—Santana mira hacia acá. No parece feliz. Tenemos que movernos susurró.
Estuve de acuerdo.
—Vamos, vamos a la playa y ver lo que Tina decidió hacer bajo la carpa que tiene por ahí. Sé que están tocando música y es donde está la pista de baile.
—Oh, espera. Quinn y Rach están aquí—dijo Marley, apuntando hacia la puerta por la que habíamos venido.
Se hallaban dentro, hablando con los invitados. Teníamos que ir a hablar con ellas antes de escaparnos a la playa.
—Vamos a saludar primero—le contesté, mirando a Sam para ver si se encontraba de acuerdo con esto.
—Sí, hagamos la cosa de la hermana mayor de una vez. De esa manera puedo estar menos nervioso—el tono divertido en su voz no le quitó la expresión seria en sus ojos.
Se encontraba nervioso.
Quinn me dejaba salir en una cita, siempre y cuando la aprobara. No podía respirarles en el cuello a todos los chicos y chicas o avergonzarme.
—Estará bien. Vamos.
—No sé si debería creerle. Tu apellido también es Wilde—dijo Kitty, arrastrando las palabras.
—Oh, ya basta. Sabes que ha superado eso. Mírala. Está enamorada de Rachel—contestó Marley.
Erase una vez, Quinn estuvo loca por Marley. Así fue como la conocí. Pero Kitty Wilde fue la única persona en ganar el corazón de Marley.
Quinn nunca tuvo una oportunidad.
Cuando Rachel entró a su vida, estuve tan feliz por mi hermana.
Rachel era tan hermosa por dentro como por fuera.
Tuvieron un gran obstáculo que superar gracias a nuestro papá y la hermana de Rachel, pero se amaban lo suficiente.
Más que suficiente.
Quería eso algún día.
—Seré feliz cuando esté casada. Tal vez con un niño o dos—respondió Kitty.
La sonrisa torcida en su cara aseguró que bromeaba. Bueno, tal vez un poco de eso era cierto.
Kitty era increíblemente posesiva con Marley.
No le gustaba que cualquier chico o chica se acercara demasiado. Quinn se acercó demasiado una vez.
Marley rió y la besó en la mejilla.
—Voy a mudarme contigo mañana. ¿Qué más quieres?
Kitty levantó una ceja ante su pregunta.
—¿De verdad quieres que te responda con una audiencia?
Marley se ruborizó y agachó la cabeza, haciendo que Kitty riera.
—Vamos a ver a Quinn. Estas dos sólo se van a poner más asquerosamente dulces cuanto más tiempo permanezcamos aquí—dijo Sam, llevándome más allá de Marley y su hermana.
Quinn y Rachel se encontraban bajo las luces blancas que Tina y yo encadenamos y envolvimos alrededor de varias de las linternas de papel en el centro de la sala principal.
La sonrisa en el rostro de Quinn casi me hizo llorar.
Me encantaba verla tan feliz.
Me encantaba que hubiese encontrado a Rachel. Si alguien merecía un “felices para siempre”, era mi hermana mayor, de gran corazón.
—¿Estás segura que no me lanzará un golpe?—preguntó Sam con la boca muy cerca de mi oído.
Asentí.
—Sí, estoy segura. Vamos.
Como si pudiera oír el susurro, Quinn levantó los ojos para encontrarse con los míos. La sonrisa en su rostro se congeló cuando movió la mirada de mí a Sam, pero sólo por un momento.
La expresión sinceramente feliz regresó cuando hizo contacto visual con Sam.
Al parecer, lo aprobó.
—No esperaba que aparecieras con una cita—dijo Quinn cuando nos detuvimos frente a ella y Rachel.
—Fue algo de último minuto. Sam me salvó de venir aquí sola—le expliqué.
—O tu hermana aceptó salir conmigo, tomé la oportunidad y fui por ello—respondió Sam.
Quinn sonrió y asintió.
—Podrías gustarme.
Rachel le tendió la mano a Sam.
—Soy Rachel, y es muy agradable conocerte. Si tienes la suerte de conseguir una cita con Brittany, entonces debes ser un gran tipo.
Sam le dio la mano a Rachel, entonces me miró con una sonrisa.
—He estado trabajando en conseguir el valor suficiente para pedirle una cita por un tiempo. Esta noche fue mi golpe de suerte.
¿En serio?
¿Ha estado interesado en mí por un tiempo?
Guau.
No me lo esperaba.
Era Sam Evans.
Aparecía en todas las noticias y las revistas del corazón lo amaban.
—Bien, nos agrada que estés aquí—le aseguró Rachel.
—¿Qué hace?—preguntó Quinn, dando un paso hacia adelante, su atención dirigida hacia afuera.
—Mierda—gruñó Mike, corriendo por nuestro lado y hacia las puertas que daban a la piscina.
Quinn fue tras él.
¿Qué pasaba?
Entonces vi a Artie de pie entre Santana, quien se apoyaba contra la barra con una sonrisa divertida en su rostro y un tipo que le gritaba a Santana y le apuntaba sobre el hombro de Artie.
Empecé a seguir a Quinn.
Sucedía algo malo.
¿Santana comenzó una pelea?
¿Por qué hacía esto?
¿Y por qué diablos me importaba tanto?
—Espera, no vayas ahí, Brittany—llamó Rachel cuando empecé a ir detrás de mi hermana.
Quería correr e ignorarla, pero dejaría a Sam detrás.
Los grandes ojos de Marley se encontraron con los míos, ya que ella y Kitty se detuvieron justo detrás de nosotros para dar sus felicitaciones a Quinn y Rachel.
Tenía que darles una razón por la que tenía que ir afuera.
Necesitaba ver si Santana se encontraba bien.
—Regresaré. Puede que me necesiten.
Era lo mejor que se me ocurrió antes de correr detrás de Quinn.
Él tendría que superarlo.
No podía explicarle.
Lanzaría más dinero de lo que había pensado originalmente para compensarlo.
Estar tan cerca de Brittany y no ir tras ella cayendo de rodillas rogándole que me perdonara por la mierda estúpida que dije sería imposible.
Odiaba verla sufrir.
Odiaba hacerlo.
Era una imbécil.
Pero no podía dejar que se me acercara. Ella era muy dulce e inocente.
Cerrando la puerta de mi Jeep, tomé una respiración profunda antes de dirigirme hacia el condominio. La música ya se dejaba oír a través de las ventanas y llenaba el estacionamiento.
Llegué temprano para poder pasarle a Mike un poco de dinero y así superara el hecho de que lo dejé tirado.
Antes de llegar a la puerta, ésta se abrió y Mike salió. Su ceño parecía más de preocupación que de enojo.
Mierda.
—¿Estás bien?—fueron las primeras palabras que salieron de su boca.
Metí la mano en mi bolsillo y saqué un par de cientos.
—Toma esto. Es mi parte de la fiesta. Surgió un problema antes y tuve que correr.
Mike extendió la mano y los tomó, pero no los guardó en su bolsillo. Los sostuvo entre sus dedos.
—¿La cagaste con algo de mierda y no puedes librarte?
¿Qué? Espera… ¿Se refería a drogas?
—Uh, no.
Las cejas de Mike bajaron, y me mostró el dinero que le acababa de dar.
—Entonces, ¿de dónde diablos sacas el dinero que nunca parece escasearte? Porque sé de dónde vienes, chica, y no es una herencia.
Esta no era la primera vez que esquivaba la pregunta. Pero era la primera vez que tenía que tratarla sobria.
—No se trata de drogas, Mike. Ahora pon la mierda en tu bolsillo y déjame entrar.
Mike se removió en sus pies, pero no se movió.
—Sabes que si necesitas ayuda para salir de algo, cubriré tu espalda. ¿De acuerdo?
Cubría mi espalda desde que éramos niños.
También fue al único amigo que invité a mi remolque, mientras crecíamos. Sin embargo sólo lo invité una vez. Mamá estaba tan drogada que lanzó los pocos platos que teníamos por toda la cocina, porque me olvidé de recoger sus botellas vacías de whisky y tirar la basura la noche anterior.
Todavía podía ver la expresión de horror en los ojos de Mike ese día. Había sido la primera y última vez que dejé que alguien fuera.
Asentí, entré rodeándolo y me dirigí a la puerta. Dio una palmada en mi espalda al pasar, y sabía que estábamos bien.
El lugar lucía increíble.
Esas bolas de papel colgaban del techo y se veían bastante bien. Había flores en floreros envueltos con luces blancas por todas partes.
Increíblemente, todavía no se encontraba demasiado lleno, pero sabía que todo el mundo llegaría pronto.
Escaneé la habitación rápidamente por cualquier señal de Brittany. Aún no se encontraba aquí.
Tenía tiempo para tomar una copa y encontrar una mujer a la cual aferrarme antes de que apareciera.
Se hallaban varias estaciones con camareros afuera en el patio y alrededor de la piscina. Me abrí paso hacia ahí. El aire fresco y un trago de Cuervo me sentaría bien.
—Me abandonaste. Debería empujarte a esa piscina—dijo Tina amenazadoramente mientras caminaba hacia mí.
—Lo sé. Lo siento. Le di algo de dinero a Mike para compensarlo. Surgió algo. Me tuve que ir.
Tina rodó los ojos.
—Las putas baratas no son una emergencia. Están a montones.
Dejé que creyera que me fui para echar un polvo.
Era mejor que la verdad.
Que salí corriendo porque Brittany Pierce permanecía tan jodidamente bajo mi piel que no podía pensar con claridad.
Ella fue lo único en mi cabeza mientras aliviaba un poco de tensión en la ducha antes de salir para la fiesta.
—No me presiones. Podría desnudarme y hacer que empiece la fiesta—le contesté con un guiño.
—No me sorprendería—respondió y se alejó.
Paré ante la primera estación de bebidas cuando vi a Artie, otro de mis mejores amigos desde la escuela primaria.
Mike, Quinn, Artie y yo nos mantuvimos unidos desde el día en que a todos nos suspendieron en segundo grado por pelear en el patio de recreo.
Eso hizo que se formara un vínculo que nunca daría por sentado.
Necesitaba una familia.
Se convirtieron en una para mí.
—Pero si es la reina cobarde—dijo Artie—Me presento para ayudar y tu culo ya está huyendo. Claro, no me sorprendió. Me sorprendería más si te quedaras y trabajaras todo el día.
—Cállate, perezoso, sé que no te quedaste todo el día—le contesté con una sonrisa y miré al joven en smoking detrás de la barra—Necesito un trago de tequila.
—Comenzando fuerte, ¿eh? Maldición.
Empecé a responder cuando los ojos de Artie se abrieron y dejó escapar un silbido. Seguí su mirada y casi tragué mi maldita lengua.
Brittany se hallaba aquí.
Vistiendo un vestido blanco corto y ajustado. Sus piernas largas, lo parecían aún más con las sandalias de tacón alto de bronce que llevaba puestos. Su sedoso cabello rubio se encontraba rizado y recogido sobre su cabeza, mientras varios rizos que caían sueltos rozaban su cuello y dejaban sus hombros al descubierto.
Ah, infiernos.
—¿Está con Sam Evans? Joder, espero que no. Quinn se enojará—las palabras de Artie me dieron una bofetada en la cara.
Arranqué mis ojos de ella para mirar el brazo de quién sostenía.
El hermano de Kitty Wilde le sonreía, diciéndole algo. La hacía reír. Ella lo miraba como si fuera fascinante.
Mierda.
Una neblina roja se apoderó de mi visión y empecé a moverme. Una mano se cerró sobre mi brazo y me jaló hacia atrás.
—¿Qué demonios haces?—el tono duro de Artie me sorprendió.
¿Qué hacía?
—Yo, él, ella… No lo sé.
No miré a Artie.
No podía explicar esa reacción estúpida. En cambio, me volví hacia el camarero.
—Que sea uno doble y mantenlo constante.
Brittany
Sam era todo lo que Santana no era.
Educado.
Le gustaba hablar conmigo.
Me hacía sentir atractiva.
No decía cosas malas que hirieran.
No escaneaba la multitud en busca de una mujer para follar. Se encontraba conmigo.
Completamente.
Fue muy agradable.
Me gustaba sentirme deseada.
Entonces, ¿por qué seguía mirando a Santana?
Ya bebía mucho y Quinn ni siquiera llegaba.
—¿Quieres algo de beber?—preguntó Sam a mi lado.
Arranqué mi mirada de Santana y giré hacia mi cita.
—En realidad no. A menos que tú quieras—le contesté.
En serio no quería ir a ninguna parte cerca de la barra. Estar lejos de Santana era lo mejor.
—¿ Tina hizo todo esto? Hizo un trabajo fantástico. Este lugar luce mágico. Muy romántico—dijo Marley con asombro cuando ella y Kitty se acercaron a nosotros.
Se detuvieron en la puerta y dio comienzo la solicitud de autógrafos.
Necesitaba encontrar a Tina y que pusiera fin a eso. Una gran cantidad de gente aquí se acostumbró a tener a Kitty cerca, pero sería nuevo para algunos invitados y supe que Marley también lo notó.
—Sí, trabajó en esto durante todo el día. Dirigió y nosotros seguíamos—le contesté.
Marley me agarró del brazo y me acercó.
—Santana mira hacia acá. No parece feliz. Tenemos que movernos susurró.
Estuve de acuerdo.
—Vamos, vamos a la playa y ver lo que Tina decidió hacer bajo la carpa que tiene por ahí. Sé que están tocando música y es donde está la pista de baile.
—Oh, espera. Quinn y Rach están aquí—dijo Marley, apuntando hacia la puerta por la que habíamos venido.
Se hallaban dentro, hablando con los invitados. Teníamos que ir a hablar con ellas antes de escaparnos a la playa.
—Vamos a saludar primero—le contesté, mirando a Sam para ver si se encontraba de acuerdo con esto.
—Sí, hagamos la cosa de la hermana mayor de una vez. De esa manera puedo estar menos nervioso—el tono divertido en su voz no le quitó la expresión seria en sus ojos.
Se encontraba nervioso.
Quinn me dejaba salir en una cita, siempre y cuando la aprobara. No podía respirarles en el cuello a todos los chicos y chicas o avergonzarme.
—Estará bien. Vamos.
—No sé si debería creerle. Tu apellido también es Wilde—dijo Kitty, arrastrando las palabras.
—Oh, ya basta. Sabes que ha superado eso. Mírala. Está enamorada de Rachel—contestó Marley.
Erase una vez, Quinn estuvo loca por Marley. Así fue como la conocí. Pero Kitty Wilde fue la única persona en ganar el corazón de Marley.
Quinn nunca tuvo una oportunidad.
Cuando Rachel entró a su vida, estuve tan feliz por mi hermana.
Rachel era tan hermosa por dentro como por fuera.
Tuvieron un gran obstáculo que superar gracias a nuestro papá y la hermana de Rachel, pero se amaban lo suficiente.
Más que suficiente.
Quería eso algún día.
—Seré feliz cuando esté casada. Tal vez con un niño o dos—respondió Kitty.
La sonrisa torcida en su cara aseguró que bromeaba. Bueno, tal vez un poco de eso era cierto.
Kitty era increíblemente posesiva con Marley.
No le gustaba que cualquier chico o chica se acercara demasiado. Quinn se acercó demasiado una vez.
Marley rió y la besó en la mejilla.
—Voy a mudarme contigo mañana. ¿Qué más quieres?
Kitty levantó una ceja ante su pregunta.
—¿De verdad quieres que te responda con una audiencia?
Marley se ruborizó y agachó la cabeza, haciendo que Kitty riera.
—Vamos a ver a Quinn. Estas dos sólo se van a poner más asquerosamente dulces cuanto más tiempo permanezcamos aquí—dijo Sam, llevándome más allá de Marley y su hermana.
Quinn y Rachel se encontraban bajo las luces blancas que Tina y yo encadenamos y envolvimos alrededor de varias de las linternas de papel en el centro de la sala principal.
La sonrisa en el rostro de Quinn casi me hizo llorar.
Me encantaba verla tan feliz.
Me encantaba que hubiese encontrado a Rachel. Si alguien merecía un “felices para siempre”, era mi hermana mayor, de gran corazón.
—¿Estás segura que no me lanzará un golpe?—preguntó Sam con la boca muy cerca de mi oído.
Asentí.
—Sí, estoy segura. Vamos.
Como si pudiera oír el susurro, Quinn levantó los ojos para encontrarse con los míos. La sonrisa en su rostro se congeló cuando movió la mirada de mí a Sam, pero sólo por un momento.
La expresión sinceramente feliz regresó cuando hizo contacto visual con Sam.
Al parecer, lo aprobó.
—No esperaba que aparecieras con una cita—dijo Quinn cuando nos detuvimos frente a ella y Rachel.
—Fue algo de último minuto. Sam me salvó de venir aquí sola—le expliqué.
—O tu hermana aceptó salir conmigo, tomé la oportunidad y fui por ello—respondió Sam.
Quinn sonrió y asintió.
—Podrías gustarme.
Rachel le tendió la mano a Sam.
—Soy Rachel, y es muy agradable conocerte. Si tienes la suerte de conseguir una cita con Brittany, entonces debes ser un gran tipo.
Sam le dio la mano a Rachel, entonces me miró con una sonrisa.
—He estado trabajando en conseguir el valor suficiente para pedirle una cita por un tiempo. Esta noche fue mi golpe de suerte.
¿En serio?
¿Ha estado interesado en mí por un tiempo?
Guau.
No me lo esperaba.
Era Sam Evans.
Aparecía en todas las noticias y las revistas del corazón lo amaban.
—Bien, nos agrada que estés aquí—le aseguró Rachel.
—¿Qué hace?—preguntó Quinn, dando un paso hacia adelante, su atención dirigida hacia afuera.
—Mierda—gruñó Mike, corriendo por nuestro lado y hacia las puertas que daban a la piscina.
Quinn fue tras él.
¿Qué pasaba?
Entonces vi a Artie de pie entre Santana, quien se apoyaba contra la barra con una sonrisa divertida en su rostro y un tipo que le gritaba a Santana y le apuntaba sobre el hombro de Artie.
Empecé a seguir a Quinn.
Sucedía algo malo.
¿Santana comenzó una pelea?
¿Por qué hacía esto?
¿Y por qué diablos me importaba tanto?
—Espera, no vayas ahí, Brittany—llamó Rachel cuando empecé a ir detrás de mi hermana.
Quería correr e ignorarla, pero dejaría a Sam detrás.
Los grandes ojos de Marley se encontraron con los míos, ya que ella y Kitty se detuvieron justo detrás de nosotros para dar sus felicitaciones a Quinn y Rachel.
Tenía que darles una razón por la que tenía que ir afuera.
Necesitaba ver si Santana se encontraba bien.
—Regresaré. Puede que me necesiten.
Era lo mejor que se me ocurrió antes de correr detrás de Quinn.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
celos celos celos,... pero el cagadon ya esta hecho no???
britt tiene la moneda,.. pero esta del lado equivocado,..
a ver si le dan en la madre a san o no???
nos vemos!!!
celos celos celos,... pero el cagadon ya esta hecho no???
britt tiene la moneda,.. pero esta del lado equivocado,..
a ver si le dan en la madre a san o no???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
vaya, santana haciendose notar!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Pues parece ser buena persona Sam .... Y San obviamente sufriendo, haber en que lío se metió esta vez esa morena
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
celos celos celos,... pero el cagadon ya esta hecho no???
britt tiene la moneda,.. pero esta del lado equivocado,..
a ver si le dan en la madre a san o no???
nos vemos!!!
Hola lu, jajajaajaj "celos cuando miras a otra chica, tengo celos" ajjaajajaj. Ooooh si! y no se si se pueda remediar... =/ Mmm q interesante pregunta..., esperemos y no la vrdd =/ Aquí dejo otro cap para saberlo! Saludos =D
micky morales escribió:vaya, santana haciendose notar!!!!!
Hola, como es cambiante esa morena, no¿? jajajaajaj. Saludos =D
JVM escribió:Pues parece ser buena persona Sam .... Y San obviamente sufriendo, haber en que lío se metió esta vez esa morena
Hola, si, la vrdd esk si... espero q lo siga siendo ¬¬ ajajajajaj. Y lo cual merece¿? Ufff mejor dejo otro cap para saberlo xD Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 4
Capitulo 4
Santana
Esta no era la clase de mierda que necesitaba en estos momentos.
Me había concentrado en beber para sacar a Brittany Pierce de mi sistema.
Eso es todo en lo que quería enfocarme.
Eso y sus piernas.
Maldita sea, sus piernas.
Entonces sucedió algo como esto.
No me sentía de humor para ello.
—Dile que no tocaste a su mamá, Santana—exigió Artie delante de mí.
Actuaba como mi maldito guardaespaldas.
Podía vencer al tipo, era flacucho y bajito.
No necesitaba que alguien me protegiera.
—Díselo—repitió Artie.
No podía hacer eso.
El chico que amenazaba con patear a mi culo y yo sabíamos que no podía negarlo.
Me había sorprendido con su mamá la semana pasada. Podía recordar su cara. No recordaba la cara de su mamá pero sí la furia en sus ojos.
Lo había visto demasiadas veces.
—¿Qué está pasando?—preguntó Mike mientras él y Quinn salían corriendo y también se interponían entre el hombre y yo.
No tuve el corazón para decirle al chico que su querida mamá me había pagado muy bien por hacer ese show en sus sabanas el domingo por la tarde.
No me interesaban las mujeres mayores.
Las usaba.
Eso era todo.
Tenían dinero, y yo cumplía sus fantasías. Sin embargo, el tipo no sería capaz de soportar la verdad.
—Trato de detener una pelea—explicó Artie mientras Mike y Quinn se hallaban a su lado, bloqueándome más del hijo enojado de una de mis clientas.
Esto era más que otra razón por la que tenía que comenzar a exigir no hacer negocios en las casas de las clientas.
Esta mierda pasa.
—¿Qué has hecho?—preguntó Quinn, mirándome.
Me encogí de hombros y tomé otro trago de tequila.
—El chico dice que Santana se acostó con su mamá y está aquí para vengarse—explicó Artie.
—Mierda—murmuró Mike y me lanzó una mirada de advertencia.
—Adelante, Santana. Explícale que ese no es el caso—exigió de nuevo Artie.
Me harté de esto.
Todavía no había hablado.
¿No se daban cuenta de que había algo de verdad en esto?
¿Querían que le mintiera al chico y lo cabreara aún más?
Este hombre y yo habíamos hecho contacto visual ese día mientras me ponía mis pantalones vaqueros y me dirigía hacia la puerta del dormitorio de su mamá mientras le inventaba excusas a su hijo.
No me quedé para lidiar con el drama.
Simplemente me largué lo más rápido posible.
—Tienes a la persona equivocada—interrumpió una voz—, Es mía. No estaría durmiendo con la mamá de alguien si me tiene cuando regresa a casa. Así que retrocede. No quiero saber nada más de esto.
¿Qué demonios?
Brittany rodeó la pared de chicos que hacían guardia delante de mí y torció su dedo en mi dirección.
—Ven, nena. Vámonos. Este tipo te confunde con otra persona y has bebido demasiado.
¿Me había desmayado?
Tal vez tomé más tragos de lo que pretendí.
—Britt, qué demonios…
—Retrocede, Quinn. Yo me encargo de esto—le espetó, cortando la pregunta de su hermana enojado—Vámonos, Santana. Ahora.
No la cuestioné.
Dejé mi vaso y me levanté, luego me acerqué a ella.
¿Qué hacía?
Deslizó su mano alrededor de mi cintura y me alejó del hijo enojado y mis amigos.
—Sígueme—dijo y me condujo a través de la multitud y hacia las escaleras que conducen a las habitaciones.
Probablemente no era la mejor idea.
No necesitaba tener a Brittany Pierce en cualquier lugar cerca de una cama. Especialmente tan borracha como estaba en este momento.
Pero, de nuevo, tal vez esto era un sueño de borracha. Lo que significaba que podía despojar a su cuerpo caliente de ese vestido ajustado y caliente como el infierno y besar todos los lugares que me atormentaban cada noche en mis sueños.
Brittany abrió una puerta y me empujó dentro de una habitación de color rosa y blanco con volantes en la cama y un oso de peluche blanco que descansaba sobre las almohadas.
Diablos, sí.
Esto era caliente.
Brittany desnuda en la cama.
Joder, estaba excitada.
—Siéntate—me empujó hacia la cama y luego se alejó de mí.
No era el mejor sueño que había tenido.
Se puso las manos en las caderas y me miró desde el otro lado de la habitación.
Sexy. Como. El. Infierno.
—¿Qué estás haciendo? Esta es la fiesta de compromiso de Quinn. No puedes ir a buscar pelea. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Es que todo es una broma para ti? La vida es simplemente una gran fiesta para ti, ¿no es así? Bueno, ¡despierta! Tienes amigos ahí abajo que te quieren. Se ponen de tu lado incluso cuando saben que probablemente te acostaste con la mamá de ese pobre chico—se detuvo y sacudió la cabeza con disgusto—Dios, por favor dime que no era casada—entonces levantó la mano para detener cualquier cosa que pudiera decir en respuesta—No. No me digas nada. No quiero saber. Sólo quédate aquí. Duerme. No arruines esta noche de Quinn y Rachel. Merecen ser felices. Quinn la ama, Santana. No hagas algo estúpido como para hacerle daño—dejó caer las manos a su lado y soltó un suspiro.
La decepcioné.
Esto era bueno.
Tal vez incluso le disgustaba.
Eso sería todavía mejor.
Necesitaba que dejara de coquetear.
Necesitaba que dejara de hacerme querer cosas que no podía tener.
Porque, maldita sea, la quería.
Mucho.
—Tengo una cita que dejé para evitar que la fiesta se convierta en una gran pelea fea. Todo porque no puedes mantener los pantalones puestos y tus dedos quietos cerca de una mujer—dejó la mirada mientras decía la última parte y sus mejillas se sonrojaron.
¿La idea de que tuviera sexo la avergonzaba?
Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Su perfecto culo redondo se tambaleaba bajo la tela fina del vestido, burlándose de mí con lo que no podía tener.
Que yo nunca sería lo suficientemente buena.
—Más vale que sea bueno para ti—le digo lo bastante alto para que me escuchara.
Se detuvo.
Me había escuchado.
Poco a poco se dio la vuelta y me miró con una expresión confusa.
—¿Qué significa eso?—me preguntó, estudiando mi cara como si tuviera todas las respuestas que necesitaba.
—Quiere decir que me importa una mierda quien sea su hermana. Si él te hace daño, voy a hacerle daño.
Brittany soltó una breve y dura risa y sacudió la cabeza.
—¿En serio? ¿En serio, Santana? ¿Te importa si Sam me lastima? Porque se me hace muy difícil creer que te preocupas por mis sentimientos—entonces se dio la vuelta y se marchó, cerrando la puerta detrás de ella.
Brittany
No iba a llorar.
Y detendré este estúpido temblor.
Un chico caliente, atractivo y famoso me esperaba. No me hacía sentir barata y no deseada.
Tomando una respiración profunda, enderecé mis hombros, alisé las arrugas de mi vestido y luego caminé hacia las escaleras.
Escaneando la multitud, encontré a Sam inmediatamente. Estaba con Marley y Kitty.
Probablemente hablaban de mí.
De seguro Marley les explicaba mi comportamiento con Santana.
Hablando con huéspedes mientras me abría paso entre la multitud, mantuve una sonrisa estampada en mi cara.
Nadie sabría que lo que acababa de hacer había sido por nadie más que Quinn.
Nunca los dejaría ver que tenía sentimientos por Santana.
Mi orgullo me mantendría a salvo.
—Lo siento mucho. Me preocupaba que si no intervenía y ayudaba, tendríamos una pelea en nuestras manos y no quiero que nada arruine esta noche de Quinn y Rachel—expliqué una vez que llegué a Sam, antes de que alguien pudiera decir algo.
Sam frunció el ceño, pero era uno preocupado.
—Está bien. Has hecho un buen trabajo al terminar las cosas.
—Por favor, dime que la encerraron en una habitación para que no pueda salir—dijo Marley.
Se molestó.
Podía oírlo en su voz.
—Sí, está encerrada. Es probable que para este momento ya esté desmayada—aseguré.
—Lo siento. Tengo que preguntar esto, ¿la chica morena linda se acostó con la mamá de alguien?—preguntó Sam.
Kitty se acercó y le dio un puñetazo en el brazo de Sam.
—Hermana. No lo hagas.
—Sólo tenía curiosidad.
—Es la mejor amiga de su hermana. Olvídalo.
—No. Está bien. Puede ser uno de los mejores amigos de Quinn, pero soy consciente de que tiene problemas. Y sí, Sam, probablemente lo hizo. Se te haría complicado encontrar una mujer aquí con la que Santana no se haya acostado.
Las cejas de Marley se dispararon y me di cuenta de lo que había dicho.
Me delaté.
Necesitaba cuidar mi boca.
Mi mamá siempre decía que “en boca cerrada no entran moscas”. Era la voz de la razón.
Tenía que ser más cuidadosa con lo que soltaba.
—¿No íbamos a la playa para ver la carpa y la banda?—pregunté, necesitando sacarles de la mente lo que acababa de decir.
—Sí, así es—respondió Kitty, cogiendo el brazo de Marley y llevándola hacia la puerta.
—Me parece una buena idea—concordó Sam y me ofreció su brazo. Metí la mano en el hueco de su brazo y todos nos dirigimos afuera.
Quinn se encontraba de pie con Rachel en sus brazos, hablando con Artie, Mike y Tina muy intensamente cuando atravesamos la puerta.
Emily Fields, la mejor amiga de Rachel, y su novia, Hanna, también habían llegado.
Deben haber estado informándoles de la situación.
Emily y Santana juegan al Softbol juntas, por lo que eran bastante unidas.
—Ven aquí, Britty—me llamó Quinn.
Tenía la esperanza de que fuera a olvidar lo que acababa de hacer, pero al parecer no iba a hacerlo.
No estaba segura de lo que iba a decir, pero no me parecía bien dejar que Sam la oyera hablar de Santana.
No se encontraba aquí para defenderse y yo ya la había golpeado lo suficiente.
—Déjame ir a tranquilizar a mi hermana que Santana está bien y luego me reuniré con ustedes allá abajo.
Sam asintió.
—Por supuesto.
Si Quinn frunciera el ceño con más fuerza, el pliegue en su frente se iba a romper.
No era una buena señal.
—No me regañes. La saqué de aquí, ¿no?
—No tienes que meter tu nariz en cualquier mierda de San. Tiene problemas de los que necesitas mantenerte a kilómetros de distancia. Entiendo que tratabas de salvar la fiesta, pero no me gusta que intervengas para ayudar a San. La tenemos bajo control. Mantente alejada de sus líos.
Puede que tenga un papá ausente en su mayor parte, pero tengo a Quinn para compensarlo.
Cuando mi papá me ignora, Quinn me cuida.
La amo, de verdad, pero no me gusta que me digan lo que puedo o no hacer.
Ya era hora de que se apartara un poco.
Tengo dieciocho años de edad.
—Hizo una jugada inteligente. No la molestes y dale un poco de crédito—Emily se acercó y me defendió.
Como si eso fuera a ayudar.
Quinn toleraba a Emily debido a Rachel. No le importaba exactamente su opinión.
—Escucha. Vi una forma de ayudar y lo hice. No es gran cosa. No fui a tener una charla de corazón a corazón con Santana. Así que retrocede. Soy una chica grande—le disparé a Quinn una sonrisa tensa y luego la dejé ahí de pie antes de que ella o cualquiera de los otros chicos pudiera hablar.
Tenía una cita que me esperaba.
No iba a perder ni un minuto hablando de Santana López.
Una mano salió disparada y me agarró del brazo, y miré hacia atrás para ver que era Artie quien me detuvo, no mi hermana.
¿Cuál era su problema? ¿También iba a sermonearme?
—San habla cuando está borracha. Habla mucho. Sobre un montón de mierda. ¿Sabes lo que quiero decir? Mantén tu distancia. La amo, pero no es buena para ti—la voz baja de Artie casi sonaba como un gruñido, pero escuché cada palabra.
Había hablado lo suficientemente bajo para que Quinn y los demás no pudieran oírlo.
Sentí mi cara calentarse y aparté mi brazo de su agarre.
¿Qué sabe Artie de Santana y yo?
¿Podría saber acerca de esa noche?
Pensé que era mi secreto.
Al parecer no.
Mi estómago se revolvió y rogué que no estuviera a punto de vomitar.
Ya era bastante malo saber que Santana había tomado mi virginidad en un almacén y luego se alejó, dejándome sola. Pero saber que alguien más sabía de mi vergüenza, era peor.
Tuve que esforzarme para no salir corriendo mientras caminaba rápidamente a través de la multitud.
No sonreí y fingí que todo estaba bien.
La playa oscura por delante de la carpa y la iluminación era mi objetivo.
Necesitaba esconderme durante unos minutos mientras ordenaba las cosas en mi cabeza.
Pude oír a Marley llamándome desde algún lugar más adelante, pero fingí que no la escuché.
Corrí por la arena y las sombras.
Sólo necesitaba un momento.
Las lágrimas quemaban mis ojos y eché mi cabeza hacia atrás y parpadeé en la brisa del mar, en un intento de secar mis lágrimas antes de que arruinaran mi cara.
La pequeña astilla de esperanza que tenía de que Santana sintiera algo por mí ahora se hallaba completamente extinta.
Le había dicho a alguien.
Un momento que quería recordar pero al mismo tiempo olvidar, no era tan privado como pensé.
Santana había hablado de ello, en estado de ebriedad.
Dios, la odiaba.
¿Cómo pude haber estado tan loca por ella cuando no poseía ninguna cualidad?
Era la idiota más grande sobre la faz de la tierra.
—¿Brittany?—la voz preocupada de Sam me sorprendió.
No hubiera esperado que me siguiera aquí. Aunque nos habíamos conocido antes, esto era nuestra primera vez juntos sin una multitud a nuestro alrededor.
Quería estar sola.
No fingiendo con mi cita.
Tomando una respiración profunda, parpadeé las lágrimas y me giré hacia Sam.
—Oye, lo siento. Me afectó la multitud y todo. El aire fresco y un momento tranquilo parecían una buena idea.
—Sólo pensé en ver cómo estás. Puedo irme si quieres estar sola.
Sí.
Quería estar sola.
Pero no podía ser grosera.
Sam había sido muy comprensivo esta noche. Yo no había sido la mejor cita.
Era el momento de aguantar y superarlo.
—No, me alegro de que hayas venido. Puedes disfrutar de la tranquilidad conmigo—le sonreí.
Era extraño lo parecido que era a Kitty. Sin embargo, no poseía la arrogancia de estrella de rock que tenía Kitty.
Él era más educado y estudioso, casi.
—Me gusta esconderme de las multitudes. Ha sido un hábito desde que las multitudes se convirtieron en un problema con la fama de mi hermana y que cambiara apellido no ayudo en nada—la sonrisa en su rostro era muy linda.
—Puedo imaginarlo. No pareces ser tan extrovertido como Kitty.
Sam se rió entre dientes.
—No. Ni siquiera un poco. Siempre fue Kitty a la que le gustó el público.
—Entonces, ¿te vas a ir con Kitty y Marley cuando se trasladen a Los Ángeles?
Todavía me resultaba difícil aceptar el hecho de que Marley se iba.
Iba a extrañarla mucho.
—Sí. Las clases también comienzan la semana que viene para mí.
Sam se va a la universidad en California. Esa fue una de las razones por las que no me sentía culpable por usarlo para olvidarme de Santana.
No es que estuviera funcionando.
—Bueno, creo que estoy lista para regresar a la multitud. ¿Quieres bailar?—le pregunté, decidiendo que ya era tiempo de dejar de ocultarme de la fiesta de compromiso de mi hermana.
—Me parece bien.
Me había concentrado en beber para sacar a Brittany Pierce de mi sistema.
Eso es todo en lo que quería enfocarme.
Eso y sus piernas.
Maldita sea, sus piernas.
Entonces sucedió algo como esto.
No me sentía de humor para ello.
—Dile que no tocaste a su mamá, Santana—exigió Artie delante de mí.
Actuaba como mi maldito guardaespaldas.
Podía vencer al tipo, era flacucho y bajito.
No necesitaba que alguien me protegiera.
—Díselo—repitió Artie.
No podía hacer eso.
El chico que amenazaba con patear a mi culo y yo sabíamos que no podía negarlo.
Me había sorprendido con su mamá la semana pasada. Podía recordar su cara. No recordaba la cara de su mamá pero sí la furia en sus ojos.
Lo había visto demasiadas veces.
—¿Qué está pasando?—preguntó Mike mientras él y Quinn salían corriendo y también se interponían entre el hombre y yo.
No tuve el corazón para decirle al chico que su querida mamá me había pagado muy bien por hacer ese show en sus sabanas el domingo por la tarde.
No me interesaban las mujeres mayores.
Las usaba.
Eso era todo.
Tenían dinero, y yo cumplía sus fantasías. Sin embargo, el tipo no sería capaz de soportar la verdad.
—Trato de detener una pelea—explicó Artie mientras Mike y Quinn se hallaban a su lado, bloqueándome más del hijo enojado de una de mis clientas.
Esto era más que otra razón por la que tenía que comenzar a exigir no hacer negocios en las casas de las clientas.
Esta mierda pasa.
—¿Qué has hecho?—preguntó Quinn, mirándome.
Me encogí de hombros y tomé otro trago de tequila.
—El chico dice que Santana se acostó con su mamá y está aquí para vengarse—explicó Artie.
—Mierda—murmuró Mike y me lanzó una mirada de advertencia.
—Adelante, Santana. Explícale que ese no es el caso—exigió de nuevo Artie.
Me harté de esto.
Todavía no había hablado.
¿No se daban cuenta de que había algo de verdad en esto?
¿Querían que le mintiera al chico y lo cabreara aún más?
Este hombre y yo habíamos hecho contacto visual ese día mientras me ponía mis pantalones vaqueros y me dirigía hacia la puerta del dormitorio de su mamá mientras le inventaba excusas a su hijo.
No me quedé para lidiar con el drama.
Simplemente me largué lo más rápido posible.
—Tienes a la persona equivocada—interrumpió una voz—, Es mía. No estaría durmiendo con la mamá de alguien si me tiene cuando regresa a casa. Así que retrocede. No quiero saber nada más de esto.
¿Qué demonios?
Brittany rodeó la pared de chicos que hacían guardia delante de mí y torció su dedo en mi dirección.
—Ven, nena. Vámonos. Este tipo te confunde con otra persona y has bebido demasiado.
¿Me había desmayado?
Tal vez tomé más tragos de lo que pretendí.
—Britt, qué demonios…
—Retrocede, Quinn. Yo me encargo de esto—le espetó, cortando la pregunta de su hermana enojado—Vámonos, Santana. Ahora.
No la cuestioné.
Dejé mi vaso y me levanté, luego me acerqué a ella.
¿Qué hacía?
Deslizó su mano alrededor de mi cintura y me alejó del hijo enojado y mis amigos.
—Sígueme—dijo y me condujo a través de la multitud y hacia las escaleras que conducen a las habitaciones.
Probablemente no era la mejor idea.
No necesitaba tener a Brittany Pierce en cualquier lugar cerca de una cama. Especialmente tan borracha como estaba en este momento.
Pero, de nuevo, tal vez esto era un sueño de borracha. Lo que significaba que podía despojar a su cuerpo caliente de ese vestido ajustado y caliente como el infierno y besar todos los lugares que me atormentaban cada noche en mis sueños.
Brittany abrió una puerta y me empujó dentro de una habitación de color rosa y blanco con volantes en la cama y un oso de peluche blanco que descansaba sobre las almohadas.
Diablos, sí.
Esto era caliente.
Brittany desnuda en la cama.
Joder, estaba excitada.
—Siéntate—me empujó hacia la cama y luego se alejó de mí.
No era el mejor sueño que había tenido.
Se puso las manos en las caderas y me miró desde el otro lado de la habitación.
Sexy. Como. El. Infierno.
—¿Qué estás haciendo? Esta es la fiesta de compromiso de Quinn. No puedes ir a buscar pelea. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Es que todo es una broma para ti? La vida es simplemente una gran fiesta para ti, ¿no es así? Bueno, ¡despierta! Tienes amigos ahí abajo que te quieren. Se ponen de tu lado incluso cuando saben que probablemente te acostaste con la mamá de ese pobre chico—se detuvo y sacudió la cabeza con disgusto—Dios, por favor dime que no era casada—entonces levantó la mano para detener cualquier cosa que pudiera decir en respuesta—No. No me digas nada. No quiero saber. Sólo quédate aquí. Duerme. No arruines esta noche de Quinn y Rachel. Merecen ser felices. Quinn la ama, Santana. No hagas algo estúpido como para hacerle daño—dejó caer las manos a su lado y soltó un suspiro.
La decepcioné.
Esto era bueno.
Tal vez incluso le disgustaba.
Eso sería todavía mejor.
Necesitaba que dejara de coquetear.
Necesitaba que dejara de hacerme querer cosas que no podía tener.
Porque, maldita sea, la quería.
Mucho.
—Tengo una cita que dejé para evitar que la fiesta se convierta en una gran pelea fea. Todo porque no puedes mantener los pantalones puestos y tus dedos quietos cerca de una mujer—dejó la mirada mientras decía la última parte y sus mejillas se sonrojaron.
¿La idea de que tuviera sexo la avergonzaba?
Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Su perfecto culo redondo se tambaleaba bajo la tela fina del vestido, burlándose de mí con lo que no podía tener.
Que yo nunca sería lo suficientemente buena.
—Más vale que sea bueno para ti—le digo lo bastante alto para que me escuchara.
Se detuvo.
Me había escuchado.
Poco a poco se dio la vuelta y me miró con una expresión confusa.
—¿Qué significa eso?—me preguntó, estudiando mi cara como si tuviera todas las respuestas que necesitaba.
—Quiere decir que me importa una mierda quien sea su hermana. Si él te hace daño, voy a hacerle daño.
Brittany soltó una breve y dura risa y sacudió la cabeza.
—¿En serio? ¿En serio, Santana? ¿Te importa si Sam me lastima? Porque se me hace muy difícil creer que te preocupas por mis sentimientos—entonces se dio la vuelta y se marchó, cerrando la puerta detrás de ella.
Brittany
No iba a llorar.
Y detendré este estúpido temblor.
Un chico caliente, atractivo y famoso me esperaba. No me hacía sentir barata y no deseada.
Tomando una respiración profunda, enderecé mis hombros, alisé las arrugas de mi vestido y luego caminé hacia las escaleras.
Escaneando la multitud, encontré a Sam inmediatamente. Estaba con Marley y Kitty.
Probablemente hablaban de mí.
De seguro Marley les explicaba mi comportamiento con Santana.
Hablando con huéspedes mientras me abría paso entre la multitud, mantuve una sonrisa estampada en mi cara.
Nadie sabría que lo que acababa de hacer había sido por nadie más que Quinn.
Nunca los dejaría ver que tenía sentimientos por Santana.
Mi orgullo me mantendría a salvo.
—Lo siento mucho. Me preocupaba que si no intervenía y ayudaba, tendríamos una pelea en nuestras manos y no quiero que nada arruine esta noche de Quinn y Rachel—expliqué una vez que llegué a Sam, antes de que alguien pudiera decir algo.
Sam frunció el ceño, pero era uno preocupado.
—Está bien. Has hecho un buen trabajo al terminar las cosas.
—Por favor, dime que la encerraron en una habitación para que no pueda salir—dijo Marley.
Se molestó.
Podía oírlo en su voz.
—Sí, está encerrada. Es probable que para este momento ya esté desmayada—aseguré.
—Lo siento. Tengo que preguntar esto, ¿la chica morena linda se acostó con la mamá de alguien?—preguntó Sam.
Kitty se acercó y le dio un puñetazo en el brazo de Sam.
—Hermana. No lo hagas.
—Sólo tenía curiosidad.
—Es la mejor amiga de su hermana. Olvídalo.
—No. Está bien. Puede ser uno de los mejores amigos de Quinn, pero soy consciente de que tiene problemas. Y sí, Sam, probablemente lo hizo. Se te haría complicado encontrar una mujer aquí con la que Santana no se haya acostado.
Las cejas de Marley se dispararon y me di cuenta de lo que había dicho.
Me delaté.
Necesitaba cuidar mi boca.
Mi mamá siempre decía que “en boca cerrada no entran moscas”. Era la voz de la razón.
Tenía que ser más cuidadosa con lo que soltaba.
—¿No íbamos a la playa para ver la carpa y la banda?—pregunté, necesitando sacarles de la mente lo que acababa de decir.
—Sí, así es—respondió Kitty, cogiendo el brazo de Marley y llevándola hacia la puerta.
—Me parece una buena idea—concordó Sam y me ofreció su brazo. Metí la mano en el hueco de su brazo y todos nos dirigimos afuera.
Quinn se encontraba de pie con Rachel en sus brazos, hablando con Artie, Mike y Tina muy intensamente cuando atravesamos la puerta.
Emily Fields, la mejor amiga de Rachel, y su novia, Hanna, también habían llegado.
Deben haber estado informándoles de la situación.
Emily y Santana juegan al Softbol juntas, por lo que eran bastante unidas.
—Ven aquí, Britty—me llamó Quinn.
Tenía la esperanza de que fuera a olvidar lo que acababa de hacer, pero al parecer no iba a hacerlo.
No estaba segura de lo que iba a decir, pero no me parecía bien dejar que Sam la oyera hablar de Santana.
No se encontraba aquí para defenderse y yo ya la había golpeado lo suficiente.
—Déjame ir a tranquilizar a mi hermana que Santana está bien y luego me reuniré con ustedes allá abajo.
Sam asintió.
—Por supuesto.
Si Quinn frunciera el ceño con más fuerza, el pliegue en su frente se iba a romper.
No era una buena señal.
—No me regañes. La saqué de aquí, ¿no?
—No tienes que meter tu nariz en cualquier mierda de San. Tiene problemas de los que necesitas mantenerte a kilómetros de distancia. Entiendo que tratabas de salvar la fiesta, pero no me gusta que intervengas para ayudar a San. La tenemos bajo control. Mantente alejada de sus líos.
Puede que tenga un papá ausente en su mayor parte, pero tengo a Quinn para compensarlo.
Cuando mi papá me ignora, Quinn me cuida.
La amo, de verdad, pero no me gusta que me digan lo que puedo o no hacer.
Ya era hora de que se apartara un poco.
Tengo dieciocho años de edad.
—Hizo una jugada inteligente. No la molestes y dale un poco de crédito—Emily se acercó y me defendió.
Como si eso fuera a ayudar.
Quinn toleraba a Emily debido a Rachel. No le importaba exactamente su opinión.
—Escucha. Vi una forma de ayudar y lo hice. No es gran cosa. No fui a tener una charla de corazón a corazón con Santana. Así que retrocede. Soy una chica grande—le disparé a Quinn una sonrisa tensa y luego la dejé ahí de pie antes de que ella o cualquiera de los otros chicos pudiera hablar.
Tenía una cita que me esperaba.
No iba a perder ni un minuto hablando de Santana López.
Una mano salió disparada y me agarró del brazo, y miré hacia atrás para ver que era Artie quien me detuvo, no mi hermana.
¿Cuál era su problema? ¿También iba a sermonearme?
—San habla cuando está borracha. Habla mucho. Sobre un montón de mierda. ¿Sabes lo que quiero decir? Mantén tu distancia. La amo, pero no es buena para ti—la voz baja de Artie casi sonaba como un gruñido, pero escuché cada palabra.
Había hablado lo suficientemente bajo para que Quinn y los demás no pudieran oírlo.
Sentí mi cara calentarse y aparté mi brazo de su agarre.
¿Qué sabe Artie de Santana y yo?
¿Podría saber acerca de esa noche?
Pensé que era mi secreto.
Al parecer no.
Mi estómago se revolvió y rogué que no estuviera a punto de vomitar.
Ya era bastante malo saber que Santana había tomado mi virginidad en un almacén y luego se alejó, dejándome sola. Pero saber que alguien más sabía de mi vergüenza, era peor.
Tuve que esforzarme para no salir corriendo mientras caminaba rápidamente a través de la multitud.
No sonreí y fingí que todo estaba bien.
La playa oscura por delante de la carpa y la iluminación era mi objetivo.
Necesitaba esconderme durante unos minutos mientras ordenaba las cosas en mi cabeza.
Pude oír a Marley llamándome desde algún lugar más adelante, pero fingí que no la escuché.
Corrí por la arena y las sombras.
Sólo necesitaba un momento.
Las lágrimas quemaban mis ojos y eché mi cabeza hacia atrás y parpadeé en la brisa del mar, en un intento de secar mis lágrimas antes de que arruinaran mi cara.
La pequeña astilla de esperanza que tenía de que Santana sintiera algo por mí ahora se hallaba completamente extinta.
Le había dicho a alguien.
Un momento que quería recordar pero al mismo tiempo olvidar, no era tan privado como pensé.
Santana había hablado de ello, en estado de ebriedad.
Dios, la odiaba.
¿Cómo pude haber estado tan loca por ella cuando no poseía ninguna cualidad?
Era la idiota más grande sobre la faz de la tierra.
—¿Brittany?—la voz preocupada de Sam me sorprendió.
No hubiera esperado que me siguiera aquí. Aunque nos habíamos conocido antes, esto era nuestra primera vez juntos sin una multitud a nuestro alrededor.
Quería estar sola.
No fingiendo con mi cita.
Tomando una respiración profunda, parpadeé las lágrimas y me giré hacia Sam.
—Oye, lo siento. Me afectó la multitud y todo. El aire fresco y un momento tranquilo parecían una buena idea.
—Sólo pensé en ver cómo estás. Puedo irme si quieres estar sola.
Sí.
Quería estar sola.
Pero no podía ser grosera.
Sam había sido muy comprensivo esta noche. Yo no había sido la mejor cita.
Era el momento de aguantar y superarlo.
—No, me alegro de que hayas venido. Puedes disfrutar de la tranquilidad conmigo—le sonreí.
Era extraño lo parecido que era a Kitty. Sin embargo, no poseía la arrogancia de estrella de rock que tenía Kitty.
Él era más educado y estudioso, casi.
—Me gusta esconderme de las multitudes. Ha sido un hábito desde que las multitudes se convirtieron en un problema con la fama de mi hermana y que cambiara apellido no ayudo en nada—la sonrisa en su rostro era muy linda.
—Puedo imaginarlo. No pareces ser tan extrovertido como Kitty.
Sam se rió entre dientes.
—No. Ni siquiera un poco. Siempre fue Kitty a la que le gustó el público.
—Entonces, ¿te vas a ir con Kitty y Marley cuando se trasladen a Los Ángeles?
Todavía me resultaba difícil aceptar el hecho de que Marley se iba.
Iba a extrañarla mucho.
—Sí. Las clases también comienzan la semana que viene para mí.
Sam se va a la universidad en California. Esa fue una de las razones por las que no me sentía culpable por usarlo para olvidarme de Santana.
No es que estuviera funcionando.
—Bueno, creo que estoy lista para regresar a la multitud. ¿Quieres bailar?—le pregunté, decidiendo que ya era tiempo de dejar de ocultarme de la fiesta de compromiso de mi hermana.
—Me parece bien.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
britt tiene un poder inmenso sobre san,.. y le esta empezando a afectar!!!
encima que britt salva la noche la regañan no jodan,..
artie no ayuda con el comentario tampoco!!
nos vemos!!
britt tiene un poder inmenso sobre san,.. y le esta empezando a afectar!!!
encima que britt salva la noche la regañan no jodan,..
artie no ayuda con el comentario tampoco!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
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